¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Hombre tanto como morbo... no sé, en ocasiones te indignas, con otros te da la risa, en este caso era la sensación de que un marciano, estaba dirigiendo música de Mahler, como documento, ahí está. No conozco más Mahler del malogrado Kegel, pero tras haber escuchado esto, a mi se me han quitado las ganas.
Eso podría dar lugar, a un pandemonium en este foro
Podríamos ir abriendo hilos titulados "Anti-discografía básica (Primera Sinfonía)"
Eso podría dar lugar, a un pandemonium en este foro
Invitado- Invitado
Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Sí, casi mejor que no, no nos pondríamos de acuerdo. Para mi por ejemplo esta Primera de Kegel tampoco es tan terrible. A los que les guste un Mahler provocador pueden pasar un buen rato con ella.Eso podría dar lugar, a un pandemonium en este foro
Esta es la disección que Smoley hace de ella:
Psanquin- administrador
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
... pero Psanquin, lo tuyo no vale, a ti te gusta todo
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Me gusta todo de ti:
tus ojos de fiera en celo,
el filo de tu nariz,
el resplandor de tu pelo.
Me gusta todo de ti.
Me gusta todo de ti:
la luna de tu sonrisa
de gato de Chesire
colgada de la cornisa.
El colágeno y la miel
de tus labios perfilados,
tus pómulos afilados,
los modales de tu piel.
Me gusta todo de ti:
tu ombligo menudo y chato
tu talle de maniquí,
el lunar de tu omoplato.
Me gusta todo de ti.
Me gusta todo de ti:
tus pezones como lilas
tu alcancía carmesí
tus ingles y tus axilas.
Todo esconde un "no se qué"
de los pies a la cabeza.
Me gustas, pero por piezas;
te quiero, pero a pedazos.
De la Wunderhorn de Serrat
Psanquin- administrador
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Ay, que palabra más fea aborrecer; no suelo usarla para la música Prefiero disfrutar con la belleza de las pequeñas cosas como justo lo que escucho ahora -mientras Maga ve Hospital central, serie que aborrezco - el Eja Mater del Stabat Mater de Vivaldi en la versión de Celibidache -que los puristas a bien seguro aborrecerán; ellos se pierden tanta belleza
Psanquin- administrador
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Siento no mojarme pero es que no recuerdo ninguna que aborrezque
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
A Psanquin no le gusta la Octava de Mitropoulos, que lo se yo... pero bueno, él se lo pierde.
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Cierto, no le gusta, pero ni mucho menos la aborrece ya que no la suspende (le da un 5).
Pero es por misericordia Ahora tamibién recuerdo la Quinta y Sexta de Barbirolli en EMI...
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
llegó incluso a decir que sonaba a música de Elgar.
Esas cosas que anda tomando Psanquin, no deben de ser buenas....
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Podéis añadir la Novena de Barenboim, la Séptima de Rosbaud, la Novena de Uwe Mund... por no entrar en la 1ª de Chailly, la 2ª de Chailly, la 3ª de Chailly; la 4ª ya está mejor, la 5ª muy buena, la 6ª flojita, la 7ª pretenciosa, la 8ª poco católica, etc, etc ¿Me dejáis seguir leyendo?
Psanquin- administrador
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
¡¡¡NoooooooooooooooooooooooooooooOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOooooooooooooooooooooooooo!!
¡¡Sigue!!
¡¡¡Siiiiigue!!!
¡¡¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiigue!!!
Que no decaiga el ritmo.....
11 de Marzo de 2009: Psanquin se moja
¡¡Sigue!!
¡¡¡Siiiiigue!!!
¡¡¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiigue!!!
Que no decaiga el ritmo.....
11 de Marzo de 2009: Psanquin se moja
Invitado- Invitado
Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Dice Maga que sois como niños
Psanquin- administrador
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
¡¡Psanquin es un chivato, Psanquin es un chivato...!! lalalalala
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Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Exactamente esto dije : Podéis añadir la Novena de Barenboim, la Séptima de Rosbaud, la Novena de Uwe Mund... por no entrar en la 1ª de Chailly, la 2ª de Chailly, la 3ª de Chailly; la 4ª ya está mejor, la 5ª muy buena, la 6ª flojita, la 7ª pretenciosa, la 8ª poco católica, etc, etc ¿Me dejáis seguir leyendo?del Río escribió:*calificándola como una de las peores versiones mahlerianas que ha escuchado en su vida.
Pero poniéndome más serio te contesto Del Río:
Ciertamente no me gusta, no voy a decir que la aborrezco por que sería injusto pero sí puedo decir que de las 70 Novenas discográficas que tengo en casa sólo hay una que considere peor, la de Uwe Mund. Si hay alguna otra peor que la 9ª de Dany tengo la suerte de no conocerla¿No te gusta la Novena de Barenboim?...
