Semana en Berlín
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gustavo
Paco Yáñez
Robertino Bergamasco
Psanquin
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Foro MAHLER :: FORO :: MAHLER
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Semana en Berlín
Pues aquí está la crónica de la parte musical de nuestro viaje a Berlín fructífero en todos los sentidos. Espero que no sea muy aburrida.
Ya el primer día Maga y un servidor teníamos en la Philharmonie la Tercera de la Staatskapelle en principio con James Levine pero que por problemas de espalda había sido sustituido por Barenboim la semana anterior. No sé si salimos ganando o perdiendo pero lo cierto es que podríamos ver un inédito ¡el debut de Barenboim en la obra! No llegábamos en las mejores condiciones a priori al concierto pues la noche anterior habíamos llegado al apartamento en el en que estuvimos alojados toda la semana sobre la una de la mañana y hasta un par de horas después no nos acostamos.
A título informativo; un auténtico chollo este tipo de alojamiento que reservamos por booking.com. Muy cómodo y céntrico, en Charlottenstrasse, nos salía a menos de treinta euros por persona al día. Un par de fotos; de la sala y de la vista al exterior.
A la mañana siguiente tenía que madrugar para estar en la universidad, en el suroeste de Berlín. Ya que fue el motivo que permitió hacer la estancia pongo aquí el destino de mi trabajo:
Aunque parece bastante rústico es un edifico histórico entre el sinfín de modernísimas instalaciones y complejos que componen la Facultad de Veterinaria de Berlín. Días fructíferos en ella. Si comparo a esta facultad con cualquiera de las españolas puedo decir, para hacerse una idea, que la distancia es mucho más grande que la que puede haber por ejemplo en lo musical entre la Filarmonía de Santiago y la Filarmónica de Berlín. No somos nada.
A la tarde volví al centro para ir al concierto con Maga mientras Robertino se quedaba de padre soltero con Martín.
Tras un viaje agotador el día anterior y sin apenas haber dormido meterse una Tercera de Mahler no parece lo más adecuado pero allí estábamos, entusiasmados y llenos de ilusión. Tanto que la disfrutamos de principio a fin y hasta se nos hizo corta.
Una parte importante del éxito fue debido sin duda a la Staatskapelle, una orquesta que ya comenté en el mensaje anterior que me parece muy infravalorada. La encontré todavía a mejor nivel que en la Tercera de Boulez del 2007 en la misma sala, pero claro, la maratón mahleriana de aquel momento no era la mejor circunstancia para ver todo lo que puede dar de sí la orquesta. Al margen de que en esta ocasión apenas hubo fallos patentes, lo más asombroso fue una vez más la cuerda, de una precisión y sincronización absoluta, con muy buen sonido, robusto y a la vez cálido. También espectacular el metal, poderoso, perfectamente empastado, apenas sin fallos.
Por supuesto la acústica de la Philharmonie de auténtico lujo; estábamos en la zona B, muy centrados. Como decía Maga se oía absolutamente todo; el roce de los arcos, el pasar de páginas del director. Y sobre la dirección de Barenboim sigo pensando de la misma manera. Hubo de todo, momentos para llorar de emoción como el extraordinario en musicalidad y sensibilidad Adagio final -¡sólo en su primera mitad! Pero también otros mucho menos convincentes como el segundo movimiento. El primer movimiento fue sin duda lo mejor, vital e intenso con unos clímax de una energía que cortaba la respiración. Los solos de trombón excelentes; en ellos como en los momentos más introspectivos del movimiento Barenboim buscaba siempre la máxima expresividad y a fé que lo conseguía. Sorprendente fue el segundo movimiento; Barenboim optó por una lectura directa, incisiva, por no decir agresiva en la que la poesía de la música pasaba a un muy segundo plano. Me recordó al Minuetto de la grabación de Boulez. Personalmente no entiendo esa aproximación pero veo que se está imponiendo en determinados directores. El tiempo dirá si Barenboim se adhiere a ella o modifica su perspectiva. El tercero también vivo e intenso fue en este caso más redondo, salvo la sección entre los dos solos de posthorn en la que Barenboim volvió al planteamiento del Minuetto. La coda fue sin embargo brillante; sobrecogedora. Ah, el solo extraordinario; nos mantuvo en vilo de principio a fin. En el Ah Mensch me gustó especialmente la primera parte; la parte más recitada en la que Waltraud Meier aportó el inconfundible timbre de su hermosísima voz para hacer una lectura que me emocionó mucho más que las típicas Lang, Larsson o DeYoung. Impagable. Sin embargo en la segunda parte su voz se mostró más limitada como también en el Es sungen drei Engel. Barenboim se decantó por unos glissandos muy pronunciado y llevó un tiempo moderadamente vivo que me pareció correcto. Las trompas excelentes en su difícil papel. El Es sungen drei Engel fue un correcto interludio en parte porque el director no explotó las posibilidades expresivas del mismo. Pero en el inicio del Langsam final me quito el sombrero ante la musicalidad y sensibilidad de Barenboim. Bueno, es algo que no me sorprendió; desde hace años soy un incondicional admirador de de esas cualidades. Otra cosa es que sea capaz de aprovecharlas en el medio orquestal. En Mahler desde luego aun no lo ha conseguido y sus grabaciones, sobre todo la Novena, lo atestiguan. Una pena que haya llegado tan tardíamente a Mahler.
La primera parte del movimiento fue absolutamente sublime. Es difícil no emocionarse en una Tercera en vivo hasta el punto que siempre saltan las lágrimas en este movimiento final, pero en este caso a Maga y a un servidor se nos empezaron a empañar los ojos desde el mismísimo inicio. La cuerda de la Staatskapelle que sonaba como un solo instrumento, con un sonido cálido pero pleno, nada cohibido, fue fundamental pero también la dirección de Barenboim que moldeaba de forma perfecta el fluir de la música. La entrada del oboe y de la flauta fue desde luego para morirse.
Pero lo paradójico de esta interpretación del Langsam estuvo en su segunda parte en la que aunque la orquesta mantuvo el mismo nivel, la dirección de Barenbpoim resultó un tanto paradójica, por no decir decepcionante. No fue un problema de tiempo; no se trataba ni de la hiperpesante de Maazel o la histérica de Gergiev. De hecho fue un tiempo bastante típico. No, el problema estuvo en los énfasis, en los acentos y sobre todo en una cierta trascendentalización que el director imprimió a la música. Robertino, siempre claro, lo describió muy bien en dos palabras tras ver la obra el sábado en el Konzerthaus: “Lo dirigió como si fuese Bruckner”. Y sí, probablemente haya sido eso.
Toda la emoción desatada en el inicio del movimiento se convirtió en perplejidad o expectación. Los demoledores clímax se sucedían con un control, mínimo pero suficiente como para diluir la intensidad del discurso. Los colosales compases finales se convirtieron en un inmenso interrogante. Sin exagerar nada, fue un auténtico anti-clímax. Pero no al estilo de la hermosa y sublime gelidez de un Salonen sino de una forma mucho más ordinaria, no en el sentido negativo de la palabra, pero casi. Lo que es un arco ascendente en intensidad y exaltación se convirtió en una línea descendente, una pregunta sin respuesta.
El tiempo dirá si ésta es la concepción última de Barenboim o si ha sido consecuencia de este inesperado acercamiento a la obra. Lo cierto es que nos dejo fríos y perplejos y también a la sala, pues ésta tardó unos eternos segundos en reaccionar, algo que tras por ejemplo la Tercera de Boulez no había pasado en su día. Pero tras la pausa locura colectiva con casi veinte minutos de aplausos y bravos continuos, muy especialmente para Barenboim, un auténtico dios para su público.
Lo demostró también al salir del camerino donde dejó plantado a varios japoneses con una pila de carátulas de CDs para que se los firmase.
Le eché un poco de morro y corriendo detrás de él conseguí que me firmase apresuradamente el programa de su primera Tercera de Mahler.
Tras el concierto exploramos la tienda de la Philharmonie donde compramos alguna que otra ganga y algún recuerdo.
Y con esta foto de Postdamer Platz cierro esta primera entrega.
Ya el primer día Maga y un servidor teníamos en la Philharmonie la Tercera de la Staatskapelle en principio con James Levine pero que por problemas de espalda había sido sustituido por Barenboim la semana anterior. No sé si salimos ganando o perdiendo pero lo cierto es que podríamos ver un inédito ¡el debut de Barenboim en la obra! No llegábamos en las mejores condiciones a priori al concierto pues la noche anterior habíamos llegado al apartamento en el en que estuvimos alojados toda la semana sobre la una de la mañana y hasta un par de horas después no nos acostamos.
A título informativo; un auténtico chollo este tipo de alojamiento que reservamos por booking.com. Muy cómodo y céntrico, en Charlottenstrasse, nos salía a menos de treinta euros por persona al día. Un par de fotos; de la sala y de la vista al exterior.
A la mañana siguiente tenía que madrugar para estar en la universidad, en el suroeste de Berlín. Ya que fue el motivo que permitió hacer la estancia pongo aquí el destino de mi trabajo:
Aunque parece bastante rústico es un edifico histórico entre el sinfín de modernísimas instalaciones y complejos que componen la Facultad de Veterinaria de Berlín. Días fructíferos en ella. Si comparo a esta facultad con cualquiera de las españolas puedo decir, para hacerse una idea, que la distancia es mucho más grande que la que puede haber por ejemplo en lo musical entre la Filarmonía de Santiago y la Filarmónica de Berlín. No somos nada.
A la tarde volví al centro para ir al concierto con Maga mientras Robertino se quedaba de padre soltero con Martín.
Tras un viaje agotador el día anterior y sin apenas haber dormido meterse una Tercera de Mahler no parece lo más adecuado pero allí estábamos, entusiasmados y llenos de ilusión. Tanto que la disfrutamos de principio a fin y hasta se nos hizo corta.
