CRONOLOGÍA MAHLERIANA
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
18 de julio: Primera carta de Alma a Gropius en la cual le reafirma su amor hacia él, a quien considera “el elemento saludable en mi vida” y le dice que confía en poder conocer pronto a su madre.
Ignorante, Mahler continúa con sus rutinas diarias. Así escribe una nueva carta a Hertzka tras recibir la partitura de su Segunda Sinfonía, sobre la cual quiere realizar algunas modificaciones. Mahler le solicita a Hertzka que en las particellas no emplee la tinta roja pues ésta se hace ilegible bajo las potentes luces del escenario. También le pide a Hertzka que no le envie más partituras pues “actualmente estoy ocupado” lo cual sugiere que ha iniciado la composición de la Décima.
21 de julio: A pesar de lo comentado Mahler debe haber notado un comportamiento atípico en Alma pues ésta escribe en una nueva misiva a Gropius: “Siento enorme pena por Gustav: debe percibir que no tengo ningún deseo de hacer el amor con él; al contrario, lo alejo de mi, lo cual hasta ahora he conseguido completamente.”
Sobre esa misma fecha Mahler escribe a Freund comentándole que Alma había regresado de Tobelbad en un excelente estado de salud, mientras que Gucki había sufrido problemas intestinales, en ocasiones incluso con fiebre.
Ignorante, Mahler continúa con sus rutinas diarias. Así escribe una nueva carta a Hertzka tras recibir la partitura de su Segunda Sinfonía, sobre la cual quiere realizar algunas modificaciones. Mahler le solicita a Hertzka que en las particellas no emplee la tinta roja pues ésta se hace ilegible bajo las potentes luces del escenario. También le pide a Hertzka que no le envie más partituras pues “actualmente estoy ocupado” lo cual sugiere que ha iniciado la composición de la Décima.
21 de julio: A pesar de lo comentado Mahler debe haber notado un comportamiento atípico en Alma pues ésta escribe en una nueva misiva a Gropius: “Siento enorme pena por Gustav: debe percibir que no tengo ningún deseo de hacer el amor con él; al contrario, lo alejo de mi, lo cual hasta ahora he conseguido completamente.”
Sobre esa misma fecha Mahler escribe a Freund comentándole que Alma había regresado de Tobelbad en un excelente estado de salud, mientras que Gucki había sufrido problemas intestinales, en ocasiones incluso con fiebre.
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
22 de julio: Anna Moll que había permanecido en Tobelbad unos días más escribe esta nota a la dirección de Gropius en Neubabelsberg, Berlín:
“Mi querido Walter. Te siento tan cercano a mi corazón que no puedo dirigirme a ti de otra manera. Ahora que mi marido ha partido te envío dos cartas. No estés triste sino tienes todavía noticias de Alma. Recuerda; está en la cama y sólo podrá enviarte cartas cuando se pueda levantar. Mantén la cabeza alta; tienes por delante una espléndida meta; miles de saludos; tu incondicional Mamá.”
Una vez más sorprende esa decidida entrega de Anna hacia al amante de su hija. Sin duda el joven arquitecto irradiaba un especial atractivo, pero también es cierto que para Anna Moll el ver como su hija recuperaba la salud y la alegría perdida debió eliminar cualquier tipo de remordimiento. No olvidemos que ella misma había sido infiel con su marido Schindler, desliz que se tradujo en el nacimiento de la hermana de Alma, Grete.
25 de julio: Alma escribe a Gropius: “Ayer toqué pasajes de la Octava. Gustav también tocó. Me conmovió. Para mi es la obra más cercana a la literatura y esto me une absolutamente a ella […] ¡Espera por mi!”
Gropius no iba a poder soportar mucho tiempo más estos ambivalentes mensajes de su amada.
“Mi querido Walter. Te siento tan cercano a mi corazón que no puedo dirigirme a ti de otra manera. Ahora que mi marido ha partido te envío dos cartas. No estés triste sino tienes todavía noticias de Alma. Recuerda; está en la cama y sólo podrá enviarte cartas cuando se pueda levantar. Mantén la cabeza alta; tienes por delante una espléndida meta; miles de saludos; tu incondicional Mamá.”
Una vez más sorprende esa decidida entrega de Anna hacia al amante de su hija. Sin duda el joven arquitecto irradiaba un especial atractivo, pero también es cierto que para Anna Moll el ver como su hija recuperaba la salud y la alegría perdida debió eliminar cualquier tipo de remordimiento. No olvidemos que ella misma había sido infiel con su marido Schindler, desliz que se tradujo en el nacimiento de la hermana de Alma, Grete.
25 de julio: Alma escribe a Gropius: “Ayer toqué pasajes de la Octava. Gustav también tocó. Me conmovió. Para mi es la obra más cercana a la literatura y esto me une absolutamente a ella […] ¡Espera por mi!”
Gropius no iba a poder soportar mucho tiempo más estos ambivalentes mensajes de su amada.
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
29 de julio: Con el correo del mediodía la catástrofe llega a Toblach. Intencionadamente Gropius envía una carta a la dirección de Herr Direktor Mahler. No se conserva la misma con lo que es necesario remitirse al relato de Alma en sus Erinnerungen:
“Cuando había transcurrido una semana llegó una carta del arquitecto diciendo que no podía vivir sin mi. Sí yo sentía algo por él debía dejarlo todo y partir con él. La carta estaba redactada directamente a mi persona, sin embargo el destinatario que figuraba en el sobre era Herr Direktor Mahler. Si el joven, presa de la emoción, había cometido un error o si se había dejado llevar de un impulso inconsciente que le urgía darle a conocer la situación a Mahler, seguirá siendo un misterio.
Mahler estaba sentado al piano cuando abrió la carta: ¿Qué es esto? preguntó con voz apagada mientras me la entregaba. Su primera interpretación fue que Gropius había deliberadamente enviado la carta para pedirle a Gustav la mano de Alma.
¡Lo que sucedió posteriormenrte resulta difícilmente describible! Al menos pude decirle todo; todo lo que había ansiado durante años; como había ansiado su amor y como él atrapado por su “misión” simplemente me había desatendido. Por vez primera en su vida sintió que existen una serie de obligaciones hacia la persona que uno ha elegido como compañero. Repentinamente se sintió culpable.”
Este es el relato de Alma que desvela la brutalidad del comportamiento de Gropius. En cuanto a ella misma -la primera sorprendida con la acción de su amante- una vez más aleja las críticas hacia su conducta recurriendo a su sempiterno victimismo.
31 de julio: Alma tarda dos días en escribir a Gropius, tal vez atenazada por las dudas o simplemente a la espera de nuevas acciones del joven:
“¡Por favor!
¡¡¡No vengas!!!
¡¡Te lo pido!!
Ayer recogí dos cartas tuyas, apartado postal A.M.40. Todo en orden salvo que cada vez entiendo menos y menos lo que sucedió anteayer. Lo único que me puede hacer pensar que has escrito conscientemente tu carta a la dirección de Herr G.Mahler es tu observación de hoy: “¿No ha notado tu marido todavía nada?” Sé honesto y cuéntamelo todo ¡¡Siempre entenderé que tienes la razón!! De otra manera pensaría que te has vuelto loco ¡Casi lo preferiría! ¡Cuántas lágrimas, Walter, hemos vertido desde esa noche! Ayer G y yo hemos llorado y llorado y nos hemos dicho cosas horribles. Me rompe el corazón verlo sufrir de forma tan intensa! Se le han abierto los ojos de una forma accidental y no por una confesión sincera mía. Ha perdido toda su confianza y toda su fé en mi. Nos has causado un inmenso daño a ambos. No tienes ni dea de cuales son las consecuencias de tu acto.
Piensa sobre todo lo que te acabo de escribir ¡Espero con impaciencia una carta en la que debes explicarme todo!
Piensa lo que has hecho: La carta en la que hablas tan abiertamente sobre los secretos de nuestras noches de amor estaba dirigida a Herr Gustav Mahler-Toblach-Tirol.
¿Querías realmente que esto hubiese sucedido? ¿Qué el lo leyese todo… y yo…y yo?
Estoy tan conmocionada, tan impactada. Mi fé en ti está tan debilitada ¡No sé que sucederá… pero no puedo…todavía!
¡No vengas! Escribe a A.M.40.
Espero que puedas decirme algo que te deje en buen lugar.
Alma
“Cuando había transcurrido una semana llegó una carta del arquitecto diciendo que no podía vivir sin mi. Sí yo sentía algo por él debía dejarlo todo y partir con él. La carta estaba redactada directamente a mi persona, sin embargo el destinatario que figuraba en el sobre era Herr Direktor Mahler. Si el joven, presa de la emoción, había cometido un error o si se había dejado llevar de un impulso inconsciente que le urgía darle a conocer la situación a Mahler, seguirá siendo un misterio.
Mahler estaba sentado al piano cuando abrió la carta: ¿Qué es esto? preguntó con voz apagada mientras me la entregaba. Su primera interpretación fue que Gropius había deliberadamente enviado la carta para pedirle a Gustav la mano de Alma.
¡Lo que sucedió posteriormenrte resulta difícilmente describible! Al menos pude decirle todo; todo lo que había ansiado durante años; como había ansiado su amor y como él atrapado por su “misión” simplemente me había desatendido. Por vez primera en su vida sintió que existen una serie de obligaciones hacia la persona que uno ha elegido como compañero. Repentinamente se sintió culpable.”
Este es el relato de Alma que desvela la brutalidad del comportamiento de Gropius. En cuanto a ella misma -la primera sorprendida con la acción de su amante- una vez más aleja las críticas hacia su conducta recurriendo a su sempiterno victimismo.
31 de julio: Alma tarda dos días en escribir a Gropius, tal vez atenazada por las dudas o simplemente a la espera de nuevas acciones del joven:
“¡Por favor!
¡¡¡No vengas!!!
¡¡Te lo pido!!
Ayer recogí dos cartas tuyas, apartado postal A.M.40. Todo en orden salvo que cada vez entiendo menos y menos lo que sucedió anteayer. Lo único que me puede hacer pensar que has escrito conscientemente tu carta a la dirección de Herr G.Mahler es tu observación de hoy: “¿No ha notado tu marido todavía nada?” Sé honesto y cuéntamelo todo ¡¡Siempre entenderé que tienes la razón!! De otra manera pensaría que te has vuelto loco ¡Casi lo preferiría! ¡Cuántas lágrimas, Walter, hemos vertido desde esa noche! Ayer G y yo hemos llorado y llorado y nos hemos dicho cosas horribles. Me rompe el corazón verlo sufrir de forma tan intensa! Se le han abierto los ojos de una forma accidental y no por una confesión sincera mía. Ha perdido toda su confianza y toda su fé en mi. Nos has causado un inmenso daño a ambos. No tienes ni dea de cuales son las consecuencias de tu acto.
Piensa sobre todo lo que te acabo de escribir ¡Espero con impaciencia una carta en la que debes explicarme todo!
Piensa lo que has hecho: La carta en la que hablas tan abiertamente sobre los secretos de nuestras noches de amor estaba dirigida a Herr Gustav Mahler-Toblach-Tirol.
¿Querías realmente que esto hubiese sucedido? ¿Qué el lo leyese todo… y yo…y yo?
Estoy tan conmocionada, tan impactada. Mi fé en ti está tan debilitada ¡No sé que sucederá… pero no puedo…todavía!
¡No vengas! Escribe a A.M.40.
Espero que puedas decirme algo que te deje en buen lugar.
Alma
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
1 de Agosto: En medio de la tormenta desatada Mahler ha de seguir atendiendo la correspondencia, aunque sea mínimamente. Así escribe una breve nota a Hertzka solicitandole una vez más que no le envíe más partituras para corregir pues “bien sabe lo importante que para mi son las vacaciones”.
Pero la situación que Mahler está viviendo es realmente angustiosa. En vez de adoptar una postura conciliadora Alma ha volcado toda su energía en defenderse argumentando su insatisfecha necesidad de amor –físico especialmente-, quejándose de su soledad y acusando a Mahler de haber vivido sólo para su música y para su labor creadora mientras ella debía asumir un papel pasivo, trayendo niños al mundo y cuidando de la casa. Por muy plausibles que estas quejas pudiesen resultar lo cierto es que Gustav tenía a su favor un argumento muy simple: la sinceridad y clarividencia con la que había planteado a Alma las “condiciones” del matrimonio. Mahler había sido sincero y claro con Alma –incluso exagerando sus planteamientos. Ella sabía de antemano que no iba a resultar nada fácil vivir al lado –y a la sombra- de un artista entregado en cuerpo y alma a su trabajo y a su creación. Por su parte Mahler estaba tan convencido de la aquiescencia de Alma que siempre había pensado que para ella la fé en él y en su genio le compensaban sus renuncias y sacrificios. Nunca habría pasado por la cabeza de Mahler que había alienado a su mujer durante diez años. Por ello descubrir ahora que no sólo esto era justo lo que sentía Alma sino que además se sentía unida a él por un hábito de convivencia resultó demoledor para su ánimo.
La sensación de desemparo sentida ante la pérdida del amor de Alma y el inminente desmoronamiento de su familia pesaron tanto en Mahler que su reacción fue mucho más allá de perdonar a Alma; se mostró dispuesto a renunciar a su desarrollo personal por corregir los aspectos que ésta le había criticado. Por mucho que sus diez grandes sinfonías le habían supuesto a Gustav éstas pasaron a un segundo plano ante la carga de conciencia creada por Alma.
A partir de este momento Mahler, desesperado, intenta rendir pleitesía a Alma por todos los medios posibles intentando revertir una situación que para él estaba siendo incluso más dolorosa que la pérdida de sus hermanos o de su pequeña Marie. Todos los mensajes de desesperanza -jugando incluso con la idea del suicidio- que afloran en los manuscritos de la Décima entremezclados con las incontables dedicatorias a Alma en forma de poemas o en la misma Décima, sin parangón en pasadas obras, responden a este estado de ánimo.
La reacción de debilidad de Gustav fue para Alma su primera y gran oportunidad de asumir una posición dominante en la pareja y bien que la aprovechó. No era precisamente su mayor virtud la compasión. Sin quererlo, Gropius había dotado de un plumazo a Alma de un poder inesperado a la vez que le había solventado la pejiguera cuestión de sacar a la luz la relación. Pero todavía le faltaba dar una vuelta de tuerca más haciendo su aparición en Toblach.