Y cuando lo digo soy consciente de que esta Novena tiene dos movimientos centrales extraordinarios. Pero seguro que no te ha pasado inadvertido Del Río que mi calificación a esta versión es de un 6,5, una de mis notas más bajas en la veintena de reseñas que llevo hecho -hay algún 5, para una 8ª de culto, 5,5 para de Preist.... Y esto sólo puede ser debido a que los movimientos extremos fallan en aspectos claves. Como decía en la reseña: sin duda puedo recomendar por sus dos extraordinarios movimientos centrales, pero que lamentablemente considero fallida para el resto de la sinfonía
Nunca me han gustado esas reseñas en las que el crítico aprovecha un movimiento flojo para condenar a toda la versión a la hoguera. En muchos casos es evidente que el autor está únicamente buscando una excusa para demostrar a la mayor la nulidad de un director de su lista negra.
Intento siempre ser lo más objetivo posible y cada movimiento mahleriano en forma, lenguaje, orquestación, inspiración, incluso fecha de composición puede ser considerado un ente propio. Lo curioso de Barenboim en esta Novena, creo que lo decía en la reseña, es que esté más acertado en los dos movimientos emocionalmente menos profundos y sobre todo en el 2º movto paradigma de lo que se ha dado en llamar la "vulgaridad" mahleriana. Y es que Barenboim ha afirmado a menudo que era esa banalidad la que le había alejado de Mahler. Y hete aquí que hace un 2º movto y un Rondo-Burleske extraordinarios y sin embargo los trascendentales movimientos extremos se reducen a una divagación muy bien recreada por la orquesta pero con una dirección pobre ¡Vivir para ver!
Pues eso, el que quiera escuchar unos dos movimientos centrales de referencia sin duda puede encontrarlos en esta versión, pero el que quiera disfrutar tanto el alma como la arquitectura de los complejos movimientos extremos mejor que se aleje de esta fallida Novena.
Psanquin- administrador
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Uy, espero que no haya sido por mi mensaje Yo la verdad es que dormí como un tronco tal vez por las dos horas de Elías que hizo ayer la sinfónica y que desde luego son un reto físico y mental. No fue fácil mantener la concentración a esas alturas de semana. Por cierto allí estaba uno de los incontables mas grandes de Robertino Philip Langridge, y la mahleriana Sandrine Piau....esta noche no pego ojo...
Faltaría más, pregunta Manuel que yo encantado de intentar aclarar todas las dudas¿Aún considerando esos movimientos centrales como extraordinarios, son tan paupérrimamente malos los movimientos extremos como para llegar a decir que es la peor versión (a excepción de la de ¿¿Uwe Mund ??) que has escuchado entre las 70 Novenas de tu colección?... ¿Las otras 68 versiones también nos ofrecen al menos dos movimientos extraordinarios?... ¿La "casi" peor versión entre 70 versiones la puntuas con un 6'5?... perdona que te hagas tantas preguntas, pero ahora mismo estoy acongojado.
Tus argumentos en forma de pregunta son más que lógicos, matemáticos y ese es el problema, que estamos jugando con una variable numérica muy resbaladiza. Yo la aplico con el fin de orientar sobre una grabación pero no con la idea de establecer una equivalencia exacta entre el valor de dicha variable y la calidad de una versión. Es decir -ya verás como ahora me entiendes: hay versiones de mis setenta que me gustan mucho más que la de Barenboim ¡a las que le daría un suspenso! Por ejemplo la Novena de Scherchen de Orfeo a la que le daría un 4,5 ¿Cómo se explica eso? Pues muy sencillo, ese dichoso numerito -del que tantas revistas y críticos han decidido prescindir - es como un sumatorio de todas las virtudes y defectos de una grabación y estos van mucho más allá de la labor del director. Por razones obvias la versión de Scherchen en muchos de estos aspectos hace agua y eso debo reflejarlo en el númerito, aunque es obvio también que Scherchen está por encima de esas limitaciones y sólo con escuchar el fraseo admirable de la inexorable marcha del primer movto me emociono mil veces más que con la torpe lectura de Barenboim de ese mismo tema. Pero yo no le puedo dar ni un 6, ni un 8, ni un 9 pues la gente me diría, pero si esta versión de Scherchen esta llena de momentos chapuceros, ¡¡como le das un notable!! Es lo que decía anoche, intento ser lo más objetivo posible cuando meto en la aplicación informática mental las variables y saco el numerito.
