CRONOLOGÍA MAHLERIANA
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Ahora se explica por qué la enfermedad cardíaca se agravó de forma acelerada!!! Los músicos romanos tuvieron la culpa!
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
Fecha de inscripción : 10/11/2009
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Sí, gustavo. Probablemente fuese la peor experiencia de Mahler como director en toda su carrera. Desoladora para Mahler. Y sí, su estado físico debió resentirse pues aparte de la paliza de viaje, hasta julio no pudo realmente descansar tras la tan exigente temporada americana... pero, así es la vida, en julio no fue descanso lo que encontró sino el mayor mazazo de su vida.
A lo que no le daría tanta importancia es a la enfermedad cardiaca. No tuvo por que empeorar su valvulopatía por las circunstancias de Roma. De esto no tienen la culpa los italianos ;-) Nunca está de más insistir en que no fue ésta la causa de su muerte sino la infección bacteriana
A lo que no le daría tanta importancia es a la enfermedad cardiaca. No tuvo por que empeorar su valvulopatía por las circunstancias de Roma. De esto no tienen la culpa los italianos ;-) Nunca está de más insistir en que no fue ésta la causa de su muerte sino la infección bacteriana
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
3 de mayo: Recién llegado a Viena y sin el más mínimo descanso Mahler se metió a fondo en los ensayos de la Octava. Cada día visitaba a Bruno Walter en la Theobaldgasse donde éste ensayaba con la mayoría de los solistas. Entre ellos las dos primeras sopranos del elenco, Gertrude Förstel -quien había cantado en la Segunda de la despedida de Mahler de Viena- y Martha Winternitz-Dorda (1888-1958) quien recientemente había estrenado El libro de los jardines colgantes de Schönberg.
En estos ensayos Mahler seguía la partitura al piano a la vez que pedía repetidamente su opinión a Walter: “¿Es el tempo apropiado de esta manera? ¿O piensa que sería mejor si se llevase más lentamente?” Cuenta el cronista del Fremden-Blatt que Mahler disfrutaba al máximo estas sesiones de trabajo, felicitaba continuamente a los cantantes y nunca mostraba la más mínima impaciencia.
La elección de otros solistas aun no estaba completada. Para el papel de Mater Gloriosa fue contratada posteriormente Emma Bellwidt de Frankfurt. Mahler buscaba para este rol una voz pura con un timbre muy diferenciado de las otras sopranos. De las contraltos de la Hofoper ni Hermine Kittel ni Sarah Cahier se podían liberar de sus compromisos así que la elección recayó en Ottilie Metzger (1878-1943), miembro de la Ópera de Hamburgo, y Anne Erler-Schnaudt (1878-1963) de la Ópera de Munich.
Para el papel de tenor solista Mahler dudó durante estas semanas entre Georg Maikl, Karl Jörn y Carl Burrian Anteriormente había descartado a Heinrich Knote y Fritz Vogelstrom. Al final fue Felix Senius (1868-1913) el elegido a pesar de que carecía del peso dramático que Mahler requería para la segunda parte.
Richard Mayr (1877-1935) afrontaría las partes de bajo y el para el barítono Mahler se decantó por Nicola Geisse-Winkel (1872-1932) de la Ópera de Wiesbaden.
En una carta escrita por Mahler a Gutmann en mayo llega a plantear la utilización de dos tenores:
Querido amigo,
1) Si le asignas el papel a Knote me temo que se asustará (ya que la primera parte va más allá de su registro) y rehusará. Por favor siga mis instrucciones con cuidado. Senius (ideal para la primera parte) y Knote (espléndido para el resto) constituyen una satisfactoria solución”.
2) Estamos teniendo problemas con la Singverein las cuales pueden hacer peligrar toda la empresa. Si existe alguna solución sólo lo podremos decidir cuando venga. Hágalo lo antes posible.
Apresuradamente. Suyo:
Mahler
Como se ve en la misiva, en un principio la relación con la Wiener Singverein no fue fácil. En este sentido, tras llegar a Viena Mahler contactó lo antes posible con Franz Schalk quien debía preparar el coro. Mahler estuvo presente en varios de sus ensayos. Así recordó Schalk posteriormente esos momentos: “Mahler se sentaba silenciosamente en una esquina remota de la sala. Al final del ensayo habitualmente paseábamos juntos para discutir cuestiones de la partitura. Mahler lo hacía de una forma tan persuasiva que era inimitable, a veces hasta resultaba paradójico. Delimitando y contrastando los medios técnicos de expresión era un auténtico maestro. Era tal su claridad que cualquier error o malentendido parecía imposible.”
En varios ensayos hicieron acto de presencia Arnold Schönberg y Alban Berg quienes tuvieron que compartir su partitura pues era escasísimo el número de ejemplares disponibles.
Paul Stefan escribió un breve testimonio sobre estos ensayos. Por ejemplo cuenta como en una ocasión fueron interrumpidos por el fuerte sonido de la bocina de un auto. Mahler humorísticamente comenta: “Aquí se confirma lo que ha aparecido en varios periódicos ¡Qué utilizaría el claxon de un auto en mi Octava!”. También comenta Stefan: “¡Qué tensos estaban los cantantes cuando él dirigía! ¡Y qué fácilmente le seguían cuando con su habitual seguridad elegía un tempo sorprendentemente rápido para el movimiento inicial, un tempo totalmente carente de sentimentalismo; marcha, súplica, amenaza, certeza de victoria!”
En estas dos primeras semanas vienesas Gutmann viajó en una ocasión a Viena para discutir con Mahler aspectos concretos. Así se decidió que los ensayos preliminares tendrían lugar entre el 16 y el 30 de junio.
En cuanto al segundo coro Mahler no había llegado a un acuerdo con el coro de Siegfried Ochs. Sin embargo fue más exitoso el contacto con uno de sus admiradores, Georg Göhler (1874-1954). Göhler era el director principal de la Riedel-Verein. Hermann Scherchen describe a Göhler como “un músico sensible y un maravilloso director, el cual prefería la música de Mahler a la de Strauss por razones éticas. Para él Strauss, aunque genial, era un compositor ligero y superficial, mientras Mahler era un filósofo”.
5 de mayo: El 2 de abril había sido interpretada en Lyon la Primera Sinfonía dirigida por el español José Lassalle y sus orquesta muniquesa. El éxito del concierto había sido tal que se había organizado una repetición. Esta nueva entrega tenía lugar justo el 5 de mayo. Según el crítico musical anónimo de la Revue Musicale de Lyon fue ni más ni menos que la 28 interpretación de Lassalle de la obra.
Una vez más el éxito de público no se vería reflejado en la crítica. Según el crítico Léon Vallas (1879-1956) fue un “tormento de charlatanería musical” en el que el sentido de forma resultaba “caprichoso e incoherente”. En su opinión la obra no era más que una “suite orquestal, algunas veces entretenida pero mayormente aburrida; vacía pero bien meditada, pero también profunda, realmente conmovedora y humana”. Se pregunta Vallas: “Durante la hora larga que duró la obra ¿fuimos deleitados, encantados o transportados? No, la inspiración de Mr.Mahler es increíblemente vulgar. Sus desarrollos consisten a menudo en fáciles y planas progresiones; el compositor ha continuado haciendo música tal como lo hacía en sus años de conservatorio: recoge de cualquier fuente las inspiraciones o reminiscencias más ordinarias y las trata como el tema del Frère Jacques, usando los procedimientos más comunes y trillados. Emoción genuina, nunca. ¡Qué sonrisa aparece en todas las caras al escuchar el “gran tema de amor” que cualquiera de nuestros sub-Massenets habría creado sin esfuerzo!
¡Pero tampoco encontraos energía!... Parece increíble que tal obra pueda tener defensores que incluso pueda ser discutida. En Lyon al menos la opinión es unánime y todo el mundo sin dudarlo la condenó sintiendo, riéndose o simplemente aburriéndose. La extraordinaria impotencia de esta música es igualmente obvia cuando uno lee la partitura” .
10 de mayo: El New York Tribune se hace eco de la contratación de un nuevo gerente para la Sociedad Filarmónica:
En estos ensayos Mahler seguía la partitura al piano a la vez que pedía repetidamente su opinión a Walter: “¿Es el tempo apropiado de esta manera? ¿O piensa que sería mejor si se llevase más lentamente?” Cuenta el cronista del Fremden-Blatt que Mahler disfrutaba al máximo estas sesiones de trabajo, felicitaba continuamente a los cantantes y nunca mostraba la más mínima impaciencia.
La elección de otros solistas aun no estaba completada. Para el papel de Mater Gloriosa fue contratada posteriormente Emma Bellwidt de Frankfurt. Mahler buscaba para este rol una voz pura con un timbre muy diferenciado de las otras sopranos. De las contraltos de la Hofoper ni Hermine Kittel ni Sarah Cahier se podían liberar de sus compromisos así que la elección recayó en Ottilie Metzger (1878-1943), miembro de la Ópera de Hamburgo, y Anne Erler-Schnaudt (1878-1963) de la Ópera de Munich.
Para el papel de tenor solista Mahler dudó durante estas semanas entre Georg Maikl, Karl Jörn y Carl Burrian Anteriormente había descartado a Heinrich Knote y Fritz Vogelstrom. Al final fue Felix Senius (1868-1913) el elegido a pesar de que carecía del peso dramático que Mahler requería para la segunda parte.
Richard Mayr (1877-1935) afrontaría las partes de bajo y el para el barítono Mahler se decantó por Nicola Geisse-Winkel (1872-1932) de la Ópera de Wiesbaden.
En una carta escrita por Mahler a Gutmann en mayo llega a plantear la utilización de dos tenores:
Querido amigo,
1) Si le asignas el papel a Knote me temo que se asustará (ya que la primera parte va más allá de su registro) y rehusará. Por favor siga mis instrucciones con cuidado. Senius (ideal para la primera parte) y Knote (espléndido para el resto) constituyen una satisfactoria solución”.
2) Estamos teniendo problemas con la Singverein las cuales pueden hacer peligrar toda la empresa. Si existe alguna solución sólo lo podremos decidir cuando venga. Hágalo lo antes posible.
Apresuradamente. Suyo:
Mahler
Como se ve en la misiva, en un principio la relación con la Wiener Singverein no fue fácil. En este sentido, tras llegar a Viena Mahler contactó lo antes posible con Franz Schalk quien debía preparar el coro. Mahler estuvo presente en varios de sus ensayos. Así recordó Schalk posteriormente esos momentos: “Mahler se sentaba silenciosamente en una esquina remota de la sala. Al final del ensayo habitualmente paseábamos juntos para discutir cuestiones de la partitura. Mahler lo hacía de una forma tan persuasiva que era inimitable, a veces hasta resultaba paradójico. Delimitando y contrastando los medios técnicos de expresión era un auténtico maestro. Era tal su claridad que cualquier error o malentendido parecía imposible.”
En varios ensayos hicieron acto de presencia Arnold Schönberg y Alban Berg quienes tuvieron que compartir su partitura pues era escasísimo el número de ejemplares disponibles.
Paul Stefan escribió un breve testimonio sobre estos ensayos. Por ejemplo cuenta como en una ocasión fueron interrumpidos por el fuerte sonido de la bocina de un auto. Mahler humorísticamente comenta: “Aquí se confirma lo que ha aparecido en varios periódicos ¡Qué utilizaría el claxon de un auto en mi Octava!”. También comenta Stefan: “¡Qué tensos estaban los cantantes cuando él dirigía! ¡Y qué fácilmente le seguían cuando con su habitual seguridad elegía un tempo sorprendentemente rápido para el movimiento inicial, un tempo totalmente carente de sentimentalismo; marcha, súplica, amenaza, certeza de victoria!”
En estas dos primeras semanas vienesas Gutmann viajó en una ocasión a Viena para discutir con Mahler aspectos concretos. Así se decidió que los ensayos preliminares tendrían lugar entre el 16 y el 30 de junio.
En cuanto al segundo coro Mahler no había llegado a un acuerdo con el coro de Siegfried Ochs. Sin embargo fue más exitoso el contacto con uno de sus admiradores, Georg Göhler (1874-1954). Göhler era el director principal de la Riedel-Verein. Hermann Scherchen describe a Göhler como “un músico sensible y un maravilloso director, el cual prefería la música de Mahler a la de Strauss por razones éticas. Para él Strauss, aunque genial, era un compositor ligero y superficial, mientras Mahler era un filósofo”.
5 de mayo: El 2 de abril había sido interpretada en Lyon la Primera Sinfonía dirigida por el español José Lassalle y sus orquesta muniquesa. El éxito del concierto había sido tal que se había organizado una repetición. Esta nueva entrega tenía lugar justo el 5 de mayo. Según el crítico musical anónimo de la Revue Musicale de Lyon fue ni más ni menos que la 28 interpretación de Lassalle de la obra.
Una vez más el éxito de público no se vería reflejado en la crítica. Según el crítico Léon Vallas (1879-1956) fue un “tormento de charlatanería musical” en el que el sentido de forma resultaba “caprichoso e incoherente”. En su opinión la obra no era más que una “suite orquestal, algunas veces entretenida pero mayormente aburrida; vacía pero bien meditada, pero también profunda, realmente conmovedora y humana”. Se pregunta Vallas: “Durante la hora larga que duró la obra ¿fuimos deleitados, encantados o transportados? No, la inspiración de Mr.Mahler es increíblemente vulgar. Sus desarrollos consisten a menudo en fáciles y planas progresiones; el compositor ha continuado haciendo música tal como lo hacía en sus años de conservatorio: recoge de cualquier fuente las inspiraciones o reminiscencias más ordinarias y las trata como el tema del Frère Jacques, usando los procedimientos más comunes y trillados. Emoción genuina, nunca. ¡Qué sonrisa aparece en todas las caras al escuchar el “gran tema de amor” que cualquiera de nuestros sub-Massenets habría creado sin esfuerzo!
¡Pero tampoco encontraos energía!... Parece increíble que tal obra pueda tener defensores que incluso pueda ser discutida. En Lyon al menos la opinión es unánime y todo el mundo sin dudarlo la condenó sintiendo, riéndose o simplemente aburriéndose. La extraordinaria impotencia de esta música es igualmente obvia cuando uno lee la partitura” .
10 de mayo: El New York Tribune se hace eco de la contratación de un nuevo gerente para la Sociedad Filarmónica:
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
15 de mayo: A lo largo de mayo son constantes las comunicaciones con Gutmann por carta e incluso en una ocasión éste se traslada en persona hasta Viena para entrevistarse con Mahler. Un punto crucial en estas conversaciones era la necesidad de hacer tres días completos de ensayos en Munich. Para desesperación de Mahler Gutmann intentaba anular uno de ellos:
Usted organiza voluntariosamente todo pero ambos hemos acordado el tiempo de ensayo absolutamente necesario. Ahora me envía el programa definitivo para Munich y me dice que ya que la Singverein muestra tanto entusiasmo un tercer día de ensayos ya no es necesario. Que en lugar de ese día lo que tengo a mi disposición es entusiasmo. Me está hablando incluso de preparar un ensayo (los tres acordados requerirán en total quince horas; por eso insistí en una hora de descanso en cada ensayo) el día de la interpretación. En otras palabras, confía en que el entusiasmo de una sociedad coral resucite a los muertos. Pues tras dos días así esta gente estará muerta ¡De una vez por todas, por favor! O se cumplen todos los puntos de nuestro acuerdo -esto es, tres días a mi disposición sin la más mínima restricción (de hecho es el mínimo necesario)- o puede considerar esta carta como mi anulación. Por favor no tengamos más discusiones sobre esto en el futuro.
Una misiva posterior con Gutmann desvela nuevos preparativos así como la aparición de dificultades con la Singverein debido a que tres días antes de la interpretación de la Octava ésta debe participar en una Misa solemnis de Beethoven en Munich dirigida por Franz Schalk. Esto restaría un día de ensayos. Entre otras cuestiones Mahler le confirma a Gutmann la plantilla orquestal que debe preparar y discute el rol de tenor:
Querido Herr Gutmann,
1.) Como de ninguna manera puedo estar preparado con anterioridad, no tiene sentido que llegue a Leipzig el 5 de junio. Le pido mantener lo planeado; ensayo en Leipzig el 11 y 14 de junio. A los ensayos con orquesta de Munich llegaría el 16 ¿Podría ser tan amable de convocar para mi estancia en Munich 4 ó 5 ensayos con el coro de niños y 2 ó 3 días de ensayos completos con los solistas? Si fuese más cómodo estos últimos en vez de a Munich podrían venir a Leipzig entre el 10 y el 15. Sea como fuere debo tener los ensayos con los solistas ahora ya que no habrá tiempo en Septiembre. Le envío la plantilla de la orquesta que necesitaré en Munich:
5 flautas (o piccolo), 5 oboes (ó 1 corno inglés), 1 clarinete en mi bemol, 3 clarinetes, 1 clarinete bajo, 4 fagotes, 1 contrafagot, 2 arpas y la percusión habitual. Una muy amplia sección de cuerda. 8 trompas, 4 trompetas, 4 trombones, 1 tuba bajo. Además de esta plantilla necesito (pero no hasta septiembre): 1 piccolo, 1 clarinete en mi bemol, 4 trompetas para situar en lo alto, 3 trombones, 4 arpas adicionales (quizás sólo para los últimos cuatro ensayos de septiembre) ¿Puede tomar nota de todo esto para evitar confusiones?
2.) ¿Quién tocará el órgano? ¡Por favor tenga en cuenta que necesito un organista de primera clase! Y debe estar presente en los ensayos de junio en Munich (los últimos 4 como mínimo). En otras palabras, si no vive en Munich deberá estar presente desde el 19 de julio ¿Hay un organista de este nivel en Munich? ¿Qué piensa de Struve de Leipzig?
3.) De una conversación con el director de la Singverein he descubierto que estos caballeros no sólo no tienen ninguna intención de renunciar a la interpretación de la Missa solemnis sino que además han organizado para esa fecha excursiones, fiestas de bienvenida y esperan que los ensayos no duren más de tres horas. Considero mi obligación reiterar enérgicamente que me adhiero al calendario de ensayos que aprobamos en París, especialmente en lo que respecta a los ensayos de los días 9, 10 y 11 de septiembre en los que absolutamente todos los músicos sin excepción deben a cualquier precio estar plenamente a mi disposición- al menos si así lo deseo. En esto soy inflexible; si esto no sé puede cumplir abandonaría el proyecto inmediatamente.
4.) Llegaré a Munich desde Leipzig la mañana del 16. Le agradecería que me reserve un apartamento tranquilo con baño para que no sucumba al calor, agotador en junio. Cuento con su amistad en esto. Quizás encuentre algo adecuado en las afueras de la ciudad.
