Lorin Maazel

Ya que en Intercambios se ha colgado un ciclo Maazel con Baviera, es una ocasión interesante para revisar cada una de estas grabaciones. Así, se da un poco de retroalimentación a estos regalos que a veces pasan dormir el sueño de los justos en los discos duros. Para que la cosa sea más amena, me he propuesto revisar las sinfonías de este ciclo de Munich (2002) con el que hiciera Maazel con la Filarmónica de Viena (1985). Me gusta Maazel en Mahler, así que acá les va. A ver si están de acuerdo.

Sinfonía 1
Filarmónica de Viena. Lorin Maazel (1985): 16:36 / 8:56 / 11:40 / 20:35 (57:54) en estudio
Sinfónica de la Radio de Baviera. Lorin Maazel (2002): 15:03 /8:26 / 10:43 / 19:10 (53:22) en vivo

Maazel enfrenta con tiempos más que cómodos su Titán vienesa. La grabación de 1985 es espaciosa y deja traslucir todo el lujo de la orquesta. Maazel no es particularmente imaginativo, la lentitud de su discurso le da ocasión para desgranar detalles amenos y deja que la cuerda frasee con una notable calidez. Lo malo es que su discurso carece de tensión en gran parte del primer movimiento y lo que es más grave, no logra crear el ambiente adecuado. Esto contrasta vivamente con la lectura de Munich, en donde Maazel a tiempo más vivo logra crear una atmósfera de romanticismo fantástico. Digamos, eso sí que cuando llega al clímax con Viena, esos cornos tremolantes son una gloria, mientras que los de Baviera se muestran más rudos e inexactos. En el segundo movimiento pasa algo similar, bastante más incisivo y rústico el de Baviera; es decir, mejor sin duda que los lujosos detalles del registro con Viena. En el tercero ninguna de las lecturas alcanza siquiera a rozar lo que son las referencias, pero es más amena la de Baviera. No obstante, no hay ironía ni alegoría de la tragedia grotesca. En el final, los vieneses se lucen y es lo mejor conseguido de esa lectura, pero creo que se muestra superior una vez más la lectura de 2002...

Maazel hace una lectura de lujo, bellísimamente sonada y grabada con la Filarmónica de Viena, pero la lectura con la Radio de Baviera es más viva, más intensa y con mayor clima mahleriano. Ninguna de estas lecturas remueve la discografía mahleriana, pero son ejemplos de un buen hacer Mahler con momentos muy bellos. Eso sí, la lectura con Radio Baviera merece un lugar entre las lecturas recientes mejor logradas.

Maazel es un músico de grandes dotes técnicas que a veces pone al servicio de la música. Su lectura de la Segunda con Viena es una de esas ocasiones. Versión de lujo en el mejor sentido de la expresión. Los Filarmónicos suenan de modo ideal y la batuta de Maazel pone unos énfasis irresistibles, marca ritmos, destaca timbales, colorea que da gusto y logra crear una sensación maravillosa de absoluta naturalidad con la partitura. Pocas veces oiremos ese primer movimiento mejor analizado y desgranado. Con Baviera la lectura sigue directrices similares, sacrifica eso sí calidad de toma sonora, pero agrega algo más de acidez y emotividad. En los movimientos segundo y tercero, Maazel sigue parámetros similares en sus dos lecturas, más viva la de Baviera y más analítica la con Viena. El Urlicht de la Norman es de una belleza superlativa, pero algo extraña al lenguaje mahleriano. En este sentido, la Vermillion cumple mejor su papel. En el final, Maazel emociona más con Baviera, pero su análisis vienés es tan exacto, tan bellamente sonado que solamente podemos calificarlo de ideal.
Se trata de dos lecturas que nos muestran al mejor Maazel. Me quedo con Viena por el desempeño colosal de la orquesta y por la lectura analítica y de aireado lirismo (para mí una de las referencias en esta partitura). Más directa la lectura con Baviera, merece una audición atenta.