La versión de Barenboim tiene dos movimientos extraordinarios, está muy bien tocada, pero ¡en los momentos claves hace agua! ¿Qué nota le pongo? ¿La suspendo? No, pues si alguien siguiese esa recomendación diría lo contrario ¿cómo suspende a una versión con dos movimientos de lujo? El 6,5 es lo más bajo que le pude dar en su día después de darle muchas vueltas en la cabeza. Suspenderla me parecía injusto, un notable inmerecido. Ahora bien, si alguien viene a casa y me dice, me encanta el Rondo-Burleske, ¿me copias una versión?, le diré, Barenboim por ejemplo. Si me dice sin embargo que quiere sentir toda la emoción del Andante y del Adagio, le diré, Barenboim es la última versión que escogería -junto con la de Mund.
En resumen, no me compensan en absoluto los dos movimientos centrales las carencias básicas de los trascendentales movimientos extremos, lo cual la convierte en mi peor Novena, pero a la hora de asociarle un número no la suspendo pues soy consciente de que para muchos son los movimientos centrales los que más peso tienen. Así para muchos es el Rondo-Burleske la parte no sólo más emotiva sino la más relevante de la obra a la vez que la más exigente para orquesta y director. Siendo objetivo tengo que tener ese planteamiento en cuenta a la hora de puntuar.
Un ejemplo cutre que espero que no deje dudas: imagínate que fuese probador de una revista de coches y que fuese un obseso de los coches automáticos -a los que considero superiores en comodidad, prestaciones, etc- , hasta el punto que nunca, ni loco, me compraría un coche que no fuese automático... pero, ¿Voy por ello a suspender en las críticas a los coches que no lo sean? No, la ansiada objetividad me obliga a aparcar mis preferencias personales e intentar hacer una valoración lo más global y válida posible que realmente pueda servir de recomendación general.
Psanquin- administrador
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
¡¡Cómo te pasas Psanquin, mira que dejar al del Río sin dormir!! Eso no se hace, malo, malo, malo. (y como siempre, la culpa es de Barenboim)
Invitado- Invitado
Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Perfectamente comprendido Psanquin. Haces una crítica super-objetiva de la versión, pero en el fondo no tienes afinidad alguna con esa versión en concreto. Es normal, a mí también me pasa, puedo valorar una versión mejor que otra pero tener más afinidad por la peor calificada.
Que alivio leerte... has librado al mundo de un nuevo ladrillo
Ahora bien, apostaría lo que fuese, pues estoy seguro que si hicieses una 'cata ciega' de las 70 versiones que dispones, seguro, seguro que la versión de Barenboim no la pondrías en el número 69 dentro de tus afinidades.
He revisado la lista y hay dos Novenas que considero "peores" o que me gustan menos o por las que soy menos afín o como haya que decir La de Horenstein con la American Symphony Orchestra y la de Rosbaud con lo que Danny sube dos puestos
Entiendo que te refieres a una cata de la obra completa pero claro esa es una cata imposible. De poder hacerse no digo que repitiese ese puesto pues con tantas versiones el orden se podría intercambiar fácilmente, pero sí estoy convencido de que figuraría en la zona baja de la lista.
Estoy convencido de que por el mero hecho de llamarse Barenboim condiciona esa decisión. ¿Cuál es motivo de esa fobia?...
Tu mensaje ha ido en crescendo. Para nada fobia hacia Barenboim a quien considero un genio de la música. Si cuando estuvo Robertino aquí lo defendimos Maga y yo a capa y espada. Hasta creo que cuando casi nos vamos al pradooo, pablooo, era discutiendo de Barenboim.
A su Séptima y a su Canción de la Tierra por ejemplo le doy una nota algo mejor, a las dos un 7 y a la Quinta de Chicago un 8, pero en general su Mahler no está pasando a la historia; ha llegado tarde y mal a Mahler y eso se nota en sus grabaciones.
Son por supuesto opiniones personales pero que creo que no desentonan con la opinión general que el mundo mahleriano tiene de su Mahler. Arteaga por ejemplo le da un **(*) a 7ª y 9ª y un *** a la Quinta y sólo ** a DLVDE lo cual no es un buen bagaje.
Psanquin- administrador
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Comento un par de mis recientes escuchas mahlerianas; aprovechando el descuento de la tienda de Diverdi en el Auditorio Nacional me hice con un par de grabaciones que me faltaban del sello a la que añado en esta escucha otra Canción de la Tierra, con Janet Baker, que tenía desde Navidades pendiente de escuchar. De momento comento estas dos canciones de la tierra.