5.) De ninguna manera Senius debería cantar la Parte Segunda. Debemos en su lugar encontrar un cantante dramático con una gran voz y un buen registro agudo. Es la más importante parte de la noche y absolutamente decisiva para una interpretación exitosa. Por favor contacte con Burrian o alguna voz similar. (Realmente Burrian es un tanto impredecible y no debe ser recomendado). ¿Jörn quizás o alguien más?
Mis mejores deseos. Por favor responda a todos estos puntos.
Sinceramente suyo,
Mahler
Aunque en esta carta Mahler habla de un tal Struve, probablemente se refiere al célebre Karl Straube. Sin embargo en el estreno el órgano fue finalmente tocado por Adolf Hempel.
21 de mayo: Mahler firma el contrato con Universal Edition por los derechos de la Novena Sinfonía y Das Lied von der Erde.
25 de mayo:
Querido Herr Gutmann,
Las fechas que menciona para el coro de niños son perfectas. Desafortunadamente he traspapelado las fechas de los ensayos orquestales y no puedo decirle en cuanto se solapan. Por favor envíeme un programa de ensayos exacto. Desafortunadamente Senius ha enviado la carta que le adjunto. No puedo juzgar hasta que punto su afirmación de que su voz es particularmente adecuada para la Parte II se corresponde con la verdad. (Schalk y otros mantienen lo contrario). Envíele la partitura completa y disponga que todos los solistas estén reunidos en junio en Munich (o tal vez en otro lugar a medio camino entre Leipzig y Munich). Entonces decidiremos. Primer ensayo con la Singverein esta noche. Vederemo![sic]
Mis cordiales saludos,
Mahler
Las negociaciones con la Singverein fueron complicadas casi hasta el último momento como demuestra la siguiente carta de Mahler a Schalk de finales de mayo o principios de junio. El Dr.Hofmann (1851-1923) es el presidente de la sociedad:
Querido amigo,
La parte coral (82) es correcta. El la mayor en el 22 debe ser cambiado a un la bemol.
La conversación que he tenido con el Dr.Hofmann -por su propia solicitud- me hace pensar que la situación está tan en el aire como siempre. Es Gutmann quien ha causado toda esta confusión. Cuanto más pienso sobre la cuestión, más debo insistir en mis demandas, principalmente usar los tres días previos al concierto en la forma diseñada. Curiosamente el Dr.Hofmann me ha comentado (en el contexto de la discusión sobre los planes para festividades y excursiones del coro) que los músicos reconocieron no pensar dedicar a cada ensayo más de tres horas. Por favor espero que reconozca que una obra de dos horas y media de duración no puede ser adecuadamente ensayada en tres horas. Debo estar convencido de la máxima voluntad por parte de todos los intérpretes y que estos harán todo lo que esté en su mano para ensayar lo máximo posible (incluso con una apropiada pausa por la tarde también) o sino pronto abandonaré toda la empresa. Esto no es un bolo de coristas sino un cometido serio y difícil. Por favor, querido Schalk, informe a los caballeros de esto (por que en mi experiencia la “mitad” más débil de la raza humana no necesita tales instrucciones).
Mi más sincero agradecimiento por su amistad ¡Entonces hasta el jueves a las 7!
Sinceramente suyo,
Mahler
* * *
En esta estancia vienesa sin duda fueron habituales los encuentros con Schoenberg. De hecho en una carta al compositor fechada este día 25 Mahler se disculpa por tener que postponer un encuentro debido a un ensayo con la Singverein.
28 mayo:
La estancia de Mahler en Viena coincidió con la enfermedad fatal y muerte de un gran amigo, el anatomista Emil Zuckerkandl (1849-1910). En su casa y de la mano de la anfitriona Berta Zuckerkandl tuvo lugar la velada en que Mahler conoció a Alma.
No puedo dejar de hacer una referencia personal algo fuera de lugar y es que, casualidades de la vida, cuando hace casi veinte años hacía la revisión bibliográfica para mi tesis doctoral que versó sobre el órgano vomeronasal, también llamado órgano de Jacobson, entre los muchos trabajos que a finales del siglo XIX principios del XX se publicaron sobre esta fascinante estructura destaca el de Zuckerkandl sobre el órgano de los anfibios. Es probable que el anatomista y Mahler hubiesen conversado más de una vez sobre este órgano de los sentidos, todavía en la actualidad una pregunta sin respuesta para la ciencia.
Durante los ensayos en Viena Mahler tuvo la ocasión de visitar a su amigo Siegfried Lipiner (1856-1911) quien sufría un cáncer lingual maligno. En esa época estaba siendo sometido a un duro tratamiento con radio. Mahler le visitó varias ocasiones; sus conversaciones estrecharon su amistad incluso con más intensidad que en su juventud.
También coincidió esta estancia en Viena con la enfermedad de Max Burckhard (1854-1912). Pretendiente insidioso e irreverente de la joven Alma, era un buen amigo de la pareja. Una enfermedad degenerativa estaba transformando su vida en un infierno.
Usted organiza voluntariosamente todo pero ambos hemos acordado el tiempo de ensayo absolutamente necesario. Ahora me envía el programa definitivo para Munich y me dice que ya que la Singverein muestra tanto entusiasmo un tercer día de ensayos ya no es necesario. Que en lugar de ese día lo que tengo a mi disposición es entusiasmo. Me está hablando incluso de preparar un ensayo (los tres acordados requerirán en total quince horas; por eso insistí en una hora de descanso en cada ensayo) el día de la interpretación. En otras palabras, confía en que el entusiasmo de una sociedad coral resucite a los muertos. Pues tras dos días así esta gente estará muerta ¡De una vez por todas, por favor! O se cumplen todos los puntos de nuestro acuerdo -esto es, tres días a mi disposición sin la más mínima restricción (de hecho es el mínimo necesario)- o puede considerar esta carta como mi anulación. Por favor no tengamos más discusiones sobre esto en el futuro.
Una misiva posterior con Gutmann desvela nuevos preparativos así como la aparición de dificultades con la Singverein debido a que tres días antes de la interpretación de la Octava ésta debe participar en una Misa solemnis de Beethoven en Munich dirigida por Franz Schalk. Esto restaría un día de ensayos. Entre otras cuestiones Mahler le confirma a Gutmann la plantilla orquestal que debe preparar y discute el rol de tenor:
Querido Herr Gutmann,
1.) Como de ninguna manera puedo estar preparado con anterioridad, no tiene sentido que llegue a Leipzig el 5 de junio. Le pido mantener lo planeado; ensayo en Leipzig el 11 y 14 de junio. A los ensayos con orquesta de Munich llegaría el 16 ¿Podría ser tan amable de convocar para mi estancia en Munich 4 ó 5 ensayos con el coro de niños y 2 ó 3 días de ensayos completos con los solistas? Si fuese más cómodo estos últimos en vez de a Munich podrían venir a Leipzig entre el 10 y el 15. Sea como fuere debo tener los ensayos con los solistas ahora ya que no habrá tiempo en Septiembre. Le envío la plantilla de la orquesta que necesitaré en Munich:
5 flautas (o piccolo), 5 oboes (ó 1 corno inglés), 1 clarinete en mi bemol, 3 clarinetes, 1 clarinete bajo, 4 fagotes, 1 contrafagot, 2 arpas y la percusión habitual. Una muy amplia sección de cuerda. 8 trompas, 4 trompetas, 4 trombones, 1 tuba bajo. Además de esta plantilla necesito (pero no hasta septiembre): 1 piccolo, 1 clarinete en mi bemol, 4 trompetas para situar en lo alto, 3 trombones, 4 arpas adicionales (quizás sólo para los últimos cuatro ensayos de septiembre) ¿Puede tomar nota de todo esto para evitar confusiones?
2.) ¿Quién tocará el órgano? ¡Por favor tenga en cuenta que necesito un organista de primera clase! Y debe estar presente en los ensayos de junio en Munich (los últimos 4 como mínimo). En otras palabras, si no vive en Munich deberá estar presente desde el 19 de julio ¿Hay un organista de este nivel en Munich? ¿Qué piensa de Struve de Leipzig?
3.) De una conversación con el director de la Singverein he descubierto que estos caballeros no sólo no tienen ninguna intención de renunciar a la interpretación de la Missa solemnis sino que además han organizado para esa fecha excursiones, fiestas de bienvenida y esperan que los ensayos no duren más de tres horas. Considero mi obligación reiterar enérgicamente que me adhiero al calendario de ensayos que aprobamos en París, especialmente en lo que respecta a los ensayos de los días 9, 10 y 11 de septiembre en los que absolutamente todos los músicos sin excepción deben a cualquier precio estar plenamente a mi disposición- al menos si así lo deseo. En esto soy inflexible; si esto no sé puede cumplir abandonaría el proyecto inmediatamente.
4.) Llegaré a Munich desde Leipzig la mañana del 16. Le agradecería que me reserve un apartamento tranquilo con baño para que no sucumba al calor, agotador en junio. Cuento con su amistad en esto. Quizás encuentre algo adecuado en las afueras de la ciudad.
5.) De ninguna manera Senius debería cantar la Parte Segunda. Debemos en su lugar encontrar un cantante dramático con una gran voz y un buen registro agudo. Es la más importante parte de la noche y absolutamente decisiva para una interpretación exitosa. Por favor contacte con Burrian o alguna voz similar. (Realmente Burrian es un tanto impredecible y no debe ser recomendado). ¿Jörn quizás o alguien más?
Mis mejores deseos. Por favor responda a todos estos puntos.
Sinceramente suyo,
Mahler
Aunque en esta carta Mahler habla de un tal Struve, probablemente se refiere al célebre Karl Straube. Sin embargo en el estreno el órgano fue finalmente tocado por Adolf Hempel.
21 de mayo: Mahler firma el contrato con Universal Edition por los derechos de la Novena Sinfonía y Das Lied von der Erde.
25 de mayo:
Querido Herr Gutmann,
Las fechas que menciona para el coro de niños son perfectas. Desafortunadamente he traspapelado las fechas de los ensayos orquestales y no puedo decirle en cuanto se solapan. Por favor envíeme un programa de ensayos exacto. Desafortunadamente Senius ha enviado la carta que le adjunto. No puedo juzgar hasta que punto su afirmación de que su voz es particularmente adecuada para la Parte II se corresponde con la verdad. (Schalk y otros mantienen lo contrario). Envíele la partitura completa y disponga que todos los solistas estén reunidos en junio en Munich (o tal vez en otro lugar a medio camino entre Leipzig y Munich). Entonces decidiremos. Primer ensayo con la Singverein esta noche. Vederemo![sic]
Mis cordiales saludos,
Mahler
Las negociaciones con la Singverein fueron complicadas casi hasta el último momento como demuestra la siguiente carta de Mahler a Schalk de finales de mayo o principios de junio. El Dr.Hofmann (1851-1923) es el presidente de la sociedad:
Querido amigo,
La parte coral (82) es correcta. El la mayor en el 22 debe ser cambiado a un la bemol.
La conversación que he tenido con el Dr.Hofmann -por su propia solicitud- me hace pensar que la situación está tan en el aire como siempre. Es Gutmann quien ha causado toda esta confusión. Cuanto más pienso sobre la cuestión, más debo insistir en mis demandas, principalmente usar los tres días previos al concierto en la forma diseñada. Curiosamente el Dr.Hofmann me ha comentado (en el contexto de la discusión sobre los planes para festividades y excursiones del coro) que los músicos reconocieron no pensar dedicar a cada ensayo más de tres horas. Por favor espero que reconozca que una obra de dos horas y media de duración no puede ser adecuadamente ensayada en tres horas. Debo estar convencido de la máxima voluntad por parte de todos los intérpretes y que estos harán todo lo que esté en su mano para ensayar lo máximo posible (incluso con una apropiada pausa por la tarde también) o sino pronto abandonaré toda la empresa. Esto no es un bolo de coristas sino un cometido serio y difícil. Por favor, querido Schalk, informe a los caballeros de esto (por que en mi experiencia la “mitad” más débil de la raza humana no necesita tales instrucciones).
Mi más sincero agradecimiento por su amistad ¡Entonces hasta el jueves a las 7!
Sinceramente suyo,
Mahler
* * *
En esta estancia vienesa sin duda fueron habituales los encuentros con Schoenberg. De hecho en una carta al compositor fechada este día 25 Mahler se disculpa por tener que postponer un encuentro debido a un ensayo con la Singverein.
28 mayo:
La estancia de Mahler en Viena coincidió con la enfermedad fatal y muerte de un gran amigo, el anatomista Emil Zuckerkandl (1849-1910). En su casa y de la mano de la anfitriona Berta Zuckerkandl tuvo lugar la velada en que Mahler conoció a Alma.
No puedo dejar de hacer una referencia personal algo fuera de lugar y es que, casualidades de la vida, cuando hace casi veinte años hacía la revisión bibliográfica para mi tesis doctoral que versó sobre el órgano vomeronasal, también llamado órgano de Jacobson, entre los muchos trabajos que a finales del siglo XIX principios del XX se publicaron sobre esta fascinante estructura destaca el de Zuckerkandl sobre el órgano de los anfibios. Es probable que el anatomista y Mahler hubiesen conversado más de una vez sobre este órgano de los sentidos, todavía en la actualidad una pregunta sin respuesta para la ciencia.
Durante los ensayos en Viena Mahler tuvo la ocasión de visitar a su amigo Siegfried Lipiner (1856-1911) quien sufría un cáncer lingual maligno. En esa época estaba siendo sometido a un duro tratamiento con radio. Mahler le visitó varias ocasiones; sus conversaciones estrecharon su amistad incluso con más intensidad que en su juventud.
También coincidió esta estancia en Viena con la enfermedad de Max Burckhard (1854-1912). Pretendiente insidioso e irreverente de la joven Alma, era un buen amigo de la pareja. Una enfermedad degenerativa estaba transformando su vida en un infierno.
Última edición por Psanquin el 22/6/2010, 00:13, editado 2 veces
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
espero que reconozca que una obra de dos horas y media de duración no puede ser adecuadamente ensayada en tres horas.
Una obra de dos horas y media??? Pues menudo recorte que hizo después!
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
No se te escapa detalle gustavo Lo cierto es que Mahler así lo escribe en la carta. Imagino que estaba exagerando la situación para hacer más presión sobre Gutmann.
(Gustavo, perdona que sin querer modificase tu mensaje ; cosas de ser moderador-administrador; mil perdones aunque creo que ha quedado tal cual )
(Gustavo, perdona que sin querer modificase tu mensaje ; cosas de ser moderador-administrador; mil perdones aunque creo que ha quedado tal cual )
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
1 de junio:
El 1 de junio los Mahler se dirigen al balneario de Tobelbad. Se abría así el episodio más traumático de la vida de Mahler.
Aunque el mes de mayo había sido uno de los más placenteros y relajados que Mahler había disfrutado en mucho tiempo el estado de salud de Alma había seguido siendo una fuente de preocupaciones. Sin duda los rigores del último invierno neoyorquino habían dejado una huella en su salud incluso mayor que los anteriores.
En sus memorias Alma escribe textualmente: “Preferiría correr un velo sobre las razones íntimas de mi enfermedad. Digamos que ni yo tengo ni idea de la naturaleza de mi problema ni puedo explicarme a mi misma mis ataques de histeria.” En opinión de la Grange este secretismo sobre su situación puede o bien aludir a su estado de frustración sexual o al problema con el alcohol que arrastraba desde su juventud.
Ante su estado los doctores en Viena recomendaron un tratamiento de aguas termales con la esperanza de aliviar su condición nerviosa. El lugar elegido fue el balneario de Tobelbad, cerca de Graz, en la época de moda para el tratamiento de las enfermedades nerviosas y de los problemas ginecológicos. De hecho el emperador era un cliente asiduo de las instalaciones.
Aunque en sus Recuerdos Alma afirma que dejó a Mahler instalado en Toblach antes de partir para el balneario la realidad es bien distinta. Mahler viajó con ella, Gucki y Miss Turner el 1 de junio y volvió a Viena dos días más tarde. La estancia en Tobelbad se prolongaría durante seis semanas, hasta mediados de julio. Mahler volvería a visitar a Alma tras los ensayos de Leipzig y Munich. En su ausencia Anna Moll tomaría su lugar.
El 1 de junio los Mahler se dirigen al balneario de Tobelbad. Se abría así el episodio más traumático de la vida de Mahler.
Aunque el mes de mayo había sido uno de los más placenteros y relajados que Mahler había disfrutado en mucho tiempo el estado de salud de Alma había seguido siendo una fuente de preocupaciones. Sin duda los rigores del último invierno neoyorquino habían dejado una huella en su salud incluso mayor que los anteriores.
En sus memorias Alma escribe textualmente: “Preferiría correr un velo sobre las razones íntimas de mi enfermedad. Digamos que ni yo tengo ni idea de la naturaleza de mi problema ni puedo explicarme a mi misma mis ataques de histeria.” En opinión de la Grange este secretismo sobre su situación puede o bien aludir a su estado de frustración sexual o al problema con el alcohol que arrastraba desde su juventud.
Ante su estado los doctores en Viena recomendaron un tratamiento de aguas termales con la esperanza de aliviar su condición nerviosa. El lugar elegido fue el balneario de Tobelbad, cerca de Graz, en la época de moda para el tratamiento de las enfermedades nerviosas y de los problemas ginecológicos. De hecho el emperador era un cliente asiduo de las instalaciones.
Aunque en sus Recuerdos Alma afirma que dejó a Mahler instalado en Toblach antes de partir para el balneario la realidad es bien distinta. Mahler viajó con ella, Gucki y Miss Turner el 1 de junio y volvió a Viena dos días más tarde. La estancia en Tobelbad se prolongaría durante seis semanas, hasta mediados de julio. Mahler volvería a visitar a Alma tras los ensayos de Leipzig y Munich. En su ausencia Anna Moll tomaría su lugar.
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Psanquin escribió:No se te escapa detalle gustavo Lo cierto es que Mahler así lo escribe en la carta. Imagino que estaba exagerando la situación para hacer más presión sobre Gutmann.
(Gustavo, perdona que sin querer modificase tu mensaje ; cosas de ser moderador-administrador; mil perdones aunque creo que ha quedado tal cual )
Creo que el mensaje no está modificado en absoluto... Y, desde luego, no me importaría nada que la Octava durara otra horita más
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
2 de junio: Al día siguiente Gustav regresa a Viena. Ya que una de las preocupaciones de la pareja era encontrar una vivienda amplia y tranquila en las afueras de Viena, Gustav aprovecha el camino de regreso para visitar un viejo y pequeño priorato. En su primera misiva a Alma, del 6 de junio, lo describirá de esta manera:
“Es un modesto y encantador lugar, especialmente a primera vista. Auténticamente romántico. Pero no sé si podríamos vivir aquí de forma confortable. Carl con quien yo creo que puedo confiar en estos temas cree que sí. Pero en cualquier caso tendrías que verlo tú misma.”