Sinfonía 3
Agnes Baltsa, mezzosoprano, Niños Cantores de Viena, Coro de la Ópera de Viena, Orquesta Filarmónica de Viena, Lorin Maazel, director (1985): 37:52 / 11:42 / 18:28 / 9:21 / 4:20 / 29:51 (111:34), en estudio
Lioba Braun, mezzosoprano, Tölzer Knabenchor, Coro y Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, Lorin Maazel, director (2002): 37:30 / 11:0 6 / 18:00 / 8:50 / 4:26 / 25:03 (104:55), en vivo

Dos lecturas de extensión monumental (prácticamente las 2 horas la lectura en estudio, creo que la más lenta de la discografía). Impresionantes ambas. No sé por qué no se menciona a Maazel como uno de los grandes traductores de esta página. Ambas lecturas son similares en sus planteamientos generales, más hedonista la de Viena, más ácida y directa la de Baviera. Maazel realiza un análisis del primer movimiento que merece citarse a la hora de hablar de esta sinfonía. No solamente todo detalle es expuesto atentamente, sino que logra crear una atmósfera tensa a la vez que hace sonar la orquesta con una belleza inaudita. Maazel sabe enfatizar lo justo sin caer en manierismos. Es cierto que a veces da la sensación de frivolidad, pero todo es tan exacto en esta lectura que nos olvidamos del intérprete y nos podemos centrar en la magnífica partitura que oímos. Digamos que la lectura con Viena es un deleite auditivo, que la Baltsa está estupenda (mejor que la eficiente Braun) y que Maazel se muestra más humano en su final con Baviera, pero esa distancia, ese goce en frío que logra imprimirle a su lectura vienesa la hacen preferible, más personal.. como en los otros registros del ciclo Munich se presentan saltos en la edición, pero el sonido, en general, es bueno.

Sinfonía 4
Kathleen Battle, soprano / Filarmónica de Viena / Lorin Maazel, director (1983): 18:04 / 9:29 / 22:31 / 10:41 (60:57), en estudio
Digamos que es lamentable que la toma de sonido no sea la más adecuada: algo brumosa y con cierta carga hacia los bajos. Lamentable, porque la lectura de Maazel es de primerísimo nivel. El primer movimiento es analizado hasta en su más mínimo detalle, sin que por ello se vea carente de ambiente. En efecto, Maazel logra crear un clima de distanciado optimismo sin que su lectura llegue a la oscuridad de otros como Kondrashin o el primer Klemperer. Tampoco faltan los detalles sabrosos como las magníficas intervenciones del timbal o los golpes de la cuerda más crudos y sonoros que lo usual. Estas buenas virtudes se profundizan en un segundo movimiento sensacional (sinceramente creo que no lo he oído jamás mejor tocado -aunque reconozco que Boulez acá me entusiasma). Todo se oye con una convicción fuera de lo común: acá hay sarcasmo y belleza por partes iguales. En el tercero Maazel logra que la Filarmónica de Viena corra a su antojo con una cuerda que quita el aliento, sin que por ello el director no ponga de su parte. Lectura muy cuidada y de una profundidad a la cual Maazel no nos tiene acostumbrados. El final está dirigido de modo soberbio. Una lástima que la soprano sea la Battle. Lo que Maazel construye ella lo destruye con ese estilo tan espantosamente meloso. Para lecturas feéreicas, existen mejores voces o mejor dicho, mejores artistas. Pese a todo, creo que se trata de uno de los 10 mejores registros de la obra, así de sencillo.