La relativamente conocida Canción de la Tierra de Jascha Horenstein de 1972 con Alfreda Hodgson, John Mitchinson y la BBC Northern Symphonia ha sido para mi un fascinante descubrimiento. Lo mejor que puedo decir de ella es que es una fantástica prueba de que cuando hay una gran batuta por medio las limitaciones orquestales y de toma de sonido pasan a un segundo plano. Aunque como el propio Horenstein comenta en una breve entrevista recogida al final del CD era la primera ocasión en que la orquesta se enfrentaba a la obra, los músicos dispusieron de un buen número de sesiones de ensayo, inusitadas en la actualidad. Aun así en lo orquestal no deja de ser una lectura irregular con cuerda y metales poco empastados, en ocasiones hasta estridentes. Tampoco la toma de sonido ayuda excesivamente; hasta el punto que puede que el reparo a la orquesta sea en ocasiones realmente debido a la toma de sonido. Así en los solos del concertino se observa similar distorsión que sin duda no debida al propio instrumentista.
Pero todo esto, como digo, pasa a un segundo plano ante la dirección de Horenstein que le confiere a cada frase de la obra vida propia. Horenstein exhibe tal control de las dinámicas, del ritmo y del tiempo que ya desde el primer compás infunde a la música una grandeza y vitalidad sobrecogedora. Horenstein caracteriza al más simple de los acordes de una forma que sólo en las grandes versiones se encuentra. La contención es la palabra que define a esta versión: este refinamiento, este recrearse en la partitura, sólo se puede conseguir a un tiempo lento que maneja perfectamente, confiriendo una grandeza al discurso que nunca se resiente. Y es que estamos ante una de las más lentas de la discografía.
El canto báquico de la desolación de la tierra, aparte de los aspectos citados es realzado por la voz de John Mitchinson -Dr.Marianus en la Octava de Bernstein de CBS- en aquella época recién entrado en la cuarentena. Mitchinson maneja con gran versatilidad su voz recia, bien desgarradora, bien lírica, en función de los requisitos del texto . Su timbre resulta casi baritonil en algún pasaje como por ejemplo el “Wenn der Kummer näht”. En este primer Lied su voz y el doblemente refinado e incisivo acompañamiento orquestal se concitan para recrear una interpretación excelente. En lo orquestal debo aclarar que la contención citada no se traduce en una falta de carácter. Un ejemplo es el ataque orquestal al inicio del interludio que precede al Das Firmament blaut ewig o el ritornello final.
La contralto Alfreda Hodgson en el Solitario en otoño nos deleita con su voz oscura y profunda. Únicamente una dicción muy mejorable le distancia de sus ilustres colegas como Ferrier, Ludwig, Forrester, Baker y más recientemente Fassbaender. Una vez más el punto fuerte recae en Horenstein. El inicio del movimiento en el que la cuerda matiza la melodía de tal forma que parece querer sumergirnos en la otoñal neblina es sensacional. Por cierto, me vino a la cabeza la 2ª de Sibelius, algo que ninguna versión me había evocado. Pero todo el acompañamiento orquestal es una delicia por su densidad y riqueza tímbrica.
Es curioso, y por otra parte de lamentar como a partir de estos dos primeros Lieder la versión va a menos. Así en el tercer número la voz de Mitchinson resulta ligeramente algo áspera. Horenstein por otra parte nos ofrece la lectura más contenida y nostálgica que recuerdo haber escuchado. También es de señalar el curioso ralentando que introduce justo antes de la recapitulación.
En el 4º Lied nuevamente la introducción resulta excesivamente laxa y el clímax central por cualquiera de las razones citadas en un principio (toma de sonido o condiciones acústicas) resulta algo disonante. La contención de Horenstein es ya exageradísima en el 5º Lied. Desde luego un tiempo tan dilatado facilita la labor del tenor, quien por otra parte se muestra cómodo en los terribles agudos. El planteamiento tan atípico de Horenstein supongo que provocará reacciones de todo tipo. Personalmente me parece interesante pero cuesta creer que sea esta la idea que Mahler buscaba.
Y ya finalmente el Abschied que es tal vez por desgracia el movimiento más convencional de los seis. La introducción orquestal es realmente decepcionante; simplemente fallida. Pero no es una casualidad. A lo largo de todo el movimiento la orquesta ha dejado de imprimir ese carácter que comentaba anteriormente. Así en los diálogos de flauta primero y oboe posteriormente ambos instrumentistas se muestran bastante poco inspirados. La orquesta en su conjunto hace una lectura directa, seca, pobre en matices incluso en ocasiones brusca. De hecho ni rastro de la contención citada hasta la llegada al Interludio que Horenstein dirige con gran languidez, sin aspavientos. A partir de este momento la lectura mejora, en parte por que el protagonismo corresponde ya a una Alfreda Hodgson inspiradísima.