Una parte importante del éxito fue debido sin duda a la Staatskapelle, una orquesta que ya comenté en el mensaje anterior que me parece muy infravalorada. La encontré todavía a mejor nivel que en la Tercera de Boulez del 2007 en la misma sala, pero claro, la maratón mahleriana de aquel momento no era la mejor circunstancia para ver todo lo que puede dar de sí la orquesta. Al margen de que en esta ocasión apenas hubo fallos patentes, lo más asombroso fue una vez más la cuerda, de una precisión y sincronización absoluta, con muy buen sonido, robusto y a la vez cálido. También espectacular el metal, poderoso, perfectamente empastado, apenas sin fallos.
Por supuesto la acústica de la Philharmonie de auténtico lujo; estábamos en la zona B, muy centrados. Como decía Maga se oía absolutamente todo; el roce de los arcos, el pasar de páginas del director. Y sobre la dirección de Barenboim sigo pensando de la misma manera. Hubo de todo, momentos para llorar de emoción como el extraordinario en musicalidad y sensibilidad Adagio final -¡sólo en su primera mitad! Pero también otros mucho menos convincentes como el segundo movimiento. El primer movimiento fue sin duda lo mejor, vital e intenso con unos clímax de una energía que cortaba la respiración. Los solos de trombón excelentes; en ellos como en los momentos más introspectivos del movimiento Barenboim buscaba siempre la máxima expresividad y a fé que lo conseguía. Sorprendente fue el segundo movimiento; Barenboim optó por una lectura directa, incisiva, por no decir agresiva en la que la poesía de la música pasaba a un muy segundo plano. Me recordó al Minuetto de la grabación de Boulez. Personalmente no entiendo esa aproximación pero veo que se está imponiendo en determinados directores. El tiempo dirá si Barenboim se adhiere a ella o modifica su perspectiva. El tercero también vivo e intenso fue en este caso más redondo, salvo la sección entre los dos solos de posthorn en la que Barenboim volvió al planteamiento del Minuetto. La coda fue sin embargo brillante; sobrecogedora. Ah, el solo extraordinario; nos mantuvo en vilo de principio a fin. En el Ah Mensch me gustó especialmente la primera parte; la parte más recitada en la que Waltraud Meier aportó el inconfundible timbre de su hermosísima voz para hacer una lectura que me emocionó mucho más que las típicas Lang, Larsson o DeYoung. Impagable. Sin embargo en la segunda parte su voz se mostró más limitada como también en el Es sungen drei Engel. Barenboim se decantó por unos glissandos muy pronunciado y llevó un tiempo moderadamente vivo que me pareció correcto. Las trompas excelentes en su difícil papel. El Es sungen drei Engel fue un correcto interludio en parte porque el director no explotó las posibilidades expresivas del mismo. Pero en el inicio del Langsam final me quito el sombrero ante la musicalidad y sensibilidad de Barenboim. Bueno, es algo que no me sorprendió; desde hace años soy un incondicional admirador de de esas cualidades. Otra cosa es que sea capaz de aprovecharlas en el medio orquestal. En Mahler desde luego aun no lo ha conseguido y sus grabaciones, sobre todo la Novena, lo atestiguan. Una pena que haya llegado tan tardíamente a Mahler.
La primera parte del movimiento fue absolutamente sublime. Es difícil no emocionarse en una Tercera en vivo hasta el punto que siempre saltan las lágrimas en este movimiento final, pero en este caso a Maga y a un servidor se nos empezaron a empañar los ojos desde el mismísimo inicio. La cuerda de la Staatskapelle que sonaba como un solo instrumento, con un sonido cálido pero pleno, nada cohibido, fue fundamental pero también la dirección de Barenboim que moldeaba de forma perfecta el fluir de la música. La entrada del oboe y de la flauta fue desde luego para morirse.
Pero lo paradójico de esta interpretación del Langsam estuvo en su segunda parte en la que aunque la orquesta mantuvo el mismo nivel, la dirección de Barenbpoim resultó un tanto paradójica, por no decir decepcionante. No fue un problema de tiempo; no se trataba ni de la hiperpesante de Maazel o la histérica de Gergiev. De hecho fue un tiempo bastante típico. No, el problema estuvo en los énfasis, en los acentos y sobre todo en una cierta trascendentalización que el director imprimió a la música. Robertino, siempre claro, lo describió muy bien en dos palabras tras ver la obra el sábado en el Konzerthaus: “Lo dirigió como si fuese Bruckner”. Y sí, probablemente haya sido eso.
Toda la emoción desatada en el inicio del movimiento se convirtió en perplejidad o expectación. Los demoledores clímax se sucedían con un control, mínimo pero suficiente como para diluir la intensidad del discurso. Los colosales compases finales se convirtieron en un inmenso interrogante. Sin exagerar nada, fue un auténtico anti-clímax. Pero no al estilo de la hermosa y sublime gelidez de un Salonen sino de una forma mucho más ordinaria, no en el sentido negativo de la palabra, pero casi. Lo que es un arco ascendente en intensidad y exaltación se convirtió en una línea descendente, una pregunta sin respuesta.
El tiempo dirá si ésta es la concepción última de Barenboim o si ha sido consecuencia de este inesperado acercamiento a la obra. Lo cierto es que nos dejo fríos y perplejos y también a la sala, pues ésta tardó unos eternos segundos en reaccionar, algo que tras por ejemplo la Tercera de Boulez no había pasado en su día. Pero tras la pausa locura colectiva con casi veinte minutos de aplausos y bravos continuos, muy especialmente para Barenboim, un auténtico dios para su público.
Lo demostró también al salir del camerino donde dejó plantado a varios japoneses con una pila de carátulas de CDs para que se los firmase.
Le eché un poco de morro y corriendo detrás de él conseguí que me firmase apresuradamente el programa de su primera Tercera de Mahler.
Tras el concierto exploramos la tienda de la Philharmonie donde compramos alguna que otra ganga y algún recuerdo.
Y con esta foto de Postdamer Platz cierro esta primera entrega.
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Robertino Bergamasco- Cantidad de envíos : 4479
Fecha de inscripción : 14/07/2009
Re: Semana en Berlín
Joer!... puñetera envidia!!!... desde luego, si comparo este último fin de semana con vuestras hazañas berlinesas, me parece que habéis viajado a otro planeta distante varios sistemas solares de éste... (y varias galaxias, en lo musical )
Es no sé si impresionante o preocupante la celeridad con la que un director se cambia por otro en una obra como la Tercera de Mahler, y más inclinando la balanza hacia un hombre que, según os leo, tiene más bien poca experiencia con la obra, como Barenboim... Y quizás eso se note, claro; otro gallo hubiese cantado en el corral de la Philharmonie si el más gallito de la clase hubiese tomado la batuta para dirigir una Eroica o una sinfonía de Schumann... o tantas otras cosas, sigo siendo un rendido admirador de Barenboim en muchísimos repertorios, tanto al piano, como con la batuta o en el foso operístico.
Por cierto, ya que sale el tema en este foro, y aunque seguro que ya se ha abordado (yo soy incapaz de seguiros en todos los temas, vais a la velocidad de la luz; así llegáis a media Europa cada semana), ¿está medianamente claro si lo de Barenboim para Warner en Mahler iba camino de ciclo?, ¿se va a grabar algo más?, ¿nos quedamos con 7ª y 9ª?
Es no sé si impresionante o preocupante la celeridad con la que un director se cambia por otro en una obra como la Tercera de Mahler, y más inclinando la balanza hacia un hombre que, según os leo, tiene más bien poca experiencia con la obra, como Barenboim... Y quizás eso se note, claro; otro gallo hubiese cantado en el corral de la Philharmonie si el más gallito de la clase hubiese tomado la batuta para dirigir una Eroica o una sinfonía de Schumann... o tantas otras cosas, sigo siendo un rendido admirador de Barenboim en muchísimos repertorios, tanto al piano, como con la batuta o en el foso operístico.
Por cierto, ya que sale el tema en este foro, y aunque seguro que ya se ha abordado (yo soy incapaz de seguiros en todos los temas, vais a la velocidad de la luz; así llegáis a media Europa cada semana), ¿está medianamente claro si lo de Barenboim para Warner en Mahler iba camino de ciclo?, ¿se va a grabar algo más?, ¿nos quedamos con 7ª y 9ª?
Re: Semana en Berlín
Hola Paco! Siempre una alegría saber que estás ahí. Han sido unos días intensos, pero la verdad es que nos los merecíamos. Llevábamos casi un año sin salir de España y no por que no quisiéramos sino por motivos adversos o incluso peores. Tú también tienes pronto un gran viaje por delante, ¡¡a Nueva York, ni más ni menos!!
Coincido con lo que dices de las sustituciones a última hora. Pero en este caso yo creo que Barenboim ya llevaba en mente el dirigir la Tercera desde hacía tiempo. Seguro que la tenía más que estudiada. Era la única impar que le faltaba; había hecho 1ª, 5ª, 7ª y 9ª y parecía que la siguiente elección sería la Tercera. Además con su orquesta la comunicación es perfecta. Sobre el ciclo en Warner es imposible elucubrar si va a ir más allá. La Novena salió en medio de las noticias de desaparición de warner Classics pero ahí sigue el sello.
Coincido con lo que dices de las sustituciones a última hora. Pero en este caso yo creo que Barenboim ya llevaba en mente el dirigir la Tercera desde hacía tiempo. Seguro que la tenía más que estudiada. Era la única impar que le faltaba; había hecho 1ª, 5ª, 7ª y 9ª y parecía que la siguiente elección sería la Tercera. Además con su orquesta la comunicación es perfecta. Sobre el ciclo en Warner es imposible elucubrar si va a ir más allá. La Novena salió en medio de las noticias de desaparición de warner Classics pero ahí sigue el sello.
Psanquin- administrador
- Cantidad de envíos : 8413
Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: Semana en Berlín
Psanquin y Robertino: enhorabuena con vuestras respectivas crónicas berlinesas!
