¿QUÉ ESTAMOS ESCUCHANDO? ...

Psanquin escribió:

el pobre, parece una momia egipcia despojada de sus vendas mortuorias

Tengo ganas de hacerme con el original de su 9ª con Lucerna

Como supondrás aún no. Aunque no inmediatamente, pronto lo haré. Es una sinfonía, que como ya sabes, me resulta complicada, aunque la de salonen me liberó de gran parte de esa complicación. Aún así me sigue pareciendo una sinfonía specialmente dura. La misma impresión que me causó en su momento la pasión según San Mateo de Bach y Tristán e Isolda. Son unas obras que expresan un dolor tan tremendo y unos sentimientos tan profundos que me afectan mucho al escucharlas.

Hola Jose! Sí, sí que lo es, durísima. Justo anoche volvía a ver el DVD de Abbado en Lucerna; extraordinaria versión, pero muy especialmente en el sobrecogedor Adagio final -toda una experiencia religiosa su audición, incluso a la una y media de la mañana con los párpados cayéndose.

Afortunadamente hay muchas Novenas grabadas magníficas pero en este caso el añadido de la imagen multiplica ese impacto que tan bien describes. Da gusto ver a la orquesta de Lucerna en acción pues aparte de unos solistas de lujo. el núcleo de la orquesta, los músicos de la MCO, tocan con una compenetración y entrega que es un rara avis. Vaya cuerda en el Adagio final, ya no sólo impacta escucharlos sino también verlos. Y por supuesto la emoción que transmite la figura de Abbado es otro valor añadido de la imagen. Por cierto, entre los solistas de campanillas un honubense, Lucas Macías, que en la actualidad es oboe principal en el Concertgebouw. Alucinante, vivir para ver, que mérito. Esa es la gente que debería salir en los periódicos y en la tele cada día y no los tuercebotas de turno por no hablar de la tele basura.

Pero esta Novena de Haitink es también pata negra. Ya en su día coincidí con Moreno. A ver si subo mis notas esta semana que lo había prometido. No me gusta recomendar versiones, pero éste es de los pocos CDs de estos últimos años que recomiendo sin ningún tipo de temor. Y no significa que sea mi CD favorito de estos años pero sí que por sus cualidades veo que es raro que decepcione a alguien.

Psanquin escribió:

Novena de Abbado?

Certamente

Psanquin escribió:

Con lo buena que es esa Novena, Psanquin, ¡vaya foto has puesto de D. Claudio! ¿Qué te ha hecho, el pobre?

Un abrazo,

Es que resume muy bien el estado de ánimo en que me dejó el final de la obra, y mira que la habremos escuchado ya cientos de veces y sigue emocionando y conmocionando.

Pero a ver, creo que tengo alguna más en el movil.

Al final con mis notas sobre el CD he hecho una breve reseña que Manuel ha publicado en la web; aquí están (click en la imagen)

Mientras escribo estas líneas, están difundiendo por Unitel Classica la Séptima del Concertgebouw bajo Boulez (que se incluye en la recientemente lanzada intergral en DVD).

La 1ª Nachtmusik ha sonado a gloria pura (¡qué claridad de texturas, qué bien llevado el tempo!)... ...y el scherzo también está siendo fantástico (el punto exacto de phantasmagorie, sin caer en excesos ni vulgaridad...y el concertino ... wow )

Que bouleziano estoy hoy ....

Edito para añadir que la 2ª Nachtmusik también ha estado extraordinaria.
Al Rondò-finale quizás le faltó algo de "contundencia", algo de ese espíritu de preludio de Los Maestros Cantores que asocio con este movimiento, pero en cambio ha estado muy coherente con que lo ha precedidido... En una interpretación así, la Séptima desde liuego "makes sense", lo cual no siempre es el caso...

Interesante lo que cuentas Ritter, pues recuerdo que Ludovyk -quien presenció el concierto en directo- comentó que no había terminado de convencerle... Yo la vi posteriormente en televisión y me pareció interesante, pero sin llegar a encandilarme.

gustavo escribió:Interesante lo que cuentas Ritter, pues recuerdo que Ludovyk -quien presenció el concierto en directo- comentó que no había terminado de convencerle... Yo la vi posteriormente en televisión y me pareció interesante, pero sin llegar a encandilarme.