En resumen una versión que va de más a menos mejorable en muchos aspectos pero que merece ser apreciada por la impronta única de Horenstein y la calidad de sus solistas.
El Das Lied von der Erde de que dirige un atípico navegante en aguas mahlerianas, Raymond Leppard cuenta nuevamente con la voz de Mitchinson y en el papel femenino ni más ni menos que Janet Baker que afortunadamente nos ha dejado varios interesantes registros de la obra.
En lo orquestal mundos opuestos al de Horenstein; el inicio es vertiginosos, intenso, exuberante. La voz de Mitchinson, aunque sólo han transcurrido unos pocos años resulta menos heroico y atractiva, y en algunas frases es apreciable un vibrato excesivo. Podríamos definirla como una versión más ligera, optimista del Lied; por ejemplo con un interludio mucho mas naïf. Pero no por ello los clímax carecen de garra. La orquesta que empieza titubeante va mejorando a lo largo del Lied.
El segundo Lied está enfocado desde una cierta indolencia, no sé si buscada por el director o tal vez resultado de la discreta caracterización de los músicos. La voz de Baker por supuesto no tan profunda como muchas ilustres contraltos que han grabado la obra pero de una musicalidad y una sutileza fascinante. La levedad de Leppard se manifiesta en frases claves como “Mein Herz ist müde” En resumen lied atractivo por la sutil Baker y cuando menos curioso por el enfoque nihilista del director.
El número tres más discreto; el timbre de Mitchinson aquí no me acaba de encajar. Y los tiempos de Leppard son un tanto caprichosos. En el número IV gran acierto la infrecuente contención que aplica Leppard en el clímax. Baker sortea correctamente las dificultades del pasaje aunque son evidentes algunos problemas en los agudos. En el V como Horenstein nos encontramos con contención por no decir reticencia en lo orquestal. Mitchinson muy cómodo ofrece una lección de refinamiento que culmina con una inesperada energía en el recital de agudos final.
Decepcionante el incio del Abschied, con los músicos no entrando a tiempo. No va a ser un incidente aislado sino va a definir a la interpretación. En las primeras páginas, desde el podio Leppard ofrece una lectura directa, no especialmente evocadora o sugerente. Sin embargo Janet Baker a pesar de carecer de la profundidad necesaria ofrece una visión muy emotiva. A partir del interludio orquestal lento y sugerente la versión gana en impacto, en gran medida gracias a una Baker extraordinaria que por si sola convierte esta versión en un CD para disfrutar.
La relativamente conocida Canción de la Tierra de Jascha Horenstein de 1972 con Alfreda Hodgson, John Mitchinson y la BBC Northern Symphonia ha sido para mi un fascinante descubrimiento. Lo mejor que puedo decir de ella es que es una fantástica prueba de que cuando hay una gran batuta por medio las limitaciones orquestales y de toma de sonido pasan a un segundo plano. Aunque como el propio Horenstein comenta en una breve entrevista recogida al final del CD era la primera ocasión en que la orquesta se enfrentaba a la obra, los músicos dispusieron de un buen número de sesiones de ensayo, inusitadas en la actualidad. Aun así en lo orquestal no deja de ser una lectura irregular con cuerda y metales poco empastados, en ocasiones hasta estridentes. Tampoco la toma de sonido ayuda excesivamente; hasta el punto que puede que el reparo a la orquesta sea en ocasiones realmente debido a la toma de sonido. Así en los solos del concertino se observa similar distorsión que sin duda no debida al propio instrumentista.
Pero todo esto, como digo, pasa a un segundo plano ante la dirección de Horenstein que le confiere a cada frase de la obra vida propia. Horenstein exhibe tal control de las dinámicas, del ritmo y del tiempo que ya desde el primer compás infunde a la música una grandeza y vitalidad sobrecogedora. Horenstein caracteriza al más simple de los acordes de una forma que sólo en las grandes versiones se encuentra. La contención es la palabra que define a esta versión: este refinamiento, este recrearse en la partitura, sólo se puede conseguir a un tiempo lento que maneja perfectamente, confiriendo una grandeza al discurso que nunca se resiente. Y es que estamos ante una de las más lentas de la discografía.
El canto báquico de la desolación de la tierra, aparte de los aspectos citados es realzado por la voz de John Mitchinson -Dr.Marianus en la Octava de Bernstein de CBS- en aquella época recién entrado en la cuarentena. Mitchinson maneja con gran versatilidad su voz recia, bien desgarradora, bien lírica, en función de los requisitos del texto . Su timbre resulta casi baritonil en algún pasaje como por ejemplo el “Wenn der Kummer näht”. En este primer Lied su voz y el doblemente refinado e incisivo acompañamiento orquestal se concitan para recrear una interpretación excelente. En lo orquestal debo aclarar que la contención citada no se traduce en una falta de carácter. Un ejemplo es el ataque orquestal al inicio del interludio que precede al Das Firmament blaut ewig o el ritornello final.