Menuda envidia que me habéis dado! A pesar de la medio-desilusión por la dirección de Barenboim, seguro que la experiencia total mereció la pena. Sí, lo del "cuadriculamiento" de las orquestas alemanas está claro, pero por otro lado tenéis el sonido inmaculado, la unidad, que se echa tanto de menos en otras orquestas. Y, cómo no, el lugar donde pudisteis presenciar los conciertos, historia por los 4 costados.
Ah, y encima con buena atacada chocolatera!!! No tenéis compasión de nosotros!
Menuda envidia que me habéis dado! A pesar de la medio-desilusión por la dirección de Barenboim, seguro que la experiencia total mereció la pena. Sí, lo del "cuadriculamiento" de las orquestas alemanas está claro, pero por otro lado tenéis el sonido inmaculado, la unidad, que se echa tanto de menos en otras orquestas. Y, cómo no, el lugar donde pudisteis presenciar los conciertos, historia por los 4 costados.
Ah, y encima con buena atacada chocolatera!!! No tenéis compasión de nosotros!
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
Fecha de inscripción : 10/11/2009
Re: Semana en Berlín
La crónica sigue gustavo Continúo con el jueves y el viernes; en esta ocasión no hubo conciertos así que es más turística que musical aunque una primera ruta de tiendas y la visita guiada a la Philharmonie seguro os resultan interesantes. En esta última pudimos disfrutar unos minutos del ensayo de la Séptima de Metzmacher de la que he subido un vídeo. Pero yendo por partes:
Tras un nuevo madrugue y ruta a la facultad el jueves a la tarde llegué a tiempo al centro para poder unirme a Maga y Robertino que estaban en el Neues Museum. Pude ver lo más importante, el espectacular busto de Nefertiti, del cual no se pueden hacer fotos bajo ningún concepto. La única forma de hacerlo era desde la distancia lo cual hice con Maga de pretexto, quien sin embargo todo hay que decirlo eclipsa a la mismísima Nefertiti. Me va a tirar tomates cuando lea esto.
Atardeciendo abandonamos la isla de los museos para dirigirnos por fin a la tienda de Dussmann. Podéis imaginaros la hipersalivación de Robertino que se subía por las señales.
En el camino foto de familia con la Staatsoper al fondo.
Como curiosidad, en el escaparate de Dussmann se anunciaba a bombo y platillo a un ilustre compatriota. En vez de entrar seguimos nuestro camino hasta el final de Friedirchstrasse para ver la pequeña tienda de Zweitausendeins donde ya cayeron algunos CDs. Regresando hacia Dussmann nos encontramos en la misma calle con otra tienda de CDs y LPs cuyo nombre no me acuerdo en la que tenían un inmensísimo fondo de segunda mano. En ella trabaja una simpática española. Visita desde luego de lo más recomendable.
Y ya llegamos a la inmensidad de Dussmann con unos fondos inabarcables.
Éxtasis de Robertino
¡¡El material acumulado iba aumentando!!
Tras parar en la tienda de partituras de la misma casa cerramos la incursión con esta perversa imagen de Robertino.
Al día siguiente tras dividirnos entre el Museo del cine y el de Lego hicimos la visita guiada a la Philharmonie.
También muy recomendable incluso para no melómanos. Era guiada por una muy amena empleada de la Philharmonie que además tuvo el detalle de hacerla en inglés. Al principio nos advirtió que lamentaba decirnos que debido a los ensayos de la DSO dirigida por Metzmacher no podríamos recorrer la sala grande; sí la de cámara. Para nosotros fue una alegría pues significaba que tal vez podríamos seguir algo de su Séptima del domingo.
Este es el creador de esa obra de arte de la arquitectura y de la acústica Hans Scharoun. Un auténtico genio y visionario.
En las paredes de la sala una novedad con respecto a mi anterior visitas; este montaje fotográfico en el que el propio autor se retrata en cientos posiciones de lo más cómico.
Cuando nos acercamos al palco de autoridades de la sala; el único sitio que podríamos entrar, escuchamos la música de Mahler. Íbamos a poder seguir el ensayo!!
Nuestra guía nos pidió silencio y dejó que el grupo disfrutara unos cinco minutos del ensayo.
Este es un video de un par de minutos:
Desde luego sonaba prometedor. Lo que más sorprendió era la intensidad y concentración con que tocaba la orquesta; tal cual como si fuese el concierto y no era el ensayo general, ni mucho menos.
Bergmasco con Furtwängler
Las explicaciones sobre la sala nos la realizó en una galería adyacente.
En la que nos observaban los bustos de Karajan y Nikisch.
Tras visitar la sala de cámara dejamos la Filarmonía…
Como el hambre empezaba a provocar alteraciones de comportamiento…
...nos dimos una buena pitanza típicamente alemana…
… que diseccionamos a fondo.
A la tarde nuecvamente camino a la Filarmonía, en concreto para ver el:
¡pero a las cinco ya estaba cerrado!
Como alternativa nos acercamos al Kulturforum justo al lado de la omnipresente Philharmonie donde tuvimos algo más de suerte con la Gemälde Galerie.
Donde admiramos las obras de arte que encierra, muchas de ellas míticas. Por desgracia a las seis menos cuarto nos echaron con cajas destempladas.
En un par de horas Robertino tenía su concierto con la Filarmónica de Berlín.
Hicimos unas últimas fotos del Kulturforum que por las prisas no habíamos podido hacer a la entrada…
… entre ellas, vivir para ver, de un ¡¡¡zorro!!! que se paseaba por el mismísimo centro de Berlín. Está claro que no soy un Rodríguez de la Fuente y la foto me salió de pena.
Tras ir a un centro comercial cercano dejamos a Robertino en la Philharmonie y los demás nos fuimos tras la obligada parada en la puerta de Brandenburgo a…….. Dussmann nuevamente. Está claro que Robertino nos había contagiado un muy peligroso virus.
Cedo el turno a Robertino para que nos cuente que le pareció el concierto de la Filarmónica de Berlín; la primera vez que la escuchaba en su sala.
Tras un nuevo madrugue y ruta a la facultad el jueves a la tarde llegué a tiempo al centro para poder unirme a Maga y Robertino que estaban en el Neues Museum. Pude ver lo más importante, el espectacular busto de Nefertiti, del cual no se pueden hacer fotos bajo ningún concepto. La única forma de hacerlo era desde la distancia lo cual hice con Maga de pretexto, quien sin embargo todo hay que decirlo eclipsa a la mismísima Nefertiti. Me va a tirar tomates cuando lea esto.
Atardeciendo abandonamos la isla de los museos para dirigirnos por fin a la tienda de Dussmann. Podéis imaginaros la hipersalivación de Robertino que se subía por las señales.
En el camino foto de familia con la Staatsoper al fondo.
Como curiosidad, en el escaparate de Dussmann se anunciaba a bombo y platillo a un ilustre compatriota. En vez de entrar seguimos nuestro camino hasta el final de Friedirchstrasse para ver la pequeña tienda de Zweitausendeins donde ya cayeron algunos CDs. Regresando hacia Dussmann nos encontramos en la misma calle con otra tienda de CDs y LPs cuyo nombre no me acuerdo en la que tenían un inmensísimo fondo de segunda mano. En ella trabaja una simpática española. Visita desde luego de lo más recomendable.
Y ya llegamos a la inmensidad de Dussmann con unos fondos inabarcables.
Éxtasis de Robertino
¡¡El material acumulado iba aumentando!!
Tras parar en la tienda de partituras de la misma casa cerramos la incursión con esta perversa imagen de Robertino.
Al día siguiente tras dividirnos entre el Museo del cine y el de Lego hicimos la visita guiada a la Philharmonie.
También muy recomendable incluso para no melómanos. Era guiada por una muy amena empleada de la Philharmonie que además tuvo el detalle de hacerla en inglés. Al principio nos advirtió que lamentaba decirnos que debido a los ensayos de la DSO dirigida por Metzmacher no podríamos recorrer la sala grande; sí la de cámara. Para nosotros fue una alegría pues significaba que tal vez podríamos seguir algo de su Séptima del domingo.
Este es el creador de esa obra de arte de la arquitectura y de la acústica Hans Scharoun. Un auténtico genio y visionario.
En las paredes de la sala una novedad con respecto a mi anterior visitas; este montaje fotográfico en el que el propio autor se retrata en cientos posiciones de lo más cómico.
Cuando nos acercamos al palco de autoridades de la sala; el único sitio que podríamos entrar, escuchamos la música de Mahler. Íbamos a poder seguir el ensayo!!
Nuestra guía nos pidió silencio y dejó que el grupo disfrutara unos cinco minutos del ensayo.
Este es un video de un par de minutos:
Desde luego sonaba prometedor. Lo que más sorprendió era la intensidad y concentración con que tocaba la orquesta; tal cual como si fuese el concierto y no era el ensayo general, ni mucho menos.
Bergmasco con Furtwängler
Las explicaciones sobre la sala nos la realizó en una galería adyacente.
En la que nos observaban los bustos de Karajan y Nikisch.
Tras visitar la sala de cámara dejamos la Filarmonía…
Como el hambre empezaba a provocar alteraciones de comportamiento…
...nos dimos una buena pitanza típicamente alemana…
… que diseccionamos a fondo.
A la tarde nuecvamente camino a la Filarmonía, en concreto para ver el:
¡pero a las cinco ya estaba cerrado!
Como alternativa nos acercamos al Kulturforum justo al lado de la omnipresente Philharmonie donde tuvimos algo más de suerte con la Gemälde Galerie.
Donde admiramos las obras de arte que encierra, muchas de ellas míticas. Por desgracia a las seis menos cuarto nos echaron con cajas destempladas.
En un par de horas Robertino tenía su concierto con la Filarmónica de Berlín.
Hicimos unas últimas fotos del Kulturforum que por las prisas no habíamos podido hacer a la entrada…
… entre ellas, vivir para ver, de un ¡¡¡zorro!!! que se paseaba por el mismísimo centro de Berlín. Está claro que no soy un Rodríguez de la Fuente y la foto me salió de pena.