Pero la situación que Mahler está viviendo es realmente angustiosa. En vez de adoptar una postura conciliadora Alma ha volcado toda su energía en defenderse argumentando su insatisfecha necesidad de amor –físico especialmente-, quejándose de su soledad y acusando a Mahler de haber vivido sólo para su música y para su labor creadora mientras ella debía asumir un papel pasivo, trayendo niños al mundo y cuidando de la casa. Por muy plausibles que estas quejas pudiesen resultar lo cierto es que Gustav tenía a su favor un argumento muy simple: la sinceridad y clarividencia con la que había planteado a Alma las “condiciones” del matrimonio. Mahler había sido sincero y claro con Alma –incluso exagerando sus planteamientos. Ella sabía de antemano que no iba a resultar nada fácil vivir al lado –y a la sombra- de un artista entregado en cuerpo y alma a su trabajo y a su creación. Por su parte Mahler estaba tan convencido de la aquiescencia de Alma que siempre había pensado que para ella la fé en él y en su genio le compensaban sus renuncias y sacrificios. Nunca habría pasado por la cabeza de Mahler que había alienado a su mujer durante diez años. Por ello descubrir ahora que no sólo esto era justo lo que sentía Alma sino que además se sentía unida a él por un hábito de convivencia resultó demoledor para su ánimo.
La sensación de desemparo sentida ante la pérdida del amor de Alma y el inminente desmoronamiento de su familia pesaron tanto en Mahler que su reacción fue mucho más allá de perdonar a Alma; se mostró dispuesto a renunciar a su desarrollo personal por corregir los aspectos que ésta le había criticado. Por mucho que sus diez grandes sinfonías le habían supuesto a Gustav éstas pasaron a un segundo plano ante la carga de conciencia creada por Alma.
A partir de este momento Mahler, desesperado, intenta rendir pleitesía a Alma por todos los medios posibles intentando revertir una situación que para él estaba siendo incluso más dolorosa que la pérdida de sus hermanos o de su pequeña Marie. Todos los mensajes de desesperanza -jugando incluso con la idea del suicidio- que afloran en los manuscritos de la Décima entremezclados con las incontables dedicatorias a Alma en forma de poemas o en la misma Décima, sin parangón en pasadas obras, responden a este estado de ánimo.
La reacción de debilidad de Gustav fue para Alma su primera y gran oportunidad de asumir una posición dominante en la pareja y bien que la aprovechó. No era precisamente su mayor virtud la compasión. Sin quererlo, Gropius había dotado de un plumazo a Alma de un poder inesperado a la vez que le había solventado la pejiguera cuestión de sacar a la luz la relación. Pero todavía le faltaba dar una vuelta de tuerca más haciendo su aparición en Toblach.
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Psanquin, nos dejas colgados de tus palabras.. ¿Qué ocurrió después???!!!!!!!!
Ludovyk- Cantidad de envíos : 1008
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Pero si ya sabéis lo que pasó Más tan pronto pueda... ando siempre de aqui para allí aunque siempre por motivos agradables
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
2 de Agosto: Gropius, en su respuesta a la carta de Alma pidiéndole una aclaración, sorprendentemente no hace ningún esfuerzo por explicar lo sucedido:
“Tu carta hace que sienta una terrible ansiedad por vosotros. Pero no te la tomes trágicamente. Me volveré loco si no me pides que vaya ¡Me justificaré ante los dos y aclararé todo el misterio!”
El misterio nunca sería aclarado pues Gropius nunca ofreció una explicación convincente a Alma. Siempre permanecerá la duda de si su despiste fue intencionado o no. La Grange a finales de los cincuenta tuvo la oportunidad de hablar sobre la cuestión con Gropius en persona. En ese momento éste insistió en que había sido un error suyo. Aunque ésta es la forma en que Gropius ha querido que el incidente pase a la historia esto resulta bastante increíble. Es interesante apuntar como en una carta escrita en septiembre de 1911 a Alma, Gropius se arripiente en cierto modo de su conducta: “Veré si puedo envolver mi amor en una forma tan hermosa que sea digno de ti y pueda compensarte por el sufrimiento que os infringí a Gustav y a ti debido a mi imprudente inmadurez.”
Por ironías de la vida coincidiendo con estos días de zozobra que Mahler está viviendo le llega una carta de Arnold Schoenberg –quien curiosamente unos años antes había vivido una dramática situación de infidelidad conyugal- pidiéndole ayuda económica. Schoenberg, que percibía unos mínimos derechos por sus obras, ha volcado sin éxito su energía en la pintura con la esperanza de conseguir elevadas sumas pero la única exposición es un fracaso y su propuesta de admisión al conservatorio es diferida un año.
Precisamente en junio Mahler había escrito al presidente del conservatorio una entusiasta carta de recomendación:
Estimado President von Weiner,
En respuesta a su cuestión tengo el placer de informarle que apoyo en todos sus extremos la solicitud de Herr Schoenberg. Es uno de esos creadores que necesariamente provocan oposición, pero a la vez profunda excitación y emoción. Su obra siempre tiene un efecto estimulante y profundo en la mente de la gente. Cuando además en el presente caso es evidente muy particularmente una capacidad pedadgógica tan notable, creo que cualquier administrador de conservatorio debería tomar lo que se le ofrece con ambas manos.
El día 2 de agosto Schoenberg escribe esta carta desesperada a Mahler:
Mi querido Herr Direktor,
Difícilmente puedo transmitirle lo horrible que es para mi tener que escribir esta carta precisamente a usted. Pero no se puede imaginar todos los imposibles que he intentado -pero también los posibles- y sin embargo todo ha sido inútil. Estoy realmente en una situación desesperada, de otra manera nunca me hubiese atrevido a escribirle esto. Incluso el hecho de que usted el año pasado me ofreciese su ayuda no hace más que aumentar mis reparos.
El hecho es que no tengo dinero ni para pagar mi alquiler. Fue algo imprudente por mi parte mudarme a un apartamento más grande cuando estaba ganando menos. Pero hay muchas circunstancias que deberían excusarme. Esperanzas frustadas a punto de cumplirse en las que uno nunca hubiese imaginado y más cosas de ese estilo. Me veo obligado a pedirle un préstamo de 300 a 400 a Gulden. Podría el próximo año, cuando forme parte del Conservatorio, devolvérselo.
Ni que decir tiene lo infeliz que me hace el tener que teñir mi relación con usted planteándole tal cuestión. Es más, debo decirle: No lo hubiese hecho por mí pero no me queda más remedio que hacerlo. Cuando se tiene una mujer y un hijo no es uno únicamente lo que importa.
Le pediría que me contestase telegráficamente si puede completar mi petición. Y si no es mucho problema que me envíe el dinero vía telegráficamente o express.
Le pido con toda la intensidad que no se enfade. Sólo tengo un deseo; que su actitud hacia mi no sea desfavorablemente influenciada por esto.
Su Arnold Schoenberg.
3 de Agosto: La respuesta de Gustav no se hace esperar. Inmediatamente le envía un telegrama a Schoenberg acompañadao del dinero solicitado:
Enormemente encantado de haber sido capaz de ayudarle. No merece la pena comentarlo. Sinceremante suyo. Mahler
Ese mismo día Alma escribe a Gropius insistiendo en que éste le aclare el desaguisado (aun no le ha llegado la carta de Gropius escrita el día 2):
Mi Walter,
No te enfades si no te respondí como te gustaría. Estoy pasando el peor momento de mi vida. Tengo que decidir sobre la vida y la muerte. Que sencillo es ser pasivo en comparación a la horrible tortura de la responsabilidad que uno asume al ser activo.
El sobre era azul grisáceo –y el destinatario estaba escrito de tu mano- o sino era una muy buena imitación.
Era: Herrn Gustav Mahler Toblach Tirol.
Ahora estoy casi convencida de que con las prisas por perder el tren correo olvidaste poner la dirección correcta ¡Ojalá sea así!
¡No es mi asunto! Ahora estoy obligada a tomar una decisión.
Estoy viviendo algo que nunca hubiese imaginado posible. El amor de Gustav hacia mi es tan ilimitado que el que yo siga a su lado –a pesar de lo sucedido- significa para él vivir, pero si yo parto supondrá su muerte.
Recuerda que todo depende de mi y entiende que no puedo escribirte con absoluta libertad. Gustav es como un enfermo pero maravilloso niño. Escribe francamente y honestamente y dime que esperas del futuro. Cómo arreglarías las cosas y que me sucedería a mi. Si yo decidiese de una vida de amor a tu lado… cuando pienso en ello… mi Walter… ¡pensar que podría verme privada de tu intenso amor para el resto de mi vida!
Oh, mi amado; como pesa la palabra. Escríbeme – ayudame- No sé que debería hacer, qué tengo el derecho de hacer.
Estoy en la cama. La excitación de los últimos días ha sido mucho para mi.
Alma
P.D. Escríbeme por encima de todo para decirme si todavía me amas exactamente en la misma manera y que esperas de mi.
Te escribiré lo antes posible.
Alma
“Tu carta hace que sienta una terrible ansiedad por vosotros. Pero no te la tomes trágicamente. Me volveré loco si no me pides que vaya ¡Me justificaré ante los dos y aclararé todo el misterio!”
El misterio nunca sería aclarado pues Gropius nunca ofreció una explicación convincente a Alma. Siempre permanecerá la duda de si su despiste fue intencionado o no. La Grange a finales de los cincuenta tuvo la oportunidad de hablar sobre la cuestión con Gropius en persona. En ese momento éste insistió en que había sido un error suyo. Aunque ésta es la forma en que Gropius ha querido que el incidente pase a la historia esto resulta bastante increíble. Es interesante apuntar como en una carta escrita en septiembre de 1911 a Alma, Gropius se arripiente en cierto modo de su conducta: “Veré si puedo envolver mi amor en una forma tan hermosa que sea digno de ti y pueda compensarte por el sufrimiento que os infringí a Gustav y a ti debido a mi imprudente inmadurez.”
Por ironías de la vida coincidiendo con estos días de zozobra que Mahler está viviendo le llega una carta de Arnold Schoenberg –quien curiosamente unos años antes había vivido una dramática situación de infidelidad conyugal- pidiéndole ayuda económica. Schoenberg, que percibía unos mínimos derechos por sus obras, ha volcado sin éxito su energía en la pintura con la esperanza de conseguir elevadas sumas pero la única exposición es un fracaso y su propuesta de admisión al conservatorio es diferida un año.
Precisamente en junio Mahler había escrito al presidente del conservatorio una entusiasta carta de recomendación:
Estimado President von Weiner,
En respuesta a su cuestión tengo el placer de informarle que apoyo en todos sus extremos la solicitud de Herr Schoenberg. Es uno de esos creadores que necesariamente provocan oposición, pero a la vez profunda excitación y emoción. Su obra siempre tiene un efecto estimulante y profundo en la mente de la gente. Cuando además en el presente caso es evidente muy particularmente una capacidad pedadgógica tan notable, creo que cualquier administrador de conservatorio debería tomar lo que se le ofrece con ambas manos.
El día 2 de agosto Schoenberg escribe esta carta desesperada a Mahler:
Mi querido Herr Direktor,
Difícilmente puedo transmitirle lo horrible que es para mi tener que escribir esta carta precisamente a usted. Pero no se puede imaginar todos los imposibles que he intentado -pero también los posibles- y sin embargo todo ha sido inútil. Estoy realmente en una situación desesperada, de otra manera nunca me hubiese atrevido a escribirle esto. Incluso el hecho de que usted el año pasado me ofreciese su ayuda no hace más que aumentar mis reparos.
El hecho es que no tengo dinero ni para pagar mi alquiler. Fue algo imprudente por mi parte mudarme a un apartamento más grande cuando estaba ganando menos. Pero hay muchas circunstancias que deberían excusarme. Esperanzas frustadas a punto de cumplirse en las que uno nunca hubiese imaginado y más cosas de ese estilo. Me veo obligado a pedirle un préstamo de 300 a 400 a Gulden. Podría el próximo año, cuando forme parte del Conservatorio, devolvérselo.
Ni que decir tiene lo infeliz que me hace el tener que teñir mi relación con usted planteándole tal cuestión. Es más, debo decirle: No lo hubiese hecho por mí pero no me queda más remedio que hacerlo. Cuando se tiene una mujer y un hijo no es uno únicamente lo que importa.
Le pediría que me contestase telegráficamente si puede completar mi petición. Y si no es mucho problema que me envíe el dinero vía telegráficamente o express.
Le pido con toda la intensidad que no se enfade. Sólo tengo un deseo; que su actitud hacia mi no sea desfavorablemente influenciada por esto.
Su Arnold Schoenberg.
3 de Agosto: La respuesta de Gustav no se hace esperar. Inmediatamente le envía un telegrama a Schoenberg acompañadao del dinero solicitado:
Enormemente encantado de haber sido capaz de ayudarle. No merece la pena comentarlo. Sinceremante suyo. Mahler
Ese mismo día Alma escribe a Gropius insistiendo en que éste le aclare el desaguisado (aun no le ha llegado la carta de Gropius escrita el día 2):
Mi Walter,
No te enfades si no te respondí como te gustaría. Estoy pasando el peor momento de mi vida. Tengo que decidir sobre la vida y la muerte. Que sencillo es ser pasivo en comparación a la horrible tortura de la responsabilidad que uno asume al ser activo.
El sobre era azul grisáceo –y el destinatario estaba escrito de tu mano- o sino era una muy buena imitación.
Era: Herrn Gustav Mahler Toblach Tirol.
Ahora estoy casi convencida de que con las prisas por perder el tren correo olvidaste poner la dirección correcta ¡Ojalá sea así!
¡No es mi asunto! Ahora estoy obligada a tomar una decisión.
Estoy viviendo algo que nunca hubiese imaginado posible. El amor de Gustav hacia mi es tan ilimitado que el que yo siga a su lado –a pesar de lo sucedido- significa para él vivir, pero si yo parto supondrá su muerte.