La contralto Alfreda Hodgson en el Solitario en otoño nos deleita con su voz oscura y profunda. Únicamente una dicción muy mejorable le distancia de sus ilustres colegas como Ferrier, Ludwig, Forrester, Baker y más recientemente Fassbaender. Una vez más el punto fuerte recae en Horenstein. El inicio del movimiento en el que la cuerda matiza la melodía de tal forma que parece querer sumergirnos en la otoñal neblina es sensacional. Por cierto, me vino a la cabeza la 2ª de Sibelius, algo que ninguna versión me había evocado. Pero todo el acompañamiento orquestal es una delicia por su densidad y riqueza tímbrica.
Es curioso, y por otra parte de lamentar como a partir de estos dos primeros Lieder la versión va a menos. Así en el tercer número la voz de Mitchinson resulta ligeramente algo áspera. Horenstein por otra parte nos ofrece la lectura más contenida y nostálgica que recuerdo haber escuchado. También es de señalar el curioso ralentando que introduce justo antes de la recapitulación.
En el 4º Lied nuevamente la introducción resulta excesivamente laxa y el clímax central por cualquiera de las razones citadas en un principio (toma de sonido o condiciones acústicas) resulta algo disonante. La contención de Horenstein es ya exageradísima en el 5º Lied. Desde luego un tiempo tan dilatado facilita la labor del tenor, quien por otra parte se muestra cómodo en los terribles agudos. El planteamiento tan atípico de Horenstein supongo que provocará reacciones de todo tipo. Personalmente me parece interesante pero cuesta creer que sea esta la idea que Mahler buscaba.
Y ya finalmente el Abschied que es tal vez por desgracia el movimiento más convencional de los seis. La introducción orquestal es realmente decepcionante; simplemente fallida. Pero no es una casualidad. A lo largo de todo el movimiento la orquesta ha dejado de imprimir ese carácter que comentaba anteriormente. Así en los diálogos de flauta primero y oboe posteriormente ambos instrumentistas se muestran bastante poco inspirados. La orquesta en su conjunto hace una lectura directa, seca, pobre en matices incluso en ocasiones brusca. De hecho ni rastro de la contención citada hasta la llegada al Interludio que Horenstein dirige con gran languidez, sin aspavientos. A partir de este momento la lectura mejora, en parte por que el protagonismo corresponde ya a una Alfreda Hodgson inspiradísima.
En resumen una versión que va de más a menos mejorable en muchos aspectos pero que merece ser apreciada por la impronta única de Horenstein y la calidad de sus solistas.
El Das Lied von der Erde de que dirige un atípico navegante en aguas mahlerianas, Raymond Leppard cuenta nuevamente con la voz de Mitchinson y en el papel femenino ni más ni menos que Janet Baker que afortunadamente nos ha dejado varios interesantes registros de la obra.
En lo orquestal mundos opuestos al de Horenstein; el inicio es vertiginosos, intenso, exuberante. La voz de Mitchinson, aunque sólo han transcurrido unos pocos años resulta menos heroico y atractiva, y en algunas frases es apreciable un vibrato excesivo. Podríamos definirla como una versión más ligera, optimista del Lied; por ejemplo con un interludio mucho mas naïf. Pero no por ello los clímax carecen de garra. La orquesta que empieza titubeante va mejorando a lo largo del Lied.
El segundo Lied está enfocado desde una cierta indolencia, no sé si buscada por el director o tal vez resultado de la discreta caracterización de los músicos. La voz de Baker por supuesto no tan profunda como muchas ilustres contraltos que han grabado la obra pero de una musicalidad y una sutileza fascinante. La levedad de Leppard se manifiesta en frases claves como “Mein Herz ist müde” En resumen lied atractivo por la sutil Baker y cuando menos curioso por el enfoque nihilista del director.
El número tres más discreto; el timbre de Mitchinson aquí no me acaba de encajar. Y los tiempos de Leppard son un tanto caprichosos. En el número IV gran acierto la infrecuente contención que aplica Leppard en el clímax. Baker sortea correctamente las dificultades del pasaje aunque son evidentes algunos problemas en los agudos. En el V como Horenstein nos encontramos con contención por no decir reticencia en lo orquestal. Mitchinson muy cómodo ofrece una lección de refinamiento que culmina con una inesperada energía en el recital de agudos final.