Tras ir a un centro comercial cercano dejamos a Robertino en la Philharmonie y los demás nos fuimos tras la obligada parada en la puerta de Brandenburgo a…….. Dussmann nuevamente. Está claro que Robertino nos había contagiado un muy peligroso virus.
Cedo el turno a Robertino para que nos cuente que le pareció el concierto de la Filarmónica de Berlín; la primera vez que la escuchaba en su sala.
Última edición por Psanquin el 11/3/2010, 18:07, editado 2 veces
Psanquin- administrador
- Cantidad de envíos : 8413
Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: Semana en Berlín
Bueno, más envidia ya no nos podéis dar... música, gastronomía, arte, tiendas, las bellas strassen berlinesas, compañía agradable, las no menos sugerentes observadoras de cuadros
Parad ya!!!!!
Es cierto que estaré en NY a final de este mes, pero Mahler nada, y es una pena, porque la semana anterior a llegar allí Tilson Thomas hace en la Gran Manzana la Segunda, con San Francisco... una pena...
Por cierto, queremos que Psanquin cambie su foto de avatar por la que tiene presa del hambre al lado del muro; gloriosa!
Parad ya!!!!!
Es cierto que estaré en NY a final de este mes, pero Mahler nada, y es una pena, porque la semana anterior a llegar allí Tilson Thomas hace en la Gran Manzana la Segunda, con San Francisco... una pena...
Por cierto, queremos que Psanquin cambie su foto de avatar por la que tiene presa del hambre al lado del muro; gloriosa!
Última edición por Paco Yáñez el 11/3/2010, 15:06, editado 1 vez
Re: Semana en Berlín
Por cierto, qué os parece en general Metzmacher como director mahleriano, ¿le conocéis más versiones?
Lo digo porque es un hombre que viene de la contemporánea pura y dura (fue durante muchos años pianista del Ensemble Modern de Frankfurt), pero está abriendo mucho su repertorio.
Los que lo conocen dicen que es un tío la mar de interesante y un músico riguroso...
...opniones desde un punto de vista mahleriano?
P.P. Perdón si esto ya se ha tratado; como decía antes, me resulta imposible seguir éste y todos los foros a un tiempo sin morir en el intento.
Lo digo porque es un hombre que viene de la contemporánea pura y dura (fue durante muchos años pianista del Ensemble Modern de Frankfurt), pero está abriendo mucho su repertorio.
Los que lo conocen dicen que es un tío la mar de interesante y un músico riguroso...
...opniones desde un punto de vista mahleriano?
P.P. Perdón si esto ya se ha tratado; como decía antes, me resulta imposible seguir éste y todos los foros a un tiempo sin morir en el intento.
Re: Semana en Berlín
Impresionante recital de fotos+video!!!!! Ahora sí que me habéis destrozado! Eso sí, vaya ingesta de grasas que os habéis pegado! Para quitaros el frío, no???
En cuanto a Berlín, una maravilla! Cultura a todo pasto...
En cuanto a Berlín, una maravilla! Cultura a todo pasto...
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
Fecha de inscripción : 10/11/2009
Re: Semana en Berlín
Pensaré lo del avatar Paco Bueno, ya sólo quedan dos días por contar
De Metzmacher no hemos hablado mucho pues no tiene nada de Mahler grabado, aunque sí lo ha dirigido en ocasiones. De intercambios tengo una Primera con la BBC y una Quinta con la Joven Orquesta GM:
Las dos muy peculiares. Recientemente hizo la Tercera; se subió el final al youtube y está competo el audio en intercambios pero aun no lo he escuchado.
Su Séptima fue mucho más ortodoxa de lo que esperaba, pero extraordinaria. Inolvidable. Seguiremos informando
Gustavo; sí, el frío en algunos momentos era casi insoportable y eso que veníamos preparados de aquí pues no hemos tenido un invierno benévolo. Berlín, efectivamente destila cultura por todos los poros y por encima es una ciudad mucho más barata que Madrid o Barcelona y casi diría que más barata que la España media.
De Metzmacher no hemos hablado mucho pues no tiene nada de Mahler grabado, aunque sí lo ha dirigido en ocasiones. De intercambios tengo una Primera con la BBC y una Quinta con la Joven Orquesta GM:
Las dos muy peculiares. Recientemente hizo la Tercera; se subió el final al youtube y está competo el audio en intercambios pero aun no lo he escuchado.
Su Séptima fue mucho más ortodoxa de lo que esperaba, pero extraordinaria. Inolvidable. Seguiremos informando
Gustavo; sí, el frío en algunos momentos era casi insoportable y eso que veníamos preparados de aquí pues no hemos tenido un invierno benévolo. Berlín, efectivamente destila cultura por todos los poros y por encima es una ciudad mucho más barata que Madrid o Barcelona y casi diría que más barata que la España media.
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: Semana en Berlín
Bueno pues unos cuantos bravos de mi parte para los ‘berlineses’, sus crónicas, sus fotos, sus aventuras, etc. etc. que no por constituir un Déjà vu deja uno de leer con interés.
Psanquin si lo sé había adelantado 1 semana mi supuesto viaje, pero lo dejaremos para el verano. De hecho esta semana se supone que debería estar allí pues por allí anda Montse en el Fitur alemán, como sabes.
De cualquiera de las maneras mucha foto, mucho autógrafo, mucha crónica pero por qué no os atreveis a disparar de cuando en cuando algún clip en directo a la orquesta; nadie os va a romper luego el carrete, no hay manera, mucho camerino, mucha firma, mucha foto, pero clips solo 1 y de un ensayo. Bueno el tiempo os irá dando soltura, todo esto zin acritú, just joking as usual
Ahora para seguir poniendo los dientes largo al respetable podiais poner la relación de discos y DVDs comprados y si son con carátulas mejor que mejor.
Berlín bien vale el frio que se pasa, cheeeeeeerrrrrrs
-------------------------------------------
Ah, de Metzmacher decir que es un fuera de serie
Psanquin si lo sé había adelantado 1 semana mi supuesto viaje, pero lo dejaremos para el verano. De hecho esta semana se supone que debería estar allí pues por allí anda Montse en el Fitur alemán, como sabes.
De cualquiera de las maneras mucha foto, mucho autógrafo, mucha crónica pero por qué no os atreveis a disparar de cuando en cuando algún clip en directo a la orquesta; nadie os va a romper luego el carrete, no hay manera, mucho camerino, mucha firma, mucha foto, pero clips solo 1 y de un ensayo. Bueno el tiempo os irá dando soltura, todo esto zin acritú, just joking as usual
Ahora para seguir poniendo los dientes largo al respetable podiais poner la relación de discos y DVDs comprados y si son con carátulas mejor que mejor.
Berlín bien vale el frio que se pasa, cheeeeeeerrrrrrs
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Ah, de Metzmacher decir que es un fuera de serie
Todtenfeier- Cantidad de envíos : 681
Fecha de inscripción : 19/03/2008
Re: Semana en Berlín
Cedo el turno a Robertino para que nos cuente que le pareció el concierto de la Filarmónica de Berlín; la primera vez que la escuchaba en su sala.
Al descubrir esa misma tarde que Dohnanyi no dirigía, y que sería sustituido por Järvi, la verdad es que se nos quedó cara de pánfilos a todos; sin ser el primero el no va más, lo de Järvi fue un jarro de agua fria. Aun así director todoterreno, hizo lo que pudo con la Filarmónica de Berlín, y los pocos ensayos que le quedaban.
El programa era más propio de "Clásicos Populares" que de otra cosa: Obertura "Académica" y "Trágica" de Brahms, Obertura "Oberón" de Weber, y las dos Suites de "Peer Gynt" de Grieg, más la curiosidad como anunció la intendente antes de comenzar el concierto del "Andante Festivo" de Sibelius, que era la primera vez que lo tocaría la Filarmónica de Berlín en su historia.
Brahms fue nefasto, la "Académica" sin gracia, pesada y gris, pecó de ser demasiado trascendental, todo lo contrario a lo que Brahms pedía; la "Trágica" más acorde con el titulo, le faltó garra y "mala leche" quedando en ocasiones algo fláccida. La orquestra desaprovechada cumplió con rutina de lujo; Järvi fuera de estilo.
Las cosas mejoraron mucho con la "Oberón" ya solamente por escuchar los solos de trompa de Stefan Dohrn, uno podía derretirse de gusto; la filigrana que vino después de de auténtica ingeniería alemana, virtuosismo en toda regla.
Y lo mejor del concierto, como no, las dos Suites de "Peer Gynt", Järvi aquí no tiene rival-matizamos: hoy en día-y la orquesta respondió como de verdad sabe, sutil, carnosa, brillante en momentos clave, explosiva, , potente, virtuosa en otros; todo un despliegue de sutilezas, medias voces... un lujo. El "Andante Festivo" que abrió el concierto, y que estaba fuera de programa, sonó dignamente, pero sin vuelo.
Obviamente yo hubiese preferido otro programa; pero ya unicamente por estar en esa sala, y el volver a escuchar a esa orquesta de nuevo... por mi, como si la dirigía el vendedor de entradas
Robertino Bergamasco- Cantidad de envíos : 4479
Fecha de inscripción : 14/07/2009
Re: Semana en Berlín
Lo dicho, a pesar de los pesares y de todas las críticas, un verdadero lujazo!!! Ahí es nada, la Filarmónica de Berlín... Por cierto, no estuvo hace poco en España y, concretamente, en Zaragoza? Y, si no recuerdo mal, con la Segunda de Sibelius? Debió de ser impresionante!
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
Fecha de inscripción : 10/11/2009
Re: Semana en Berlín
Sí, hizo un par de conciertos con Rattle, uno en Madrid y otro en Zaragoza.