Recuerda que todo depende de mi y entiende que no puedo escribirte con absoluta libertad. Gustav es como un enfermo pero maravilloso niño. Escribe francamente y honestamente y dime que esperas del futuro. Cómo arreglarías las cosas y que me sucedería a mi. Si yo decidiese de una vida de amor a tu lado… cuando pienso en ello… mi Walter… ¡pensar que podría verme privada de tu intenso amor para el resto de mi vida!
Oh, mi amado; como pesa la palabra. Escríbeme – ayudame- No sé que debería hacer, qué tengo el derecho de hacer.
Estoy en la cama. La excitación de los últimos días ha sido mucho para mi.
Alma
P.D. Escríbeme por encima de todo para decirme si todavía me amas exactamente en la misma manera y que esperas de mi.
Te escribiré lo antes posible.
Alma
Última edición por Psanquin el 12/8/2010, 16:39, editado 1 vez
Psanquin- administrador
- Cantidad de envíos : 8413
Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
No se, pero me da que esta mujer era demasiado impresionable. Mucho tuvo que impresionarle Mahler para renunciar a sus proyectos y aceptar el papel pasivo del que se ha hablado. Y mucho tuvo que impresionarle tambien Gropius para arriesgar ocho años de matrimonio, una hija, y un compromiso adquirido "voluntariamente" - la impresionabilidad quizás merezca unas comillas -. Esta es la conclusión que saco desde mi perspectiva de principios del siglo XXI, contando con un amplio margen de error al haber cambiado tanto las cosas en este sentido.
Hades- Cantidad de envíos : 805
Edad : 36
Fecha de inscripción : 29/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Hola Hades! Muy interesantes tus impresiones. Es realmente complicado hablar sobre Alma; la conocemos por sus actos pero no por sus pensamientos o sus motivaciones. Al haber destruido toda su correspondencia con Gustav ha ocultado a la historia una buena parte de su personalidad. Es una suerte que Gropius sí haya podido conservar su correspondencia y la verdad es que no sale bien parada.
Sí es una suerte contar con sus diarios de juventud, que se interrumpen cuando se casa con Mahler. Ahí si que emerge un retrato psicológico valiosísimo. A mi personalmente me resulta especialmente atractiva la Alma que allí se nos representa: plena de ideales, víctima de la presión familiar, de la discriminación imperante, apasionada, generosa. También es cierto que en los Tagebuch aflora la Alma frívola que utiliza sus armas de mujer impunemente. La Grange de hecho en este cuarto volumen utiliza estos diarios para criticar la actitud de Alma hacia Mahler y hacia los hombres en general. Sí, realmente las acusaciones que lanza contra Mahler en esta crisis son muy injustas. Su historial no es precisamente ejemplar como para sentar cátedra de convivencia.
Ahora ¿impresionable? No lo sé. Tanto Mahler como Gropius eran personalidades que dejaban huella. Parece lógico que a ella también le marcasen; pero desde luego no fue detrás de ellos obcecada. Ella sabía muy bien lo que quería y no tuvo inconveniente en hacer daño primero a Zemilnsky y posteriormente a Mahler para conseguirlo. En cuanto a proyectos, yo creo que ella no tenía ningún proyecto en la vida que tuviese que dejar atrás con su matrimonio con Mahler. Así de triste pero de la narración de su día a día en sus diarios es lo que se desprende. Tenía un gran interés por la pintura, el diseño y la música pero era consciente de que no tenía talento ni capacidad de trabajo para ninguno de esos frentes. Ella misma lo reconoce. Saludos!
Sí es una suerte contar con sus diarios de juventud, que se interrumpen cuando se casa con Mahler. Ahí si que emerge un retrato psicológico valiosísimo. A mi personalmente me resulta especialmente atractiva la Alma que allí se nos representa: plena de ideales, víctima de la presión familiar, de la discriminación imperante, apasionada, generosa. También es cierto que en los Tagebuch aflora la Alma frívola que utiliza sus armas de mujer impunemente. La Grange de hecho en este cuarto volumen utiliza estos diarios para criticar la actitud de Alma hacia Mahler y hacia los hombres en general. Sí, realmente las acusaciones que lanza contra Mahler en esta crisis son muy injustas. Su historial no es precisamente ejemplar como para sentar cátedra de convivencia.
Ahora ¿impresionable? No lo sé. Tanto Mahler como Gropius eran personalidades que dejaban huella. Parece lógico que a ella también le marcasen; pero desde luego no fue detrás de ellos obcecada. Ella sabía muy bien lo que quería y no tuvo inconveniente en hacer daño primero a Zemilnsky y posteriormente a Mahler para conseguirlo. En cuanto a proyectos, yo creo que ella no tenía ningún proyecto en la vida que tuviese que dejar atrás con su matrimonio con Mahler. Así de triste pero de la narración de su día a día en sus diarios es lo que se desprende. Tenía un gran interés por la pintura, el diseño y la música pero era consciente de que no tenía talento ni capacidad de trabajo para ninguno de esos frentes. Ella misma lo reconoce. Saludos!
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
4 de Agosto: Schoenberg envía a Mahler esta carta de agradecimiento:
Mi querido herr Direktor,
Hoy he recibido 800 kronen de Mietke en su nombre. Lo ha hecho tan rápido como todos los buenos impulsos en los que el hombre realmente noble no necesita resolver ninguna duda y no necesita ningún impulso externo a él. Simplemente brotan de él, como una secreción de su esencia.
¿Se pueden dar las gracias ante tal hecho?
Uno debería; de hecho desearía hacerlo. Pero en mi cabeza pesa el que no quiero que mi veneración por usted se mezcle con unos motivos tan irrelevantes. No es que haya ningún peligro; pero debería mantener mi veneración independiente de la gratitud. Ni debería incluso parecer que ambas estén relacionadas. Pero no lo están; cuando reflexiono sobre el honor que supone el ser admitido en su círculo más próximo, esto supone tener la oportunidad de ser agradecido con usted y esto me hace sentir mejor. Y cuando reflexiono sobre esta cuestión, de la cual no me puedo sentir orgulloso, la pureza de sus sentimientos me protege de cualquier sospecha de ligereza. Por otra parte, cuando las cuestiones positivas que surgen de mi se convierten en negativas al entrar en la órbita de lo impuro, me siento tranquilizado por la expresión de un espíritu que es la máxima aspiración de mi vida convertir en mío.
¡Quizás estoy exagerando una vez más! Pero si usted supiera como estos pensamientos forman parte de mi y como esta carta es sólo un torpe intento de expresarlos, usted compensaría este pecado contra el mal gusto con mi excesiva admiración hacia el bien.
Por que este exceso es la fiebre que emana de esta alma impura. Y es mi ambición el ser al menos tan puro como usted, ¡ya que me es negado ser tan grande!
Suyo
Arnold Schoenberg
Mi querido herr Direktor,
Hoy he recibido 800 kronen de Mietke en su nombre. Lo ha hecho tan rápido como todos los buenos impulsos en los que el hombre realmente noble no necesita resolver ninguna duda y no necesita ningún impulso externo a él. Simplemente brotan de él, como una secreción de su esencia.
¿Se pueden dar las gracias ante tal hecho?
Uno debería; de hecho desearía hacerlo. Pero en mi cabeza pesa el que no quiero que mi veneración por usted se mezcle con unos motivos tan irrelevantes. No es que haya ningún peligro; pero debería mantener mi veneración independiente de la gratitud. Ni debería incluso parecer que ambas estén relacionadas. Pero no lo están; cuando reflexiono sobre el honor que supone el ser admitido en su círculo más próximo, esto supone tener la oportunidad de ser agradecido con usted y esto me hace sentir mejor. Y cuando reflexiono sobre esta cuestión, de la cual no me puedo sentir orgulloso, la pureza de sus sentimientos me protege de cualquier sospecha de ligereza. Por otra parte, cuando las cuestiones positivas que surgen de mi se convierten en negativas al entrar en la órbita de lo impuro, me siento tranquilizado por la expresión de un espíritu que es la máxima aspiración de mi vida convertir en mío.
¡Quizás estoy exagerando una vez más! Pero si usted supiera como estos pensamientos forman parte de mi y como esta carta es sólo un torpe intento de expresarlos, usted compensaría este pecado contra el mal gusto con mi excesiva admiración hacia el bien.
Por que este exceso es la fiebre que emana de esta alma impura. Y es mi ambición el ser al menos tan puro como usted, ¡ya que me es negado ser tan grande!
Suyo
Arnold Schoenberg
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
5 de Agosto: No se sabe con seguridad la fecha pero sí que el 4 ó el 5 de agosto –probablemente esta última fecha- este drama familiar alcanza su clímax de dramatismo. Gropius cumple su amenaza y hace aparición en Toblach. En su última carta a Alma le había escrito una vez más que planeaba “visitar Toblach para justificarse ante Mahler, tener al menos una hora para hablar, dar y recibir consuelo y a continuación marchar sin forzar nada entre los dos.”
Alma cuenta como “paseando por los alrededores de la casa observó a Gropius escondido bajo un puente. Más tarde me comentó que ya llevaba algún tiempo en las cercanías buscando el momento de encontrarme para poder explicarme los motivos de la carta. Mi corazón se paralizó al verle, no por la alegría sino por el miedo. Volví a casa al momento para decírselo a Mahler y el dijo “Iré a buscarlo y lo traeré conmigo”. Partió para Toblach donde lo encontró al pronto “Ven conmigo” le dijo. No hablaron nada más.
La noche había caído con lo que caminaron en silencio hasta la casa. Mahler al frente con una linterna y Gropius detrás. Yo esperaba en mi habitación. Mahler llegó muy serio. Dudé un tiempo si hablar con él, pero cuando lo hice al poco interrumpí la charla pues estaba preocupada por Gustav. Éste caminaba de un lado a otro de la habitación. Bajo la luz de dos velas leía la Biblia “Cualquier cosa que hagas será correcta”, dijo. “Toma una decisión” ¡Yo no tenía elección!”
Hasta aquí el relato de Alma de esta dramática jornada. Gropius permanecería en la casa hasta el día siguiente en el que retomaremos el relato.
Gropius ofreció algún detalle más de este encuentro –sin especial relevancia- en su entrevista con La Grange. Según él tan pronto como llegó a Toblach se acercó a la casa pero el perro guardián le alejó de la misma. Al poco observó como Mahler iba al barbero, pero hasta el día siguiente no fue encontrado por Alma escondido debajo del puente.
Querido Herr Gutmann,
Acabo de recibir su carta sobre el aumento de efectivos del coro la cual se ha cruzado con la mia. Inmediatamente le digo que por supuesto no me incumbe en absoluto el aspecto económico de la cuestión pero permaneceré firme en esta materia. Como lo solucione me es indiferente. Estoy convencido –y me ha dado ya espléndidas pruebas de ello- que lo conseguirá de la mejor forma posible.
Frau Releer-Schnaudt [Segunda contralto en el estreno de la Octava] cantó para mi ayer. Pero mi querido Gutmann, me temo que no es la voz adecuada. A cualquier precio intente contar con Kittel para que así podamos tener una carta bajo la manga. Así no tendré que tomar la decisión definitiva hoy.
Algo más de mucha importancia: he leido para mi espanto que una espabilada editorial (Schlesinger´s Musikal) ya ha lanzando una “guia” sobre la Octava [se trata del “Analisis temático de la Octava Sinfonía” escrito por Edgar Istel, publicado en: Der Musikführer]. Estoy horrorizado, le pido que se asegure que bajo ninguna circunstancia sea distribuida en el Festhall nada que no sea las notas de programa obligatorias con los textos y quizás la partitura pianística con el texto. Por favor supervise toda la sala. Me estropearía toda interpretación si yo me encontrara con una sóla “guia” musical en la sala de conciertos.
Mis mejores deseos,
Mahler
Se conserva otra carta a Gutmann sin datar pero escrita en estas fechas en la cual se discute la posibilidad de un concierto en París en el mes de Octubre.
Querido Herr Gutmann,
El 14 de Octubre es prácticamente imposible para mi ya que no puedo estar en París antes del [fecha ilegible]. Estaré a su disposición el 16, 17 ó 18. Pero los ensayos tendrían que tener lugar anteriormente (quizás en Munich el 14) ¡Disculpe el lio y las prisas!
Reserveme un apartamento desde el 5 de Septiembre con dos habitaciones y baño en el Continental, que mire hacia el lado contrario de la calle para que así no haya excesivo ruido de tráfico. Neusser sin embargo me ha asegurado que el Die Jahreszeitten cuenta con unos apartamentos verdaderamente tranquilos ¿qué le parece?
Por favor pregunte allí. En Junio ya hablé yo con el manager.
Por favor hagame saber lo que hable al respecto.
Muy sinceramente suyo.
Mahler
P.D: Estoy decidido po el holandés como solista (en este momento no me acuerdo de su nombre).
Esta última referencia se refiere claramente al concierto de París en el que el cantante podría ser Johannes Messchaert a quien Mahler había acompañado al piano en Febrero de 1907 en Berlín.
Alma cuenta como “paseando por los alrededores de la casa observó a Gropius escondido bajo un puente. Más tarde me comentó que ya llevaba algún tiempo en las cercanías buscando el momento de encontrarme para poder explicarme los motivos de la carta. Mi corazón se paralizó al verle, no por la alegría sino por el miedo. Volví a casa al momento para decírselo a Mahler y el dijo “Iré a buscarlo y lo traeré conmigo”. Partió para Toblach donde lo encontró al pronto “Ven conmigo” le dijo. No hablaron nada más.
La noche había caído con lo que caminaron en silencio hasta la casa. Mahler al frente con una linterna y Gropius detrás. Yo esperaba en mi habitación. Mahler llegó muy serio. Dudé un tiempo si hablar con él, pero cuando lo hice al poco interrumpí la charla pues estaba preocupada por Gustav. Éste caminaba de un lado a otro de la habitación. Bajo la luz de dos velas leía la Biblia “Cualquier cosa que hagas será correcta”, dijo. “Toma una decisión” ¡Yo no tenía elección!”
Hasta aquí el relato de Alma de esta dramática jornada. Gropius permanecería en la casa hasta el día siguiente en el que retomaremos el relato.