Anne Schwanewilms, soprano / Sinfónica de la Radio de Baviera / Lorin Maazel, director (2002): 16:54 / 9:25 / 22:35 / 10:12 (59:06), en vivo.
Maazel se muestra acá más contrastado que en su lectura vienesa. De hecho el desarrollo de su primer movimiento es colosal. Maazel nos muestra que ha dramatizado su concepto, sin que ello se transforme en exterioridad o retórica. Habría que ir a Karajan (en vivo), a Chailly o Horenstein, para encontrar tal grado de densidad y seriedad. Me parece que su lectura ha mejorado. El segundo movimiento no logra alcanzar la cima de su lectura con Viena, aunque mantiene el mismo nivel virtuosístico, lo mismo le ocurre a su bellísimo Ruhevoll, realmente excelente, pero que no puede competir con la belleza del sonido de los vieneses. En el final, Maazel cuenta con una maravillosa Schwanewilms, quien realiza una lectura ideal, con una voz aniñada, con una arrobamiento nada forzado. La dirección, como sucediera con Viena, magnífica... Como en los otros registros de la toma en vivo de Munich, el rango dinámico es estrecho, presenta una excelente presencia, pero se producen algunos saltos de edición (primer y tercer movimientos)

Creo que Maazel es el único director vivo que puede figurar con dos cuartas mahlerianas de primera categoría. Si la de Viena hubiese tenido a una cantante con un mayor coeficiente artístico, estaríamos hablando de una probable referencia absoluta. La lectura con Baviera es igualmente maravillosa. Si algún día la edtan oficialmente, no cabe la menor duda: se trataría de uno de los Mahler más logrados en el Siglo XXI.

Sinfonía 5
Filarmónica de Viena / Lorin Maazel, director (1982): 13:59 / 14:59 / 17:36 / 10:33 / 15:17 (72:26)
Sinfónica de la Radio de Baviera / Lorin Maazel, director (2002): 13:25 / 15:04 / 18:03 / 11:23 / 15:01 (72:56)

La buena noticia de la 5 con Viena es que el sonido vuelve a ser espléndido tras el bajón de la 4 (sólo en este aspecto, ya que se trataba de una lectura extraordinaria). La mala noticia es que Maazel pierde el rumbo. En efecto, tras una muy buena Titán, extraordinarias 2 y 3 y referencial 4, la 5 se muestra errática en los complicados movimientos iniciales. No digo que Maazel cometa disparates, pero al parecer se pierde en las lagunas estructurales: rubatea de modo horrible en el primer movimiento que además le suena enfático y cargante. Curiosamente, su lectura, pese a todo, no carece de interés en esta marcha fallida. Maazel no dice grandes cosas, pero lo que dice lo escribe con letra dorada: la orquesta está apabullante. Menos errático es el segundo movimiento, pero acá hasta Sinopoli dice cosas más coherentres y con la tensión suficiente. En el Scherzo, Maazel recupera el nivel que traía en las 4 primeras sinfonías y nos regala un concierto para orquesta en donde los vientos de Viena hacen su fiesta por cuenta propia. Curiosa la coda con una entrada lentísima del timbal. El Adagietto no convence pese a la cuerda vienesa. Está bien dicho, pero se plantea con una distancia emocional irritante. El final va mejorando en su desarrollo y termina realmente bien. En fin, una 5 de lujo, pero que no hará temblar la discografía. A años luz de la coherencia de Neumann, la austeridad de Walter, el desborde de Leny con la misma orquesta, el microcosmos de Mehta con Los Angeles...

La lectura con Baviera es menos externa, pero conserva el mismo falso rubateo de la versión con Viena, aunque es menos enfático. Mejor el segundo movimiento, que se presenta con la energía necesaria. Curiosamente el clímax con el coral llega como una anécdota (mismo defecto con Viena). Magnífico de verdad el Scherzo, más contrastado y con una ambigüedad más atractiva. El Adagietto es simplemente maravilloso y no tiene nada que ver con el de Viena (quizá ayuda el sonido de rango dinámico más estrecho que hace que la cuerda cante con una intensidad inusual). El final es excelente. En términos generales, se trata de una lectura todavía no lograda, pero que presenta una coherencia mayor que la lectura vienesa...

Maazel tiene pendiente la asignatura de la 5. Quizá una tercera lectura sea la ocasión. Por mientras su discurso tiene buena caligrafía