Bueno, ya sabes que con Boulez no puedo ser del todo imparcial (o, para ser más exactos, soy muuuuuy parcial )

En la última visita de Boulez a Madrid con la Sinfónica de Londres (sería el 2004) dirigió la Séptima, pero yo sólo fui al otro concierto que dieron (su Dérive 2 y la Consagración). Ahora me arrepiento , pero la verdad que ver a Boulez dirigir el Sacre tampoco estuvo nada mal.

En la última visita de Boulez a Madrid con la Sinfónica de Londres (sería el 2004) dirigió la Séptima

Aun recuerdo la crónica que había hecho Gandalf de ese concierto, era una especie de original epístola a Boulez, lástima que se perdiese en el antiguo clasiforo...
En algún Itercambios había colgado esto en su día -la grabación no va muy allá- es la Séptima de Boulez, unos días antes en Londres, correspondiente a esa gira que comentas Ritter. Con GRAN pifia incluida al inicio... ya me imagino la mirada de don Pierre...


Gustav Mahler
Sinfonía Nº 7

London Symphony Orchestra
Pierre Boulez

13/X/2004
https://rapidshare.com/#!download|709p8|808131603|MAHLER7-BOULEZ-LSO%20%282004%29.rar|424165|0|0

Robertino Bergamasco escribió:

Gustav Mahler
Sinfonía Nº 7

London Symphony Orchestra
Pierre Boulez

13/X/2004
https://rapidshare.com/#!download|709p8|808131603|MAHLER7-BOULEZ-LSO%20%282004%29.rar|424165|0|0

Gracias, Robertino.....a ver si me familiarizo con esto de rapidshare, que nunca he usado

Es muy sencillo...

Moreno escribió:Una última cosa, visto que este foro dentro de no mucho pasará a llamarse algo así como "Todo Boulez", o "Solo Boulez", o "Mahler sin Boulez no es Mahler"...

Empezando a escuchar ahora, back-to-back, todo esto:








Cuando acabe (¿mañana hacia mediodía?), abro el hilo correspondiente comentando cada grabación en detalle.... ¡No descoectéis vuestros ordenadores!

Ritter escribió:Cuando acabe (¿mañana hacia mediodía?), abro el hilo correspondiente comentando cada grabación en detalle.... ¡No descoectéis vuestros ordenadores!

Estoooo, hombre, Ritter, no exageremos, no creo que alguien sea capaz de escuchar esa Canción de la Tierra sin quedarse o la Novena

No te olvides del Red Bull entre escucha y escucha.

Perdón si os defraudo pero fue escuchar un par de compases del Wie ein Naturlaut, y sentir tanta emoción, quedarme embelesado ante tanta perfección, detectar tantas alusiones a 1.000 años de evolución de la música occidental en esta interpretación de Boulez , sentimientos que no podría ni soñar en plasmar coherentemente en palabras, que pospongo sine die mi titánico proyecto "todo Mahler-Boulez, sólo Mahler-Boulez" ...con la calurosa acogida que estoy seguro hubiera tenido ...pensaba además dedicar el hilo "a Moreno, in Freundschaft"

Me he puesto en cambio con la 2ª sonata para violín de Bartok con Capuçon y Buniatishvili, del álbum "Martha Argerich and friends, live from Lugano 2009"....de lo que he oído de estos álbumes de Lugano, son music-making del más alto nivel , y a precios de risa...muy, pero que muy recomendables...

Ritter escribió:Empezando a escuchar ahora, back-to-back, todo esto:








Cuando acabe (¿mañana hacia mediodía?), abro el hilo correspondiente comentando cada grabación en detalle.... ¡No descoectéis vuestros ordenadores!

Por unos segundos pensé que hablabas en serio Ritter ¡Qué pena! Hubiese sido una experiencia fabulosa. Algún día la haré, vídeos incluidos

La exclusión del CD de la Octava de la BBC ¿ha sido intencionada?

Psanquin escribió:Por unos segundos pensé que hablabas en serio Ritter ¡Qué pena! Hubiese sido una experiencia fabulosa. Algún día la haré, vídeos incluidos

Psan, ten cuidado que te puede dar un síncope!