Gropius ofreció algún detalle más de este encuentro –sin especial relevancia- en su entrevista con La Grange. Según él tan pronto como llegó a Toblach se acercó a la casa pero el perro guardián le alejó de la misma. Al poco observó como Mahler iba al barbero, pero hasta el día siguiente no fue encontrado por Alma escondido debajo del puente.
* * *
Probablemente con anterioridad al incidente Mahler escribió ese mismo día la carta siguiente a Gutmann, con nuevos preparativos para la Octava:Querido Herr Gutmann,
Acabo de recibir su carta sobre el aumento de efectivos del coro la cual se ha cruzado con la mia. Inmediatamente le digo que por supuesto no me incumbe en absoluto el aspecto económico de la cuestión pero permaneceré firme en esta materia. Como lo solucione me es indiferente. Estoy convencido –y me ha dado ya espléndidas pruebas de ello- que lo conseguirá de la mejor forma posible.
Frau Releer-Schnaudt [Segunda contralto en el estreno de la Octava] cantó para mi ayer. Pero mi querido Gutmann, me temo que no es la voz adecuada. A cualquier precio intente contar con Kittel para que así podamos tener una carta bajo la manga. Así no tendré que tomar la decisión definitiva hoy.
Algo más de mucha importancia: he leido para mi espanto que una espabilada editorial (Schlesinger´s Musikal) ya ha lanzando una “guia” sobre la Octava [se trata del “Analisis temático de la Octava Sinfonía” escrito por Edgar Istel, publicado en: Der Musikführer]. Estoy horrorizado, le pido que se asegure que bajo ninguna circunstancia sea distribuida en el Festhall nada que no sea las notas de programa obligatorias con los textos y quizás la partitura pianística con el texto. Por favor supervise toda la sala. Me estropearía toda interpretación si yo me encontrara con una sóla “guia” musical en la sala de conciertos.
Mis mejores deseos,
Mahler
Se conserva otra carta a Gutmann sin datar pero escrita en estas fechas en la cual se discute la posibilidad de un concierto en París en el mes de Octubre.
Querido Herr Gutmann,
El 14 de Octubre es prácticamente imposible para mi ya que no puedo estar en París antes del [fecha ilegible]. Estaré a su disposición el 16, 17 ó 18. Pero los ensayos tendrían que tener lugar anteriormente (quizás en Munich el 14) ¡Disculpe el lio y las prisas!
Reserveme un apartamento desde el 5 de Septiembre con dos habitaciones y baño en el Continental, que mire hacia el lado contrario de la calle para que así no haya excesivo ruido de tráfico. Neusser sin embargo me ha asegurado que el Die Jahreszeitten cuenta con unos apartamentos verdaderamente tranquilos ¿qué le parece?
Por favor pregunte allí. En Junio ya hablé yo con el manager.
Por favor hagame saber lo que hable al respecto.
Muy sinceramente suyo.
Mahler
P.D: Estoy decidido po el holandés como solista (en este momento no me acuerdo de su nombre).
Esta última referencia se refiere claramente al concierto de París en el que el cantante podría ser Johannes Messchaert a quien Mahler había acompañado al piano en Febrero de 1907 en Berlín.
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
6 de Agosto: Aunque no está detallado por Alma en sus memorias es interesante señalar que antes de llevar a Gropius a la estación ambos hicieron un breve recorrido siguiendo la carretera hasta Cortina en los hermosos Dolomitas.
El relato de los Erinnerungen es éste: “A la mañana siguiente conduje hasta Toblach pues Gropius partía. Le llevé hasta la estación y volví a casa lo más rápido que pude. Mahler había hecho parte del camino en mi busca pues temía que en el último momento hubiese marchado con Gropius. Éste me envió un telegrama desde cada estación en la que paró el tren. A estos le sucedieron largas misivas llenas de peticiones y promesas pero Mahler las superó con los hermosos versos que escribió durante aquellos días.
No podría imaginarme la vida sin él, incluso aunque el sentimiento de que estaba desperdiciando mi vida me deprimía. Pero no podía imaginar la vida con otro hombre. A veces me había planteado alejarme un tiempo para empezar de cero pero nunca con ninguna otra persona. Mahler era el centro de mi existencia y continuaría siéndolo.”
Aunque esta es la versión que Alma legó a la posteridad lo cierto es que no sólo había considerado la posibilidad del divorcio sino que además estaba firmemente decidida a retener a Gropius como su amante.
En la entrevista citada con La Grange Gropius se limitó a comentarle la versión oficial; Alma había decidido firmemente permanecer con Gustav. Anecdóticamente Gropius recuerda como Mahler se había despedido solemnemente acompañándole hasta la entrada de la casa y llevando el sombrero del amante en su mano.
Estos relatos no deben hacer olvidar el sufrimiento que Mahler vivió con esta visita. Si la inesperada carta había sido un primer mazazo esta visita fue una prueba todavía más dolorosa. Alma en una carta a Gropius escrita un año después –el 9 de agosto- todavía recuerda “la angustiada mirada en la faz de Mahler cuando esa tarde me dejó marchar contigo ¡Qué tortura estaba viviendo!”.
Antes de marchar de Toblach Gropius escribió a Mahler una solemne carta de despedida de la cual ha sobrevivido un borrador entre sus papeles:
“Desafortunadamente hemos tenido tan poco que decirnos. Me duele haberle causado tanto dolor. Déjeme al menos agradecerle la nobleza con la que me ha tratado. Estrecho su mano por última vez.”
El relato de los Erinnerungen es éste: “A la mañana siguiente conduje hasta Toblach pues Gropius partía. Le llevé hasta la estación y volví a casa lo más rápido que pude. Mahler había hecho parte del camino en mi busca pues temía que en el último momento hubiese marchado con Gropius. Éste me envió un telegrama desde cada estación en la que paró el tren. A estos le sucedieron largas misivas llenas de peticiones y promesas pero Mahler las superó con los hermosos versos que escribió durante aquellos días.
No podría imaginarme la vida sin él, incluso aunque el sentimiento de que estaba desperdiciando mi vida me deprimía. Pero no podía imaginar la vida con otro hombre. A veces me había planteado alejarme un tiempo para empezar de cero pero nunca con ninguna otra persona. Mahler era el centro de mi existencia y continuaría siéndolo.”
Aunque esta es la versión que Alma legó a la posteridad lo cierto es que no sólo había considerado la posibilidad del divorcio sino que además estaba firmemente decidida a retener a Gropius como su amante.
En la entrevista citada con La Grange Gropius se limitó a comentarle la versión oficial; Alma había decidido firmemente permanecer con Gustav. Anecdóticamente Gropius recuerda como Mahler se había despedido solemnemente acompañándole hasta la entrada de la casa y llevando el sombrero del amante en su mano.
Estos relatos no deben hacer olvidar el sufrimiento que Mahler vivió con esta visita. Si la inesperada carta había sido un primer mazazo esta visita fue una prueba todavía más dolorosa. Alma en una carta a Gropius escrita un año después –el 9 de agosto- todavía recuerda “la angustiada mirada en la faz de Mahler cuando esa tarde me dejó marchar contigo ¡Qué tortura estaba viviendo!”.
Antes de marchar de Toblach Gropius escribió a Mahler una solemne carta de despedida de la cual ha sobrevivido un borrador entre sus papeles:
“Desafortunadamente hemos tenido tan poco que decirnos. Me duele haberle causado tanto dolor. Déjeme al menos agradecerle la nobleza con la que me ha tratado. Estrecho su mano por última vez.”
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
7 de Agosto: Aunque Alma había prometido interrumpir su correspondencia con Gropius, esto obviamente no sucedió. Al día siguiente de su partida escribió a Gropius:
“Gustav me estaba esperando en casa en un estado tristísimo ¡Él desearía, aunque sólo fuese por un día, ser tú! Casi todo el tiempo está a mi lado. Pienso que ha sido una suerte que vinieses.”
Este día Anna Moll se unía a la pareja en Toblach.
8 de Agosto: Nueva carta a Gropius:
“Gustav ha cambiado muchísimo. Ya no me molesta más con su sensualidad, y esto lo agradezco, al menos en este momento.
Mamá está aquí –llegó ayer- todo ha vuelto a ser agradable y estimulante de nuevo”.
En está misma carta le comunica que "hoy es el primer día que Gustav ha acudido a su cabaña a trabajar ¡Estamos muy felices por ello!" Sin duda la propia Alma le instó a ello pues una de las muchas notas escritas por Gustav a Alma estos dias así lo da a entender:"Mi señora me ha ordenado que bajé hasta aquí".
Paralelamente la prensa neoyorquina se hace eco del inminente extremo de la Octava. La expectación generada por el evento contrasta con el terrible día a día del compositor en Toblach.
10 de Agosto: Alma se muestra preocupada con los obstáculos que supondría el intentar una nueva vida con Walter:
“Debo comprobar si puedo soportar esta nueva vida hasta que yo –o sea tú- pueda estar contigo, hasta que tú tengas una vida independiente de forma que te pueda seguir con toda la confianza del mundo y puedas sin ansiedades llevarme a tu hogar. Hasta entonces intentaré progresar más y más de forma que podamos caminar hombro con hombro cuando estemos nuevamente juntos.”
Este día Mahler descubre los Lieder de Alma tal como ella cuenta en sus Memorias:
“En aquellos tormentosos días en una ocasión salí a pasear con nuetsra pequeña apodada Gucki. Según nos acercábamos de vuelta a la casa me quedé paralizada por la sorpresa ¡Estaba escuchando mis canciones cantadas y tocadas al piano! ¡Mis pobres olvidadas canciones! El ataúd que contenía estas creaciones era una carpeta que me acompañaba en nuestras vacaciones y que en otoña depositaba en Viena. Nunca había sido capaz de completarlas. Entré algo molesta y muy avergonzada en la habitación, pero Mahler me recibió con tanta alegría que enmudecí.
“¿Qué he hecho? Estas canciones son buenas ¡Realmente excelentes! Te pido que sigas trabajando sobre ellas y las publiquemos. Desde ahora no descansaré hasta que vuelvas a trabajar en ellas ¡Dios, que miope era entonces!”
Y Mahler las tocaba una y otra vez ¡tuve que sentarme y escucharlas diez años después! El se desbordó lanzando promesas y exclamaciones que sin duda sobrestimaban mi talento y por ello no las repetiré aquí.”
11 de Agosto: Que Walter sin duda presionaba a Alma para que se uniera a él lo demuestra la carta de Alma del día siguiente:
Mi Walter,
Ayer leí la carta en la cual me escribes sobre nuestro futuro. Walter, las cosas no pueden suceder tan rápidamente como piensas. Gustav yace todo el día a mis pies. No cesa de preguntarme suspirando “¿Vas a permanecer conmigo?”
Cuando se lo prometo me dice que he salvado su vida.
¡Eso es todo por ahora! Pero ahora la cuestión es únicamente: ¿Será tu amor lo suficientemente fuerte para sobrevivir a la prueba más difícil; es decir esperar y esperar?
Ahora mi sitio está aquí. Gustav es un enfermo pero maravilloso ser humano a quien no debo abandonar a su suerte. Tú sólo tienes 27 años y medio; la vida yace delante de ti. Espera por mi. Nunca buscaré otro hombre ¿Para qué habiéndote encontrado? Te amo sin límite. El amor que nace de tu corazón nunca abandonará mi existencia. Soy un par de años mayor que tú pero estoy convencida de que siempre te satisfaré. Aunque no me puedas tener contigo ¿me sentirás como tu prometida? El futuro no lo sabemos; puede marchar más rápido de lo que imaginamos.
Sólo prométeme una cosa: si alguna vez tu corazón se siente atraído por otra mujer –no me tengas en la ignorancia ¡Escribe y dímelo al momento! Entenderé lo que sea. Un hombre joven tan agraciado y encantador como tú recibirá no pocas proposiciones; uno de estos días tus juveniles sentidos podrían verse tentados.
Pero de lo que ahora sabemos sólamente una cosa es segura; hemos de ser puros el uno para el otro en todos los aspectos. Sigamos por este camino y pronto conseguiremos llenar nuestras vidas; amándonos sin pausa y confiadamente nunca nos pasará nada.”
Tu Alma
Siempre es revelador confrontar estas misivas con los Erinnerungen en los cuales Alma se retrata con una actitud mucho menos apasionada hacia Gropius. Estas memorias ofrecen sin embargo una interesante imagen del estado de ánimo de Mahler:
“Gustav se sentía celoso de todas las cosas y de todo el mundo; en el pasado se había mostrado indiferente a tales sentimientos. La puerta de nuestras contiguas habitaciones debía permanecer siempre abierta. Quería escuchar mi respiración. A menudo despertaba en medio de la noche y me lo encontraba a mi lado en la oscuridad. Cada día tenía que sacarlo de su estudio para comer. Tenía que hacerlo cuidadosamente pues a menudo yacía sobre el suelo llorando por el miedo a parederme o a haberme ya perdido. Decía que en el suelo estaba más cerca de la tierra. Hablamos el uno con el otro como nunca habíamos hablado. Pero no podía decirse toda la verdad. Mi amor sin límite hacia él había perdido su fuerza y su calidez; ahora que mis ojos habían sido abiertos por el impetuoso asalto del joven X [Gropius] me había dado cuenta de lo inmensamente ingenua que era. Sabía que mi matrimonio no era matrimonio y que mi vida había sido claramente insatisfactoria. Le oculté esta verdad, pero aunque el lo sabía tan bien como yo, interpretamos esta comedia hasta el final.
Después de haberle expuesto la cruda verdad con total honestidad sentía con más fuerza que nunca que no podía abandonarlo. Cuando se lo dije su cara se transfiguró. Su amor se convirtió en un éxtasis, no podía alejarse de mi ni un segundo.
Permanecíamos juntos llorando todo el día hasta que llegó mi madre en respuesta a mi petición de ayuda. Hasta que ella llegó no podíamos hacer otra cosa más que caminar juntos llorando todo el día.”
12 de Agosto: La respuesta de Gropius a la carta de Alma del día 11 ha sobrevivido en un reducido borrador. En ella promete ser paciente –no era su mayor virtud:
“Tu carta es seria. Aquí está la honesta respuesta que te debo. Tú, noble mujer, no debes temer que actúe mezquinamente. Quiero hacerte feliz nuevamente, ya que mis cartas deben haberte molestado. Quiero confortarte…
Si mi corazón sufre con tanta ansiedad e incertidumbre, la única cosa que le ayudará a superarlo es la fé: ella me ama. Sí Alma, confío en tu fidelidad y pureza. Siempre pensé en ti como una novia, incluso antes de que lo fueses.”