Decepcionante el incio del Abschied, con los músicos no entrando a tiempo. No va a ser un incidente aislado sino va a definir a la interpretación. En las primeras páginas, desde el podio Leppard ofrece una lectura directa, no especialmente evocadora o sugerente. Sin embargo Janet Baker a pesar de carecer de la profundidad necesaria ofrece una visión muy emotiva. A partir del interludio orquestal lento y sugerente la versión gana en impacto, en gran medida gracias a una Baker extraordinaria que por si sola convierte esta versión en un CD para disfrutar.
Última edición por Psanquin el 1/10/2009, 11:06, editado 1 vez
Psanquin- administrador
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
¡¡Qué bien te sientan las vacaciones Psanquin!! Estas que lo bordas
Ahora lo que no entiendo, es como un mahleriano de pro como tú, ha podido vivir tanto tiempo sin conocer la versión de "Das Lied" de Horenstein; como siempre difiero en gran parte de tus comentarios-¡¡qué raro!!-y precisamente ahora estaba escuchando esas "imperfecciones" me cuesta aislaras, del todo, quizás tiene demasiada atmosfera-extramusical para mi, ya que es uno de los discos que siempre me he llevado cuando he trabajado fuera, esta y el "Winterreise" de Hotter/Moore-EMI, han sido mis compañeros durante largos días, meses, años, fuera de casa.
La de Leppard no la conozco, y la verdad se me hace raro asociarlo a este repertorio, pero tiene buena pinta.
Invitado- Invitado
Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Sí, sabía de tu adoración por este DLVDE que de hecho habías marcado como Excepcional en su día. Sin embargo hasta que ha salido en BBC Legends nunca se había cruzado en mi camino esta mítica grabación para mi desde ahora la considero obligada en una buena discografía mahleriana pero sin embargo no de mis primeras recomendaciones en esta obraRobertino Bergamasco escribió:Ahora lo que no entiendo, es como un mahleriano de pro como tú, ha podido vivir tanto tiempo sin conocer la versión de "Das Lied" de Horenstein; como siempre difiero en gran parte de tus comentarios-¡¡qué raro!!-y precisamente ahora estaba escuchando esas "imperfecciones" me cuesta aislaras, del todo, quizás tiene demasiada atmosfera-extramusical para mi, ya que es uno de los discos que siempre me he llevado cuando he trabajado fuera, esta y el "Winterreise" de Hotter/Moore-EMI, han sido mis compañeros durante largos días, meses, años, fuera de casa.
La de Leppard no la conozco, y la verdad se me hace raro asociarlo a este repertorio, pero tiene buena pinta.
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Del poco Mahler que he podido escuchar últimamente comento esta grabación de la Octava de Fedoseyev que había conseguido en el Musik Hug. Forma parte del ciclo incompleto que ha grabado el director ruso: 1ª, 2ª, 5ª, 6ª, 8ª y 9ª con la Orquesta Sinfónica Tchaikovsky de Radio Moscú. Curiosamente y por increíble que parezca la discografía de Mouret no incluye este CD.
Sólo conocía la Segunda del ciclo; me temo que una de las peores Segundas que nunca he escuchado; por no decir la peor. Pero bueno, la Octava es mi debilidad y hay tan pocas grabadas que me animé a darle una segunda oportunidad a este ciclo de Relief.
Fue grabada el 2005, corresponde a un concierto en vivo, sin trampa ni cartón con no poco ruido de fondo, incluso en ocasiones parece venir de los propios intérpretes, y las voces de los solistas muy reverberantes, pero sin llegar a ser esto molesto. Aunque no es lo ideal le confiere a las voces un impacto de, exagerando un poco, ultratumba. La toma de sonido es correcta, justita, no desde luego para disfrutar los matices de la partitura pero sí para disfrutar la obra sin limitaciones. Curiosamente no se da ningún dato acerca de la cantante que interpreta la Mater Gloriosa, podría ser una solista del coro.
Unas cuantas imperfecciones por tanto pero comprensibles dada la magnitud de montar una Octava y más en un país como Rusia, donde no se interpretó una Octava hasta 1998, ya en los albores del período soviético.
En cuanto a la interpretación las dos partes son como la cara y la cruz. La primera fue una auténtica sorpresa. Conociendo la Segunda de Fedoseyev, ya digo, para llorar, me esperaba algo parecido, y la realidad fue justo lo contrario. Una interpretación excelente, lúcida, plena de inspiración que me emocionó de principio a fin. Si coros y orquesta estuviesen algo más refinados sería uno de mis mejores Veni creators. Los solistas están sin embargo a un gran nivel en esta primera parte. Aunque desconocidos -salvo Peter Lika, bajo de la segunda Octava de Gielen- resultan en general mucho más idiomáticos de lo que es habitual en estas voces del este. No sólo eso, exhiben, especialmente las solistas femeninas una excelente técnica y musicalidad.