SINFONÍA Nº 1 / ROYAL CONCERTGEBOUW/ DANIEL HARDING

Es esta una versión un tanto peculiar en cuanto a su interpretación, muy poco, o casi nada mahleriana. Harding parece quedarse ensimismado ante la sonoridad de la orquesta holandesa, y cuando quiere darse cuenta ya es demasiado tarde, véase y escúchese por ejemplo el primer movimiento de la obra, cuando el director inglés quiere “arrancar” su desarrollo, ya está acabando. La introducción es toda una lección de puntillismo orquestal, que acaba resultando un tanto cargante.
El segundo movimiento queda algo forzado en sus manos, como si le costara o no le gustara rubatearlo o bailarlo, aun así le pone énfasis, pero el resultado final es un cúmulo de trompicones demasiado inconexos para conseguir cierta unidad.
La interpretación de la sinfonía mejora a partir del tercer movimiento, aquí sí, Harding consigue aproximarse a las sonoridades apropiadas, consigue plasmar –a su mudo- el misterio interior, la ironía… más discutible eso sí, es la utilización que hace de toda la sección de los contrabajos para exponer el tema principal, utilizando la última revisión de la Ed. Universal –que por otra parte no sigue al pie de la letra, puesto que en el último movimiento no refuerza el coral de las trompas- o la falta de mala leche en los momentos “kletzmer” del mismo.
El último movimiento después de un arranque un tanto prosaico y de cara a la galería, va progresando en intensidad, más conseguidas están las partes líricas -¡¡qué orquesta!!- con cierto toque acaramelado no del todo fuera de sitio; que las puramente arrebatadas o electrizantes, al final se le podría pedir un poco más de electricidad, no más que la que la propia obra pide.
De la realización decir que el primer movimiento está casi centrado en esas caras imposibles, al borde del estreñimiento del propio Harding, donde sería más agradable ver las panorámicas de la sala, o simplemente lo que está sonando; a parte de este “pero” muy digna realización.

¡Gracias por la reseña, Robertino! Muy interesante y útil...

One down, ten to go...

A mí la versión de Harding no me dice gran cosa, la verdad, y eso que dispone de una de las mejores orquestas del mundo... Qué lástima!