Las dos salas de Berlín son preciosas, a juzgar por las fotos... Yo nunca he estado en Berlín... Cada una en su estilo, parecen obras maestras de arquitectura. Si además tienen una acústica fabulosa, y una orquesta de virtuosos, pues eso... que ¡qué envidia!
Además, por las fotos, parece que estábais muy bien ubicados en los conciertos, y pudisteis disfrutar como se debe de la acústica de la sala, y del poderío de la Filarmónica.
¿Fue en la Konzerthaus donde Bernstein dio el concierto de la caída del Muro?
Las dos salas de Berlín son preciosas, a juzgar por las fotos... Yo nunca he estado en Berlín... Cada una en su estilo, parecen obras maestras de arquitectura. Si además tienen una acústica fabulosa, y una orquesta de virtuosos, pues eso... que ¡qué envidia!
Además, por las fotos, parece que estábais muy bien ubicados en los conciertos, y pudisteis disfrutar como se debe de la acústica de la sala, y del poderío de la Filarmónica.
¿Fue en la Konzerthaus donde Bernstein dio el concierto de la caída del Muro?
Ludovyk- Cantidad de envíos : 1008
Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: Semana en Berlín
Saludos Todt! Vaya casualidad; casi coincidimos en Berlín otra vez por días, como en el 2007. A ver si en el 2013 va la vencida.
Hacer vídeos o fotos en la sala durante el concierto da bastante pánico. Con el público de aquí, en muchas ocasiones tan irrespetuoso, parece que da igual saltarse las normas; pero la Philharmonie impone mucho respeto. Me temblaría la cámara en la mano; al final prefiere uno disfrutar de la música y no descentrarse por conseguir una toma borrosa.
Intentaré hacer una foto de las compras Todt; Maga ya me ha repartido todo por estanterías para quitarlo de en medio pero iré recuperándolo. Tampoco fue para tanto; estamos exagerando con las compras. Bien sabes que los precios de las tiendas, incluso de segunda mano no son ningún chollo y muchas cosas están disponibles en internet. Por ejemplo zweitausendeins es exactamente lo mismo. Pero sumando una ganga por aquí, otra por allí, y sobre todo libros que sí encontramos varios chollos pues juntamos cada uno unos veinte kgs.
Con respecto a las compras, en la crónica me olvidé de contar que el jueves comiendo en el comedor de la universidad; la Mensa que le llaman ellos, había a la entrada un puesto de segunda mano con libros y muchos CDs de clásica. Allí compré el raro Barba Azul de Sawallisch en DG por 7 euros , 1ª y 9ª de Mahler Jansons en Simax por 15 y una Cuarta de Mahler de la orquesta de Würzburg también por 7. Para ser segunda mano tampoco ningún chollo. En el mercadillo del domingo a la mañana en frente del Pergamon había un puesto con muchísima clásica en principio todo a cuatro euros. Había cogido la Primera de Abbado y el DLVDE de Giulini pues estaban en su edición original, pero cuando fui a pagar el de la tienda me dijo que los normales de DG eran a 8 cada uno. Como ya los tenía en reediciones se los dejé.
Ludovyk, en la Philharmonie estuvimos en las tres zonas; B con Barenboim, C con Järvi y A con Metzmacher. Pero en cualquiera de ellas el sonido es muy bueno. En la otra ocasión había estado en la B, la F y la alejada D y aunque está lejos el sonido sigue llegando muy muy nítido.
A ver si hoy encuentro tiempo para terminar las crónicas
Hacer vídeos o fotos en la sala durante el concierto da bastante pánico. Con el público de aquí, en muchas ocasiones tan irrespetuoso, parece que da igual saltarse las normas; pero la Philharmonie impone mucho respeto. Me temblaría la cámara en la mano; al final prefiere uno disfrutar de la música y no descentrarse por conseguir una toma borrosa.
Intentaré hacer una foto de las compras Todt; Maga ya me ha repartido todo por estanterías para quitarlo de en medio pero iré recuperándolo. Tampoco fue para tanto; estamos exagerando con las compras. Bien sabes que los precios de las tiendas, incluso de segunda mano no son ningún chollo y muchas cosas están disponibles en internet. Por ejemplo zweitausendeins es exactamente lo mismo. Pero sumando una ganga por aquí, otra por allí, y sobre todo libros que sí encontramos varios chollos pues juntamos cada uno unos veinte kgs.
Con respecto a las compras, en la crónica me olvidé de contar que el jueves comiendo en el comedor de la universidad; la Mensa que le llaman ellos, había a la entrada un puesto de segunda mano con libros y muchos CDs de clásica. Allí compré el raro Barba Azul de Sawallisch en DG por 7 euros , 1ª y 9ª de Mahler Jansons en Simax por 15 y una Cuarta de Mahler de la orquesta de Würzburg también por 7. Para ser segunda mano tampoco ningún chollo. En el mercadillo del domingo a la mañana en frente del Pergamon había un puesto con muchísima clásica en principio todo a cuatro euros. Había cogido la Primera de Abbado y el DLVDE de Giulini pues estaban en su edición original, pero cuando fui a pagar el de la tienda me dijo que los normales de DG eran a 8 cada uno. Como ya los tenía en reediciones se los dejé.
Ludovyk, en la Philharmonie estuvimos en las tres zonas; B con Barenboim, C con Järvi y A con Metzmacher. Pero en cualquiera de ellas el sonido es muy bueno. En la otra ocasión había estado en la B, la F y la alejada D y aunque está lejos el sonido sigue llegando muy muy nítido.
A ver si hoy encuentro tiempo para terminar las crónicas
Psanquin- administrador
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Fecha de inscripción : 16/03/2008
Robertino Bergamasco- Cantidad de envíos : 4479
Fecha de inscripción : 14/07/2009
Re: Semana en Berlín
Robertino Bergamasco escribió:Sí, así es, también en la Konzerthaus están grabadas la Séptima de Bruckner por Celi...
Es verdad...
Ludovyk- Cantidad de envíos : 1008
Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: Semana en Berlín
¡Pues casi termino la crónica! Envío ahora el sábado 6 y mañana el domingo 7. Me está saliendo menos estrictamente musical de lo que pensaba pero es que he aprovechado para enviarles el link a otros amigos que de paso pueden leer también nuestro foro de frikis mahlerianos. Si alguno queréis apuntaros
El primer objetivo de la mañana era una tienda de CDs que traíamos apuntada, Cover Music, y que ya el primer día Robertino y Maga habían visto en su escaparate anunciando todo al 50% (realmente no era así). Situada al lado de la famosa Gedächtniskirche o iglesia del Kaiser Guillermo (para nosotros la muela picada). Seguro ya sabéis a quien se le ocurrió La foto es prueba de los esfuerzos que los metros suponían pues en pocos casos tenían ascensor al exterior. Una española que nos vio en una de éstas nos dijo toda exaltada, ¡cómo os admiro! Yo ni loca viajaría con el niño. Yo creo que estaba tranquilizando su conciencia pues no creo que fuese para tanto. Es cierto que con un niño se viaja de otra manera, en la que la libertad de acción y probablemente la tranquilidad es mucho menor, pero si tres padres no pueden llevar a un niño de dos años por Europa adelante, mejor quedarse en casa. Digo tres por que Robertino fue un impagable padre y madre más
Esta es la muela picada en una foto más típica:
Y aquí ya en acción en la sección de clásica de Cover Music que Robertino estudió como un profesional. Yo ya no tenía ánimos… Así me quitó algún CD interesante de las manos como la Cuarta de Swarovsky. Je, je, la discusión que surgió se solucionó encontrando un segundo ejemplar, que es lo que llevé junto al Juana de Arco de Honegger en DG y otro CD que ahora no me acuerdo. Edito cuando me acuerde. Robertino sí encontró bastantes chollos, grabaciones históricas sobre todo. Pero en general la tienda no es nada del otro mundo. Lo más interesante estaba a precio de nuevo.
El siguiente objetivo fue la tienda de partituras e instrumentos Musikalienhandlung-Hans Riedel en la cercana Uhlandstrasse. Aquí poco discos pero sí muchas gangas en partituras de segunda mano y libros. La perseverancia de Robertino se vio premiada con la partitura del Preludio Sinfónico de Malher que viene acompañada de un interesante estudio. También encontró la edición con piano del DLVDE que me cedió generosamente
Y nueva caminata, ésta mucho más larga hasta la tienda de Zweitausendeins – en Kantstraße 41-42. Parecía que nunca llegaba ¡y qué frío hacía! Mucho más provista que la de Friedrichstrasse sí merece mucho la pena. Aquí volvimos a dejarnos llevar por los impulsos consumistas.
Vuelta al metro hasta el centro pues Robertino tenía a las cuatro la Tercera de Barenboim en el Konzerthaus, concierto del que ya nos dio sus impresiones.
Maga y un servidor aprovechamos para ir al KeDeWe, el tajo arameo berlinés –aunque mucho más grande y lujoso- pues teníamos que comprar una bolsa de equipaje de mano para meter lo acumulado.
En ella, visita obligada a la sección de clásica. Pensábamos que no la habría o que serían los típicos superventas pero no, nos llevamos la sorpresa. Era muy muy completa. Lo que se ve al fondo de la foto es la sección de sólo DG y Philips. Impresionante; en ella encontré un inencontrable que he añadido en la foto: la caja de los cuartetos de la segunda escuela de Viena por el Lasalle. Si no la tuviese ya, la hubiese comprado. Es un ejemplo de lo que allí había. Las zonas a la derecha y a la izquierda de la foto eran de otros sellos.
Como el tiempo apremiaba, tras una comida rápida a la manera teutona ¡en un Imbiss! que nos supo de maravilla -aunque no se nota en la foto estaba nevando- nueva visita a un museo; el de Historia Natural que nos cerraba en hora y media.
Muy recomendable, en él nos sorprendió este Brachisaurius: el esqueleto de dinosaurio montado mas alto del mundo, 13 metros!!