Este mismo día Mahler escribe una carta a Henri Hinrichsen de la que se desprende que le ha pedido a Peters que le mande el material orquestal de la Quinta para que pueda hacer correcciones en la partitura orquestal y en las particellas. Mahler es de la opinión de que "la obra ganará con una nueva edición, cuyos costes son considerables; pero hay que pensar que la obra encontrará un lugar en el repertorio orquestal de todos los tiempos".
4 de junio:
Consta que en esta fecha hace aparición en la vida de Alma el joven Walter Gropius (1883-1969). Se desconocen los motivos que habían guiado a Gropius hasta Tobeldad, tan lejos de Berlín, pero lo cierto es que la vida de ambos iba a cambiar diametralmente a raíz de ese encuentro.
6 de junio: Como es habitual el alejamiento de Alma va a ser el origen de una serie de cartas que arrojan valiosísima información sobre el día a día de Gustav. Una vez más es de lamentar que Alma hubiese destruido todas sus correspondientes misivas a Gustav. El día 6 Mahler escribe desde Viena la siguiente misiva a la cual ya hemos hecho parcialmente referencia en una entrega previa:
Mi querida Almschili,
Me ha llevado todo este tiempo escribirte. Desde mi regreso (el cual fue absolutamente presto rabiato como todos mis viajes de vuelta suelen ser) no he tenido un momento para mí mismo. El priorato que visité es un modesto y encantador lugar, especialmente a primera vista. Auténticamente romántico. Pero no sé si podríamos vivir aquí de forma confortable. Carl con quien yo creo que puedo confiar en estos temas cree que sí. Pero en cualquier caso tendrías que verlo tú misma. Y sin duda habría que invertir en su reforma. Las cuatro habitaciones son enormes y maravillosas, como también la cocina la cual cuenta con un cenador anexo y habitaciones para los sirvientes. Pero todo lo demás tendría que ser reconstruido, incluyendo los cuartos de baño. No veo claramente como podría realizarse, ya que sólo hay una escalera la cual separa la cocina de las otras cuatro habitaciones. Ya que el resto de habitaciones están en el otro ala, el único acceso a ellas sería a través de la cocina. Pero como dije, preferiría que Carl... [dos líneas tachadas].
Estoy convencido de que Tobelbad te hará bien. Esta vez te dejé con especial dolor en mi corazón. Como me encantaría estar allí y compartir ese remanso contigo –sin ningún tipo de trabajo-, sólo paz y disfrute ¡Es algo que nunca hemos hecho juntos! Pero primero debes recuperar tu salud. Quizás en septiembre si todo va bien. Estoy usando tu cuarto, con lo que mis pensamientos constantemente vuelan hacia ti. Ayer me senté a la ventana (tras el almuerzo) casi una hora, bañado por la maravillosa luz del sol que aquí disfrutamos. Las campanas tañían y más en la distancia se escuchaba la típica confusión dominical –armónicas, organillos, etc. ¡Era como si toda mi niñez se presentase ante mi! Me cuesta describirte cuanto lo disfruté. Y por todas partes, ante mis ojos, tu adorada presencia [6 líneas tachadas ilegibles].
Hoy me siento a la ventana nuevamente –pero en el edificio de al lado los mozalbetes están haciendo un estruendo horrible. Me gustaría darles una buena paliza. Por favor escríbeme y cuéntame sobre tu vida en Tobelbad. No sabes como lamento mi comportamiento mandón en la mesa. Yo estaba tan animado, tú tan apagada (la próxima vez serás tú la que te salgas de madre mientras yo seré víctima de los mayores retortijones).
Los más cariñosos saludos, mi Almschi, de tú Gustav.
Freund estuvo hoy aquí. Una inesperada visita al almuerzo. Incluso mejor que una porción de Sacher Torte!
Mamá y Carl son increíblemente buenos conmigo.
El día seis Mahler tendría un ensayo con la Singverein especialmente decepcionante. Sobre él enviaría los días siguientes sendas cartas a Gutmann y Alma.
“Es un modesto y encantador lugar, especialmente a primera vista. Auténticamente romántico. Pero no sé si podríamos vivir aquí de forma confortable. Carl con quien yo creo que puedo confiar en estos temas cree que sí. Pero en cualquier caso tendrías que verlo tú misma.”
Este mismo día Mahler escribe una carta a Henri Hinrichsen de la que se desprende que le ha pedido a Peters que le mande el material orquestal de la Quinta para que pueda hacer correcciones en la partitura orquestal y en las particellas. Mahler es de la opinión de que "la obra ganará con una nueva edición, cuyos costes son considerables; pero hay que pensar que la obra encontrará un lugar en el repertorio orquestal de todos los tiempos".
4 de junio:
Consta que en esta fecha hace aparición en la vida de Alma el joven Walter Gropius (1883-1969). Se desconocen los motivos que habían guiado a Gropius hasta Tobeldad, tan lejos de Berlín, pero lo cierto es que la vida de ambos iba a cambiar diametralmente a raíz de ese encuentro.
6 de junio: Como es habitual el alejamiento de Alma va a ser el origen de una serie de cartas que arrojan valiosísima información sobre el día a día de Gustav. Una vez más es de lamentar que Alma hubiese destruido todas sus correspondientes misivas a Gustav. El día 6 Mahler escribe desde Viena la siguiente misiva a la cual ya hemos hecho parcialmente referencia en una entrega previa:
Mi querida Almschili,
Me ha llevado todo este tiempo escribirte. Desde mi regreso (el cual fue absolutamente presto rabiato como todos mis viajes de vuelta suelen ser) no he tenido un momento para mí mismo. El priorato que visité es un modesto y encantador lugar, especialmente a primera vista. Auténticamente romántico. Pero no sé si podríamos vivir aquí de forma confortable. Carl con quien yo creo que puedo confiar en estos temas cree que sí. Pero en cualquier caso tendrías que verlo tú misma. Y sin duda habría que invertir en su reforma. Las cuatro habitaciones son enormes y maravillosas, como también la cocina la cual cuenta con un cenador anexo y habitaciones para los sirvientes. Pero todo lo demás tendría que ser reconstruido, incluyendo los cuartos de baño. No veo claramente como podría realizarse, ya que sólo hay una escalera la cual separa la cocina de las otras cuatro habitaciones. Ya que el resto de habitaciones están en el otro ala, el único acceso a ellas sería a través de la cocina. Pero como dije, preferiría que Carl... [dos líneas tachadas].
Estoy convencido de que Tobelbad te hará bien. Esta vez te dejé con especial dolor en mi corazón. Como me encantaría estar allí y compartir ese remanso contigo –sin ningún tipo de trabajo-, sólo paz y disfrute ¡Es algo que nunca hemos hecho juntos! Pero primero debes recuperar tu salud. Quizás en septiembre si todo va bien. Estoy usando tu cuarto, con lo que mis pensamientos constantemente vuelan hacia ti. Ayer me senté a la ventana (tras el almuerzo) casi una hora, bañado por la maravillosa luz del sol que aquí disfrutamos. Las campanas tañían y más en la distancia se escuchaba la típica confusión dominical –armónicas, organillos, etc. ¡Era como si toda mi niñez se presentase ante mi! Me cuesta describirte cuanto lo disfruté. Y por todas partes, ante mis ojos, tu adorada presencia [6 líneas tachadas ilegibles].
Hoy me siento a la ventana nuevamente –pero en el edificio de al lado los mozalbetes están haciendo un estruendo horrible. Me gustaría darles una buena paliza. Por favor escríbeme y cuéntame sobre tu vida en Tobelbad. No sabes como lamento mi comportamiento mandón en la mesa. Yo estaba tan animado, tú tan apagada (la próxima vez serás tú la que te salgas de madre mientras yo seré víctima de los mayores retortijones).
Los más cariñosos saludos, mi Almschi, de tú Gustav.
Freund estuvo hoy aquí. Una inesperada visita al almuerzo. Incluso mejor que una porción de Sacher Torte!
Mamá y Carl son increíblemente buenos conmigo.
El día seis Mahler tendría un ensayo con la Singverein especialmente decepcionante. Sobre él enviaría los días siguientes sendas cartas a Gutmann y Alma.
Última edición por Psanquin el 22/6/2010, 00:41, editado 1 vez
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
8 de junio: A su llegada de la tournée Mahler se encuentra una carta de Alma en la que ella –a juzgar por la respuesta de Gustav- le pregunta a éste si todavía le ama. Mahler, sin duda preocupado, le escribe muy temprano al día siguiente una larga carta. Tras responder tranquilizadoramente a Alma, describe la escena que le inspiró el arranque de la Séptima Sinfonía. A le relata los incidentes del ensayo con la Singverein ya comentados y la ruta automovilística del día anterior.
Mi queridísima Almschili,
Cuando regresé ayer tras las doce horas del tour automovilístico (con los Winters) a la búsqueda de una casa de campo me encontré tu carta esperándome. Ahora, aunque todavía es muy temprano en la mañana, te contesto. Antes de nada: ¡Estás siendo muy tonta! ¿Por qué te atormentas con tales fantasías de tu cabeza? ¿No nos conocemos lo suficientemente todavía? ¡Nunca me gustaste como ahora; quizás nunca tanto como ahora! Cuando te dije la última mañana en Tobelbad lo hermosa que estabas era una involuntaria expresión de encanto al verte aproximarte hacia mi tan increíblemente dulce y atractiva ¡Pero tú me conoces suficientemente bien! Si se espera algo de mí, lo evito. En el arte como en la vida estoy a merced de la espontaneidad. Si yo fuera obligado o impulsado a componer, no podría escribir ni una sola nota. Hace cuatro años, la primera mañana de nuestro verano en Maiernigg, subí a mi cabaña de composición dispuesto a tomármelo con calma (pues en ese momento estaba tan necesitado de descanso) y así poder recuperar fuerzas. Fue entrar en esa habitación tan familiar que el espíritu creador se apoderó de mí, me cogió en sus brazos y me castigó durante ocho semanas hasta que la obra estuvo totalmente acabada. El verano anterior había estado intentando completar la Séptima (de la cual los dos Andantes ya estaban acabados). Durante dos semanas luché contra mí mismo hasta la desesperación, como tú seguramente recuerdas, hasta que finalmente partí hacia los Dolomitas. Pero allí continuó la misma historia. Finalmente tiré la toalla y volví a casa convencido de que el verano había sido perdido.
Tú no me esperabas en Krumpendorf pues yo no había anunciado mi llegada. Salté en el bote para cruzar el lago. Fue escuchar el sonido de los remos golpeando el agua y al momento me llegó la inspiración para el tema (o más bien el ritmo y la atmósfera) de la introducción del primer movimiento –en cuatro semanas los movimientos primero, tercero y quinto estaban totalmente completados ¿Te acuerdas?
Mira, cariño, sabes tanto de mi y de mis maneras como para entender que yo nunca podría herirte. Y muy especialmente por que sabes que sólo vivo para ti y para Gucki y que ningún otro ser vivo podría interponerse entre tú y mi amor hacia ti. Todo lo demás empalidece al lado de esto –¡cómo una talla de madera al lado de un Tiziano! Recupérate pronto, mi Luxerl, para que así puedas seguir a mi lado y podamos disfrutar la vida juntos como dos buenos camaradas. Verás que no sufres mayores dudas en esta partitura. [Tres líneas obliteradas]. No sucumbas nunca ante las dudas. La vida y el amor son como el florecer de un árbol que crece y crece cada vez más alto –e incluso a veces más ancho- en el que las flores y más tarde los frutos pueden caer, pero uno sabe que la próxima primavera germinará nuevamente ¡Así que olvida esas tontas ideas! Sólo ponte bien nuevamente -eso es lo fundamental. Y por favor asegúrate que todo lo que haces es bueno para ti. Permanece en el balneario tanto como necesites para recuperarte plenamente.
El viernes a la noche tengo que viajar a Leipzig (hay un ensayo el sábado) con lo que desafortunadamente no podré visitarte. Sin embargo termino en Munich el 2 de junio [sic]. Sólo una palabra tuya y viajaré directamente vía Viena para pasar unos días a tu lado con amore. O podría viajar directamente a Innsbruck y Toblach, tomarme un descanso para recuperarme de todos los excesos de los ensayos y finalmente acercarme y recogerte. Todo depende del curso de tu tratamiento. Pero una vez más ¡Te lo suplico! ¡Ponte bien, eso es todo lo que necesito!
Ahora un breve recorrido por los últimos días: Tuve ensayo el lunes por la mañana con una inútil Wiener Männergesangverein (sólo aparecieron catorce de sus miembros) que además hizo patente la incompetencia de Schalk (abrió él el ensayo y a unos tiempos tan equivocados que me enfadé tanto que rehusé hacerlo yo). Más tarde empezaron a aparecer más coristas con lo que salí de mi rincón como un niño enfurruñado y cogí la batuta. Inmediatamente las cosas cuadraron pero estaba claro que los hombres no dominaban sus partes. Sigue sin estar claro si habrá estreno; estoy firmemente dispuesto a no tolerar ningún descuido artístico. Sí es cierto que las mujeres sin embargo son espléndidas y compensan los desastres de los hombres. (Como ves, tal cual en chez nous).
Al día siguiente los Winters nos recogieron en su coche. Carl lo había preparado todo. Tras tres horas de conducción llegamos a Pöchlarn para ver una casa de campo. Situada en un escenario hermoso pero totalmente derruida y con infinidad de mosquitos.
A continuación iniciamos el regreso a través del Wachau siguiendo el curso del Danubio por Dürrenstein y Weissendorf hasta llegar a Mautern. Todos estos sitios preciosos y perfectamente conservados. A continuación giramos a la derecha, pasamos Göttweig y condujimos hacia una zona de colinas con preciosos prados y bosques. Casi de casualidad finalizamos cerca de Neulengbach con lo que casi sin darnos cuenta condujimos hasta Plankenberg. Su aspecto era radiante; yo empecé a pensar en ti con tal intensidad que tus oídos deben haberte chillado. Todo el camino Carl y yo casi llorábamos pensando que ni tú ni Mama estábais con nosotros (aunque hubo un momento en que casi quedo dormido; Frau Winter estaba sentada a mi lado). Si todo va bien estoy decidido a hacer exactamente el mismo viaje en coche contigo en septiembre.
Y ahora mi adiós, cariño mío. Escríbeme una carta feliz si no quieres que siga mi camino con el corazón triste.
Miles de besos de tu Gustl
Mi queridísima Almschili,
Cuando regresé ayer tras las doce horas del tour automovilístico (con los Winters) a la búsqueda de una casa de campo me encontré tu carta esperándome. Ahora, aunque todavía es muy temprano en la mañana, te contesto. Antes de nada: ¡Estás siendo muy tonta! ¿Por qué te atormentas con tales fantasías de tu cabeza? ¿No nos conocemos lo suficientemente todavía? ¡Nunca me gustaste como ahora; quizás nunca tanto como ahora! Cuando te dije la última mañana en Tobelbad lo hermosa que estabas era una involuntaria expresión de encanto al verte aproximarte hacia mi tan increíblemente dulce y atractiva ¡Pero tú me conoces suficientemente bien! Si se espera algo de mí, lo evito. En el arte como en la vida estoy a merced de la espontaneidad. Si yo fuera obligado o impulsado a componer, no podría escribir ni una sola nota. Hace cuatro años, la primera mañana de nuestro verano en Maiernigg, subí a mi cabaña de composición dispuesto a tomármelo con calma (pues en ese momento estaba tan necesitado de descanso) y así poder recuperar fuerzas. Fue entrar en esa habitación tan familiar que el espíritu creador se apoderó de mí, me cogió en sus brazos y me castigó durante ocho semanas hasta que la obra estuvo totalmente acabada. El verano anterior había estado intentando completar la Séptima (de la cual los dos Andantes ya estaban acabados). Durante dos semanas luché contra mí mismo hasta la desesperación, como tú seguramente recuerdas, hasta que finalmente partí hacia los Dolomitas. Pero allí continuó la misma historia. Finalmente tiré la toalla y volví a casa convencido de que el verano había sido perdido.
Tú no me esperabas en Krumpendorf pues yo no había anunciado mi llegada. Salté en el bote para cruzar el lago. Fue escuchar el sonido de los remos golpeando el agua y al momento me llegó la inspiración para el tema (o más bien el ritmo y la atmósfera) de la introducción del primer movimiento –en cuatro semanas los movimientos primero, tercero y quinto estaban totalmente completados ¿Te acuerdas?
Mira, cariño, sabes tanto de mi y de mis maneras como para entender que yo nunca podría herirte. Y muy especialmente por que sabes que sólo vivo para ti y para Gucki y que ningún otro ser vivo podría interponerse entre tú y mi amor hacia ti. Todo lo demás empalidece al lado de esto –¡cómo una talla de madera al lado de un Tiziano! Recupérate pronto, mi Luxerl, para que así puedas seguir a mi lado y podamos disfrutar la vida juntos como dos buenos camaradas. Verás que no sufres mayores dudas en esta partitura. [Tres líneas obliteradas]. No sucumbas nunca ante las dudas. La vida y el amor son como el florecer de un árbol que crece y crece cada vez más alto –e incluso a veces más ancho- en el que las flores y más tarde los frutos pueden caer, pero uno sabe que la próxima primavera germinará nuevamente ¡Así que olvida esas tontas ideas! Sólo ponte bien nuevamente -eso es lo fundamental. Y por favor asegúrate que todo lo que haces es bueno para ti. Permanece en el balneario tanto como necesites para recuperarte plenamente.
El viernes a la noche tengo que viajar a Leipzig (hay un ensayo el sábado) con lo que desafortunadamente no podré visitarte. Sin embargo termino en Munich el 2 de junio [sic]. Sólo una palabra tuya y viajaré directamente vía Viena para pasar unos días a tu lado con amore. O podría viajar directamente a Innsbruck y Toblach, tomarme un descanso para recuperarme de todos los excesos de los ensayos y finalmente acercarme y recogerte. Todo depende del curso de tu tratamiento. Pero una vez más ¡Te lo suplico! ¡Ponte bien, eso es todo lo que necesito!
Ahora un breve recorrido por los últimos días: Tuve ensayo el lunes por la mañana con una inútil Wiener Männergesangverein (sólo aparecieron catorce de sus miembros) que además hizo patente la incompetencia de Schalk (abrió él el ensayo y a unos tiempos tan equivocados que me enfadé tanto que rehusé hacerlo yo). Más tarde empezaron a aparecer más coristas con lo que salí de mi rincón como un niño enfurruñado y cogí la batuta. Inmediatamente las cosas cuadraron pero estaba claro que los hombres no dominaban sus partes. Sigue sin estar claro si habrá estreno; estoy firmemente dispuesto a no tolerar ningún descuido artístico. Sí es cierto que las mujeres sin embargo son espléndidas y compensan los desastres de los hombres. (Como ves, tal cual en chez nous).