“Gustav me estaba esperando en casa en un estado tristísimo ¡Él desearía, aunque sólo fuese por un día, ser tú! Casi todo el tiempo está a mi lado. Pienso que ha sido una suerte que vinieses.”
Este día Anna Moll se unía a la pareja en Toblach.
8 de Agosto: Nueva carta a Gropius:
“Gustav ha cambiado muchísimo. Ya no me molesta más con su sensualidad, y esto lo agradezco, al menos en este momento.
Mamá está aquí –llegó ayer- todo ha vuelto a ser agradable y estimulante de nuevo”.
En está misma carta le comunica que "hoy es el primer día que Gustav ha acudido a su cabaña a trabajar ¡Estamos muy felices por ello!" Sin duda la propia Alma le instó a ello pues una de las muchas notas escritas por Gustav a Alma estos dias así lo da a entender:"Mi señora me ha ordenado que bajé hasta aquí".
Paralelamente la prensa neoyorquina se hace eco del inminente extremo de la Octava. La expectación generada por el evento contrasta con el terrible día a día del compositor en Toblach.
10 de Agosto: Alma se muestra preocupada con los obstáculos que supondría el intentar una nueva vida con Walter:
“Debo comprobar si puedo soportar esta nueva vida hasta que yo –o sea tú- pueda estar contigo, hasta que tú tengas una vida independiente de forma que te pueda seguir con toda la confianza del mundo y puedas sin ansiedades llevarme a tu hogar. Hasta entonces intentaré progresar más y más de forma que podamos caminar hombro con hombro cuando estemos nuevamente juntos.”
Este día Mahler descubre los Lieder de Alma tal como ella cuenta en sus Memorias:
“En aquellos tormentosos días en una ocasión salí a pasear con nuetsra pequeña apodada Gucki. Según nos acercábamos de vuelta a la casa me quedé paralizada por la sorpresa ¡Estaba escuchando mis canciones cantadas y tocadas al piano! ¡Mis pobres olvidadas canciones! El ataúd que contenía estas creaciones era una carpeta que me acompañaba en nuestras vacaciones y que en otoña depositaba en Viena. Nunca había sido capaz de completarlas. Entré algo molesta y muy avergonzada en la habitación, pero Mahler me recibió con tanta alegría que enmudecí.
“¿Qué he hecho? Estas canciones son buenas ¡Realmente excelentes! Te pido que sigas trabajando sobre ellas y las publiquemos. Desde ahora no descansaré hasta que vuelvas a trabajar en ellas ¡Dios, que miope era entonces!”
Y Mahler las tocaba una y otra vez ¡tuve que sentarme y escucharlas diez años después! El se desbordó lanzando promesas y exclamaciones que sin duda sobrestimaban mi talento y por ello no las repetiré aquí.”
11 de Agosto: Que Walter sin duda presionaba a Alma para que se uniera a él lo demuestra la carta de Alma del día siguiente:
Mi Walter,
Ayer leí la carta en la cual me escribes sobre nuestro futuro. Walter, las cosas no pueden suceder tan rápidamente como piensas. Gustav yace todo el día a mis pies. No cesa de preguntarme suspirando “¿Vas a permanecer conmigo?”
Cuando se lo prometo me dice que he salvado su vida.
¡Eso es todo por ahora! Pero ahora la cuestión es únicamente: ¿Será tu amor lo suficientemente fuerte para sobrevivir a la prueba más difícil; es decir esperar y esperar?
Ahora mi sitio está aquí. Gustav es un enfermo pero maravilloso ser humano a quien no debo abandonar a su suerte. Tú sólo tienes 27 años y medio; la vida yace delante de ti. Espera por mi. Nunca buscaré otro hombre ¿Para qué habiéndote encontrado? Te amo sin límite. El amor que nace de tu corazón nunca abandonará mi existencia. Soy un par de años mayor que tú pero estoy convencida de que siempre te satisfaré. Aunque no me puedas tener contigo ¿me sentirás como tu prometida? El futuro no lo sabemos; puede marchar más rápido de lo que imaginamos.
Sólo prométeme una cosa: si alguna vez tu corazón se siente atraído por otra mujer –no me tengas en la ignorancia ¡Escribe y dímelo al momento! Entenderé lo que sea. Un hombre joven tan agraciado y encantador como tú recibirá no pocas proposiciones; uno de estos días tus juveniles sentidos podrían verse tentados.
Pero de lo que ahora sabemos sólamente una cosa es segura; hemos de ser puros el uno para el otro en todos los aspectos. Sigamos por este camino y pronto conseguiremos llenar nuestras vidas; amándonos sin pausa y confiadamente nunca nos pasará nada.”
Tu Alma
Siempre es revelador confrontar estas misivas con los Erinnerungen en los cuales Alma se retrata con una actitud mucho menos apasionada hacia Gropius. Estas memorias ofrecen sin embargo una interesante imagen del estado de ánimo de Mahler:
“Gustav se sentía celoso de todas las cosas y de todo el mundo; en el pasado se había mostrado indiferente a tales sentimientos. La puerta de nuestras contiguas habitaciones debía permanecer siempre abierta. Quería escuchar mi respiración. A menudo despertaba en medio de la noche y me lo encontraba a mi lado en la oscuridad. Cada día tenía que sacarlo de su estudio para comer. Tenía que hacerlo cuidadosamente pues a menudo yacía sobre el suelo llorando por el miedo a parederme o a haberme ya perdido. Decía que en el suelo estaba más cerca de la tierra. Hablamos el uno con el otro como nunca habíamos hablado. Pero no podía decirse toda la verdad. Mi amor sin límite hacia él había perdido su fuerza y su calidez; ahora que mis ojos habían sido abiertos por el impetuoso asalto del joven X [Gropius] me había dado cuenta de lo inmensamente ingenua que era. Sabía que mi matrimonio no era matrimonio y que mi vida había sido claramente insatisfactoria. Le oculté esta verdad, pero aunque el lo sabía tan bien como yo, interpretamos esta comedia hasta el final.
Después de haberle expuesto la cruda verdad con total honestidad sentía con más fuerza que nunca que no podía abandonarlo. Cuando se lo dije su cara se transfiguró. Su amor se convirtió en un éxtasis, no podía alejarse de mi ni un segundo.
Permanecíamos juntos llorando todo el día hasta que llegó mi madre en respuesta a mi petición de ayuda. Hasta que ella llegó no podíamos hacer otra cosa más que caminar juntos llorando todo el día.”
12 de Agosto: La respuesta de Gropius a la carta de Alma del día 11 ha sobrevivido en un reducido borrador. En ella promete ser paciente –no era su mayor virtud:
“Tu carta es seria. Aquí está la honesta respuesta que te debo. Tú, noble mujer, no debes temer que actúe mezquinamente. Quiero hacerte feliz nuevamente, ya que mis cartas deben haberte molestado. Quiero confortarte…
Si mi corazón sufre con tanta ansiedad e incertidumbre, la única cosa que le ayudará a superarlo es la fé: ella me ama. Sí Alma, confío en tu fidelidad y pureza. Siempre pensé en ti como una novia, incluso antes de que lo fueses.”
Última edición por Psanquin el 14/12/2010, 12:35, editado 4 veces
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Prosigue el culebrón
Con una simple lectura, me sigue pareciendo que esta Alma era altamente impresionable. Claro que esta impresionabilidad podía ser igualmente una máscara para justificarse. De todas formas, ¿qué impulsa a una mujer de veintipocos años, guapa y con media Viena a sus pies, a casarse con un hombre diez años mayor, inmerso en su faceta de compositor y - como se deduce de esta cronología - no del todo sensible hacia las verdaderas necesidades de ella? Por otra parte, ¿por qué en el verano de 1910 se lo monta con Gropius y, sin embargo, es incapaz de romper su compromiso con Mahler? Leyendo su carta a Gropius, se deduce que las cualidades de éste - 27 años, muy atractivo a sus ojos - bien pudieron haberla impresionado, al igual que lo hizo el deplorable estado en el que debió quedar Mahler tras ponerse al corriente de estos acontecimientos. Por eso se podría concluir que ama a uno pero se niega a abandonar al otro.
Con todo, tambien podía existir la posibilidad - que ya he apuntado - de que utilizase esa impresionabilidad para quedar mejor ante los demás, o incluso para autojustificarse. Siempre será preferible hacer daño bajo una serie de pasiones más o menos atávicas - y la atracción física tiene mucho de eso - , que hacerlo con total conocimiento y consentimiento, o incluso teniéndolo todo perfectamente calculado. Conozco a personas que ponen esta clase de excusas - ya sea en el terreno sentimental o en otros - y, la verdad, muchos/as se lo tragan. Si esto es un patrón de comportamiento, bien pudo haberse dado entre personas que vivieron hace cien años.
De todas formas, entiendo en parte el comportamiento de Alma. Leyendo algunas de las cartas de Mahler, se diría que, además de ser muy cariñoso con ella, estaba demasiado centrado en sí mismo y en sus circunstancias - el detalle de que quería que le enviase unos calcetines en concreto me descolocó -, lo cual podría ser comprensible si Alma fuese la clásica housewife de la época. Pero el caso es que no lo era o no estaba dispuesta a serlo, y por este motivo Mahler pecó de ingenuo. Aunque claro, contando con el factor impresionabilidad, el premio a la ingenuidad se lo llevaría ella, casandose tan joven y aceptando unas condiciones que después no iba a ser capaz de cumplir.
Con todo, yo de Mahler la habría mandado a paseo, sinceramente.
Con una simple lectura, me sigue pareciendo que esta Alma era altamente impresionable. Claro que esta impresionabilidad podía ser igualmente una máscara para justificarse. De todas formas, ¿qué impulsa a una mujer de veintipocos años, guapa y con media Viena a sus pies, a casarse con un hombre diez años mayor, inmerso en su faceta de compositor y - como se deduce de esta cronología - no del todo sensible hacia las verdaderas necesidades de ella? Por otra parte, ¿por qué en el verano de 1910 se lo monta con Gropius y, sin embargo, es incapaz de romper su compromiso con Mahler? Leyendo su carta a Gropius, se deduce que las cualidades de éste - 27 años, muy atractivo a sus ojos - bien pudieron haberla impresionado, al igual que lo hizo el deplorable estado en el que debió quedar Mahler tras ponerse al corriente de estos acontecimientos. Por eso se podría concluir que ama a uno pero se niega a abandonar al otro.
Con todo, tambien podía existir la posibilidad - que ya he apuntado - de que utilizase esa impresionabilidad para quedar mejor ante los demás, o incluso para autojustificarse. Siempre será preferible hacer daño bajo una serie de pasiones más o menos atávicas - y la atracción física tiene mucho de eso - , que hacerlo con total conocimiento y consentimiento, o incluso teniéndolo todo perfectamente calculado. Conozco a personas que ponen esta clase de excusas - ya sea en el terreno sentimental o en otros - y, la verdad, muchos/as se lo tragan. Si esto es un patrón de comportamiento, bien pudo haberse dado entre personas que vivieron hace cien años.
De todas formas, entiendo en parte el comportamiento de Alma. Leyendo algunas de las cartas de Mahler, se diría que, además de ser muy cariñoso con ella, estaba demasiado centrado en sí mismo y en sus circunstancias - el detalle de que quería que le enviase unos calcetines en concreto me descolocó -, lo cual podría ser comprensible si Alma fuese la clásica housewife de la época. Pero el caso es que no lo era o no estaba dispuesta a serlo, y por este motivo Mahler pecó de ingenuo. Aunque claro, contando con el factor impresionabilidad, el premio a la ingenuidad se lo llevaría ella, casandose tan joven y aceptando unas condiciones que después no iba a ser capaz de cumplir.
Con todo, yo de Mahler la habría mandado a paseo, sinceramente.
Hades- Cantidad de envíos : 805
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Fecha de inscripción : 29/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Hades comparto tus reflexiones. Lo que cuentas de los calcetines me recuerda que a Maga tambien le habia chocado. Estos dias estoy alejado de ella y me surgen cuestiones domesticas de ese estilo ;-) No esta en la maleta el gorro del niño o mi bañqador! Si se lo dijese en el contexto de una carta sonaría bastante frio o ridiculo o exigente pero claro, en aquella epoca no habia sms o telefono para solventar de una forma rapida e intrascendente ese tipo de preocupaciones cotidianas.
Estoy sin internet, solo a traves del telefono con lo que no me extiendo mucho -espero poder actualizar el hilo estos dias.
Solo citarte:
sobre el cadaver de un hombre?" (Anna Moll). Esta es la justificacion que le dan a Gropius, pero personalmente coincido con los que piensan que Alma no esta dispuesta a renunciar a su prestigiosa y reconfortanteq situacion social al lado del director de orquesta mas importante de su tiempo. Ser la mujer divorciada de un joven arquitecto prometedor pero todavia con escaso
bagaje seria no solo un escandalo sino tambien un cambio en su vida demasiado arriesgado.
Por ello Alma prefiere aplazar la decision lo maximo posible, mas aun sabiendo que en el otoño partira a estados Unidos y sobre todo - y esto es lo terrible-sabiendo que existe una variable añadida: el debil corazon de Mahler. Lo veremos en otra carta para mi vergonzosa.
En cuanto a Gustav, tambien buena consideracion ¿por que no la mando a paseo? Ahi la respuesta mas obvia es que estaba enamoradisimo de Alma. Fuera por amor o no lo que esta claro es que el hundimiento de Gustav fue absoluto -tambien se vera en las notas que le escribe a Alma durante esas semanas. No se, nunca me he visto en una situacion parecida pero
no me cabe duda de que seria muy traumatica.
Estoy sin internet, solo a traves del telefono con lo que no me extiendo mucho -espero poder actualizar el hilo estos dias.