Tras cerrar la visita partimos hacia las proximidades de la Konzerthaus donde Robertino nos esperaba, en concreto en la chocolatería de Fassbender & Rausch. Allí nos contó sus impresiones del Mahler que acababa de ver; desde luego se prestaron a una calurosa polémica. De lo que contó lo que más me sorprendió es que -él que nunca quita el ojo del director en los conciertos, como bien sabemos por el meñique de Nott- en este caso no hizo lo mismo “¿Para qué mirar a Barenboim con la mano en los bolsillos todo el rato?” nos decía Robertino nos invitó al chocolate, se quedó de padrazo con Martíncillo y Maga y un servidor nos fuimos corriendo a la Philharmonie para el concierto de Järvi con la BPO.
Aunque por fin se cumplía un sueño como contó Robertino, la cancelación de Dohnanyi fue un mazazo. Era un programa interesante y exigente con el Barba Azul y obras de Ligeti. Bueno, menos mal que no se anuló el concierto. Como explicaron al principio, la presencia de Järvi había solucionado la cuestión de lo cual estaban muy agradecidos.
Estas son fotos previas y tras el concierto que fue un gran éxito. Fueron tantos los aplausos que Järvi repitió de propina el Andante Festivo de Sibelius.
Sin embargo nuestras sensaciones fueron algo contradictorias. Evidentemente teníamos ante nosotros una orquesta absolutamente fuera de serie. Deslumbrante, perfecta como ninguna, virtuosística a más no poder; sin embargo ni a Maga ni a mi nos emocionó. Los dos coincidimos. Su virtuosismo y perfección superaba sin duda a la Staatskapelle o a la DSO que vimos al día siguiente pero sin embargo ha sido la que menos me ha emocionado de las tres orquestas. En fin, que a uno le asaltan las dudas. Por un concierto además improvisado no se debe juzgar. Lo que objetivamente no nos gustó fue el sonido de la cuerda; áspera, agresiva. Son matices pero que marcan la diferencia y que uno no se espera en esta orquesta. La improvisación tuvo que influir pues cuando se tocó la obra de Sibelius que abría el concierto por segunda vez –como propina- nos gustó y emocionó muchísimo más que la primera. También la reacción del público fue mucho más intensa. Maga piensa que Järvi la dio como propina por que no había quedado contento Järvi de cómo quedó al principio.
En cuanto al programa lo mejor sin duda el Peer Gynt. La Académica no daba mucho más de sí y la Trágica fue marcada por ese sonido de la cuerda y por la lectura superficial de Järvi. Sí, sí, Brahms es la especialidad de la orquesta. Pues de ahí mis dudas hacia mis reparos. A veces el cansancio o el menor interés hacia un programa nos condicionan. Desde luego lo que escuchamos no nos convenció. Si el problema estaba en nuestras cabezas o fuera de ellas ya no lo sé. Habrá que volver a Berlín para comprobarlo.
Afortunadamente se ha subido a Rapidshare el concierto, por si alguien quiere escucharlo. Yo también lo he hecho y la verdad es que el virtuosismo de la orquesta es todavía más palpable. El sonido del MP3 no permite apreciar sutilezas en el sonido de la cuerda pero sí reconozco sobre todo en Brahms ese sonido que nos sorprendió negativamente. Es una pena que no incluye la propina.
Sibelius
Andante Festivo
Brahms
Akademische Festouvertüre
Tragische Ouvertüre
Weber
Ouvertüre zur Oper "Oberon"
Grieg
"Peer Gynt". Suite Nr. 1 op. 46
"Peer Gynt". Suite Nr. 2 op. 55
Berliner Philharmoniker
Neeme Järvi
Live aus der Philharmonie Berlin
06.03.2010
http://rapidshare.com/files/359620922/Berliner_Philharmoniker_-_Sibelius_Brahms_Weber_Gerig_-_Jarvi_2010.3.5.7z
Mañana ultimo capítulo
El primer objetivo de la mañana era una tienda de CDs que traíamos apuntada, Cover Music, y que ya el primer día Robertino y Maga habían visto en su escaparate anunciando todo al 50% (realmente no era así). Situada al lado de la famosa Gedächtniskirche o iglesia del Kaiser Guillermo (para nosotros la muela picada). Seguro ya sabéis a quien se le ocurrió La foto es prueba de los esfuerzos que los metros suponían pues en pocos casos tenían ascensor al exterior. Una española que nos vio en una de éstas nos dijo toda exaltada, ¡cómo os admiro! Yo ni loca viajaría con el niño. Yo creo que estaba tranquilizando su conciencia pues no creo que fuese para tanto. Es cierto que con un niño se viaja de otra manera, en la que la libertad de acción y probablemente la tranquilidad es mucho menor, pero si tres padres no pueden llevar a un niño de dos años por Europa adelante, mejor quedarse en casa. Digo tres por que Robertino fue un impagable padre y madre más
Esta es la muela picada en una foto más típica:
Y aquí ya en acción en la sección de clásica de Cover Music que Robertino estudió como un profesional. Yo ya no tenía ánimos… Así me quitó algún CD interesante de las manos como la Cuarta de Swarovsky. Je, je, la discusión que surgió se solucionó encontrando un segundo ejemplar, que es lo que llevé junto al Juana de Arco de Honegger en DG y otro CD que ahora no me acuerdo. Edito cuando me acuerde. Robertino sí encontró bastantes chollos, grabaciones históricas sobre todo. Pero en general la tienda no es nada del otro mundo. Lo más interesante estaba a precio de nuevo.
El siguiente objetivo fue la tienda de partituras e instrumentos Musikalienhandlung-Hans Riedel en la cercana Uhlandstrasse. Aquí poco discos pero sí muchas gangas en partituras de segunda mano y libros. La perseverancia de Robertino se vio premiada con la partitura del Preludio Sinfónico de Malher que viene acompañada de un interesante estudio. También encontró la edición con piano del DLVDE que me cedió generosamente
Y nueva caminata, ésta mucho más larga hasta la tienda de Zweitausendeins – en Kantstraße 41-42. Parecía que nunca llegaba ¡y qué frío hacía! Mucho más provista que la de Friedrichstrasse sí merece mucho la pena. Aquí volvimos a dejarnos llevar por los impulsos consumistas.
Vuelta al metro hasta el centro pues Robertino tenía a las cuatro la Tercera de Barenboim en el Konzerthaus, concierto del que ya nos dio sus impresiones.
Maga y un servidor aprovechamos para ir al KeDeWe, el tajo arameo berlinés –aunque mucho más grande y lujoso- pues teníamos que comprar una bolsa de equipaje de mano para meter lo acumulado.
En ella, visita obligada a la sección de clásica. Pensábamos que no la habría o que serían los típicos superventas pero no, nos llevamos la sorpresa. Era muy muy completa. Lo que se ve al fondo de la foto es la sección de sólo DG y Philips. Impresionante; en ella encontré un inencontrable que he añadido en la foto: la caja de los cuartetos de la segunda escuela de Viena por el Lasalle. Si no la tuviese ya, la hubiese comprado. Es un ejemplo de lo que allí había. Las zonas a la derecha y a la izquierda de la foto eran de otros sellos.
Como el tiempo apremiaba, tras una comida rápida a la manera teutona ¡en un Imbiss! que nos supo de maravilla -aunque no se nota en la foto estaba nevando- nueva visita a un museo; el de Historia Natural que nos cerraba en hora y media.
Muy recomendable, en él nos sorprendió este Brachisaurius: el esqueleto de dinosaurio montado mas alto del mundo, 13 metros!!
Tras cerrar la visita partimos hacia las proximidades de la Konzerthaus donde Robertino nos esperaba, en concreto en la chocolatería de Fassbender & Rausch. Allí nos contó sus impresiones del Mahler que acababa de ver; desde luego se prestaron a una calurosa polémica. De lo que contó lo que más me sorprendió es que -él que nunca quita el ojo del director en los conciertos, como bien sabemos por el meñique de Nott- en este caso no hizo lo mismo “¿Para qué mirar a Barenboim con la mano en los bolsillos todo el rato?” nos decía Robertino nos invitó al chocolate, se quedó de padrazo con Martíncillo y Maga y un servidor nos fuimos corriendo a la Philharmonie para el concierto de Järvi con la BPO.
Aunque por fin se cumplía un sueño como contó Robertino, la cancelación de Dohnanyi fue un mazazo. Era un programa interesante y exigente con el Barba Azul y obras de Ligeti. Bueno, menos mal que no se anuló el concierto. Como explicaron al principio, la presencia de Järvi había solucionado la cuestión de lo cual estaban muy agradecidos.
Estas son fotos previas y tras el concierto que fue un gran éxito. Fueron tantos los aplausos que Järvi repitió de propina el Andante Festivo de Sibelius.
Sin embargo nuestras sensaciones fueron algo contradictorias. Evidentemente teníamos ante nosotros una orquesta absolutamente fuera de serie. Deslumbrante, perfecta como ninguna, virtuosística a más no poder; sin embargo ni a Maga ni a mi nos emocionó. Los dos coincidimos. Su virtuosismo y perfección superaba sin duda a la Staatskapelle o a la DSO que vimos al día siguiente pero sin embargo ha sido la que menos me ha emocionado de las tres orquestas. En fin, que a uno le asaltan las dudas. Por un concierto además improvisado no se debe juzgar. Lo que objetivamente no nos gustó fue el sonido de la cuerda; áspera, agresiva. Son matices pero que marcan la diferencia y que uno no se espera en esta orquesta. La improvisación tuvo que influir pues cuando se tocó la obra de Sibelius que abría el concierto por segunda vez –como propina- nos gustó y emocionó muchísimo más que la primera. También la reacción del público fue mucho más intensa. Maga piensa que Järvi la dio como propina por que no había quedado contento Järvi de cómo quedó al principio.