Como era de esperar el tiempo de Fedoseyev vivo de principio a fin, sin apenas reposar el discurso lo cual hace que se resientan los pasajes más meditativos como el virtutem perpedi y el Disolve litis vincula, pero no hasta el punto de rechazar la interpretación. Lo mejor sin duda el Accende lumen sensibus, con una espectacular pausa y una cataclísmica lectura que no impide que en la reexposición al veni creator Fedoseyev maneje perfectamente el tiempo y la dinámica para convertirla en un momento apoteósico. El Gloria es también recreado con gran lucidez; brillante los estratosféricos agudos de las dos sopranos y una vez más Fedoseyev no deja que la intensidad que imprime al discurso degenere en circense.
La segunda parte es sin embargo la otra cara de la moneda. Estamos ante la que probablemente es la segunda Parte más vertiginosa de la discografía. Aunque marca 45’50” minutos el CD, restando los aplausos el movimiento se queda en 44’55”. Increíble pero cierto. Al lado de Fedoseyev los correcaminos Solti o Jarvi son unos pachorrentos de cuidado. Aunque el dato numérico no es ni mucho menos prueba de nada, cuando es tan extremo suele ser relevante de lo que es la interpretación, y así es en este caso. Es cierto que la sensación es en absoluto de atropellamiento, pero el problema radica en que si en el primer movimiento sólo en un par de pasajes echábamos en falta un punto de moderación, aquí esa sensación se extiende de principio a fin. Donde todos los directores se recrean en la sensualidad por no decir voluptuosidad de la música Fedoseyev parece tener otro tipo de imagen en la cabeza, probablemente más mundana, tal vez coger la última línea de metro. Y es curioso por que la primera parte más proclive al desenfreno, siendo rápida, es llevada con una cierta elegancia. En esta vuelta rápida de segunda parte esos mismos solistas que agradaron en la primera parte aquí se muestran más falibles, menos redondos. Una poenitentium convierte su intervención en un lamento demasiado crispado, la angelical Mater gloriosa vuela bajo y en cuanto al Pater Ecstaticus y el Pater Profundus sí disfrutan de un acompañamiento orquestal algo más cómplice con sus difíciles intervenciones. El tenor Algis Yanutas exhibe una voz lírica, en las antípodas del tenor heroico, atractiva, aunque de pronunciación poco inteligible. El resultado es correcto pero se intuye que en circunstancias mejores podría ser un interesante Dr.Marianus. Los coros y orquesta al nivel de la primera parte pero sin posibilidad de deslumbrar.
Asombroso de todos modos que a pesar pesares citados la interpretación aun se sostiene en parte, o al menos no llega a las alturas de la Segunda citada... salvo en la coda orquestal final en la que Fedoseyev sí que saca lo peor de su batuta, ofreciéndonos un terrible ejemplo de cómo los directores soviéticos caen en interpretar a Mahler como si fuese el Shostakovich más circense. De antología del disparate musical el apoteósico cierre de la obra.
Gracias a Robertino he escuchado esta Primera de Haitink que me copió -en su edición original, no he encontrado foto- junto con Cuarta y Séptima fruto de su arrebato por el Mahler aséptico que le dio en su última visita madrileña. De momento he escuchado la Primera y la verdad es que no me queda más remedio que caer en el tópico. Y bien que lo siento pues no coincido con el calificativo. Ni una mala palabra ni una buena acción; es una lectura extramadamente correcta; todo en su sitio, muy bien colocadito pero me temo que algo plano. La orquesta a un gran nivel claro, pero sin deslumbar en ningún momento, ni en los más intensos, parece contagiada desde el podio. Sólo el tercer movimiento me resulta flojo, desentonando del clima general de corrección, lo cual no sorprende pues es el que menos encaja con tanta compostura.
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
¿Entonces, a raiz de la escucha de esta grabación, se podría llegar a la conclusión de que Fedoseyev no tiene el lóbulo derecho desarrollado? ¿Qué lóbulo tiene más desarrollado Haitink?
Gracias por la reseña, Psanqy
Gracias por la reseña, Psanqy
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Re: ¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...
Robertino Bergamasco escribió:¿Entonces, a raiz de la escucha de esta grabación, se podría llegar a la conclusión de que Fedoseyev no tiene el lóbulo derecho desarrollado? ¿Qué lóbulo tiene más desarrollado Haitink?
Gracias por la reseña, Psanqy
No sé el lóbulo pero Fedoseyev claramente perdía el metro
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