Al día siguiente los Winters nos recogieron en su coche. Carl lo había preparado todo. Tras tres horas de conducción llegamos a Pöchlarn para ver una casa de campo. Situada en un escenario hermoso pero totalmente derruida y con infinidad de mosquitos.
A continuación iniciamos el regreso a través del Wachau siguiendo el curso del Danubio por Dürrenstein y Weissendorf hasta llegar a Mautern. Todos estos sitios preciosos y perfectamente conservados. A continuación giramos a la derecha, pasamos Göttweig y condujimos hacia una zona de colinas con preciosos prados y bosques. Casi de casualidad finalizamos cerca de Neulengbach con lo que casi sin darnos cuenta condujimos hasta Plankenberg. Su aspecto era radiante; yo empecé a pensar en ti con tal intensidad que tus oídos deben haberte chillado. Todo el camino Carl y yo casi llorábamos pensando que ni tú ni Mama estábais con nosotros (aunque hubo un momento en que casi quedo dormido; Frau Winter estaba sentada a mi lado). Si todo va bien estoy decidido a hacer exactamente el mismo viaje en coche contigo en septiembre.
Y ahora mi adiós, cariño mío. Escríbeme una carta feliz si no quieres que siga mi camino con el corazón triste.
Miles de besos de tu Gustl
Última edición por Psanquin el 2/7/2010, 01:19, editado 1 vez
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Retomo la cronología. Realmente aclarar que no la he abandonado. Estaba completando unas cuantas entregas de meses previos. Esto no tiene fin
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
10 de junio:
Mahler parte a la tarde hacia Leipzig donde se reunirá con el director del coro de la Riedel-Verein, Georg Göhler, y asistirá a su trabajo en los ensayos de la Octava. Muy temprano, ese mismo día, todavía en Viena escribe esta carta a Alma, quien sigue en Tobelbad y que, recordemos, ya ha conocido a Walter Gropius.
Queridísima,
Son las cinco en punto de la mañana; recurro a este momento del día para poder escribirte unas pocas líneas, de otra manera no podré hacerlo a lo largo del día. He estado terriblemente ocupado últimamente, y hoy es un día particularmente atareado, ya que tango ensayos y debo también estar pendiente de los preparativos para el otoño.
Si al menos supiera como te está yendo en Tobelbad. No has escrito una sola palabra al respecto.
Esta tarde parto para Leipzig, Hotel Sedan, donde espero recibir al menos una carta de ti. Estaré allí hasta la noche del 13, luego partiré para Munich, dónde llegaré la mañana del 14 y me alojaré en el Hotel Regina.
Querida, ¿te acuerdas que saqué el portafolios de la caja fuerte y te lo di para que lo guardases en tu habitación? Quisiera ahora guardar en él un contrato (el de la Novena Sinfonía) pero no puedo encontrarlo. Pensé que podrías habérselo dado a Carl ¿O lo has llevado contigo? ¿Dónde podría estar? ¡Todos nuestros billetes americanos están en él!
Todavía no tenemos un tenor para la Octava Sinfonía. Ni Senius ni Maikl parecen estar a la altura. [Bruno] Walter ha traído un tenor (un cantante de ópera italiana, americano pero que habla alemán) con una magnífica voz; está aprendiendo su parte.
No llevaré conmigo la maleta grande. Mama comprará una nueva con lo que tendremos una de reserva ¿Por qué debería llevar tantas naderías para sólo diez días?
Espero tener noticias de ti pronto. Tus cartas han sido más dulces que nunca (hasta ahora sólo me has enviado tres) ¡Irradia de ellas tal calidez!
Addio, queridísima, y no dejes de contarme cosas de Gucki. Mis más cariñosos saludos,
Tu Gustav.
El tenor americano citado seguramente sería William Miller a quien Walter posteriormente contrató para el estreno de Das Lied von der Erde.
Mahler parte a la tarde hacia Leipzig donde se reunirá con el director del coro de la Riedel-Verein, Georg Göhler, y asistirá a su trabajo en los ensayos de la Octava. Muy temprano, ese mismo día, todavía en Viena escribe esta carta a Alma, quien sigue en Tobelbad y que, recordemos, ya ha conocido a Walter Gropius.
Queridísima,
Son las cinco en punto de la mañana; recurro a este momento del día para poder escribirte unas pocas líneas, de otra manera no podré hacerlo a lo largo del día. He estado terriblemente ocupado últimamente, y hoy es un día particularmente atareado, ya que tango ensayos y debo también estar pendiente de los preparativos para el otoño.
Si al menos supiera como te está yendo en Tobelbad. No has escrito una sola palabra al respecto.
Esta tarde parto para Leipzig, Hotel Sedan, donde espero recibir al menos una carta de ti. Estaré allí hasta la noche del 13, luego partiré para Munich, dónde llegaré la mañana del 14 y me alojaré en el Hotel Regina.
Querida, ¿te acuerdas que saqué el portafolios de la caja fuerte y te lo di para que lo guardases en tu habitación? Quisiera ahora guardar en él un contrato (el de la Novena Sinfonía) pero no puedo encontrarlo. Pensé que podrías habérselo dado a Carl ¿O lo has llevado contigo? ¿Dónde podría estar? ¡Todos nuestros billetes americanos están en él!
Todavía no tenemos un tenor para la Octava Sinfonía. Ni Senius ni Maikl parecen estar a la altura. [Bruno] Walter ha traído un tenor (un cantante de ópera italiana, americano pero que habla alemán) con una magnífica voz; está aprendiendo su parte.
No llevaré conmigo la maleta grande. Mama comprará una nueva con lo que tendremos una de reserva ¿Por qué debería llevar tantas naderías para sólo diez días?
Espero tener noticias de ti pronto. Tus cartas han sido más dulces que nunca (hasta ahora sólo me has enviado tres) ¡Irradia de ellas tal calidez!
Addio, queridísima, y no dejes de contarme cosas de Gucki. Mis más cariñosos saludos,
Tu Gustav.
El tenor americano citado seguramente sería William Miller a quien Walter posteriormente contrató para el estreno de Das Lied von der Erde.
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
11 de junio:
Mahler llega a Leipzig la mañana del sábado dia 11, instalándose en el Hotel Sedan. Ese mismo día empieza el trabajo con la Riedel-Verein.
12 de junio: Mahler envía el siguiente telegrama a Alma:
TRABAJO DURO CON EL CORO. MUY BUENO. TENOR SOLO MUY BUENO. COMO SIEMPRE TAMBIÉN CORRIGIENDO PARTES ORQUESTALES. BESOS. TU GUSTAV
Una de las cantantes del coro que participó en estos ensayos, Magdalene Liebing y que en aquel momento tenía sólo diecisiete años escribió casi 60 años después, en 1968, la siguiente semblanza de Mahler:
“Era un hombre corto en estatura, frágil, delicado, de aspecto serio, con grandes gafas y una cara surcada con arrugas. Tras una breve introducción de pié al piano empezó a aporrear -¡bam-bam!- los dos primeros acordes en mi bemol mayor: Veni, veni, etc.
Nos interrumpía para repetir una vez más Veni, veni y así una y otra vez. Pero el Accende incluso tuvo que ser repetido con mayor frecuencia. Parecía que nunca sonaba lo suficientemente hermoso para él. En la Parte II llegó el Erdenrest y especialmente el ppp al inicio del Coro Alles vergängliche el cual fue también difícil de dominar. A Mahler realmente le hubiese gustado que llegásemos hasta los 10 pianissimo”.
15 de junio: Nuevo telegrama a Alma:
ENSAYANDO Y CORRIGIENDO. TENOR SOLO PRIMERA CLASE. VIAJO A LA NOCHE A MUNICH. HOTEL REGINA. ESCRIBIRÉ DESDE ALLÍ. EN EXCELENTE SALUD. CARIÑOSOS SALUDOS. GUSTAV
Aunque agotadora por la duración de los ensayos y el tiempo invertido en corregir las partituras en su habitación del hotel, la breve estancia en Leipzig fue muy fructífera como atestigua la carta que escribirá el día 17 a Alma desde Munich. En ella le comenta en relación a los días de Leipzig:
“Todo fue muy bien en Leipzig. El coro al completo (250 miembros) me estaba esperando a las ocho en punto y permanecieron en pié, como en el colegio, hasta que hice aparición. Conocían la obra perfectamente y se mostraban maravillosamente entusiasmados. No mostraron la menor pega (hasta en la calle se acercaban a felicitarme). El director local, Dr.Göhler, un apasionado oponente de Strauss y admirador mío es muy competente y concienzudo. Senius estuvo presente, canta espléndidamente. Lo disfrutarás. La orquesta es muy buena, de gran entrega y cuidadosa. Gutmann está haciendo su trabajo espléndidamente; se ha ganado el mayor de los respetos.”
Mahler se sentía sin embargo cansado y por encima sufría sus habituales problemas digestivos.
En una carta escrita a finales de mes a Schalk desde Munich alaba al coro de Leipzig:
Querido amigo,
En una locura de vértigo –muchas gracias por su amable carta. Confiemos en que todo saldrá bien. En Leipzig encontré todo perfectamente preparado. El coro –magníficos 250- fue puntual al minuto con todos los miembros presentes, aunque por belleza de sonido ni remotamente se acerca a la Wiener Singverein. Todo está yendo bien.
Espero verle pronto de nuevo.
Con mis mejores saludos y muchas gracias
Mahler
También posteriormente, en Graz, Mahler alabó el coro a Decsey: “Los cantantes de Leipzig son mucho más disciplinados y constantes que los de Viena. Es un placer trabajar con ellos”.
Y finalmente en una carta a Bruno Walter escrita la última semana de junio sería algo más crítico: “La Leipzig Riedel-Verein muy valiente y puntual; hicieron su trabajo respetablemente bien. Su calidad vocal es algo austera. No me decepcionó Göhler. Parece muy competente.”
Mahler llega a Leipzig la mañana del sábado dia 11, instalándose en el Hotel Sedan. Ese mismo día empieza el trabajo con la Riedel-Verein.
12 de junio: Mahler envía el siguiente telegrama a Alma:
TRABAJO DURO CON EL CORO. MUY BUENO. TENOR SOLO MUY BUENO. COMO SIEMPRE TAMBIÉN CORRIGIENDO PARTES ORQUESTALES. BESOS. TU GUSTAV
Una de las cantantes del coro que participó en estos ensayos, Magdalene Liebing y que en aquel momento tenía sólo diecisiete años escribió casi 60 años después, en 1968, la siguiente semblanza de Mahler:
“Era un hombre corto en estatura, frágil, delicado, de aspecto serio, con grandes gafas y una cara surcada con arrugas. Tras una breve introducción de pié al piano empezó a aporrear -¡bam-bam!- los dos primeros acordes en mi bemol mayor: Veni, veni, etc.
Nos interrumpía para repetir una vez más Veni, veni y así una y otra vez. Pero el Accende incluso tuvo que ser repetido con mayor frecuencia. Parecía que nunca sonaba lo suficientemente hermoso para él. En la Parte II llegó el Erdenrest y especialmente el ppp al inicio del Coro Alles vergängliche el cual fue también difícil de dominar. A Mahler realmente le hubiese gustado que llegásemos hasta los 10 pianissimo”.
15 de junio: Nuevo telegrama a Alma:
ENSAYANDO Y CORRIGIENDO. TENOR SOLO PRIMERA CLASE. VIAJO A LA NOCHE A MUNICH. HOTEL REGINA. ESCRIBIRÉ DESDE ALLÍ. EN EXCELENTE SALUD. CARIÑOSOS SALUDOS. GUSTAV
Aunque agotadora por la duración de los ensayos y el tiempo invertido en corregir las partituras en su habitación del hotel, la breve estancia en Leipzig fue muy fructífera como atestigua la carta que escribirá el día 17 a Alma desde Munich. En ella le comenta en relación a los días de Leipzig:
“Todo fue muy bien en Leipzig. El coro al completo (250 miembros) me estaba esperando a las ocho en punto y permanecieron en pié, como en el colegio, hasta que hice aparición. Conocían la obra perfectamente y se mostraban maravillosamente entusiasmados. No mostraron la menor pega (hasta en la calle se acercaban a felicitarme). El director local, Dr.Göhler, un apasionado oponente de Strauss y admirador mío es muy competente y concienzudo. Senius estuvo presente, canta espléndidamente. Lo disfrutarás. La orquesta es muy buena, de gran entrega y cuidadosa. Gutmann está haciendo su trabajo espléndidamente; se ha ganado el mayor de los respetos.”
Mahler se sentía sin embargo cansado y por encima sufría sus habituales problemas digestivos.
En una carta escrita a finales de mes a Schalk desde Munich alaba al coro de Leipzig:
Querido amigo,
En una locura de vértigo –muchas gracias por su amable carta. Confiemos en que todo saldrá bien. En Leipzig encontré todo perfectamente preparado. El coro –magníficos 250- fue puntual al minuto con todos los miembros presentes, aunque por belleza de sonido ni remotamente se acerca a la Wiener Singverein. Todo está yendo bien.
Espero verle pronto de nuevo.
Con mis mejores saludos y muchas gracias
Mahler
También posteriormente, en Graz, Mahler alabó el coro a Decsey: “Los cantantes de Leipzig son mucho más disciplinados y constantes que los de Viena. Es un placer trabajar con ellos”.
Y finalmente en una carta a Bruno Walter escrita la última semana de junio sería algo más crítico: “La Leipzig Riedel-Verein muy valiente y puntual; hicieron su trabajo respetablemente bien. Su calidad vocal es algo austera. No me decepcionó Göhler. Parece muy competente.”
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
16 de junio:
De Leipzig Mahler partió cara a Munich dónde permanecerá diez días para ensayar con el coro de niños, la orquesta y los solistas.
En Munich se instalaría en el Hotel Regina Palast, situado en Maximiliansplatz.
En su primer día en la ciudad y tras un primer ensayo escribe este telegrama a Alma:
HOLA ALMSCHILI. SIN TIEMPO PARA ESCRIBIR. PARTICELLAS COPIADAS POR KORNFELD LLENAS DE ERRORES. PASO CADA MINUTO CORRIGIENDO. OBRA SUENA ABRUMADORA. HASTA AHORA ENSAYOS POR SECCIONES. POR FAVOR ESCRIBE. GUSTAV
La maratónica Musikfeste muniquesa organizada por Gutmann ya había arrancado el 14 de Mayo. Cada semana se realizaban dos o tres conciertos de gran nivel. El festival constaba de diferentes eventos, por ejemplo áquel en que se celebraba el centenario del nacimiento de Schumann (20-23 Mayo). A este seguía un ciclo orquestal con obras de Beethoven, Brahms y Bruckner. Entre ellos una semana Strauss con tres óperas (Feuersnot y Salome con el compositor en el podio y Elektra con Mottl). A continuación un ciclo de tres conciertos con la Filarmónica de Viena todos ellos dirigidos por Strauss. También se programaron numerosas veladas de música cámara y recitales de Lied. El festival terminaría con cuatro grandes conciertos sinfónico corales: la Missa solemnis de Beethoven y Deborah de Handel enmarcarían las dos interpretaciones de la Octava de Mahler. Y como cierre del festival un ciclo de música francesa que traería a Munich a lo más granado de los compositores,musicólogos y críticos franceses.
En estancia Mahler podrá conocer la sala que va a ser escenario de la Octava y de la mayoría de los conciertos del festival, el Neue Musik-Festhall. Se trataba de un inmenso auditorio construido en 1908 por el arquitecto Wilhelm Bertsch . Por los materiales empleados -fundamentalmente cemento y vidrio- y por su tamaño planteaba no pocos problemas acústicos.
Situado en el interior de la feria de exposiciones de Munich, cerca de Theresienhöhe, está perfectamente conservado, siendo en la actualidad su destino albergar una de las exposiciones permanentes del Deutsches Museum; la dedicada al museo del transporte.
A pesar de estas dificultades Mahler se encuentra especialmente satisfecho con los resultados. En una carta a Moll le cuenta: “Gutmann está haciendo un espléndido trabajo. Todo está yendo admirablemente bien”.
De Leipzig Mahler partió cara a Munich dónde permanecerá diez días para ensayar con el coro de niños, la orquesta y los solistas.
En Munich se instalaría en el Hotel Regina Palast, situado en Maximiliansplatz.
En su primer día en la ciudad y tras un primer ensayo escribe este telegrama a Alma:
HOLA ALMSCHILI. SIN TIEMPO PARA ESCRIBIR. PARTICELLAS COPIADAS POR KORNFELD LLENAS DE ERRORES. PASO CADA MINUTO CORRIGIENDO. OBRA SUENA ABRUMADORA. HASTA AHORA ENSAYOS POR SECCIONES. POR FAVOR ESCRIBE. GUSTAV
La maratónica Musikfeste muniquesa organizada por Gutmann ya había arrancado el 14 de Mayo. Cada semana se realizaban dos o tres conciertos de gran nivel. El festival constaba de diferentes eventos, por ejemplo áquel en que se celebraba el centenario del nacimiento de Schumann (20-23 Mayo). A este seguía un ciclo orquestal con obras de Beethoven, Brahms y Bruckner. Entre ellos una semana Strauss con tres óperas (Feuersnot y Salome con el compositor en el podio y Elektra con Mottl). A continuación un ciclo de tres conciertos con la Filarmónica de Viena todos ellos dirigidos por Strauss. También se programaron numerosas veladas de música cámara y recitales de Lied. El festival terminaría con cuatro grandes conciertos sinfónico corales: la Missa solemnis de Beethoven y Deborah de Handel enmarcarían las dos interpretaciones de la Octava de Mahler. Y como cierre del festival un ciclo de música francesa que traería a Munich a lo más granado de los compositores,musicólogos y críticos franceses.
En estancia Mahler podrá conocer la sala que va a ser escenario de la Octava y de la mayoría de los conciertos del festival, el Neue Musik-Festhall. Se trataba de un inmenso auditorio construido en 1908 por el arquitecto Wilhelm Bertsch . Por los materiales empleados -fundamentalmente cemento y vidrio- y por su tamaño planteaba no pocos problemas acústicos.
Situado en el interior de la feria de exposiciones de Munich, cerca de Theresienhöhe, está perfectamente conservado, siendo en la actualidad su destino albergar una de las exposiciones permanentes del Deutsches Museum; la dedicada al museo del transporte.
A pesar de estas dificultades Mahler se encuentra especialmente satisfecho con los resultados. En una carta a Moll le cuenta: “Gutmann está haciendo un espléndido trabajo. Todo está yendo admirablemente bien”.