En cuanto al programa lo mejor sin duda el Peer Gynt. La Académica no daba mucho más de sí y la Trágica fue marcada por ese sonido de la cuerda y por la lectura superficial de Järvi. Sí, sí, Brahms es la especialidad de la orquesta. Pues de ahí mis dudas hacia mis reparos. A veces el cansancio o el menor interés hacia un programa nos condicionan. Desde luego lo que escuchamos no nos convenció. Si el problema estaba en nuestras cabezas o fuera de ellas ya no lo sé. Habrá que volver a Berlín para comprobarlo.
Afortunadamente se ha subido a Rapidshare el concierto, por si alguien quiere escucharlo. Yo también lo he hecho y la verdad es que el virtuosismo de la orquesta es todavía más palpable. El sonido del MP3 no permite apreciar sutilezas en el sonido de la cuerda pero sí reconozco sobre todo en Brahms ese sonido que nos sorprendió negativamente. Es una pena que no incluye la propina.
Sibelius
Andante Festivo
Brahms
Akademische Festouvertüre
Tragische Ouvertüre
Weber
Ouvertüre zur Oper "Oberon"
Grieg
"Peer Gynt". Suite Nr. 1 op. 46
"Peer Gynt". Suite Nr. 2 op. 55
Berliner Philharmoniker
Neeme Järvi
Live aus der Philharmonie Berlin
06.03.2010
http://rapidshare.com/files/359620922/Berliner_Philharmoniker_-_Sibelius_Brahms_Weber_Gerig_-_Jarvi_2010.3.5.7z
Mañana ultimo capítulo
Psanquin- administrador
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Re: Semana en Berlín
De nuevo mis aplausos para las crónicas, las fotos y la ingente labor que estan realizando pero uno tiene como una especie de tufillo que mi post anterior no hubiera sido captado con la intención con que lo colgué, no se repetirá la jugada
Psanquin, ¿cómo se me va a ocurrir decirte a ti que tires un clip si ya tu destreza quedó clara y patente con la Quinta de Bertini por estos lares, remember?
Todo el post estaba en tono de chanza y alabanzas, pero siento --pero que muy mucho-- que alguien lo haya interpretado a modo de crítica, pero es porque no me conocen, pero tú, creo, me conoces de sobra.
Ahora me explico por qué la música de Mahler es tan difícil para una gran mayoría entenderla, cualquiera pesca su ironía musical, mezclando la chanza, el sarcasmo, el más allá con el más acá…..
Y lo de colgar la relación de Cds y DVDs también es puro cachondeo, todo es cachondeo. Luego, algún día, vendrá la seriedad, es lo que hizo Mahler con su Novena cuando después de ese carnavalesco y endemoniado tercer tiempo monta el Cuarto en base al mundo endemoniado que había dejado atrás. Hay –como dice B. Zander- quien omite ese movimiento y solo oye los tres restantes.
Este post no requiere respuesta ya que creo que he aclarado mi post de ‘crítica’.
Hay que tener mucha cara para hacer clips, pero hombre, siendo un mandamás de la gustav-mahler.es no creo que pase nada, esto también es en tono de chanza sin acrimonia alguna. Tengo bastantes anécdotas con esto de los clips pero en otra ocasión, si viene a cuento, las narraré.
Por qué en el 2013, aquí no pesco yo tampoco tu ironía si es que no ha sido un gazapo.
Psanquin, ¿cómo se me va a ocurrir decirte a ti que tires un clip si ya tu destreza quedó clara y patente con la Quinta de Bertini por estos lares, remember?
Todo el post estaba en tono de chanza y alabanzas, pero siento --pero que muy mucho-- que alguien lo haya interpretado a modo de crítica, pero es porque no me conocen, pero tú, creo, me conoces de sobra.
Ahora me explico por qué la música de Mahler es tan difícil para una gran mayoría entenderla, cualquiera pesca su ironía musical, mezclando la chanza, el sarcasmo, el más allá con el más acá…..
Y lo de colgar la relación de Cds y DVDs también es puro cachondeo, todo es cachondeo. Luego, algún día, vendrá la seriedad, es lo que hizo Mahler con su Novena cuando después de ese carnavalesco y endemoniado tercer tiempo monta el Cuarto en base al mundo endemoniado que había dejado atrás. Hay –como dice B. Zander- quien omite ese movimiento y solo oye los tres restantes.
Este post no requiere respuesta ya que creo que he aclarado mi post de ‘crítica’.
Hay que tener mucha cara para hacer clips, pero hombre, siendo un mandamás de la gustav-mahler.es no creo que pase nada, esto también es en tono de chanza sin acrimonia alguna. Tengo bastantes anécdotas con esto de los clips pero en otra ocasión, si viene a cuento, las narraré.
A ver si en el 2013 va la vencida.
Por qué en el 2013, aquí no pesco yo tampoco tu ironía si es que no ha sido un gazapo.
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Robertino Bergamasco- Cantidad de envíos : 4479
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Re: Semana en Berlín
Lo prometido es deuda y aquí está el último capítulo de las crónicas:
Iniciamos el gélido día en el mercadillo de la isla de los museos del cual ya hablé previamente. No pocas oportunidades de segunda mano a precios medios o reducidos. También cayó algún que otro libro.
El acontecimiento del día era el último concierto, el de la DSO con Metzmacher en la Séptima de Mahler.
Antes de comer visitamos otro famoso mercadillo, poco productivo en cuanto CDs pero desde luego digno de visita por lo que en él se podía encontrar.
Una vez más Robertino incansable rastreando hasta el último resquicio.
Normal que en los postres necesitase recuperar fuerzas para el concierto al cual llegó en plena forma...
Tras una última visita turística, a la torre de TV de Alexander Platz nos dirigimos a la Philharmonie, sede de los conciertos de la DSO.
Tras la experiencia desigual de la BPO volvimos a disfrutar un concierto extraordinario; inolvidable, de los que uno recuerda toda su vida.
En la primera parte Leonidas Kavakos con la sección de cuerda de la orquesta hacía el Concierto Fúnebre de Karl Amadeus Hartmann, uno de los compositores especialidad de Metzmacher, del cual ha grabado su integral sinfónica.
La Séptima por si sola podría llenar un programa pero Metzmacher se distingue, como su excitante temporada de conciertos demuestra, por confeccionar densos programas que profundizan en las estéticas del siglo XX. La obra de Hartmann constituye un pesante y sobrecogedor preámbulo a la Séptima. Fue una interpretación de lujo, con uno de los solistas de violín más admirados de la actualidad y una cuerda densa, resonante, extremadamente expresiva y musical; nos sobrecogió.
Aplausos repetidos para los intérpretes. Kavakos no ofreció ninguna propina; probablemente la obra no la admitía; salvo el habitual número de Bach.
En el descanso firmó ejemplares de CDs, notas, pero no en número excesivo en parte por que hizo su aparición demasiado tarde. Aprovechamos para recoger todo tipo de merchandising de la DSO; poster del concierto, folletos, incluso un interesante libro con la historia de la orquesta que nos dieron gratuitamente. Se percibía que estábamos ante un concierto especial para la orquesta.
Y por fin la Séptima de Mahler. La orquesta aumentó lógicamente de forma nutrida hasta el punto que los últimos atriles casi se mezclaban con el público sentado en la zona del coro. Precisamente se lograba esa casi espontánea interacción e integración entre público e intérpretes que Scharoun buscaba imitar. Nosotros también estábamos en una posición privilegiada, en la zona A, muy centrados. Aunque el sonido en cualquier parte de la sala es espectacular, ésta ubicación nos permitió apreciar matices de diálogo entre las secciones, como por ejemplo entre violines primeros y segundos, situados antifonalmente; entre cuerda grave y arpas, etc, etc. En el ensayo la orquesta nos había demostrado la cohesión, densidad y poderío de su sonido. Éste en la posición que ahora estábamos convirtió a la audición en una auténtica experiencia sensorial. Los dos coincidíamos en que habíamos escuchado matices y texturas de la obra que nunca habíamos percibido ni en los CDs. De entre todas las secciones la que más aplaudí -aunque nos sumamos a los bravos para prácticamente todas las que componen la orquesta- fueron las trompetas. Su sonido agresivo nada recatado que escuché en los ensayos me daba mala espina. Teníamos reciente la experiencia de la Quinta de la OSG en la que en ningún momento esta sección empastó con el resto de la orquesta. Aquí los trompetas –con un excelente principal- hicieron de este descaro su mayor virtud. Nunca se achicaron, pero nunca se flaqueó una línea disonante, ni el sonido amagó con romperse. Lo más asombroso es que su sonido se integraba perfectamente en un entramado orquestal exuberante, deslumbrante, no tan de tiralíneas como lo que habíamos escuchado el día anterior, ni tan aplastante como la Staatskapelle. Se trataba de un sonido mucho más orgánico, casualmente en un templo de la arquitectura orgánica, sin aristas ni geometrías; una proliferación de sonidos que en muchos momentos rozó una especie de éxtasis.
Probablemente esto suene grandilocuente, y más escrito justo una semana después, pero la sensación sigue siendo tan vívida y latente que uno sólo se puede reafirmar en lo vivido.
Sí es cierto que hubo algunos fallos, pocos pero significativos. El más lamentable los repetidos del tenorhorn que aunque puntuales por lo reducido de sus intervenciones éstas son tan significadas que cayeron como jarros de agua fría. Me recordó una Séptima de Boulez con la LSO en el Barbican que apareció hace unos años en Intercambios, que se abre con una tremenda pifia de ese solista. Aunque el curso de la interpretación hace que se disipe el error éste deja un mal sabor de boca que tarda tiempo en olvidarse. También le comentaba al final a Robertino mis reservas hacia el percusionista de los platillos; una labor aparentemente tan básica y sin embargo no supo subrayar como se merecía las intervenciones más explosivas; siempre tan efectivas en Mahler.
Pero el resto de la orquesta extraordinaria: concertino, cuerdas, bajos –todos y cada uno ponían tal pasión que se inmolaban sobre sus instrumentos-, flautas, oboes, clarinetes, trompas y trompetas; un virtuosista timbalero... Como curiosidad, la parte de mandolina la hacía un segundo violín a cuyo lado se sentaba el guitarrista.