Mariss Jansons/RCO/(Marzo 2011) Es difícil abstraerse, o distanciarse de la interpretación de esta sinfonía, no ya por la obra, ni por la sala, ni por los intérpretes; aunque claro, obviamente todo en mayor o menor medida influye; lo difícil –en mi caso imposible- es distanciarse de las vivencias que pasan por la cabeza en el momento, del sentir físico de la música, por mucho que uno quiera rememorarlo no va a dejar de ser un recuerdo en el fondo de uno mismo, personal e intrasferible, hasta cierto punto, ¿es conveniente remover esos recuerdos?, en el fondo ¿para qué?, de todas formas ahí están.
Cuando he escuchado enlatada alguna interpretación a la que haya asistido, he acabado casi siempre decepcionado –seguramente no por la interpretación en sí- sino por lo que uno pueda esperar de ella -¿idealización?- el sentir físico no es el mismo, ya hay más de un intermediario entre el yo y la música.
No voy a negar la esta versión en Blu-ray y en su día retransmisión televisiva no acabó de convencerme, no era lo mismo, era un sucedáneo de lo allí escuchado… de lo allí vivido, van ya cuatro veces que la he visto y no acaba de encajar en el recuerdo, así que mejor no seguir forzando; aunque de las tres escuchadas es la mejor parada.
Jansons aborda –en lo que nos ha llegado grabado- una Octava impetuosa en el Veni Creator, y un tanto despistada en el Fausto. Sobre el Veni Creator es imposible ponerle algún pero interpretación decidida, entusiasta, avasalladora que mantiene a uno siempre al borde del sillón –como sí, tiramos de recuerdos, mantenía en la sala al borde de la butaca- ante ese poderío orquesta, aplastante, capaz de la mayor sutileza y lirismo, a la exaltación eufórica, no cabe más que quitarse el sombrero, aunque lo mismo se podría decir de la batuta de claridad de ideas envidiables hoy en día: irresistible el Qui Paraclitus diceris sutilísimo el Infirma nostris corporis, de un carácter religioso casi oratorial, atronador, y casi asfixiante por su pausa sostenida el Accende lumen sensibus sísmica la rexposición del Veni Creator casi tempestuoso –como fenómeno atmosférico, o como la Francesca de Dante-, luminoso y decidido – y casi opresivo por lo vertiginoso- el Gloria final. Los solistas –que aquí brillan más en conjunto que en solitario- correcto, ciñéndose a casi los mismos adjetivos, consiguen pasando apuros llegar al final pese al tiempo –diabólico- que Jansons les propone sobretodo en los últimos compases; a destacar como no, las dos sopranos Christine Brewer y Camilla Nylund de técnicas pasmosas.
En el Fausto ya empiezan a notarse las costuras a la idea de Jansons, el director letón propone una visión demasiado explicativa, incluso –a mi modo de ver- haciendo uso en exceso del modo oratorial, recuerda más a la atea Misa Glagolítica que a otra cosa; podría aceptarse esa óptica ensimismada, pero quizás chirríe demasiado –y he aquí el problema- con el dramatismo que la imprimió a al Veni Creator. Jansons comienza el Adagio inicial demasiado dubitativamente –aunque quizás sea una música que se preste a ello- resultando a la larga evasiva -¿poco comprometida?- parece más un Adagio sinfónico de los de toda la vida, que la originalidad que Mahler propone. Soberbio el Coro de Anacoretas, poco apasionado el acompañamiento al Pater Ecstaticus –no así Tommi Hakala que convence-, poco rotundo el acompañamiento al Pater Profundus –Stefan Kocán cumple como tal, contagiándose quizás de cierta asepsia de la batuta- , soberbios los coros “angelicales” así como esta vez sí el acompañamiento a la Mulier Samaritana de Stephanie Blythe que está soberbia -¡¡qué voz!!- . Robert Dean Smith como Doctor Marianus también se deja arropar convincentemente, muy lírico y poco gruñidor, el breve Adagissimo peca de cierta cursilería, y de las dudas del Adagio inicial –una pena-. De aquí en adelante –quizás por la sucesión dramática- la cosa se empieza a levantar, aparece cierta unidad, como pero quizás la tirantez de María Espada como Mater Gloriosa –que vuelvo a tirar de recuerdos en la sala no lo pareció- el coro místico final, parece que habría que analizarlo por separado, quizás fuese lo más ensayado, donde Jansons vuelve a llevarnos a las cotas del final del Veni Creator, de una precisión, jovialidad, entrega, y como no misticismos impresionante, parece que quiere exprimirlo al máximo como si no quisiera que se acabase nunca, tremenda la sensación que causa, como si parase el tiempo. Como no, bonito broche a un movimiento-edificio, que se tambalea por momentos.
Los coros seleccionados, no muy numerosos en número, despliegan un sonido, y empaste como si fueran 1.000 personas, en la sala llenaban el Concertgebouw sin ensordecer, cuanto más el salón de mi casa. La realización digna, no es original, sino para la televisión, quizás el audio demasiado amortiguado en los solistas mayormente, pero con todo muy disfrutable. Resumiendo, Octava que no tiene nada –en parte- con lo allí vivido, no desbanca a la que para mi sigue siendo la mejor versión en imágenes: Tennstdet/LPO (EMI-DVD)