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Enhorabuena, Psanquin!!! Te has vuelto a lucir con tu crónica, que además versa ahora sobre los ensayos de nuestra "bien amada" Octava.
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Muchas gracias por tus ánimos y por tu interés gustavo. Son bienvenidos y hasta uno está necesitado de ellos ¡En menuda empresa me metió Del Río !
Todo el proceso de dar vida a la Octava es fascinante. Es especialmente emocionante pensar en el momento en que Mahler en los ensayos por fin puede escuchar su creación y ver que realmente es algo grande ¡Cómo se puede meter todo eso en un lóbulo frontal ! (Es una vieja discusión )
Pero paralelamemnte a esta entrega a su obra en Tobelbad se está gestando el mayor -para mi sin duda- drama de su vida. La infidelidad de Alma y sobre todo su enfrentamiento con el desamor.
Todo el proceso de dar vida a la Octava es fascinante. Es especialmente emocionante pensar en el momento en que Mahler en los ensayos por fin puede escuchar su creación y ver que realmente es algo grande ¡Cómo se puede meter todo eso en un lóbulo frontal ! (Es una vieja discusión )
Pero paralelamemnte a esta entrega a su obra en Tobelbad se está gestando el mayor -para mi sin duda- drama de su vida. La infidelidad de Alma y sobre todo su enfrentamiento con el desamor.
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Nada, Psanquin, ánimo con tu Crónica que vale su peso en oro. En cuanto a ese drama en la vida de Mahler, pues como en la vida de cualquier ser humano: el reverso de la medalla!
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
Fecha de inscripción : 10/11/2009
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
Psanquin escribió: ¡Cómo se puede meter todo eso en un lóbulo frontal ! (Es una vieja discusión )
Psanquin, recuerdo que cuando estabais discutiendo sobre lo de la Octava y el lóbulo frontal de Mahler yo me encontraba en Italia en un pueblo damnificado en el que no había ni Internet por lo que realmente no pude seguir la trifulca, he intentado conseguir esa información pero no logro ubicarla en ningún hilo ¿A dónde fue a parar todo aquello?
Moreno- Cantidad de envíos : 1407
Fecha de inscripción : 21/02/2009
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
No te preocupes Moreno; no te pierdes nada y máxime con todos los libros que te puedes bajar de internet. Mahleriano borró todos sus mensajes con lo que la polémica quedó bastante coja.
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
17 de junio: Por fin puede Gustav escribir a Alma. En la carta le da detalles de los días de Leipzig -ya comentados en una entrega anterior- y le relata los problemas que le están dando las particellas editadas por el copista de Universal Edition, Karl Kornfeld.
Mi Almschl,
Te escribo esta carta principalmente para darte señales de vida. Lo que este copista (cuya primera impresión ya nos había sido pretenciosa y desagradable) me ha hecho es simplemente horrible. Este cerdo perezoso para evitarse complicaciones editando las particellas, a partir de un número de pausas se ha limitado a escribir tacet, en vez de escribirlas en detalle. Ha hecho lo que se suele hacer cuando un instrumento no participa en todo un movimiento, pero éste no era el caso. De esta manera ahora no sólo la orquesta no se puede ubicar sino que yo, pobre diablo, al revisar la partitura no puedo hacerlo de forma sencilla escribiendo los compases necesarios en el lugar adecuado sino que debo rellenar los tactet e incluso borrar varias líneas para conseguir el espacio necesario. Esto significa la pérdida de horas y horas. Sé que estarás diciendo: “¡Viena!” (o quizás: “Judío”) pero no olvides que en Viena cuento con el mejor y más fiable de los copistas (Forstik) quien en el futuro hará él solo esta labor.
Todo fue muy bien en Leipzig. El coro al completo (250 miembros) me estaba esperando puntualmente a las ocho en punto. Los cantantes se levantaron respetuosamente, como en el colegio, cuando hice aparición. Conocían la obra perfectamente y se mostraban maravillosamente entusiasmados. No mostraron la menor pega; hasta esperaron en la calle para felicitarme. Su director, Dr.Göhler, es un apasionado oponente de Strauss y admirador mío. Es muy competente y concienzudo. Senius estuvo presente, canta espléndidamente. Lo disfrutarás.
La orquesta de Munich es muy buena, de gran entrega y cuidadosa. Gutmann está haciendo su trabajo espléndidamente; se ha ganado el mayor de los respetos.
Pero empiezo a notar el cansancio; mi estómago también.
Por supuesto Grethl Remy debería venir; es una espléndida persona y, lo que es más importante, tú le tienes gran aprecio. Eso es motivo más que suficiente para que yo también se lo tenga.
Muchos saludos, ¡mi Almscherl!
Tú Gustav,
P.D. ¿Cómo va Gucki? ¿Encontraste el portafolios?
* * *
La intensidad del trabajo de Mahler con las particellas se refleja en una rápida y algo quisquillosa nota que escribió de Munich a Viena, a su abogado Emil Freund.
Querido Freund,
Desafortunadamente ninguno de los bolígrafos me resulta adecuado. Son demasiado puntiagudos ¡Y yo los necesito principalmente para escribir notas! Por favor envíeme inmediatamente y por correo express uno similar –rojo- pero con una punta más ancha. Y lo más suave posible.
¿Cómo es posible que un bolígrafo que es pedido el lunes por la mañana sólo me llega aquí el miércoles a la mañana? Esto sucede normalmente cuando uno envía cosas en Viena. Por favor envíeme el bolígrafo que va a pedir mañana a la mañana en el tren de la noche (sobre las 7 en punto) para que así me llegue a la mañana siguiente. Lo necesito imperiosamente.
Mi Almschl,
Te escribo esta carta principalmente para darte señales de vida. Lo que este copista (cuya primera impresión ya nos había sido pretenciosa y desagradable) me ha hecho es simplemente horrible. Este cerdo perezoso para evitarse complicaciones editando las particellas, a partir de un número de pausas se ha limitado a escribir tacet, en vez de escribirlas en detalle. Ha hecho lo que se suele hacer cuando un instrumento no participa en todo un movimiento, pero éste no era el caso. De esta manera ahora no sólo la orquesta no se puede ubicar sino que yo, pobre diablo, al revisar la partitura no puedo hacerlo de forma sencilla escribiendo los compases necesarios en el lugar adecuado sino que debo rellenar los tactet e incluso borrar varias líneas para conseguir el espacio necesario. Esto significa la pérdida de horas y horas. Sé que estarás diciendo: “¡Viena!” (o quizás: “Judío”) pero no olvides que en Viena cuento con el mejor y más fiable de los copistas (Forstik) quien en el futuro hará él solo esta labor.
Todo fue muy bien en Leipzig. El coro al completo (250 miembros) me estaba esperando puntualmente a las ocho en punto. Los cantantes se levantaron respetuosamente, como en el colegio, cuando hice aparición. Conocían la obra perfectamente y se mostraban maravillosamente entusiasmados. No mostraron la menor pega; hasta esperaron en la calle para felicitarme. Su director, Dr.Göhler, es un apasionado oponente de Strauss y admirador mío. Es muy competente y concienzudo. Senius estuvo presente, canta espléndidamente. Lo disfrutarás.
La orquesta de Munich es muy buena, de gran entrega y cuidadosa. Gutmann está haciendo su trabajo espléndidamente; se ha ganado el mayor de los respetos.
Pero empiezo a notar el cansancio; mi estómago también.
Por supuesto Grethl Remy debería venir; es una espléndida persona y, lo que es más importante, tú le tienes gran aprecio. Eso es motivo más que suficiente para que yo también se lo tenga.
Muchos saludos, ¡mi Almscherl!
Tú Gustav,
P.D. ¿Cómo va Gucki? ¿Encontraste el portafolios?
* * *
La intensidad del trabajo de Mahler con las particellas se refleja en una rápida y algo quisquillosa nota que escribió de Munich a Viena, a su abogado Emil Freund.
Querido Freund,
Desafortunadamente ninguno de los bolígrafos me resulta adecuado. Son demasiado puntiagudos ¡Y yo los necesito principalmente para escribir notas! Por favor envíeme inmediatamente y por correo express uno similar –rojo- pero con una punta más ancha. Y lo más suave posible.
¿Cómo es posible que un bolígrafo que es pedido el lunes por la mañana sólo me llega aquí el miércoles a la mañana? Esto sucede normalmente cuando uno envía cosas en Viena. Por favor envíeme el bolígrafo que va a pedir mañana a la mañana en el tren de la noche (sobre las 7 en punto) para que así me llegue a la mañana siguiente. Lo necesito imperiosamente.
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
18 de junio: En una nueva misiva, escrita tras el primer ensayo con la orquesta completa, Mahler comenta a Alma los planes para el viaje de regreso, especialmente la disyuntiva entre irse directamente Toblach o viajar hacia Tobelbad a visitar a Alma.
En la segunda parte de la carta se extiende en un amplio comentario sobre la filosofía platónica, probablemente con el fin de distraer a Alma:
Mi Almschrl,
Hoy fue el primer ensayo al completo ¡Fue un auténtico purgatorio!
Cuando haya terminado aquí no sé lo que haré. Mi billete de regreso está reservado para Toblach via Innsbruck. Pero si quieres que te visite iré ipso facto. Cancelaría mi billete y viajaría via Viena. El viaje me llevaría ocho horas extras. A mi juicio lo mejor sería que fuese directamente a Toblach para por fin poder respirar aire puro y descansar de verdad, al poco pasar un par de días en Tobelbad y traerte de vuelta a casa. Mamá quiere pasar unos pocos días contigo, pero entonces difíclmente podrías descansar; no sería beneficioso para tu curación. Por favor piensa sobre ello, cariño. Si te sientes terriblemente sola y me quieres contigo lo antes posible no me importa cancelar mi billete a Toblach. Pero como te dije, personalmente prefiero hacer el viaje y posteriormente recojerte.
Gutmann está haciendo un gran trabajo ¿Imagínate a quién me encontré en la calle el otro día? ¡A Krzyzanowski! Desde ese momento, después de cada ensayo he ido a cenar con él a una taberna en la carretera. Como en los viejos tiempos.
En esta ocasión no disfruto en absoluto tu aislamiento. Lo que daría por que pudieses acudir a mis ensayos y charlar conmigo a continuación. Sólo espero que estés haciendo lo máximo posible para salir de ésta.
El 22 y el 23 los solistas estarán aquí, así que de momento tenemos ensayos con conjuntos y con la orquesta.
Me gustaría enviarte un curioso libro, escrito hace diez años por una persona de la que no había oído nunca antes.
Con respecto a Platón lo que tú escribes es el quid de la cuestión. Platón usa a Socrates como portavoz de sus propios puntos de vista sobre la vida, los cuales han sido transmitidos a lo largo de los siglos de forma errónea por gente de escaso intelecto bajo el término “amor platónico”. Su esencia es la creencia de Goethe de que todo el amor se basa en la procreación y la creación, siendo la procreación una actividad no sólo del cuerpo sino también del alma, y constituyendo ambos en su conjunto la expresión de Eros [¡Eros en ambos casos como creador del mundo!].
En la escena final del Fausto esto se representa simbólicamente. [Tres líneas obliteradas]. El atractivo directo de El Simposio radica en la vitalidad de su narrativa y en el fuego dramático de su “historia”. Cuando lo leí en la escuela recuerdo que disfruté el momento en que Alcibiades hace aparición rebosante de ímpetu juvenil, adornado con guirnaldas de hojas de vid.
Y finalmente en la última escena Socrates introduce un delicioso contraste cuando es la única persona que se mantiene sobria mientras el resto del auditorio yace alrededor de él borracho; tranquilamente se levanta y se dirige hacia la plaza pública para filosofar. Sólo posteriormente, en la escena final, se aprecia la diversidad de opiniones proferidas y sólo en el mismísimo final se advierte a que conduce este cuidadosísimo crescendo en intensidad: al delicioso diálogo entre Socrates y Diotima en el que Platón describe y resume su concepto del mundo. En todo lo que Platón escribe es Sócrates el odre en el cual el primero vierte su propio vino ¡Qué gran talla la de Sócrates para dejar semejante discípulo, tan imperecedera memoria y amor¡ Uno se siente tentado a compararlo con Jesús; de hecho cada época ha espontáneamente establecido ese paralelismo. Todos los contrastes vienen dados por el entorno y por el espíritu de la época. Por un lado la exuberancia de la cultura en su máxima expresión, con alumnos y profesores de la máxima brillantez intelectual; por otro las sombras de un mundo infantil, ingenuo, en el cual los niños son los portadores de una sofisticada sabiduría práctica que es el resultado del puro instinto y de una forma directa e intensa de enfrentarse a la realidad y de entenderla.
Por hoy, mi amada, muchos saludos y no olvides escribirme. Tú Gustav.
P.D. ¿Qué sabes del portafolios? ¿Y de Gucki?
* * *
En esos mismos días escribe una carta a Walter en la que le informa sobre el coro de niños y otros aspectos de los ensayos y de la obra:
“El coro de niños es mayoritariamente femenino pero de gran frescura y muy numeroso. Horriblemente ensayado. Simplemente no se me ocurre como infundirle el mínimo sentido de precisión. Puedo hacer poco más que un maestro de escuela acompañanando todo a un 5/7. En mi cuarto de ensayo Senius me ha parecido adecuado para Marianus. Tiene un maravilloso sentido del estilo. Las cuerdas de la orquesta son muy mediocres. Los vientos mejor. Son atentos y voluntariosos, Todo irá bien. Tengo que hacer yo todo. Nadie me puede ayudar ni lo más mínimo. El sonido es simplemente abrumador. Es bueno. No sé como sonará el todo. Me encuentro físicamente muy bien y soportando el desgaste... En medio de enormes prisas entre dos ensayos (los cuales hasta ahora me están llevando todo el día).”
En la segunda parte de la carta se extiende en un amplio comentario sobre la filosofía platónica, probablemente con el fin de distraer a Alma:
Mi Almschrl,
Hoy fue el primer ensayo al completo ¡Fue un auténtico purgatorio!
Cuando haya terminado aquí no sé lo que haré. Mi billete de regreso está reservado para Toblach via Innsbruck. Pero si quieres que te visite iré ipso facto. Cancelaría mi billete y viajaría via Viena. El viaje me llevaría ocho horas extras. A mi juicio lo mejor sería que fuese directamente a Toblach para por fin poder respirar aire puro y descansar de verdad, al poco pasar un par de días en Tobelbad y traerte de vuelta a casa. Mamá quiere pasar unos pocos días contigo, pero entonces difíclmente podrías descansar; no sería beneficioso para tu curación. Por favor piensa sobre ello, cariño. Si te sientes terriblemente sola y me quieres contigo lo antes posible no me importa cancelar mi billete a Toblach. Pero como te dije, personalmente prefiero hacer el viaje y posteriormente recojerte.
Gutmann está haciendo un gran trabajo ¿Imagínate a quién me encontré en la calle el otro día? ¡A Krzyzanowski! Desde ese momento, después de cada ensayo he ido a cenar con él a una taberna en la carretera. Como en los viejos tiempos.
En esta ocasión no disfruto en absoluto tu aislamiento. Lo que daría por que pudieses acudir a mis ensayos y charlar conmigo a continuación. Sólo espero que estés haciendo lo máximo posible para salir de ésta.
El 22 y el 23 los solistas estarán aquí, así que de momento tenemos ensayos con conjuntos y con la orquesta.
Me gustaría enviarte un curioso libro, escrito hace diez años por una persona de la que no había oído nunca antes.
Con respecto a Platón lo que tú escribes es el quid de la cuestión. Platón usa a Socrates como portavoz de sus propios puntos de vista sobre la vida, los cuales han sido transmitidos a lo largo de los siglos de forma errónea por gente de escaso intelecto bajo el término “amor platónico”. Su esencia es la creencia de Goethe de que todo el amor se basa en la procreación y la creación, siendo la procreación una actividad no sólo del cuerpo sino también del alma, y constituyendo ambos en su conjunto la expresión de Eros [¡Eros en ambos casos como creador del mundo!].
En la escena final del Fausto esto se representa simbólicamente. [Tres líneas obliteradas]. El atractivo directo de El Simposio radica en la vitalidad de su narrativa y en el fuego dramático de su “historia”. Cuando lo leí en la escuela recuerdo que disfruté el momento en que Alcibiades hace aparición rebosante de ímpetu juvenil, adornado con guirnaldas de hojas de vid.
Y finalmente en la última escena Socrates introduce un delicioso contraste cuando es la única persona que se mantiene sobria mientras el resto del auditorio yace alrededor de él borracho; tranquilamente se levanta y se dirige hacia la plaza pública para filosofar. Sólo posteriormente, en la escena final, se aprecia la diversidad de opiniones proferidas y sólo en el mismísimo final se advierte a que conduce este cuidadosísimo crescendo en intensidad: al delicioso diálogo entre Socrates y Diotima en el que Platón describe y resume su concepto del mundo. En todo lo que Platón escribe es Sócrates el odre en el cual el primero vierte su propio vino ¡Qué gran talla la de Sócrates para dejar semejante discípulo, tan imperecedera memoria y amor¡ Uno se siente tentado a compararlo con Jesús; de hecho cada época ha espontáneamente establecido ese paralelismo. Todos los contrastes vienen dados por el entorno y por el espíritu de la época. Por un lado la exuberancia de la cultura en su máxima expresión, con alumnos y profesores de la máxima brillantez intelectual; por otro las sombras de un mundo infantil, ingenuo, en el cual los niños son los portadores de una sofisticada sabiduría práctica que es el resultado del puro instinto y de una forma directa e intensa de enfrentarse a la realidad y de entenderla.
Por hoy, mi amada, muchos saludos y no olvides escribirme. Tú Gustav.
P.D. ¿Qué sabes del portafolios? ¿Y de Gucki?
* * *
En esos mismos días escribe una carta a Walter en la que le informa sobre el coro de niños y otros aspectos de los ensayos y de la obra:
“El coro de niños es mayoritariamente femenino pero de gran frescura y muy numeroso. Horriblemente ensayado. Simplemente no se me ocurre como infundirle el mínimo sentido de precisión. Puedo hacer poco más que un maestro de escuela acompañanando todo a un 5/7. En mi cuarto de ensayo Senius me ha parecido adecuado para Marianus. Tiene un maravilloso sentido del estilo. Las cuerdas de la orquesta son muy mediocres. Los vientos mejor. Son atentos y voluntariosos, Todo irá bien. Tengo que hacer yo todo. Nadie me puede ayudar ni lo más mínimo. El sonido es simplemente abrumador. Es bueno. No sé como sonará el todo. Me encuentro físicamente muy bien y soportando el desgaste... En medio de enormes prisas entre dos ensayos (los cuales hasta ahora me están llevando todo el día).”