Solo citarte:
Buena pregunta; exactamente la misma que le hace Gropius a Alma ;-) Como veremos tanto esta como su madre le contestan de la misma manera: "Perdoname por no partir a tu lado, pero no puedo pasar por encima de un cadaver. Nuestro tiempo llegara." (Alma) y "Alma no puede abandonar a Gustav en estos momentos; el no sobreviviria y ¿puede existir felicidadPor que es incapaz de romper el compromiso con Gropius?
sobre el cadaver de un hombre?" (Anna Moll). Esta es la justificacion que le dan a Gropius, pero personalmente coincido con los que piensan que Alma no esta dispuesta a renunciar a su prestigiosa y reconfortanteq situacion social al lado del director de orquesta mas importante de su tiempo. Ser la mujer divorciada de un joven arquitecto prometedor pero todavia con escaso
bagaje seria no solo un escandalo sino tambien un cambio en su vida demasiado arriesgado.
Por ello Alma prefiere aplazar la decision lo maximo posible, mas aun sabiendo que en el otoño partira a estados Unidos y sobre todo - y esto es lo terrible-sabiendo que existe una variable añadida: el debil corazon de Mahler. Lo veremos en otra carta para mi vergonzosa.
En cuanto a Gustav, tambien buena consideracion ¿por que no la mando a paseo? Ahi la respuesta mas obvia es que estaba enamoradisimo de Alma. Fuera por amor o no lo que esta claro es que el hundimiento de Gustav fue absoluto -tambien se vera en las notas que le escribe a Alma durante esas semanas. No se, nunca me he visto en una situacion parecida pero
no me cabe duda de que seria muy traumatica.
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Una vez más, enhorabuena a Psanquin por su denodado esfuerzo en llevar adelante esta Cronología: fantástico!!!
De todo lo contado en estas últimas semanas, aparte de lo concerniente a la "première" de la Octava, lo que más me ha llamado la atención es el gesto de enorme generosidad por parte de Mahler al enviar sin más ese cheque a Schönberg: extraordinaria personalidad la de nuestro Gustav!
De todo lo contado en estas últimas semanas, aparte de lo concerniente a la "première" de la Octava, lo que más me ha llamado la atención es el gesto de enorme generosidad por parte de Mahler al enviar sin más ese cheque a Schönberg: extraordinaria personalidad la de nuestro Gustav!
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
Fecha de inscripción : 10/11/2009
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
13 de Agosto: En relación a las correcciones de la Octava Mahler se queja por carta a Hertzka de las dificultades que le supone el extender las partituras pues estas le llegan excesivamente prensadas: “Mi querido amigo, por favor utilice láminas de carbón y envíelas completamente desplegadas, sino me puedo desesperar extendiéndolas. Me temo que a primera vista me ha sorprendido el gran número de errores; como sólo he echado un vistazo lo cierto es que va haber muchos más. Nuestro amigo Wöss tendrá que corregir a fondo la partitura”.
Este día llega a Toblach Oskar Fried; la primera visita que reciben en el verano. Este es el relato de Alma:
“Fried nos visitó este verano aunque Mahler no deseaba verlo. De hecho no quería ver a nadie; y el más mínimo altercado le alteraba. Tenía tan poco control sobre si mismo que mientras Fried estuvo aquí se iba a la cama tras terminar su sesión de trabajo matinal y lo mismo hacía cuando regresaba a la casa al atardecer.
Un día me pidió desde la cama que le tocase mis canciones a Fried. Lo hice tras oponer bastante resistencia.
Tan pronto como terminé una quiso saber que opinaba Fried. Éste replicó en su habitual tono estirado, dejando caer algún elgio del estilo de “talentosas” o “muy agradables”. Mahler estalló hasta el punto de que mi madre que estaba a la vera de su cama tuvo que contenerlo para que no saltase y echase a Fried de la casa.
Podía oír perfectamente sus abusivos comentarios a través de la pared, aunque no sabía si Fried que estaba sentado a mi lado al piano podía escucharlos. Cuando más tarde fui a verlo Mahler aun no había vuelto a la tranquilidad. Le llamaba idiota y decía que sería afortunado si hubiese compuesto algo la mitad de bueno; no había forma de tranquilizarlo. Esa noche Fried no pudo ir a despedirse de Mahler; a la mañana siguiente, todavía consternado le preguntó a mi madre en su condescendiente acento berlinés: “¿Frau Moll, piensa que debería marcharme?”. Ella le respondió tranquilamente: “Sí, eso pienso, querido Fried”.
Los escasos días que Fried estuvo con nosotros fueron una experiencia nueva y al mismo tiempo cómica. A Mahler siempre le había agradado pues a pesar de su lado banal siempre vió en él un destello de genialidad. Pero repentinamente lo veía bajo una nueva luz: hasta este momento no le había preocupado mucho que Fried nunca abriese un libro pero ahora Mahler hacía frecuentes salidas de su estudio para encontrárselo tumbado a la bartola mientras yo estaba intentando trabajar en mi escritorio pues constantemente me interrumpía para poder conversar. Mahler se lo llevó de caminata y –tal como me dijo posteriormente- le reprendió por no leer nunca un libro, por ser tan irreflexivo y por no tomarse ni a él mismo ni a su trabajo en serio. Fried sintió que las cosas se le estaban poniendo demasiado complicadas y marchó.
Hubo otra escena entre ellos antes de que Fried marchase. En primer lugar por culpa de Hugo Wolf de quien Fried hablaba afectuosamente pero a quien Mahler conocía demasiado bien como para poder mostrar simpatía hacia él. “De las mil canciones de Wolf” –recuerdo las palabras de su réplica exactamente- “sólo conozco unas trescientas cuarenta y cuatro. Y no me gustan.” De aquí la conversación se movió a la religión y en particular a la confesión. Aunque había sido criada como católica, en aquellos días me sentía más próxima a una librepensadora. Burckhard y demás me habían llevado a ello. Mahler defendía la confesión e incluso Fried la alabó poéticamente. Yo, católica, era la única que mostraba ligeras reservas, y sin embargo era la única que me había confesado en alguna ocasión.”
Por impresentable que pueda parecer la poca hospitalidad de Mahler hacia Fried en su descargo hay que decir que en su estado Mahler no podía mostrar excesiva cordura. Pronto volvería a ver a Fried, primero en los ensayos de la Octava, dónde este le ayudaría y al poco tiempo en Berlín.
14 de Agosto: En un principio el matrimonio había acordado que Gropius podría escribir a Alma una vez por semana pero Alma le pide a Gropius que mejor no lo haga:
“Gustav todavía sufre mucho cuando llega una carta destinada a mí –el mismo recoge el correo. A partir de ahora no me escribas directamente a mi. Ahora que sabe todo sobre ti las cosas son mucho más complicadas; ya no puedo mentir. Te pido que sigas dirigiendo las cartas a Mamá” a quien Alma describe como “comprensiva, paciente y discreta”. Alma le sugiere a Gropius que sea igualmente discreto, por ejemplo mostrando aire de sorpresa si su nombre apareciese en alguna conversación y sobre todo que bajo ningún concepto le telefonease. También le informa sobre la nueva actitud de Mahler respecto a su música que cuatro días antes redescubrió:
“Por vez primera quiere leer música seria conmigo ¡y hacer música! En resumen, es otra persona –gracias a estos días de sufrimiento- quiere vivir sólo para mi abandonando lo que llama la vida burocrática, su austera existencia por la música, aunque acaba de componer una sinfonía completa con todos los miedos de estos días en ella.”
Aunque Alma exagera en esto último lo cierto es que el borrador de la Décima a estas alturas está ya bien avanzado.
15 de Agosto: La misiva a Gropius de este día retrata la angustia de Mahler:
“Gustav ha pasado todo el día yaciendo a mis pies y no cesa de preguntar: “¿Seguirás conmigo?” Finalmente le prometí que seguiría a su lado y me contestó que mi promesa le había salvado su vida. Hoy dijo: “Alguien que haya experimentado esto nunca podrá olvidarlo”
En esta misma carta Alma le dice a Gropius: “Te siento mi esposo”.
16 de Agosto: Nuevo mensaje reconfortante para Gropius, no tanto para Gustav:
“Perdóname por no partir a tu lado, pero no puedo pasar por encima de un cadáver. Nuestro tiempo llegará.”
Simultáneamente Mahler escribe a Alfred Roller en respuesta a una misiva de éste acerca de una villa que ha encontrado cerca de Viena:
“No pienses que sólo me apetece escribirte un telegrama (y sólo por el interés de la casa) pero estoy en una situación muy complicada, que incluso me hace imposible planear una hora por adelantado. Espero con enorme ilusión nuestro encuentro en Munich que por supuesto será un momento espiritual. Y muy especialmente tras Viena donde iré inmediatamente tras el concierto reviviré todo lo que pase en la excitación del momento. Mis buenos deseos para ti y para tu familia. Si te acercas a la zona de Toblach todo nuestro hogar estará feliz de veros. Pero por favor telegrafía con antelación –por que este verano soy un caminante errante.”
Ruheloser Wanderer es la expresión con que Mahler se auto denomina, tan típica de sus poemas y cartas de juventud.
Este día llega a Toblach Oskar Fried; la primera visita que reciben en el verano. Este es el relato de Alma:
“Fried nos visitó este verano aunque Mahler no deseaba verlo. De hecho no quería ver a nadie; y el más mínimo altercado le alteraba. Tenía tan poco control sobre si mismo que mientras Fried estuvo aquí se iba a la cama tras terminar su sesión de trabajo matinal y lo mismo hacía cuando regresaba a la casa al atardecer.
Un día me pidió desde la cama que le tocase mis canciones a Fried. Lo hice tras oponer bastante resistencia.
Tan pronto como terminé una quiso saber que opinaba Fried. Éste replicó en su habitual tono estirado, dejando caer algún elgio del estilo de “talentosas” o “muy agradables”. Mahler estalló hasta el punto de que mi madre que estaba a la vera de su cama tuvo que contenerlo para que no saltase y echase a Fried de la casa.
Podía oír perfectamente sus abusivos comentarios a través de la pared, aunque no sabía si Fried que estaba sentado a mi lado al piano podía escucharlos. Cuando más tarde fui a verlo Mahler aun no había vuelto a la tranquilidad. Le llamaba idiota y decía que sería afortunado si hubiese compuesto algo la mitad de bueno; no había forma de tranquilizarlo. Esa noche Fried no pudo ir a despedirse de Mahler; a la mañana siguiente, todavía consternado le preguntó a mi madre en su condescendiente acento berlinés: “¿Frau Moll, piensa que debería marcharme?”. Ella le respondió tranquilamente: “Sí, eso pienso, querido Fried”.
Los escasos días que Fried estuvo con nosotros fueron una experiencia nueva y al mismo tiempo cómica. A Mahler siempre le había agradado pues a pesar de su lado banal siempre vió en él un destello de genialidad. Pero repentinamente lo veía bajo una nueva luz: hasta este momento no le había preocupado mucho que Fried nunca abriese un libro pero ahora Mahler hacía frecuentes salidas de su estudio para encontrárselo tumbado a la bartola mientras yo estaba intentando trabajar en mi escritorio pues constantemente me interrumpía para poder conversar. Mahler se lo llevó de caminata y –tal como me dijo posteriormente- le reprendió por no leer nunca un libro, por ser tan irreflexivo y por no tomarse ni a él mismo ni a su trabajo en serio. Fried sintió que las cosas se le estaban poniendo demasiado complicadas y marchó.
Hubo otra escena entre ellos antes de que Fried marchase. En primer lugar por culpa de Hugo Wolf de quien Fried hablaba afectuosamente pero a quien Mahler conocía demasiado bien como para poder mostrar simpatía hacia él. “De las mil canciones de Wolf” –recuerdo las palabras de su réplica exactamente- “sólo conozco unas trescientas cuarenta y cuatro. Y no me gustan.” De aquí la conversación se movió a la religión y en particular a la confesión. Aunque había sido criada como católica, en aquellos días me sentía más próxima a una librepensadora. Burckhard y demás me habían llevado a ello. Mahler defendía la confesión e incluso Fried la alabó poéticamente. Yo, católica, era la única que mostraba ligeras reservas, y sin embargo era la única que me había confesado en alguna ocasión.”
Por impresentable que pueda parecer la poca hospitalidad de Mahler hacia Fried en su descargo hay que decir que en su estado Mahler no podía mostrar excesiva cordura. Pronto volvería a ver a Fried, primero en los ensayos de la Octava, dónde este le ayudaría y al poco tiempo en Berlín.
14 de Agosto: En un principio el matrimonio había acordado que Gropius podría escribir a Alma una vez por semana pero Alma le pide a Gropius que mejor no lo haga:
“Gustav todavía sufre mucho cuando llega una carta destinada a mí –el mismo recoge el correo. A partir de ahora no me escribas directamente a mi. Ahora que sabe todo sobre ti las cosas son mucho más complicadas; ya no puedo mentir. Te pido que sigas dirigiendo las cartas a Mamá” a quien Alma describe como “comprensiva, paciente y discreta”. Alma le sugiere a Gropius que sea igualmente discreto, por ejemplo mostrando aire de sorpresa si su nombre apareciese en alguna conversación y sobre todo que bajo ningún concepto le telefonease. También le informa sobre la nueva actitud de Mahler respecto a su música que cuatro días antes redescubrió:
“Por vez primera quiere leer música seria conmigo ¡y hacer música! En resumen, es otra persona –gracias a estos días de sufrimiento- quiere vivir sólo para mi abandonando lo que llama la vida burocrática, su austera existencia por la música, aunque acaba de componer una sinfonía completa con todos los miedos de estos días en ella.”
Aunque Alma exagera en esto último lo cierto es que el borrador de la Décima a estas alturas está ya bien avanzado.
15 de Agosto: La misiva a Gropius de este día retrata la angustia de Mahler:
“Gustav ha pasado todo el día yaciendo a mis pies y no cesa de preguntar: “¿Seguirás conmigo?” Finalmente le prometí que seguiría a su lado y me contestó que mi promesa le había salvado su vida. Hoy dijo: “Alguien que haya experimentado esto nunca podrá olvidarlo”
En esta misma carta Alma le dice a Gropius: “Te siento mi esposo”.
16 de Agosto: Nuevo mensaje reconfortante para Gropius, no tanto para Gustav:
“Perdóname por no partir a tu lado, pero no puedo pasar por encima de un cadáver. Nuestro tiempo llegará.”