Gustavo Dudamel/LPO & SBSO/(Febrero 2012) Por otra parte otro cantar –y concepción- es la versión que firma Dudamel, versión que seguramente en vivo fue todo un hito viendo lo que se ve: emociones a flor de piel, efusividad de los solitas, llantos de los coritas, mucho entusiasmo en el público. Gran lástima es que no nos haya llegado en esa intensidad en la presente grabación, y es que hay un considerable handicap, la toma sonora está desproporcionada: el masivo coro (más de 1.000 coristas) tiene un primer plano –por otra parte obvio- desproporcionado con respecto a las orquestas, y más aún con los solistas, que curiosamente cuando estos cantan en solitario parece que lo estén haciendo desde el fondo del Teatro Teresa Carreño, y no desde la primera fila.
Intentando obviar esto, la interpretación se mueve por unos parámetros muy coherentes, Dudamel conoce a las dos orquestas e intenta controlar a los -¡¡13 coros!!- que tiene en frente, así que no se puede permitir ninguna originalidad cosa que a la larga se agradece, moldear esa ingente masa sonora ya le debió haber costado lo suyo. Peros importantes, todos los coros forman una misma masa, no hay diferenciación física entre Coro I y Coro II todos cantan desde el mismo lado –plataforma elevada en el fondo del escenario-, claro que dada la calidad de sonido tampoco es un problema, simplemente no se perciben; otro pero, es que no cuentan con un órgano de "verdad" y se tienen que conformar con los de llevar puesto, a la larga se acaba echando en falta esta carencia.
Los parámetros de la interpretación serían como queda indicados, coherentes. El Veni Creator no es tan volcánico como el de Jansons anteriormente mentado, quizás sea más impactante –visualmente hablando sobre todo, quizás sin las imágenes impactase menos- Dudamel no brilla en ninguna de las secciones, pero tampoco se hace rutinario, ni expeditivo; quizás lo más destacado sea el Accende lumen sensibus con un arranque vertiginoso, y con un Ac del coro de una perfección absoluta, increíble esa entrada. Dudamel intenta obviar toda “referencia” religiosa, no le suena muy oratorial, más bien orgánico, muy atento a los detalles. En los solistas hay de todo, desde la inconmensurable -¡¡qué recreación!!- Anna Larsson, al insuficiente, por no decir mediocre Burkhard Fritz. Las sopranos en esta parte se mueven a gusto sobretodo la para mi desconocida Julianna di Giacomo, y algo más tirante –y quizás poco empastada- Manuela Uhl, aun así solvente. Los coros obviamente no son profesionales, y el puro empaste –lease, coros ingleses, coro de la Sinfónica de Chicago- en ocasiones se hace imposible, pero es tal el arrojo con el que catan que es imposible resistirse.
En el Fausto, las cosas se mueven por los mismos derroteros, Dudamel intentando contener toda esa masa sonora -¿cómo sonaría una Octava suya en otras condiciones?-ofreciéndonos a su modo, de una forma didáctica la partitura. Quizás en esta parte se le podría pedir a la batuta, mayor inspiración, un toque de personalidad, un poco más de dramatismo y lirismo, pero parece casi imposible intentando hacer sonar todo lo que tiene delante, con llegar a buen puerto ya es más que suficiente.
Las voces aquí sí ponen algo de su parte, resultando así Brian Mulligan un Pater Ecstaticus muy interesante, aunque quizás un tanto verista; un Alexander Vinogradov un Pater Profundus no de demasiado volumen pero con un timbre muy particular e interesante, la Mater Gloriosa de Kiera Duffy deliciosa –muy interesante su aparición, no aparece cuando tiene que cantar, sino cuando el Doctor Marianus la cita por primera vez, efecto muy interesante, porque en el texto de Goethe ella ya está allí-, correcta sin más Charlotte Hellenkant, soberbia de nuevo en su intervención como Mulier Samaritana Anna Larson, Manuela Uhl se las ve más apuradas sobretodo en la parte final, no así una impávida Julianna Di Giacomo; eso sí, de nuevo muy insuficiente, rozando lo calamitoso el Doctor Marianus de Burkhard Fritz.
Los coros aquí no tan atados en corto muestran sus más y sus menos, algunas entradas antes de tiempo, algunos finales no acompasados, pero de nuevo su entrega -¡divina juventud!- es contagiosa.
La realización de Michael Beyer es todo lo correcta que esta pueda esperar, no desentona nada, ni sobra nada, ni falta nada, una visión muy práctica y artesana de la obra, más tampoco se puede pedir; bueno sí, haber mejorado la toma de sonido. Interesante el breve documental que complementa la interpretación, lástima que Dudamel tenga que abrir la boca, mejor que se dedique a dirigir, se le da bastante mejor.
En resumen, Octava poco original y personal, quizás demasiado estándar tratándose del director que la dirige, podría servir como versión iniciática hay de todo, y no falta de nada, visualmente dado el número de interpretes hace honor a su subrenombre, como en la gastronomía de apariencias, entra mejor por la vista, que por el oído en este caso.