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
20 de junio: Nueva carta de Gustav a Alma esta vez en respuesta a una misiva probablemente bastante displicente. Gradualmente Gustav se iba dando cuenta de que algo no marchaba, aunque aun tardaría mucho tiempo en conocer la realidad. Aparte de las obligadas a referencias a la Octava, Gustav, sin que estén claros los motivos, echa en cara a Alma, muchas semanas después, su insistencia en que siguiese adelante con el tercer concierto romano.
La referencia a él mismo como un genio aclara Alma que es una broma que nace de un comentario del concertino de la orquesta de San Petersburgo que había descrito a Mahler como tal.
¡Qué breve y triste carta recibí esta mañana, mi Almschi! Me hace sentirme totalmente hundido.
Por mi parte, hoy he ensayado con los niños. Algunos son auténticos diablillos. La gran mayoría son niñas; realmente dulces y charlatanas como cotorras. Desafortunadamente han aprendido la obra con varios errores terribles (introducidos por su profesores). Esto ha sido un verdadero problema que he tenido que he revertir como he podido. El primer ensayo completo de la primera parte fue magnífico. Mañana haremos el segundo.
Antes de que partiéramos de Roma (seguro no lo has olvidado) recuerdo que yo estaba irritable y de hecho molesto porque tu me insistías continuamente en que debíamos quedarnos y continuar con los conciertos. Simplemente no te entendía. Tal vez tu veías las cosas de una forma diferente. Sea como fuere nunca toleraré ensayos y conciertos como esos.
Ya he escuchado cada pasaje de la obra en detalle al menos una vez, y “¡creo que es un genio!”. Hasta ahora la humanidad no ha experimentado nada de este estilo; las células primitivas de hace millones de años realmente estaban bien organizadas si tenemos en cuenta que contenía la semilla de futuras obras como esta. Te encantará en septiembre ¡Si nada se interpone en el camino!
Hasta pronto
Gustav
21 de junio:
Nueva carta cuyo primer párrafo es premonitorio de los tristes sucesos que se avecinaban. Mahler sigue mostrándose satisfecho con los ensayos. Sus planes de cara al viaje a Toblach pueden verse modificados a última hora. Pero de momento le pide a Alma que desde Tobelbad se encargue de que la Trenkerhof esté preparada para recibirlo.
La referencia al ajetreo que le espera se debe a que del 23 al 28 de junio se celebra la semana Strauss de la Musikfest con las representaciones de Feuersnot, Salome y Elektra. El 24 de junio Arnold Rosé interpretará al violín la Sonata de Strauss acompañado por Ignacy Friedman al piano y a continuación el cuarteto al Rosé con el mismo pianista tocarán el Cuarteto con piano op.13.
Mi Almschi,
Tras la triste carta de ayer me preocupa el no haber tenido hoy noticias tuyas ¿Me estás ocultando algo? Noto algo entre líneas.
Hoy fue el ensayo general de la Segunda Parte. Hoy tambien “¡el Señor (Mahler) contempló su obra y vio que esta era buena!”.
Mañana llegarán los solistas. Si todo va bien el domindo regresaré a Toblach, salvo que repentinamete decidas que deba ir directamente a Tobelbad, en cuyo caso te pido que me envíes un telegrama. Si estás de acuerdo con mi plan, por favor encárgate de que todo esté listo para mi llegada.
Si es preciso envíame las llaves necesarias. Necesitaré acceder a mis libros y posiblemente a mi armario. Por favor dispón que haya suficiente mantequilla fresca y de calidad ya que es lo que más como. Todo lo demás ya lo he pedido a Viena. La semana que viene me va a resultar muy exigente. Hordas de personas alrededor de mi: Rosé con su cuarteto, R.Strauss con la Filarmónica [de Viena], críticos de todo el mundo, etc. Dios sabe cuantos visitantes más recibiré. Bien, intentaré llevarlo lo mejor posible. Pero desde ahora haré las comidas en mi habitación. Con todos estos compromisos necesito paz y aislamiento.
Cariñosos saludos, mi Almscherl.
Escribe cada día, aunque sea sólo una postal.
Tu Gustav.
Coincidiendo con la situación reflejada en la carta a Alma, Mahler escribe a su suegra Anna Moll una carta -sin datar- en la que le transmite su temor por la situación de Alma:
“Estoy preocupado por las cartas de Almschi. Tienen un tono tan peculiar ¿Qué demonios está pasando? Tengo que partir para Toblach el domingo. Pero por favor envíame unas líneas dándome tu opinión sobre si debo ir a ver a Almschi a Tobelbad. Yo preferiría, y sería mejor para mi, tener paz y tranquilidad pues aquí la presión es terrorífica (seis horas de ensayos cada día). Sin embargo, si la situación de Almschi lo requiere iré sin duda a Tobelbad (vía Viena). Si crees que es lo aconsejable por favor telegrafíame. Si no, una postal será suficiente. Y por favor sé un ángel y asegúrate de que encuentre una cama, mantequilla y espinacas, etc. en Toblach cuando llegue. El pan lo conseguiré en Viena.”
Aparte de la preocupación por Alma, Mahler vivió esos días, también en la distancia, el dolor por el estado de salud de su amigo Theobald Pollak quien sufría una seria recaída en su larga enfermedad pulmonar. Como éste no se tomaba muy en serio el tratamiento, Carl Moll le pide a Mahler que utilice su influencia sobre su amigo para que cambie su actitud. Esta es la carta de Gustav:
"Mi querido Theobald,
Con gran tristeza y sorpresa descubrí hace algunas semanas en tu carta y a partir de algunas insuniaciones de Mama que estabas enfermo. Posteriormente fue una alegría saber por tus últimas líneas y muy especialmente por informes de personas totalmente objetivas que el pronóstico es esperanzador. De hecho estas líneas tratan de animarte, mi querido amigo, a que en esta ocación hagas todo aquello que los doctores te digan y que no adoptes tu habitual actitud de ignorar las pautas saludables. Piensa en lo que está en juego. Tienes la oportunidad de elegir entre años de enfermedad y una recuperación gradual que te devolverá finalmente a tu estado anterior y te permitirá disfrutar la vida a un nivel que nunca habías sospechado. Por favor, piensa en ti mismo por una vez y no pierdas la ilusión en el verdaderamente difícil camino hacia una recuperación lenta y gradual. Lo difícil en este empeño es que te llevará meses y meses de sacrificio diario por no decir a cada hora. Perdóname por escribir tan brevemente pero tengo mucha prisa. Dame tu mano y prométeme que harás todo lo que sea necesario."
Mahler escribe a Moll (representado en la imagen en su propio autorretrato de 1906), probablemente ese mismo día, informándole que ha cumplido su deseo:
“Acabo de escribir a Pollak. Por favor, no le obligues a permanecer en Grado. No debería extender su estancia más allá de dos o tres semanas, ya que se considera agotadora para alguien en su estado. Encuéntrale algún sanatorio para tuberculosos en los bosques de Viena o en el Semmering donde pueda aprender que comer y que tipo de vida llevar. Acabo de escribirle unas líneas con la idea de que sean efectivas. Hay que mantener a este gran bebé bajo control.”
A los pocos días Mahler recibió la confirmación de que a largo plazo el clima de Grado sería dañino para la salud de Pollak, con lo que escribió nuevamente a Moll: “Lo que debemos hacer ahora es asegurarnos de que elija el sitio adecuado, de que permanezca allí el tiempo suficiente y de que bajo ningún concepto regrese a Viena y permanezca en el campo hasta bien avanzado el invierno. En ese momento podremos utilizar dos armas definitivas: 1. informarle drásticamente de lo peligrosa que es su situación y 2. mi nombramiento en Viena.”
Mahler escribe a Spiering en relación a sus demandas de compensación por el incremento del número de conciertos previstos:
“No he tenido en absoluto noticias de América. Como sabes, en respuesta a mi presión ha sido nombrado un nuevo manager pero para mi disgusto éste propone 65 conciertos afirmando que sin este gran aumento de la carga de trabajpo el éxito no puede ser garantizado. Para tan colosal cantidad de trabajo extra solicito un pequeño incremento en mi salario (sólo estaba comprometido a 45 conciertos), pero esta solicitud fue rechazada por el comité con lo que no me queda más remedio que insistir en los derechos y en las obligaciones establecidas en el contrato. He informado al comité de esta decisión pero hasta el momento no he tenido respuesta.”
La referencia a él mismo como un genio aclara Alma que es una broma que nace de un comentario del concertino de la orquesta de San Petersburgo que había descrito a Mahler como tal.
¡Qué breve y triste carta recibí esta mañana, mi Almschi! Me hace sentirme totalmente hundido.
Por mi parte, hoy he ensayado con los niños. Algunos son auténticos diablillos. La gran mayoría son niñas; realmente dulces y charlatanas como cotorras. Desafortunadamente han aprendido la obra con varios errores terribles (introducidos por su profesores). Esto ha sido un verdadero problema que he tenido que he revertir como he podido. El primer ensayo completo de la primera parte fue magnífico. Mañana haremos el segundo.
Antes de que partiéramos de Roma (seguro no lo has olvidado) recuerdo que yo estaba irritable y de hecho molesto porque tu me insistías continuamente en que debíamos quedarnos y continuar con los conciertos. Simplemente no te entendía. Tal vez tu veías las cosas de una forma diferente. Sea como fuere nunca toleraré ensayos y conciertos como esos.
Ya he escuchado cada pasaje de la obra en detalle al menos una vez, y “¡creo que es un genio!”. Hasta ahora la humanidad no ha experimentado nada de este estilo; las células primitivas de hace millones de años realmente estaban bien organizadas si tenemos en cuenta que contenía la semilla de futuras obras como esta. Te encantará en septiembre ¡Si nada se interpone en el camino!
Hasta pronto
Gustav
21 de junio:
Nueva carta cuyo primer párrafo es premonitorio de los tristes sucesos que se avecinaban. Mahler sigue mostrándose satisfecho con los ensayos. Sus planes de cara al viaje a Toblach pueden verse modificados a última hora. Pero de momento le pide a Alma que desde Tobelbad se encargue de que la Trenkerhof esté preparada para recibirlo.
La referencia al ajetreo que le espera se debe a que del 23 al 28 de junio se celebra la semana Strauss de la Musikfest con las representaciones de Feuersnot, Salome y Elektra. El 24 de junio Arnold Rosé interpretará al violín la Sonata de Strauss acompañado por Ignacy Friedman al piano y a continuación el cuarteto al Rosé con el mismo pianista tocarán el Cuarteto con piano op.13.
Mi Almschi,
Tras la triste carta de ayer me preocupa el no haber tenido hoy noticias tuyas ¿Me estás ocultando algo? Noto algo entre líneas.
Hoy fue el ensayo general de la Segunda Parte. Hoy tambien “¡el Señor (Mahler) contempló su obra y vio que esta era buena!”.
Mañana llegarán los solistas. Si todo va bien el domindo regresaré a Toblach, salvo que repentinamete decidas que deba ir directamente a Tobelbad, en cuyo caso te pido que me envíes un telegrama. Si estás de acuerdo con mi plan, por favor encárgate de que todo esté listo para mi llegada.
Si es preciso envíame las llaves necesarias. Necesitaré acceder a mis libros y posiblemente a mi armario. Por favor dispón que haya suficiente mantequilla fresca y de calidad ya que es lo que más como. Todo lo demás ya lo he pedido a Viena. La semana que viene me va a resultar muy exigente. Hordas de personas alrededor de mi: Rosé con su cuarteto, R.Strauss con la Filarmónica [de Viena], críticos de todo el mundo, etc. Dios sabe cuantos visitantes más recibiré. Bien, intentaré llevarlo lo mejor posible. Pero desde ahora haré las comidas en mi habitación. Con todos estos compromisos necesito paz y aislamiento.
Cariñosos saludos, mi Almscherl.
Escribe cada día, aunque sea sólo una postal.
Tu Gustav.
Coincidiendo con la situación reflejada en la carta a Alma, Mahler escribe a su suegra Anna Moll una carta -sin datar- en la que le transmite su temor por la situación de Alma:
“Estoy preocupado por las cartas de Almschi. Tienen un tono tan peculiar ¿Qué demonios está pasando? Tengo que partir para Toblach el domingo. Pero por favor envíame unas líneas dándome tu opinión sobre si debo ir a ver a Almschi a Tobelbad. Yo preferiría, y sería mejor para mi, tener paz y tranquilidad pues aquí la presión es terrorífica (seis horas de ensayos cada día). Sin embargo, si la situación de Almschi lo requiere iré sin duda a Tobelbad (vía Viena). Si crees que es lo aconsejable por favor telegrafíame. Si no, una postal será suficiente. Y por favor sé un ángel y asegúrate de que encuentre una cama, mantequilla y espinacas, etc. en Toblach cuando llegue. El pan lo conseguiré en Viena.”
Aparte de la preocupación por Alma, Mahler vivió esos días, también en la distancia, el dolor por el estado de salud de su amigo Theobald Pollak quien sufría una seria recaída en su larga enfermedad pulmonar. Como éste no se tomaba muy en serio el tratamiento, Carl Moll le pide a Mahler que utilice su influencia sobre su amigo para que cambie su actitud. Esta es la carta de Gustav:
"Mi querido Theobald,
Con gran tristeza y sorpresa descubrí hace algunas semanas en tu carta y a partir de algunas insuniaciones de Mama que estabas enfermo. Posteriormente fue una alegría saber por tus últimas líneas y muy especialmente por informes de personas totalmente objetivas que el pronóstico es esperanzador. De hecho estas líneas tratan de animarte, mi querido amigo, a que en esta ocación hagas todo aquello que los doctores te digan y que no adoptes tu habitual actitud de ignorar las pautas saludables. Piensa en lo que está en juego. Tienes la oportunidad de elegir entre años de enfermedad y una recuperación gradual que te devolverá finalmente a tu estado anterior y te permitirá disfrutar la vida a un nivel que nunca habías sospechado. Por favor, piensa en ti mismo por una vez y no pierdas la ilusión en el verdaderamente difícil camino hacia una recuperación lenta y gradual. Lo difícil en este empeño es que te llevará meses y meses de sacrificio diario por no decir a cada hora. Perdóname por escribir tan brevemente pero tengo mucha prisa. Dame tu mano y prométeme que harás todo lo que sea necesario."
Mahler escribe a Moll (representado en la imagen en su propio autorretrato de 1906), probablemente ese mismo día, informándole que ha cumplido su deseo:
“Acabo de escribir a Pollak. Por favor, no le obligues a permanecer en Grado. No debería extender su estancia más allá de dos o tres semanas, ya que se considera agotadora para alguien en su estado. Encuéntrale algún sanatorio para tuberculosos en los bosques de Viena o en el Semmering donde pueda aprender que comer y que tipo de vida llevar. Acabo de escribirle unas líneas con la idea de que sean efectivas. Hay que mantener a este gran bebé bajo control.”
A los pocos días Mahler recibió la confirmación de que a largo plazo el clima de Grado sería dañino para la salud de Pollak, con lo que escribió nuevamente a Moll: “Lo que debemos hacer ahora es asegurarnos de que elija el sitio adecuado, de que permanezca allí el tiempo suficiente y de que bajo ningún concepto regrese a Viena y permanezca en el campo hasta bien avanzado el invierno. En ese momento podremos utilizar dos armas definitivas: 1. informarle drásticamente de lo peligrosa que es su situación y 2. mi nombramiento en Viena.”
Mahler escribe a Spiering en relación a sus demandas de compensación por el incremento del número de conciertos previstos:
“No he tenido en absoluto noticias de América. Como sabes, en respuesta a mi presión ha sido nombrado un nuevo manager pero para mi disgusto éste propone 65 conciertos afirmando que sin este gran aumento de la carga de trabajpo el éxito no puede ser garantizado. Para tan colosal cantidad de trabajo extra solicito un pequeño incremento en mi salario (sólo estaba comprometido a 45 conciertos), pero esta solicitud fue rechazada por el comité con lo que no me queda más remedio que insistir en los derechos y en las obligaciones establecidas en el contrato. He informado al comité de esta decisión pero hasta el momento no he tenido respuesta.”
Última edición por Psanquin el 30/11/2010, 01:08, editado 2 veces
Psanquin- administrador
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
23 de junio:
Tras no haber escrito el día anterior a Alma, Gustav retoma la correspondencia. La impresión es que Alma le ha tranquilizado en su última carta pero lo cierto es que ésta será una paz efímera.
En medio de dos ensayos, Almscherl (y en un día ajetreadísimo), te envío estas palabras de saludo. Hoy fue el primer ensayo orquestal con los solistas. Por muy inadecuados que estos sean, la impresión ha sido abrumadora. Al final del ensayo la orquesta estaba literalmente loca por la obra.
Imagínate, cuando entré en los camerinos y me encontré a Fried y Klemperer que venían a felicitarme. Un detalle por su parte. Por otra parte cuando llegué a casa me encontré con la tarjeta de visita de Arnold Rosé (bien podría haber averiguado donde era el ensayo). Y ahora a las cuatro voy a comer (como todos los días a esta hora); hoy he invitado a Fried. Empezamos otra vez a las seis y mañana por la mañana el coro de niños volverá a participar. Si todo va bien viajaré a Toblach el domingo donde espero llegar sobre las cuatro. Mientras esté allí juro solemnemente no tocar una partitura, sólo comer, caminar y por encima de todo dormir. En Munich he sido incapaz de lo último debido a los automóviles y a sus interminables bocinazos.
Mi editor [Hertzka] está tambien aquí, más contento que una pascuas.
Te lo aseguro, suena abrumador. Cada nota está en su sitio. Las agudas y las graves.
Saludos, mi Almschi.
Tu Gustav.
P.D. Todo lo que he pedido es pan y frutos secos. Dejo que mamá se encargue de las manzanas. El resto de cuestiones (café Hag descafeinado) quedan a tu cargo. He pedido el pan personalmente a Fritz el panadero. Todo lo demás puede esperar hasta que tu llegues pero necesitaré mis libros lo antes posible si no quieres que me muera de aburrimiento.
Si veo que no soporto el estar solo me marcharé de Toblach. Sin embargo creo que me hará mucho bien el “encerrarme en mi mismo” durante un tiempo. (He olvidado que se siente en esos momentos). Por favor, comprueba que la mantequilla para el domingo sea realmente de la mejor calidad.
24 de junio:
Dos días antes de que finalice la serie de ensayos William Ritter, que en ese momento vivía en Munich, se enteró por un amigo de la presencia de Mahler en la ciudad. Aunque su primera reacción ante el desplante de no haber sido invitado a los ensayos fue la de decidir no vistar al compositor, en seguida cambio de parecer dirigiéndose al Hotel Regina con su pareja Janko Cadra quien anotó en su diario hasta los más nimios detalles de su encuentro.