Simultáneamente Mahler escribe a Alfred Roller en respuesta a una misiva de éste acerca de una villa que ha encontrado cerca de Viena:
“No pienses que sólo me apetece escribirte un telegrama (y sólo por el interés de la casa) pero estoy en una situación muy complicada, que incluso me hace imposible planear una hora por adelantado. Espero con enorme ilusión nuestro encuentro en Munich que por supuesto será un momento espiritual. Y muy especialmente tras Viena donde iré inmediatamente tras el concierto reviviré todo lo que pase en la excitación del momento. Mis buenos deseos para ti y para tu familia. Si te acercas a la zona de Toblach todo nuestro hogar estará feliz de veros. Pero por favor telegrafía con antelación –por que este verano soy un caminante errante.”
Ruheloser Wanderer es la expresión con que Mahler se auto denomina, tan típica de sus poemas y cartas de juventud.
Última edición por Psanquin el 13/9/2010, 00:12, editado 1 vez
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Muchas gracias Manuel por tu cariñoso -y excesivo - mensaje
La verdad es que es difícil no coincidir en tu dura apreciación sobre Alma. Totalmente de acuerdo, los sucesos de ese verano de hace cien años debilitaron la salud de Mahler mucho más que su exigente temporada de conciertos o que sus patologías.
La verdad es que es difícil no coincidir en tu dura apreciación sobre Alma. Totalmente de acuerdo, los sucesos de ese verano de hace cien años debilitaron la salud de Mahler mucho más que su exigente temporada de conciertos o que sus patologías.
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
17 de Agosto: Alma le escribe a Gropius recordándole una vez más lo mucho que le echa de menos y que en cierto modo el sufrimiento y la pena de la separación hará de ella una mejor mujer:
“No sé si un tronco tan seco puede fructificar nuevamente, pero si esto es posible será como alcanzar el paraíso en la tierra. Estoy convencida de que mi sufrimiento de todos estos años era imprescindible para mi desarrollo personal y que si hubiera sido feliz me habría convertido en un ser vacío, como tanta gente a mi alrededor.”
También aborda el tema de sus canciones:
“Ayer completé una canción y se la di a Mahler cuando volvió de la cabaña. Fue al salón y volvió en unos minutos diciéndome entre lágrimas: “¡Estoy conmovido! ¡Es tan maravillosa!”
Ahora disfruto el amor y la admiración que Gustav muestra por mi música. Quiere dedicar su vida futura a ella y yo que ya había abandonado toda esperanza ahora difícilmente me creo mi suerte. Se pasa todo el día tocando mis canciones; dice que son sencillamente maravillosas. Para ser honesta, sabía que mis obras eran buenas. Mientras estos ocho años transportaba secretamente a mis criaturas estaba convencida de que éstas eran buenas y simplemente me limitaba a aceptar el destino de las mujeres. Tuve que abandonar cualquier tipo de felicidad cuando nos casamos… Para mi ahora esto es un puente a la vida. Repentinamente veo al mundo como un lugar agradable… Gustav vive para estas canciones; no se preocuparía más por una obra suya. Tan pronto salgo de casa tocas mis obras para sí mismo; en ellas encuentra mi esencia mejor que en nuestras conversaciones… Fried está pegado a mi todo el día; durante los escasos momentos en que me deja sola trabajo en mis canciones. Estoy haciendo tantos cambios en una de ellas que casi es una canción nueva. Ayer encontramos tres canciones en las que ni una nota debía ser tocada. Gustav es terriblemente preciso y estricto y yo tengo una confianza ciega en él ¡Qué feliz seré cuando tengas toda esta colección en tus manos! Debes decirme honestamente cuánto te gustan y cuál te gusta más de ellas. Están repletas de melodía; al fin he perdido el miedo a la melodía.
Alma
Por favor se muy cuidadoso con esta carta.”
Simultáneamente Mahler escribe a Alma el siguiente apasionado poema que hace referencia a su propio proceso compositivo:
Mi queridísima,
¡Mi ausente ominpresente amiga!
El tiempo ha llegado; la pluma está en mi mano!
Sin embargo la inspiración me rehúye.
Los pentagramas me resultan un paisaje desértico,
Sus cinco líneas rectas un paisaje que me defrauda,
Pues todavía estoy deslumbrado por esa luz
Que me iluminó a la vista de Afrodita.
No importa lo que mi corazón desee o sienta,
Mis sentidos van y vienen sin sentido.
Por siempre vuela mi deseo de aquella criatura
Cuya boca tan dulcemente respiró vida en mi ser.
Déjame condenar los temblores de mi deseo,
La eternidad de la divina bendición de tu abrazo,
En una gran melodía que como la quemadura del sol,
Ilumine la belleza de tu rostro.
Desde las profundas simas revele la más bella de las formas,
Y que se sumerja en llamas en el lecho nupcial.
En ti he encontrado como siempre en mis composiciones
Un lugar en el que saciar el deseo y reposar mi sien.
“No sé si un tronco tan seco puede fructificar nuevamente, pero si esto es posible será como alcanzar el paraíso en la tierra. Estoy convencida de que mi sufrimiento de todos estos años era imprescindible para mi desarrollo personal y que si hubiera sido feliz me habría convertido en un ser vacío, como tanta gente a mi alrededor.”
También aborda el tema de sus canciones:
“Ayer completé una canción y se la di a Mahler cuando volvió de la cabaña. Fue al salón y volvió en unos minutos diciéndome entre lágrimas: “¡Estoy conmovido! ¡Es tan maravillosa!”
Ahora disfruto el amor y la admiración que Gustav muestra por mi música. Quiere dedicar su vida futura a ella y yo que ya había abandonado toda esperanza ahora difícilmente me creo mi suerte. Se pasa todo el día tocando mis canciones; dice que son sencillamente maravillosas. Para ser honesta, sabía que mis obras eran buenas. Mientras estos ocho años transportaba secretamente a mis criaturas estaba convencida de que éstas eran buenas y simplemente me limitaba a aceptar el destino de las mujeres. Tuve que abandonar cualquier tipo de felicidad cuando nos casamos… Para mi ahora esto es un puente a la vida. Repentinamente veo al mundo como un lugar agradable… Gustav vive para estas canciones; no se preocuparía más por una obra suya. Tan pronto salgo de casa tocas mis obras para sí mismo; en ellas encuentra mi esencia mejor que en nuestras conversaciones… Fried está pegado a mi todo el día; durante los escasos momentos en que me deja sola trabajo en mis canciones. Estoy haciendo tantos cambios en una de ellas que casi es una canción nueva. Ayer encontramos tres canciones en las que ni una nota debía ser tocada. Gustav es terriblemente preciso y estricto y yo tengo una confianza ciega en él ¡Qué feliz seré cuando tengas toda esta colección en tus manos! Debes decirme honestamente cuánto te gustan y cuál te gusta más de ellas. Están repletas de melodía; al fin he perdido el miedo a la melodía.
Alma
Por favor se muy cuidadoso con esta carta.”
Simultáneamente Mahler escribe a Alma el siguiente apasionado poema que hace referencia a su propio proceso compositivo:
Mi queridísima,
¡Mi ausente ominpresente amiga!
El tiempo ha llegado; la pluma está en mi mano!
Sin embargo la inspiración me rehúye.
Los pentagramas me resultan un paisaje desértico,
Sus cinco líneas rectas un paisaje que me defrauda,
Pues todavía estoy deslumbrado por esa luz
Que me iluminó a la vista de Afrodita.
No importa lo que mi corazón desee o sienta,
Mis sentidos van y vienen sin sentido.
Por siempre vuela mi deseo de aquella criatura
Cuya boca tan dulcemente respiró vida en mi ser.
Déjame condenar los temblores de mi deseo,
La eternidad de la divina bendición de tu abrazo,
En una gran melodía que como la quemadura del sol,
Ilumine la belleza de tu rostro.
Desde las profundas simas revele la más bella de las formas,
Y que se sumerja en llamas en el lecho nupcial.
En ti he encontrado como siempre en mis composiciones
Un lugar en el que saciar el deseo y reposar mi sien.
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
18 de Agosto: Anna Moll le escribe al amante de su hija para confirmar el estado de Mahler, una patética dependencia hacia Alma:
“Varias veces me he sentado a escribirte –incluso antes de que me hubiesen llegado tus encantadoras líneas- pero el tiempo y el lápiz se escaparon de mis manos ¡Es tan complicado! Se supone que debo darte un buen consejo pero ¡yo misma necesito desesperadamente consejo! Una cosa está clara: Alma no puede abandonar a Gustav en estos momentos; él no sobreviviría y ¿puede existir felicidad sobre el cadáver de un hombre? Un hombre de tal grandeza, nobleza y amabilidad ¡Sería inconcebible! ¡Probablemente no seríais felices! ¿Por tanto qué hacer? ¡Debes extremar tus fuerzas y ser fuerte! Después de todo eres joven y puedes esperar un tiempo. No te puedes imaginar la situación de Gustav… Tiene una seria condición cardíaca; es un milagro que el disgusto no lo haya matado.”
¿Qué mejor prueba del estado anímico de Alma que la notas que Mahler le escribió durante estas semanas de sufrimiento? Aunque no se les puede asignar una fecha concreta me parece oportuno incluirlas en la cronología de estas semanas.
La primera que recojo fue escrita al amanecer mientras Mahler esperaba a que se levantase Alma para así irse a trabajar a la Häuschen:
¡Brisa de mi vida! He besado tus pequeñas zapatillas mil veces mientras esperaba a tu puerta. Has sido piadosa conmigo, mi gloriosa enamorada, pero los demonios me han castigado nuevamente pues he pensado en mi y no en ti. No puedo separarme de tu puerta; quiero esperar hasta oír los dulces sonidos de tu movimiento y de tu respirar ¡Pero debo marchar! Mi señora me ha ordenado que baje a trabajar.
Bendita seas, amada… Estoy muy preocupado por ti. Obedeceré tu orden. Cada uno de mis latidos es para ti.
Una mañana, tras una lluviosa noche, Gustav teme que Alma pueda coger un resfriado si camina hasta la cabaña para recogerle. Le escribe: “No vengas a recogerme, hay demasiada humedad y tus piececillos podrían empaparse. O si lo haces ponte calzado impermeable”.
En otra ocasión, antes de ir a la cabaña, le advierte que le encontrará yaciendo en el suelo esperando condena y muerte (si ella parte) o redención y vida (si resta con él):
Mi querida,
Mi lira,
Ven, expulsa los espíritus de la oscuridad que se me aferran y me arrojan al suelo. No me abandones, ven pronto para que pueda alzarme lo antes posible. Aquí yazco y espero mientras me pregunto calladamente si seré salvado o condenado. “
En otras ocasiones Mahler da rienda suelta a sus emociones en versos:
¡Oh, dulce mano a la que estoy unido!
¡Oh, hermoso vínculo que he construido!
En éxtasis me consume el fuego;
Interminable esclavitud es mi deseo.
¡Oh, bendita muerte en la más angustiosa vida!
¡Oh, vida, florece poderosa de mis heridas!
Mahler llega a pensar que lo que Alma más desea es que esté a su lado:
“Mi Almschilitzili, Permanece en cama todo el día, ésta será la mejor relajación. Me sentaré a tu lado y no te dejaré en todo el día. Encontraré algo para leer.
Mi Almschilitzili, recuerda lo que me dijiste ayer y repítelo todo el día.
En otro mensaje Mahler muestra su pasión por las canciones de Alma:
¡Amada!
Dormí tan maravillosamente bien que pensé que en ningún momento mi ánimo se había venido abajo. Pero es que no creo que pueda existir un momento en que no me sienta inmensamente feliz ¡Ella me ama! Esta frase encapsula toda mi vida pues ¡si no pudiese decirla moriría! Si me encontrase con que tú no estás ¡cómo suplicaría verte y tenerte entre mis brazos, mi amada, a quien amo con todo mi corazón! Las canciones de mi amada, rapsódicos heraldos propios de una deidad, serán mis estrellas hasta que el sol de mi vida aparezca en mi firmamento.
Mi amada, la más amada,
Mi lira, mi musa,
Mi cántico de las tormentas,
¡Maravilloso ser! ¿Podría componer alguna música
cuyas palabras transportarán hasta ti mi mortal plegaria?
¡Mi respiración, mi esencia; no son mías!
Por que ahora yo y mi esencia se han separado
y no encontrarán descanso en el cielo y en la tierra
hasta que hayan saciado su sed con tu dulce vino.
“Varias veces me he sentado a escribirte –incluso antes de que me hubiesen llegado tus encantadoras líneas- pero el tiempo y el lápiz se escaparon de mis manos ¡Es tan complicado! Se supone que debo darte un buen consejo pero ¡yo misma necesito desesperadamente consejo! Una cosa está clara: Alma no puede abandonar a Gustav en estos momentos; él no sobreviviría y ¿puede existir felicidad sobre el cadáver de un hombre? Un hombre de tal grandeza, nobleza y amabilidad ¡Sería inconcebible! ¡Probablemente no seríais felices! ¿Por tanto qué hacer? ¡Debes extremar tus fuerzas y ser fuerte! Después de todo eres joven y puedes esperar un tiempo. No te puedes imaginar la situación de Gustav… Tiene una seria condición cardíaca; es un milagro que el disgusto no lo haya matado.”
¿Qué mejor prueba del estado anímico de Alma que la notas que Mahler le escribió durante estas semanas de sufrimiento? Aunque no se les puede asignar una fecha concreta me parece oportuno incluirlas en la cronología de estas semanas.
La primera que recojo fue escrita al amanecer mientras Mahler esperaba a que se levantase Alma para así irse a trabajar a la Häuschen:
¡Brisa de mi vida! He besado tus pequeñas zapatillas mil veces mientras esperaba a tu puerta. Has sido piadosa conmigo, mi gloriosa enamorada, pero los demonios me han castigado nuevamente pues he pensado en mi y no en ti. No puedo separarme de tu puerta; quiero esperar hasta oír los dulces sonidos de tu movimiento y de tu respirar ¡Pero debo marchar! Mi señora me ha ordenado que baje a trabajar.
Bendita seas, amada… Estoy muy preocupado por ti. Obedeceré tu orden. Cada uno de mis latidos es para ti.