Josep Pons/ONE/(Junio 2012) Obviamente no he escuchado la versión comercial porque aun no existe, me he ceñido a la grabación –por TDT- que ha pasado TVE. Para comentar esta interpretación tendría que remitirme a la introducción de la primera de estas tres Octavas aquí reunidas, así que abreviaré para no repetirme.
En este caso aquí habría que empezar hablando de las imágenes antes que de la música en sí, tanta es la pretenciosidad de las mismas que se hace casi protagonista, y es que es práticamente lo que consigue, que de su reinterpretación de la intepretación de un original forzarse a acabar recordándola, relegando al protagonista –la obra musical en sí- a un segundo plano. Esa estética de vidioclip popero quedará bien en su ámbito, no creo que en un concierto de este tipo de música resulte, esas secuencias de segundos, travelings, y demás parafernalia despistan más que concentran, luego obviamente está la estética –trasnochada por otra parte- con esas luces que en la sala hacían su función “decorativa” pero que en imágenes parecen un recuerdo de Studio 54 o de locales de carretera, me imagino que todo esto y más será cosa de konzept… que si los fundidos en negro, que si los mosaicos –no es el primero en utilizarlos ahí está el Napoleón de Abel Gancé- que si los planos de manos, y primeros planos –recuerda a las realizaciones francesas-, que si ese rodar en tinieblas…, efectismo a la larga, vacuo y gratuito. ¡Ah, pero es que si solo fuera eso!, la pose de snob queda bien, puede resultar, pero es que luego llega el cosmopaletismo made in Spain: errores de script flagrantes en la segunda parte, nombres propios alguno en su idioma original y otros traducidos al castellano, etc, etc… ¿y se supone que esto es una versión que se va a comercializar?
Ciñéndonos propiamente a la música, me pasa como con la versión del Concertgebouw cuanto más la escucho, menos me recuerda al original. Aquí encuentro a Pons muchísimo más contenido que el recuerdo que tengo del concierto en vivo, más controlado, menos exaltado -¿problema mío o de la grabación?
Pons con los mimbres que tiene hace lo que puede, con detalle se aprecian más los fallos pifias, y demás, aunque no por ello deja de ser una versión suficientemente digna para dar a conocer la obra, más allá obviamente no va o no puede ir. Al revés que a Jansons con el Concertgebouw a Pons se le da mucho mejor el Fausto que el Veni Creator, resultando este último algo encorsetado, sin vuelo, demasiado cuadriculado y lineal, todo demasiado medido, demasiado de libro, nada original, ninguna licencia, puro trámite. Los coros dignos, les pasa como a los de Dudamel, se notan más las carencias, sobre todo cuando tienen que cantar a capella; y en cuanto a los solistas en esta parte pues de todo hay, Manuela Uhl más tirante aun que unos meses antes en Venezuela, a Charlotte Hellenkant nadie la saca de su aséptica corrección, Michaela Kaune quizás fuera la mejor parada, Dean Griffey voz blanquecina, cumple pero no transmite.
En el Fausto ya hay más miga, todo parece tejido con coherencia, muy explicado, aunque quizás demasiado, aquí Pons se permite también alguna idea propia, sobre todo en las transiciones escénicas, a la orquesta también se le ve –lo que permite la realización- más compacta, dentro de lo que esta música pide. Toques dramáticos y líricos muy bien expuestos. En cuanto a los cantantes, Bo Skovhus realiza un Pater Ecstaticus tan bien cantado, como marciano en su concepción, Albert Dohmen como Pater Profundus hace lo que puede, tablas no le faltan pero la voz no tiene brillo, el Doctor Marianus de Anthony Dean Griffey muy bien cantado, aunque quizás algo inseguro en alguna de sus partes sobre todo en los pasajes agudos, a Zandra MacMaster le pasa como a Dohmen voz demasiado mermada ya, aun así interesante; quizás la Mater Gloriosa de Christine Karg sea la mejor de las tres escuchadas, tremendamente celestial, muy emocionante, Manuela Uhl tirante de nuevo, y muy despistada en la parte final; no así Michaela Kaune quizás la mejor del elenco. Los coros siguen estando muy controlados pero convencen, quizás lo peor parado en la grabación sea la escolanía muy desafinante y despistada, curioso como curiosidad comparar el comportamiento en el escenario por ejemplo de los niños holandeses, con los latinos, sobretodo en la esta retransmisión, parecen incómodos o cansados, y no dejan de moverse, poner muecas, hacer estiramientos; los holandeses guardan una disciplina casi prusiana.
En resumen versión digna, igual que la de Dudamel permite conocer la obra, pero que peca quizás de demasiado control, preferible escuchar sin imágenes, no aptas para todos los públicos.

Muy interesante tu crítica, Robertino. Sí, con respecto a la Octava de Amsterdam, no hay duda de que las sensaciones en vivo no se repiten tanto en la grabación. Sobre todo, esa magnífica acústica del Concertgebouw es una experiencia mística, imposible de reproducir aun con los mejores sistemas de grabación. Ya dijimos en su día los puntos negativos, sobre todo del lado de los solistas, fundamentalmente los masculinos. Parece que coinciden plenamente. A mí me sigue pareciendo una gran versión, pero claro soy parte interesada...