A mediodía, a las dos, se presentaron en la conserjería desde donde avisaron a Mahler quien al momento los hizo subir a su habitación donde el compositor estaba corrigiendo las particellas con su lápiz rojo. La habitación era un amplio cuarto de techo alto, con una cama a medio hacer, un piano vertical negro y una mesa roja en la que Mahler corregía las pruebas.
Mahler estaba vestido con un elegante traje americano que provocó la admiración de sus amigos. Su cara, muy delgada, presentaba un tono amarillento, como era habitual, aunque más moreno que amarillo. Su pelo fino y firme parecía como pegado con sudor; a menudo Mahler lo acariciaba. También en ocasiones se mordía las uñas, sobre todo al escuchar a sus interlocutores.
Su voz aunque amistosa estaba algo ronca. Mahler se mostró muy cariñoso con ambos lo cual satisfizo especialmente a Ritter pues éste temía que en París la gente hubiese hablado malidicentemente a Mahler sobre su persona -como comentamos en su día ausente.el compo
El misterio del sielencio de Mahler es resuelto al momento: este había pedido a Gutmann, hasta dos veces, que enviase un mensaje a la pareja pero el empresario se había olvidado de hacerlo.
Debido al esfuerzo de los ensayos Mahler se había lesionado la clavícula derecha. Aun así esa misma mañana había dirigido al coro de trescientos niños. Estos habían cantado muy a su gusto, “muy bien”, dijo Mahler.
Mahler les comentó sus últimos planes: no regresar a estados Unidos tras la temporada 1910-1911 y no volver a dirgir un teatro de ópera. En principio aun no había decidido donde establecerse. Ritter le preguntó a Mahler si le gustaría trabajar en Munich. La respuesta de Mahler fue “¡Ah Munich! ¡No hay paz y tranquilidad aquí! Sólo coches y tranvías, etc. Soy incapaz de encontrar un hotel tranquilo para septiembre que esté lo suficientemente cerca del Festhalle ¡En éste no puedo trabajar!”.
Mahler también les confirmó que la pretendida ópera que estaba componiendo, Theseus, era un bulo periodístico. También comentaron el concierto parisino, el éxito de público y como los compositores franceses, que inicialmente habían sido muy educados, se volvieron tras el concierto más “silenciosos”. Ritter le resumió a Mahler el contenido de las críticas de prensa. Se tomaron con buen humor que el sesudo Jean Marnold hubiese situado a Mahler al nivel de Perosi. Examinando otras crítcas Mahler consideró que Debussy tal vez había influenciado negativamente a determinados críticos. Cadra registra en su diario la conversación en los siguientes términos:
- Ritter: Ve, esos caballeros no se dan cuenta que no todo es encantadoras acuarelas. No aceptan que también puedan existir grandes arquitectos y decoradores.
- Mahler: ¿Piensa que Debussy pinta acuarelas? No lo creo; para pintarlas es necesario empezar a partir de un bosquejo y Debussy no dibuja.
- R: Debussy sólo está interesado con los cimientos dela obra, y a ellos les añade el color.
- M: Su mundo se reduce a un pequeño cuadrado (mientras lo dibuja con las manos) y no emergerá de él. Lo cierto es que yo me siento cómodo en él; de hecho la he dirigido. Su música es muy cuidada pero él no puede soportarme.
- R: La Schola Cantorum también vició el ambiente; ellos aspiran a que la música sea como un jardín francés con arboles muy cuidados como los de Schönbrunn ¡D’Indy estuvo allí!
- M: ¡Oh, D’Indy, lo sé!
- R: ¿Ha visto su tratado de composición? Debería leer los estúpidos comentarios sobre los compositores alemanes… Pero me temo que debemos marchar…
Sí, Mahler miró su reloj. Eran unos minutos tras las tres. Se pasó la mano por su pelo brillante, pidió a sus amigos que regresasen a la mañana siguiente y también les invitó al concierto de Strauss de la noche. Estrechó las manos de los dos hombres y resumió al momento su trabajo en la Octava.
Tras no haber escrito el día anterior a Alma, Gustav retoma la correspondencia. La impresión es que Alma le ha tranquilizado en su última carta pero lo cierto es que ésta será una paz efímera.
En medio de dos ensayos, Almscherl (y en un día ajetreadísimo), te envío estas palabras de saludo. Hoy fue el primer ensayo orquestal con los solistas. Por muy inadecuados que estos sean, la impresión ha sido abrumadora. Al final del ensayo la orquesta estaba literalmente loca por la obra.
Imagínate, cuando entré en los camerinos y me encontré a Fried y Klemperer que venían a felicitarme. Un detalle por su parte. Por otra parte cuando llegué a casa me encontré con la tarjeta de visita de Arnold Rosé (bien podría haber averiguado donde era el ensayo). Y ahora a las cuatro voy a comer (como todos los días a esta hora); hoy he invitado a Fried. Empezamos otra vez a las seis y mañana por la mañana el coro de niños volverá a participar. Si todo va bien viajaré a Toblach el domingo donde espero llegar sobre las cuatro. Mientras esté allí juro solemnemente no tocar una partitura, sólo comer, caminar y por encima de todo dormir. En Munich he sido incapaz de lo último debido a los automóviles y a sus interminables bocinazos.
Mi editor [Hertzka] está tambien aquí, más contento que una pascuas.
Te lo aseguro, suena abrumador. Cada nota está en su sitio. Las agudas y las graves.
Saludos, mi Almschi.
Tu Gustav.
P.D. Todo lo que he pedido es pan y frutos secos. Dejo que mamá se encargue de las manzanas. El resto de cuestiones (café Hag descafeinado) quedan a tu cargo. He pedido el pan personalmente a Fritz el panadero. Todo lo demás puede esperar hasta que tu llegues pero necesitaré mis libros lo antes posible si no quieres que me muera de aburrimiento.
Si veo que no soporto el estar solo me marcharé de Toblach. Sin embargo creo que me hará mucho bien el “encerrarme en mi mismo” durante un tiempo. (He olvidado que se siente en esos momentos). Por favor, comprueba que la mantequilla para el domingo sea realmente de la mejor calidad.
24 de junio:
Dos días antes de que finalice la serie de ensayos William Ritter, que en ese momento vivía en Munich, se enteró por un amigo de la presencia de Mahler en la ciudad. Aunque su primera reacción ante el desplante de no haber sido invitado a los ensayos fue la de decidir no vistar al compositor, en seguida cambio de parecer dirigiéndose al Hotel Regina con su pareja Janko Cadra quien anotó en su diario hasta los más nimios detalles de su encuentro.
A mediodía, a las dos, se presentaron en la conserjería desde donde avisaron a Mahler quien al momento los hizo subir a su habitación donde el compositor estaba corrigiendo las particellas con su lápiz rojo. La habitación era un amplio cuarto de techo alto, con una cama a medio hacer, un piano vertical negro y una mesa roja en la que Mahler corregía las pruebas.
Mahler estaba vestido con un elegante traje americano que provocó la admiración de sus amigos. Su cara, muy delgada, presentaba un tono amarillento, como era habitual, aunque más moreno que amarillo. Su pelo fino y firme parecía como pegado con sudor; a menudo Mahler lo acariciaba. También en ocasiones se mordía las uñas, sobre todo al escuchar a sus interlocutores.
Su voz aunque amistosa estaba algo ronca. Mahler se mostró muy cariñoso con ambos lo cual satisfizo especialmente a Ritter pues éste temía que en París la gente hubiese hablado malidicentemente a Mahler sobre su persona -como comentamos en su día ausente.el compo
El misterio del sielencio de Mahler es resuelto al momento: este había pedido a Gutmann, hasta dos veces, que enviase un mensaje a la pareja pero el empresario se había olvidado de hacerlo.
Debido al esfuerzo de los ensayos Mahler se había lesionado la clavícula derecha. Aun así esa misma mañana había dirigido al coro de trescientos niños. Estos habían cantado muy a su gusto, “muy bien”, dijo Mahler.
Mahler les comentó sus últimos planes: no regresar a estados Unidos tras la temporada 1910-1911 y no volver a dirgir un teatro de ópera. En principio aun no había decidido donde establecerse. Ritter le preguntó a Mahler si le gustaría trabajar en Munich. La respuesta de Mahler fue “¡Ah Munich! ¡No hay paz y tranquilidad aquí! Sólo coches y tranvías, etc. Soy incapaz de encontrar un hotel tranquilo para septiembre que esté lo suficientemente cerca del Festhalle ¡En éste no puedo trabajar!”.
Mahler también les confirmó que la pretendida ópera que estaba componiendo, Theseus, era un bulo periodístico. También comentaron el concierto parisino, el éxito de público y como los compositores franceses, que inicialmente habían sido muy educados, se volvieron tras el concierto más “silenciosos”. Ritter le resumió a Mahler el contenido de las críticas de prensa. Se tomaron con buen humor que el sesudo Jean Marnold hubiese situado a Mahler al nivel de Perosi. Examinando otras crítcas Mahler consideró que Debussy tal vez había influenciado negativamente a determinados críticos. Cadra registra en su diario la conversación en los siguientes términos:
- Ritter: Ve, esos caballeros no se dan cuenta que no todo es encantadoras acuarelas. No aceptan que también puedan existir grandes arquitectos y decoradores.
- Mahler: ¿Piensa que Debussy pinta acuarelas? No lo creo; para pintarlas es necesario empezar a partir de un bosquejo y Debussy no dibuja.
- R: Debussy sólo está interesado con los cimientos dela obra, y a ellos les añade el color.
- M: Su mundo se reduce a un pequeño cuadrado (mientras lo dibuja con las manos) y no emergerá de él. Lo cierto es que yo me siento cómodo en él; de hecho la he dirigido. Su música es muy cuidada pero él no puede soportarme.
- R: La Schola Cantorum también vició el ambiente; ellos aspiran a que la música sea como un jardín francés con arboles muy cuidados como los de Schönbrunn ¡D’Indy estuvo allí!
- M: ¡Oh, D’Indy, lo sé!
- R: ¿Ha visto su tratado de composición? Debería leer los estúpidos comentarios sobre los compositores alemanes… Pero me temo que debemos marchar…
Sí, Mahler miró su reloj. Eran unos minutos tras las tres. Se pasó la mano por su pelo brillante, pidió a sus amigos que regresasen a la mañana siguiente y también les invitó al concierto de Strauss de la noche. Estrechó las manos de los dos hombres y resumió al momento su trabajo en la Octava.
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
25 de junio:
Dentro de los eventos de la semana Strauss organizada por Gutmann, Mahler acude a un concierto sinfónico con obras de Strauss, dirigidas por el propio compositor a la Filarmónica de Viena.. La expectación creada por estos eventos es máxima y Mahler se ve envuelto, para su disgusto, en una ajetreada vida social. Sin embargo, la preocupación ante el silencio de Alma es cada vez más apremiante.
Este día sólo puede enviarle a Tobelbad un angustioso telegrama:
POR QUE SIN NOTICIAS. ESTOY MUY PREOCUPADO. POR FAVOR ENVIA UNA RESPUESTA EXPRESS. TODO VA MUY BIEN AQUÍ. CARTA MAÑANA. GUSTAV
Conforme a lo acordado el día anterior Ritter y Cadra regresaron al Hotel Regina para rendir una nueva visita a Mahler. En la habitación se encontraron al compositor explicándole al piano a Oskar Fried los últimos compases de la Octava. Tras presentarles al joven director, Mahler se encontraba tan excitado y volcado con la obra que tras acordar reunirse para cenar en el Park Hotel tras la velada straussiana, decidieron marchar y dejarle absorto en su trabajo.
Al poco de llegar a la sala Ritter y Cadra, Mahler y Fried hicieron aparición, todavía juntos. Aunque Mahler ya conocía la sala era el primer concierto al que asistía en ella; según Cadra no le disgustó la acústica.
Cuando Strauss hizo su aparición Mahler aplaudió con todas sus fuerzas golpeando con la mano derecha sobre la izquierda cuyo brazo llevaba entablillado. Aus Italien no fue recibido con mucho entusiasmo pero Mahler aplaudió hasta que se apagaron las últimas muestras de apoyo. Tras la Burleske, brillantemente interpretada por Wilhelm Backhaus, llegó el descanso. Ritter y Cadra se acercaron a Mahler. Inevitablemente la conversación giró hacia el concierto parisino de abril. Mahler no le daba ninguna importancia a las críticas. Para él lo importante era que había sido un éxito con el público y que la orquesta había tocado realmente bien. Aun así comentaron como uno de los críticos más influyentes, Pierre Lalo, había felicitado calurosamente a Mahler en su camerino, pero a la postre no había escrito una sola línea sobre la obra.
Cuenta Cadra como la conversación con Mahler la mantenían en francés pues éste insistía en practicar este idioma siempre que tenía ocasión, en parte pensando en los tres conciertos que debía dirigir la primavera del 1911 allí: su Tercera y Cuarta y la Novena de Beethoven. Confiaba en que en esta ocasión Ritter sí pudiese acudir. Ritter a esto comentó que prefería ausentarse pues pensaba que su presencia junto a Mahler sólo podría aumentar la ira de los críticos contra el compositor.
La segunda parte incluyó varias obras vocales y el Don Quijote. Una vez más Mahler lo disfrutó lanzando varios bravos al final y aplaudiendo con tanto entusiasmo que el propio Strauss, agradecido, se inclinó hacia él desde el podio agradecido.
Ritter, Cadra, un amigo francés, Marcel Montandon y Fried abandonaron la sala en medio de un diluvio. Mientras esperaban en la parada del tranvía pasó Mahler en un coche que al verlos los invitó a subir. Les esperaba la cena en el Hotel Park. Mahler aludió a su clavícula, al entablillado y al cansancio para pedir que la velada fuese lo más breve posible. Mientras bebía te con leche, Mahler alababa a Don Quijote aunque no se mostraba tan orgulloso con la obra que cerró el programa, Muerte y Transfiguración: “¡Don Quijote es una obra genial, desbordante de genialidad! ¡Oh, su cuidado con los detalles es único! Sin embargo Muerte y Transfiguración no me gusta. Es música de Kapellmeister, mientras Don Quijote es impactante hasta el los más minimos detalles ¡De qué manera traduce a música hasta el más mínimo movimiento de la naturaleza!”.
Ritter asentía, alabando la modernidad de la orquestación de Strauss en Don Quijote pero a su juicio la obra carecía de una línea general, lo cual no sucede en la obra literaria de Cervantes, a lo cual Mahler replicó: “Sin duda, uno debe tomar a Strauss como es, no como debería ser. Aquí es el detallismo lo que es maravilloso. El único problema es que carece de...”. Aquí Cadra anota en su diario que Mahler no encontraba en francés la palabra apropiada. Ante esto, Fried sin dejar de comer la ensalada le pide a Mahler que use la palabra alemana, a lo que éste contesta: “No, no, quiero hablar francés ¿Cómo se dice “Band” (línea)?”. “Es decir ¿qué carece de unidad?” preguntaron los comensales. “Efectivamente, eso es lo cierto, no tiene unidad” contestó Mahler mientras dibujaba una línea en el aire y continuaba: “Pero con Strauss uno debe... ¿Cómo se dice?. Uno debe... “verzichten”?. “¿Renunciar?” le preguntaron en francés. “No, no, algo más que eso” contestó Mahler.
Tras varios intentos buscando la palabra adecuada Mahler desistió y concluyó coincidiendo con Fried: con Strauss uno no debe esperar tales cosas.
Sentado en un sofá Mahler constantemente movía su brazo derecho y apretaba sus dientes como si quisiese atacar a alguien: “¡Dios, qué demonios es esto!” decía mientras repetía una y otra vez el movimiento de su brazo para valorar el dolor en el hombro. Sus contertulios se daban cuenta de que Mahler se empezaba a sentir cansado y malhumorado y que por tanto era ya hora de retirarse.
Sin embargo en ese momento apareció, acompañado por su mujer, el compositor muniqués y discípulo de Bruckner Friedrich Klose (1862-1942). Mahler no puede dejar de hacer una alusión crítica: “Aquí llega el genio favorito de Louis [antisemita crítico del Neueste Nachrichten que proclamaba a Klose como el mejor discípulo de Bruckner] ¡Esa frente! Y sobre sus ojos esa pequeña depresión. Su cara grasienta y sus pelos de punta… Cada nueve o diez años compone una fuga y Herr Louis y compañía lo elevan a las alturas, al Parnaso de los genios.”
Casualmente en ese momento hizo su aparición otro compositor de Munich, Hermann Bischoff (1868-1936): “Klose y Bischoff, ¡cada oveja con su pareja!”. Como Ritter aludió a la conversación que tuvo con Klose al final de la interpretación de la Quinta que tuvo lugar en Munich el 14 de febrero –ya comentada en la cronología- fue inevitable tratar la implacable animadversión que la crítica mostró hacia dicho concierto. Ritter sin embargo recordó la favorable impresión que le había causado la obra a su acompañante, la Princesa Rupprecht de Baviera. La respuesta de Mahler fue: “No es música para princesas”.
La velada parecía haberse animado. Los dardos se dirigieron ahora hacia Strauss y Pfitzner. Mahler pensaba que los admiradores de Strauss eran “los más astutos” a lo cual Ritter respondió que todos los fans de un compositor tenían un algo “peligroso y exclusivista”. De Pfitzner comentaron lo mal que le había tratado la ciudad de Munich; Mahler también se mostró crítico con él aunque es indiscutible el enorme esfuerzo que puso en la producción vienesa de Die Rose von Liebesgarten En un momento dado Mahler extrajo de su bolsillo una carta de Casella y otra de su editor recomendándole una obra de Enesco. Finalmente, a eso de la una, Mahler se despidió del grupo, saludó a Bischoff que se encontraba a la entrada del restaurante y marchó.
Dentro de los eventos de la semana Strauss organizada por Gutmann, Mahler acude a un concierto sinfónico con obras de Strauss, dirigidas por el propio compositor a la Filarmónica de Viena.. La expectación creada por estos eventos es máxima y Mahler se ve envuelto, para su disgusto, en una ajetreada vida social. Sin embargo, la preocupación ante el silencio de Alma es cada vez más apremiante.
Este día sólo puede enviarle a Tobelbad un angustioso telegrama:
POR QUE SIN NOTICIAS. ESTOY MUY PREOCUPADO. POR FAVOR ENVIA UNA RESPUESTA EXPRESS. TODO VA MUY BIEN AQUÍ. CARTA MAÑANA. GUSTAV
Conforme a lo acordado el día anterior Ritter y Cadra regresaron al Hotel Regina para rendir una nueva visita a Mahler. En la habitación se encontraron al compositor explicándole al piano a Oskar Fried los últimos compases de la Octava. Tras presentarles al joven director, Mahler se encontraba tan excitado y volcado con la obra que tras acordar reunirse para cenar en el Park Hotel tras la velada straussiana, decidieron marchar y dejarle absorto en su trabajo.