Una mañana, tras una lluviosa noche, Gustav teme que Alma pueda coger un resfriado si camina hasta la cabaña para recogerle. Le escribe: “No vengas a recogerme, hay demasiada humedad y tus piececillos podrían empaparse. O si lo haces ponte calzado impermeable”.
En otra ocasión, antes de ir a la cabaña, le advierte que le encontrará yaciendo en el suelo esperando condena y muerte (si ella parte) o redención y vida (si resta con él):
Mi querida,
Mi lira,
Ven, expulsa los espíritus de la oscuridad que se me aferran y me arrojan al suelo. No me abandones, ven pronto para que pueda alzarme lo antes posible. Aquí yazco y espero mientras me pregunto calladamente si seré salvado o condenado. “
En otras ocasiones Mahler da rienda suelta a sus emociones en versos:
¡Oh, dulce mano a la que estoy unido!
¡Oh, hermoso vínculo que he construido!
En éxtasis me consume el fuego;
Interminable esclavitud es mi deseo.
¡Oh, bendita muerte en la más angustiosa vida!
¡Oh, vida, florece poderosa de mis heridas!
Mahler llega a pensar que lo que Alma más desea es que esté a su lado:
“Mi Almschilitzili, Permanece en cama todo el día, ésta será la mejor relajación. Me sentaré a tu lado y no te dejaré en todo el día. Encontraré algo para leer.
Mi Almschilitzili, recuerda lo que me dijiste ayer y repítelo todo el día.
En otro mensaje Mahler muestra su pasión por las canciones de Alma:
¡Amada!
Dormí tan maravillosamente bien que pensé que en ningún momento mi ánimo se había venido abajo. Pero es que no creo que pueda existir un momento en que no me sienta inmensamente feliz ¡Ella me ama! Esta frase encapsula toda mi vida pues ¡si no pudiese decirla moriría! Si me encontrase con que tú no estás ¡cómo suplicaría verte y tenerte entre mis brazos, mi amada, a quien amo con todo mi corazón! Las canciones de mi amada, rapsódicos heraldos propios de una deidad, serán mis estrellas hasta que el sol de mi vida aparezca en mi firmamento.
Mi amada, la más amada,
Mi lira, mi musa,
Mi cántico de las tormentas,
¡Maravilloso ser! ¿Podría componer alguna música
cuyas palabras transportarán hasta ti mi mortal plegaria?
¡Mi respiración, mi esencia; no son mías!
Por que ahora yo y mi esencia se han separado
y no encontrarán descanso en el cielo y en la tierra
hasta que hayan saciado su sed con tu dulce vino.
Última edición por Psanquin el 30/11/2010, 01:11, editado 1 vez
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Cada vez está más claro que Mahler estaba totalmente pirado por Alma y que Alma era una bruja de cuidado!!!!
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
21 de Agosto: El decaimiento psicológico de Mahler coincide con un problema patológico más concreto que, aunque menor, hipotéticamente podría haber participado en la patogenia de la enfermedad que meses después se llevaría al compositor a la tumba: unas amigdalitis contagiadas por la aya Miss Turner. Cuenta Alma: “Como ella siempre nos acompañaba las fuimos cogiendo uno tras otro. Finalmente Mahler también las padeció, aunque de forma menos severa. Pronto se recuperó y retomó el trabajo.”
Pero más grave resultó el colapso que Mahler sufrió en la noche del 21 al 22:
“Una noche desperté repentinamente y llamé a Mahler. No había respuesta. Corrí hasta su cama y la encontré vacía. Volé hacia la planta baja donde lo encontré yaciendo inconsciente con una vela a su lado. Lo llevé hasta la cama, llamé a mi madre y envié a un criado en bicicleta por un doctor (un amigo nuestro que vivía en Schluderbach). Mientras tanto le di unos estimulantes para el corazón que tenía en casa. Se recuperó rápidamente pero estuvo frío y pálido durante un buen rato. Lo envolvimos en sábanas calientes, le masajeamos y calentamos agua hirviendo en botellas para bañar sus manos y piés. A las cinco de la mañana, cuando el doctor llegó, se había hecho todo lo que se podía; ya sólo necesitaba descanso.”
Ese mismo día Mahler había escrito con la mayor normalidad una carta a Franz Schalk:
Querido amigo,
En una carta a Gutmann le afirmaba que los refuerzos eran absolutamente indispensables y afirmaba que me retiraría con que sólo un cantante estuviese ausente. Ésta sigue siendo mi actitud y bajo ninguna circunstancia cederé. Ésta fue después de todo mi condición más importante. Por tanto, querido amigo, por favor actúe de acuerdo a esto y así se asegurará que a su vez yo actuaré conforme a lo acordado. Por favor permítame olvidarme de esta cuestión lo antes posible. Sin apenas tiempo.
Con mis mejores deseos; muy sinceramente suyo.
Mahler
Su telegrama no llevaba remite; por tanto imagino que estará todavía en San Martino, a dónde envío esta carta.
23 de Agosto: Alma relata a Gropius el colapso de dos días antes: “Mamá y yo estuvimos con él desde las tres de la mañana; casi temimos lo peor.”
Pero más grave resultó el colapso que Mahler sufrió en la noche del 21 al 22:
“Una noche desperté repentinamente y llamé a Mahler. No había respuesta. Corrí hasta su cama y la encontré vacía. Volé hacia la planta baja donde lo encontré yaciendo inconsciente con una vela a su lado. Lo llevé hasta la cama, llamé a mi madre y envié a un criado en bicicleta por un doctor (un amigo nuestro que vivía en Schluderbach). Mientras tanto le di unos estimulantes para el corazón que tenía en casa. Se recuperó rápidamente pero estuvo frío y pálido durante un buen rato. Lo envolvimos en sábanas calientes, le masajeamos y calentamos agua hirviendo en botellas para bañar sus manos y piés. A las cinco de la mañana, cuando el doctor llegó, se había hecho todo lo que se podía; ya sólo necesitaba descanso.”
Ese mismo día Mahler había escrito con la mayor normalidad una carta a Franz Schalk:
Querido amigo,
En una carta a Gutmann le afirmaba que los refuerzos eran absolutamente indispensables y afirmaba que me retiraría con que sólo un cantante estuviese ausente. Ésta sigue siendo mi actitud y bajo ninguna circunstancia cederé. Ésta fue después de todo mi condición más importante. Por tanto, querido amigo, por favor actúe de acuerdo a esto y así se asegurará que a su vez yo actuaré conforme a lo acordado. Por favor permítame olvidarme de esta cuestión lo antes posible. Sin apenas tiempo.
Con mis mejores deseos; muy sinceramente suyo.
Mahler
Su telegrama no llevaba remite; por tanto imagino que estará todavía en San Martino, a dónde envío esta carta.
23 de Agosto: Alma relata a Gropius el colapso de dos días antes: “Mamá y yo estuvimos con él desde las tres de la mañana; casi temimos lo peor.”
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
24 de Agosto:
El miércoles 24 de agosto Mahler inicia uno de los viajes más fascinantes de toda su existencia. Un agotador periplo de dos días y medio en ferrocarril atravesando el corazón de Europa para únicamente reunirse durante unas horas con Siegmund Freud en la ciudad holandesa de Leiden. Al día siguiente emprendería una nueva maratón de regreso para llegar a Toblach el domingo 28.
Su estado físico no era el más adecuado para semejante aventura de cinco días de ferrocarril ininterrumpidos -apenas hace unos días había sufrido el colapso ya comentado- pero Mahler estaba dispuesto a hacer todo lo que estuviese en su mano para encontrar ayuda o al menos un rayo de esperanza en medio de la ofuscación en que su vida se había sumido.
Se desconoce si el colapso sufrido por Mahler fue el detonante para realizar el viaje; pero no parece probable pues ya había sido cancelado previamente por causas desconocidas; tal vez por la tonsilitis o por el intenso trabajo en la partitura de la Décima. Lo cierto es que el encuentro no se podía demorar más pues Freud partiría inminentemente de viaje a Italia con su discípulo Sandor Ferenczi.
Aunque en aquella época la reputación del psicoanálisis como método terapéutico era todavía escasa, Mahler no duda en recurrir a Freud, incluso en unas circunstancias tan adversas, sin duda intentando demostrar a Alma ¡una vez más! lo importante que era para él su matrimonio y hasta donde estaba dispuesto a llegar para salvarlo.
Leiden era el punto de destino pues Freud pasaba sus vacaciones con su mujer, cuñada y dos hijos en Noordwijk am See: un vecino resort en la costa.
Antes de partir Mahler lleva a cabo una decisión no menos importante; dedicar por vez primera una de sus obras a su mujer; ni más ni menos que la Octava Sinfonía.
Así lo narra Alma:
“Desperté en medio de la noche. Una aparición me asustó. Mahler estaba delante de mi, de pié en la oscuridad: “¿Te gustaría que te dedicase la Octava?”. Mi respuesta: “No. Tú nunca me has dedicado nada. Podrías lamentarlo.” Pero él replicó: “En un minuto escribo a Hertzka”.
Ciertamente hay dos cartas al respecto para Hertzka lo cual hace pensar que la primera no llegó a su destinatario. En la que éste finalmente recibió Mahler escribe: “Sólo una cuestión. Me gustaría añadir una dedicatoria a la Octava Sinfonía ¿Hay todavía tiempo? ¿O al menos las partituras vocales pueden añadir una página de este estilo?” En la primera versión se conserva un borrador con este texto: “le pediría incluir una página aparte con sólo estas palabras: A mi querida mujer Alma María”.
Este mismo día Alma escribe a Gropius para confirmarle que Gustav acudirá a Munich en septiembre: “Gustav estuvo hoy mejor e irá a Munich”. Esto da a entender que Mahler debió tener dudas de incluso poder asumir en persona los ensayos de la Octava.
La despedida de Alma en esta carta a Gropius es muy clara sobre sus sentimientos:
“¡Si al menos ya tuviese un hijo tuyo!”.
El miércoles 24 de agosto Mahler inicia uno de los viajes más fascinantes de toda su existencia. Un agotador periplo de dos días y medio en ferrocarril atravesando el corazón de Europa para únicamente reunirse durante unas horas con Siegmund Freud en la ciudad holandesa de Leiden. Al día siguiente emprendería una nueva maratón de regreso para llegar a Toblach el domingo 28.
Su estado físico no era el más adecuado para semejante aventura de cinco días de ferrocarril ininterrumpidos -apenas hace unos días había sufrido el colapso ya comentado- pero Mahler estaba dispuesto a hacer todo lo que estuviese en su mano para encontrar ayuda o al menos un rayo de esperanza en medio de la ofuscación en que su vida se había sumido.
Se desconoce si el colapso sufrido por Mahler fue el detonante para realizar el viaje; pero no parece probable pues ya había sido cancelado previamente por causas desconocidas; tal vez por la tonsilitis o por el intenso trabajo en la partitura de la Décima. Lo cierto es que el encuentro no se podía demorar más pues Freud partiría inminentemente de viaje a Italia con su discípulo Sandor Ferenczi.
Aunque en aquella época la reputación del psicoanálisis como método terapéutico era todavía escasa, Mahler no duda en recurrir a Freud, incluso en unas circunstancias tan adversas, sin duda intentando demostrar a Alma ¡una vez más! lo importante que era para él su matrimonio y hasta donde estaba dispuesto a llegar para salvarlo.
Leiden era el punto de destino pues Freud pasaba sus vacaciones con su mujer, cuñada y dos hijos en Noordwijk am See: un vecino resort en la costa.
Antes de partir Mahler lleva a cabo una decisión no menos importante; dedicar por vez primera una de sus obras a su mujer; ni más ni menos que la Octava Sinfonía.
Así lo narra Alma:
“Desperté en medio de la noche. Una aparición me asustó. Mahler estaba delante de mi, de pié en la oscuridad: “¿Te gustaría que te dedicase la Octava?”. Mi respuesta: “No. Tú nunca me has dedicado nada. Podrías lamentarlo.” Pero él replicó: “En un minuto escribo a Hertzka”.
Ciertamente hay dos cartas al respecto para Hertzka lo cual hace pensar que la primera no llegó a su destinatario. En la que éste finalmente recibió Mahler escribe: “Sólo una cuestión. Me gustaría añadir una dedicatoria a la Octava Sinfonía ¿Hay todavía tiempo? ¿O al menos las partituras vocales pueden añadir una página de este estilo?” En la primera versión se conserva un borrador con este texto: “le pediría incluir una página aparte con sólo estas palabras: A mi querida mujer Alma María”.
Este mismo día Alma escribe a Gropius para confirmarle que Gustav acudirá a Munich en septiembre: “Gustav estuvo hoy mejor e irá a Munich”. Esto da a entender que Mahler debió tener dudas de incluso poder asumir en persona los ensayos de la Octava.
La despedida de Alma en esta carta a Gropius es muy clara sobre sus sentimientos:
“¡Si al menos ya tuviese un hijo tuyo!”.
Última edición por Psanquin el 27/10/2010, 11:09, editado 2 veces
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Sois demasiado duros con Alma, ¿acaso no está Mahler tomando de su propia medicina?... ¿Por qué no se trata de igual manera su relación con Marion von Weber?, ¿o es que él no quería? ¡¡Anda ya!! ¿No da pena el pobre de Carl? ¿No fue en aquella ocasión Mahler el Gropius de la relación?
Robertino Bergamasco- Cantidad de envíos : 4479
Fecha de inscripción : 14/07/2009
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Robertino Bergamasco escribió:Sois demasiado duros con Alma, ¿acaso no está Mahler tomando de su propia medicina?... ¿Por qué no se trata de igual manera su relación con Marion von Weber?, ¿o es que él no quería? ¡¡Anda ya!! ¿No da pena el pobre de Carl? ¿No fue en aquella ocasión Mahler el Gropius de la relación?
Efectivamente, quiénes somos nosotros -pobres pecadores- para criticar a la buena de Alma? También ella tuvo que aguantar lo suyo al lado de un genio. Eso sí, Gustav ya le dejó bien claro lo que le esperaba antes de casarse. Y, finalmente, Alma debió de ser una mujer de armas tomar!
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
Fecha de inscripción : 10/11/2009
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