Al poco de llegar a la sala Ritter y Cadra, Mahler y Fried hicieron aparición, todavía juntos. Aunque Mahler ya conocía la sala era el primer concierto al que asistía en ella; según Cadra no le disgustó la acústica.
Cuando Strauss hizo su aparición Mahler aplaudió con todas sus fuerzas golpeando con la mano derecha sobre la izquierda cuyo brazo llevaba entablillado. Aus Italien no fue recibido con mucho entusiasmo pero Mahler aplaudió hasta que se apagaron las últimas muestras de apoyo. Tras la Burleske, brillantemente interpretada por Wilhelm Backhaus, llegó el descanso. Ritter y Cadra se acercaron a Mahler. Inevitablemente la conversación giró hacia el concierto parisino de abril. Mahler no le daba ninguna importancia a las críticas. Para él lo importante era que había sido un éxito con el público y que la orquesta había tocado realmente bien. Aun así comentaron como uno de los críticos más influyentes, Pierre Lalo, había felicitado calurosamente a Mahler en su camerino, pero a la postre no había escrito una sola línea sobre la obra.
Cuenta Cadra como la conversación con Mahler la mantenían en francés pues éste insistía en practicar este idioma siempre que tenía ocasión, en parte pensando en los tres conciertos que debía dirigir la primavera del 1911 allí: su Tercera y Cuarta y la Novena de Beethoven. Confiaba en que en esta ocasión Ritter sí pudiese acudir. Ritter a esto comentó que prefería ausentarse pues pensaba que su presencia junto a Mahler sólo podría aumentar la ira de los críticos contra el compositor.
La segunda parte incluyó varias obras vocales y el Don Quijote. Una vez más Mahler lo disfrutó lanzando varios bravos al final y aplaudiendo con tanto entusiasmo que el propio Strauss, agradecido, se inclinó hacia él desde el podio agradecido.
Ritter, Cadra, un amigo francés, Marcel Montandon y Fried abandonaron la sala en medio de un diluvio. Mientras esperaban en la parada del tranvía pasó Mahler en un coche que al verlos los invitó a subir. Les esperaba la cena en el Hotel Park. Mahler aludió a su clavícula, al entablillado y al cansancio para pedir que la velada fuese lo más breve posible. Mientras bebía te con leche, Mahler alababa a Don Quijote aunque no se mostraba tan orgulloso con la obra que cerró el programa, Muerte y Transfiguración: “¡Don Quijote es una obra genial, desbordante de genialidad! ¡Oh, su cuidado con los detalles es único! Sin embargo Muerte y Transfiguración no me gusta. Es música de Kapellmeister, mientras Don Quijote es impactante hasta el los más minimos detalles ¡De qué manera traduce a música hasta el más mínimo movimiento de la naturaleza!”.
Ritter asentía, alabando la modernidad de la orquestación de Strauss en Don Quijote pero a su juicio la obra carecía de una línea general, lo cual no sucede en la obra literaria de Cervantes, a lo cual Mahler replicó: “Sin duda, uno debe tomar a Strauss como es, no como debería ser. Aquí es el detallismo lo que es maravilloso. El único problema es que carece de...”. Aquí Cadra anota en su diario que Mahler no encontraba en francés la palabra apropiada. Ante esto, Fried sin dejar de comer la ensalada le pide a Mahler que use la palabra alemana, a lo que éste contesta: “No, no, quiero hablar francés ¿Cómo se dice “Band” (línea)?”. “Es decir ¿qué carece de unidad?” preguntaron los comensales. “Efectivamente, eso es lo cierto, no tiene unidad” contestó Mahler mientras dibujaba una línea en el aire y continuaba: “Pero con Strauss uno debe... ¿Cómo se dice?. Uno debe... “verzichten”?. “¿Renunciar?” le preguntaron en francés. “No, no, algo más que eso” contestó Mahler.
Tras varios intentos buscando la palabra adecuada Mahler desistió y concluyó coincidiendo con Fried: con Strauss uno no debe esperar tales cosas.
Sentado en un sofá Mahler constantemente movía su brazo derecho y apretaba sus dientes como si quisiese atacar a alguien: “¡Dios, qué demonios es esto!” decía mientras repetía una y otra vez el movimiento de su brazo para valorar el dolor en el hombro. Sus contertulios se daban cuenta de que Mahler se empezaba a sentir cansado y malhumorado y que por tanto era ya hora de retirarse.
Sin embargo en ese momento apareció, acompañado por su mujer, el compositor muniqués y discípulo de Bruckner Friedrich Klose (1862-1942). Mahler no puede dejar de hacer una alusión crítica: “Aquí llega el genio favorito de Louis [antisemita crítico del Neueste Nachrichten que proclamaba a Klose como el mejor discípulo de Bruckner] ¡Esa frente! Y sobre sus ojos esa pequeña depresión. Su cara grasienta y sus pelos de punta… Cada nueve o diez años compone una fuga y Herr Louis y compañía lo elevan a las alturas, al Parnaso de los genios.”
Casualmente en ese momento hizo su aparición otro compositor de Munich, Hermann Bischoff (1868-1936): “Klose y Bischoff, ¡cada oveja con su pareja!”. Como Ritter aludió a la conversación que tuvo con Klose al final de la interpretación de la Quinta que tuvo lugar en Munich el 14 de febrero –ya comentada en la cronología- fue inevitable tratar la implacable animadversión que la crítica mostró hacia dicho concierto. Ritter sin embargo recordó la favorable impresión que le había causado la obra a su acompañante, la Princesa Rupprecht de Baviera. La respuesta de Mahler fue: “No es música para princesas”.
La velada parecía haberse animado. Los dardos se dirigieron ahora hacia Strauss y Pfitzner. Mahler pensaba que los admiradores de Strauss eran “los más astutos” a lo cual Ritter respondió que todos los fans de un compositor tenían un algo “peligroso y exclusivista”. De Pfitzner comentaron lo mal que le había tratado la ciudad de Munich; Mahler también se mostró crítico con él aunque es indiscutible el enorme esfuerzo que puso en la producción vienesa de Die Rose von Liebesgarten En un momento dado Mahler extrajo de su bolsillo una carta de Casella y otra de su editor recomendándole una obra de Enesco. Finalmente, a eso de la una, Mahler se despidió del grupo, saludó a Bischoff que se encontraba a la entrada del restaurante y marchó.
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Re: CRONOLOGÍA MAHLERIANA
26 de junio: Con los ensayos ya concluidos, éste domingo 26 es el último día de estancia de Mahler en Munich. Atrás quedan una docena de intensas y sacrificadas jornadas. Aunque muy fructíferas han estado empañadas por la preocupación que empezaba a emanar desde Tobelbad. Así Mahler escribe una nueva carta llena de una incertidumbre que desde nuestra perspectiva resulta angustiosa.
Querida Almscherl,
Fried está aquí a mi lado. Ha sido una gran ayuda. Estoy agotado (pero mi corazón está perfectamente). Al dirigir he hecho gestos tan agresivos que he dañado un músculo de mi brazo. Desde luego no ayuda a mi estado general de salud. Mañana –gracias a Dios- estaré camino del maravilloso aire puro de Toblach, donde intentaré relajarme totalmente ¡No he tenido noticias tuyas desde hace dos días! Almschi, no te costaba nada haberme enviado al menos una postal.
Hasta aquí este breve saludo de hoy mi Almscherl.
Tu Gustav.
Al poco de abandonar Mahler la capital bávara, uno de los periódicos más importantes de Munich, Münchener neueste Nachrichten, publicó una descripción de los ensayos de junio. El autor, E.S.Moll, describe a Mahler com una persona ajena a las rutinas del día a día pero que sin embargo reaccionaba violentamente cuando su ensimismamiento era interrumpido, por ejemplo al recibir un telegrama en medio de un ensayo:
“Su exagerada reacción demuestra de que forma tan intensa se vuelca en su trabajo. Sentado en su silla, con su temperamento controlado infunde un influjo mágico sobre todo el mundo. Los músicos sentados ante él lo observan sin pestañear, tan tensos como si sus vidas estuvieran en juego. Sin embargo si no se le saca de sus casillas, Mahler es pura consideración. Cuando se entera de que la orquesta tiene que dar un concierto por la noche les dice a los musicos: “Caballeros, tómenselo con calma, haremos una última lectura; anoten en sus partes ¡fortissimo! ”. Es imposible no reirse cuando repentinamente tiembla de entusiasmo y la orquesta alcanza su apogeo bajo el influjo de sus manos.
Continuamente está retocando la partitura (¡no es sólo con Beethoven!), algunas veces reescribiendo el mismo pasaje cinco o seis veces. Si al escuchar la orquesta no le suena exactamente como él lo está escuchando en su interior, en un segundo pide a los músicos que se detengan para modificar la partitura. En Munich sucedió incluso que tras alterar un pasaje cuatro veces, finalmente volvió a la versión original. Al darse cuenta de lo que había pasado no pudo dejar de reirse con los músicos. Irónicamente comentó: “Mientras viva gracias a Dios podré retocar tanto como quiera. Sin embargo tras mi muerte pediría que nadie tocase la partitura. Sería una falta de respeto.”.
Es difícil transmitir una idea exacta de cómo está absolutamente poseído por su impulso creador. Está tan absorbido por su obra que sólo es capaz de hablar con la gente relacionada con ella. Se asoma a la ventana y comenta: “Qué hermoso allí fuera. Me encantaría vivir aquí, pero por favor no olviden las campanas en la y la bemol.”. Es angustioso cuando es incapaz de reproducir con los medios de los que dispone, lo que él está escuchando en su cabeza.”.
Otto Klemperer, también presente en esta serie de ensayos, se vio sorprendido por el gran número de retoques que Mahler había realizado a lo largo de los mismos. Así se lo cuenta a Peter Heyworth:
“Debo decir que sentí por vez primera que estaba delante de un gran compositor.Aun así nunca estaba totalmente satisfecho con la partitura. Durante los ensayos no cesaba de hacer pequeños cambios. Decía: “No, que esta parte la toquen dos clarinetes, o uno solo, o este más fuerte y el otro más suave.” Unos años antes de morir dijo: “Mi problema es que no puedo orquestar”. Nunca estaba satisfecho. Siempre quería más claridad, más sonido, más contraste dinámico. En un momento dado se giró hacia los que estábamos en el auditorio y nos dijo: “Si tras mi muerte algo no suena bien, cambiadlo. No sólo tenéis el dercho a hacerlo sino también el deber”.
Como vemos afirmación radicalmente contradictoria con la recogida en el testimonio anterior.
Klemperer recuerda aspectos concretos de los ensayos como por ejemplo la forma en que Gertrüde Förstel cantó su parte de memoria. También como en un momento dado Mahler se dirigió a Richard Mayr y le pidió “Herr Mayr, por favor piense en el texto, no sólo en la música”. Klemperer también recoge el entusiasmo de los niños del coro el cual sería también comentado por el crítico del Boston Evening Transcript quien recoge en su crónica de estos ensayos como los niños preguntaban “¿Cuándo volverá este caballero tan amable?”.
Klemperer recuerda como Mahler, ante la cancelación de su contrato en Praga, escribe un cable recomendándole a los directores del Stadt-Theater de Hamburgo. Como esta posibilidad no cuajó Mahler recomienda al joven Klemperer a la Ópera de Mannheim con este mensaje: “Tengo el placer de recomendarle a Herr Klemperer de quien me consta que tiene todas las cualidades necesarias para ser un extraordinario director. Es todavía muy joven, pero tiene un gran futuro por delante; estoy convencido de que no podrán hacer una mejor elección.”
Para cerrar este período muniqués comentar que, a mayores de las comentadas, se conservan tres cartas más escritas desde Munich . A su editor Hertzka devolviéndole las pruebas de imprenta de la Octava y pidiéndole conservar las de la Quinta hasta septiembre de lo cual se deduce que petendía retocarla en Toblach.
Otra carta es dirigida a Theodor Spiering, lamentando su ausencia en Munich. Le comenta: “El concertino local es pasable pero carece de la minima comprensión de lo que toca y tiene una escasa influencia en la orquesta.” Sólo a principios de Septiembre decidiría Mahler reemplazarlo por Rosé. A Spiering también le comenta un tema que será polémico a su regreso a Nueva York: Las damas del comité de la Filarmónica de Nueva York le piden que amplíe el número de conciertos a 69 pero sin mejorarle el salario.
Una última carta se dirige a Gutmann. Ésta se refiere una vez más al tenor Georg Maikl a quien Mahler todavía confía con tener a su disposición en septiembre. Igualmente comenta la posibilidad de probar una nueva contralto en Toblach.
Querida Almscherl,
Fried está aquí a mi lado. Ha sido una gran ayuda. Estoy agotado (pero mi corazón está perfectamente). Al dirigir he hecho gestos tan agresivos que he dañado un músculo de mi brazo. Desde luego no ayuda a mi estado general de salud. Mañana –gracias a Dios- estaré camino del maravilloso aire puro de Toblach, donde intentaré relajarme totalmente ¡No he tenido noticias tuyas desde hace dos días! Almschi, no te costaba nada haberme enviado al menos una postal.
Hasta aquí este breve saludo de hoy mi Almscherl.
Tu Gustav.
Al poco de abandonar Mahler la capital bávara, uno de los periódicos más importantes de Munich, Münchener neueste Nachrichten, publicó una descripción de los ensayos de junio. El autor, E.S.Moll, describe a Mahler com una persona ajena a las rutinas del día a día pero que sin embargo reaccionaba violentamente cuando su ensimismamiento era interrumpido, por ejemplo al recibir un telegrama en medio de un ensayo:
“Su exagerada reacción demuestra de que forma tan intensa se vuelca en su trabajo. Sentado en su silla, con su temperamento controlado infunde un influjo mágico sobre todo el mundo. Los músicos sentados ante él lo observan sin pestañear, tan tensos como si sus vidas estuvieran en juego. Sin embargo si no se le saca de sus casillas, Mahler es pura consideración. Cuando se entera de que la orquesta tiene que dar un concierto por la noche les dice a los musicos: “Caballeros, tómenselo con calma, haremos una última lectura; anoten en sus partes ¡fortissimo! ”. Es imposible no reirse cuando repentinamente tiembla de entusiasmo y la orquesta alcanza su apogeo bajo el influjo de sus manos.
Continuamente está retocando la partitura (¡no es sólo con Beethoven!), algunas veces reescribiendo el mismo pasaje cinco o seis veces. Si al escuchar la orquesta no le suena exactamente como él lo está escuchando en su interior, en un segundo pide a los músicos que se detengan para modificar la partitura. En Munich sucedió incluso que tras alterar un pasaje cuatro veces, finalmente volvió a la versión original. Al darse cuenta de lo que había pasado no pudo dejar de reirse con los músicos. Irónicamente comentó: “Mientras viva gracias a Dios podré retocar tanto como quiera. Sin embargo tras mi muerte pediría que nadie tocase la partitura. Sería una falta de respeto.”.
Es difícil transmitir una idea exacta de cómo está absolutamente poseído por su impulso creador. Está tan absorbido por su obra que sólo es capaz de hablar con la gente relacionada con ella. Se asoma a la ventana y comenta: “Qué hermoso allí fuera. Me encantaría vivir aquí, pero por favor no olviden las campanas en la y la bemol.”. Es angustioso cuando es incapaz de reproducir con los medios de los que dispone, lo que él está escuchando en su cabeza.”.
Otto Klemperer, también presente en esta serie de ensayos, se vio sorprendido por el gran número de retoques que Mahler había realizado a lo largo de los mismos. Así se lo cuenta a Peter Heyworth:
“Debo decir que sentí por vez primera que estaba delante de un gran compositor.Aun así nunca estaba totalmente satisfecho con la partitura. Durante los ensayos no cesaba de hacer pequeños cambios. Decía: “No, que esta parte la toquen dos clarinetes, o uno solo, o este más fuerte y el otro más suave.” Unos años antes de morir dijo: “Mi problema es que no puedo orquestar”. Nunca estaba satisfecho. Siempre quería más claridad, más sonido, más contraste dinámico. En un momento dado se giró hacia los que estábamos en el auditorio y nos dijo: “Si tras mi muerte algo no suena bien, cambiadlo. No sólo tenéis el dercho a hacerlo sino también el deber”.
Como vemos afirmación radicalmente contradictoria con la recogida en el testimonio anterior.
Klemperer recuerda aspectos concretos de los ensayos como por ejemplo la forma en que Gertrüde Förstel cantó su parte de memoria. También como en un momento dado Mahler se dirigió a Richard Mayr y le pidió “Herr Mayr, por favor piense en el texto, no sólo en la música”. Klemperer también recoge el entusiasmo de los niños del coro el cual sería también comentado por el crítico del Boston Evening Transcript quien recoge en su crónica de estos ensayos como los niños preguntaban “¿Cuándo volverá este caballero tan amable?”.
Klemperer recuerda como Mahler, ante la cancelación de su contrato en Praga, escribe un cable recomendándole a los directores del Stadt-Theater de Hamburgo. Como esta posibilidad no cuajó Mahler recomienda al joven Klemperer a la Ópera de Mannheim con este mensaje: “Tengo el placer de recomendarle a Herr Klemperer de quien me consta que tiene todas las cualidades necesarias para ser un extraordinario director. Es todavía muy joven, pero tiene un gran futuro por delante; estoy convencido de que no podrán hacer una mejor elección.”
Para cerrar este período muniqués comentar que, a mayores de las comentadas, se conservan tres cartas más escritas desde Munich . A su editor Hertzka devolviéndole las pruebas de imprenta de la Octava y pidiéndole conservar las de la Quinta hasta septiembre de lo cual se deduce que petendía retocarla en Toblach.
Otra carta es dirigida a Theodor Spiering, lamentando su ausencia en Munich. Le comenta: “El concertino local es pasable pero carece de la minima comprensión de lo que toca y tiene una escasa influencia en la orquesta.” Sólo a principios de Septiembre decidiría Mahler reemplazarlo por Rosé. A Spiering también le comenta un tema que será polémico a su regreso a Nueva York: Las damas del comité de la Filarmónica de Nueva York le piden que amplíe el número de conciertos a 69 pero sin mejorarle el salario.
Una última carta se dirige a Gutmann. Ésta se refiere una vez más al tenor Georg Maikl a quien Mahler todavía confía con tener a su disposición en septiembre. Igualmente comenta la posibilidad de probar una nueva contralto en Toblach.
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