Con este elemento decisivo -una orquesta en estado de gracia- la interpretación quedó definida por su carácter e intensidad. Metzmacher fue un facilitador de esta Séptima extraordinaria: redonda, coherente, mucho más canónica de lo que esperaba. De él conocía sobre todo la Quinta con la GMJO, la Quinta más peculiar que conozco junto tal vez la de Faberman. Y sin embargo en este caso fue una lectura directa, intensa sin extravagancias, buscando siempre que la partitura moviese y conmoviese, por supuesto sin sentimetalismos, sólo con la fuerza bruta de estos pentagramas. Los tiempos tendían ligeramente hacia el lado ligeramente rápido del espectro pero nunca peculiares. El primer movimiento fue una lectura directa, explosiva, una ola de sonido y armonía una auténtica fiesta para los sentidos. El problema que yo le veo a la Séptima es que tras el enorme clímax que cierra el movimiento; por si solo ya una obra sinfónica; parece que es difícil seguir manteniendo la tensión del oyente. Sin embargo Metzmacher no tuvo ese problema, en parte debido a una Nachtmusik plena de carácter en la que cada sección de la orquesta infundía un latido propio al discurso musical. Me acordé de Todtenfeier incondicional absoluto de este movimiento, quien sin duda lo hubiera disfrutado al máximo. El tercer movimiento resultó nuevamente virtuosístico en una interpretación delirante, que realzaba las aristas del discurso. La segunda Nachtmusik, tan abierta a interpretaciones, desde lo plenamente romántico a un cierto escepticismo o decadencia, fue sorprendentemente en Metzmacher directa, sin minimizar el romanticismo ni recurrir a segundas lecturas. Una vez más la orquesta sublime especialmente en el Andante amoroso final.
Y ya el final se abrió con un solo de timbal y una fanfarria orquestal espectacular. Los sucesivos ritornellos siempre explosivos e intensos; sin ningún tipo de reticencia, y el tiempo ligeramente contenido. Fue una progresión triunfal, desbordante hasta alcanzar una culminación triunfal que fue recibida con numerosos bravos.
Éxito absoluto que la orquesta y el director agradecieron realmente felices.
Incluso, como en las grandes ocasiones el director salió a saludar en solitario cuando la orquesta ya se había retirado.
A la salida nos acercamos a los camerinos donde Metzmacher atendía a varias personas radiante, pletórico; escuchando a todo el mundo muy cercano y con gran sencillez. No tuvo inconveniente en hacerse en una foto, nos preguntó de donde habíamos venido, y la verdad es que nuestra emoción era casi tan grande como la suya. Sólo pudimos congratularle por el concierto. Nos despedimos de él y al momento se echó en brazos de su novia o mujer que no dejaba de seguir divertida y emocionada tantos parabienes. Sorprende en un director con un prestigio y trayectoria tan extraordinaria esa cercanía y sencillez, pero también la forma en que disfrutó y agradeció tanto éxito y reconocimiento. Como si fuese una primera vez. En fin nada quye ver con Barenboim.
Y hasta aquí las crónicas. A pesar del frío volvimos andando hasta el apartamento saboreando y rememorando lo vivido. Una vez más cedo la palabra a Robertino.
Con estas postales del regreso me despido
Iniciamos el gélido día en el mercadillo de la isla de los museos del cual ya hablé previamente. No pocas oportunidades de segunda mano a precios medios o reducidos. También cayó algún que otro libro.
El acontecimiento del día era el último concierto, el de la DSO con Metzmacher en la Séptima de Mahler.
Antes de comer visitamos otro famoso mercadillo, poco productivo en cuanto CDs pero desde luego digno de visita por lo que en él se podía encontrar.
Una vez más Robertino incansable rastreando hasta el último resquicio.
Normal que en los postres necesitase recuperar fuerzas para el concierto al cual llegó en plena forma...
Tras una última visita turística, a la torre de TV de Alexander Platz nos dirigimos a la Philharmonie, sede de los conciertos de la DSO.
Tras la experiencia desigual de la BPO volvimos a disfrutar un concierto extraordinario; inolvidable, de los que uno recuerda toda su vida.
En la primera parte Leonidas Kavakos con la sección de cuerda de la orquesta hacía el Concierto Fúnebre de Karl Amadeus Hartmann, uno de los compositores especialidad de Metzmacher, del cual ha grabado su integral sinfónica.
La Séptima por si sola podría llenar un programa pero Metzmacher se distingue, como su excitante temporada de conciertos demuestra, por confeccionar densos programas que profundizan en las estéticas del siglo XX. La obra de Hartmann constituye un pesante y sobrecogedor preámbulo a la Séptima. Fue una interpretación de lujo, con uno de los solistas de violín más admirados de la actualidad y una cuerda densa, resonante, extremadamente expresiva y musical; nos sobrecogió.
Aplausos repetidos para los intérpretes. Kavakos no ofreció ninguna propina; probablemente la obra no la admitía; salvo el habitual número de Bach.
En el descanso firmó ejemplares de CDs, notas, pero no en número excesivo en parte por que hizo su aparición demasiado tarde. Aprovechamos para recoger todo tipo de merchandising de la DSO; poster del concierto, folletos, incluso un interesante libro con la historia de la orquesta que nos dieron gratuitamente. Se percibía que estábamos ante un concierto especial para la orquesta.
Y por fin la Séptima de Mahler. La orquesta aumentó lógicamente de forma nutrida hasta el punto que los últimos atriles casi se mezclaban con el público sentado en la zona del coro. Precisamente se lograba esa casi espontánea interacción e integración entre público e intérpretes que Scharoun buscaba imitar. Nosotros también estábamos en una posición privilegiada, en la zona A, muy centrados. Aunque el sonido en cualquier parte de la sala es espectacular, ésta ubicación nos permitió apreciar matices de diálogo entre las secciones, como por ejemplo entre violines primeros y segundos, situados antifonalmente; entre cuerda grave y arpas, etc, etc. En el ensayo la orquesta nos había demostrado la cohesión, densidad y poderío de su sonido. Éste en la posición que ahora estábamos convirtió a la audición en una auténtica experiencia sensorial. Los dos coincidíamos en que habíamos escuchado matices y texturas de la obra que nunca habíamos percibido ni en los CDs. De entre todas las secciones la que más aplaudí -aunque nos sumamos a los bravos para prácticamente todas las que componen la orquesta- fueron las trompetas. Su sonido agresivo nada recatado que escuché en los ensayos me daba mala espina. Teníamos reciente la experiencia de la Quinta de la OSG en la que en ningún momento esta sección empastó con el resto de la orquesta. Aquí los trompetas –con un excelente principal- hicieron de este descaro su mayor virtud. Nunca se achicaron, pero nunca se flaqueó una línea disonante, ni el sonido amagó con romperse. Lo más asombroso es que su sonido se integraba perfectamente en un entramado orquestal exuberante, deslumbrante, no tan de tiralíneas como lo que habíamos escuchado el día anterior, ni tan aplastante como la Staatskapelle. Se trataba de un sonido mucho más orgánico, casualmente en un templo de la arquitectura orgánica, sin aristas ni geometrías; una proliferación de sonidos que en muchos momentos rozó una especie de éxtasis.
Probablemente esto suene grandilocuente, y más escrito justo una semana después, pero la sensación sigue siendo tan vívida y latente que uno sólo se puede reafirmar en lo vivido.
Sí es cierto que hubo algunos fallos, pocos pero significativos. El más lamentable los repetidos del tenorhorn que aunque puntuales por lo reducido de sus intervenciones éstas son tan significadas que cayeron como jarros de agua fría. Me recordó una Séptima de Boulez con la LSO en el Barbican que apareció hace unos años en Intercambios, que se abre con una tremenda pifia de ese solista. Aunque el curso de la interpretación hace que se disipe el error éste deja un mal sabor de boca que tarda tiempo en olvidarse. También le comentaba al final a Robertino mis reservas hacia el percusionista de los platillos; una labor aparentemente tan básica y sin embargo no supo subrayar como se merecía las intervenciones más explosivas; siempre tan efectivas en Mahler.
Pero el resto de la orquesta extraordinaria: concertino, cuerdas, bajos –todos y cada uno ponían tal pasión que se inmolaban sobre sus instrumentos-, flautas, oboes, clarinetes, trompas y trompetas; un virtuosista timbalero... Como curiosidad, la parte de mandolina la hacía un segundo violín a cuyo lado se sentaba el guitarrista.
Con este elemento decisivo -una orquesta en estado de gracia- la interpretación quedó definida por su carácter e intensidad. Metzmacher fue un facilitador de esta Séptima extraordinaria: redonda, coherente, mucho más canónica de lo que esperaba. De él conocía sobre todo la Quinta con la GMJO, la Quinta más peculiar que conozco junto tal vez la de Faberman. Y sin embargo en este caso fue una lectura directa, intensa sin extravagancias, buscando siempre que la partitura moviese y conmoviese, por supuesto sin sentimetalismos, sólo con la fuerza bruta de estos pentagramas. Los tiempos tendían ligeramente hacia el lado ligeramente rápido del espectro pero nunca peculiares. El primer movimiento fue una lectura directa, explosiva, una ola de sonido y armonía una auténtica fiesta para los sentidos. El problema que yo le veo a la Séptima es que tras el enorme clímax que cierra el movimiento; por si solo ya una obra sinfónica; parece que es difícil seguir manteniendo la tensión del oyente. Sin embargo Metzmacher no tuvo ese problema, en parte debido a una Nachtmusik plena de carácter en la que cada sección de la orquesta infundía un latido propio al discurso musical. Me acordé de Todtenfeier incondicional absoluto de este movimiento, quien sin duda lo hubiera disfrutado al máximo. El tercer movimiento resultó nuevamente virtuosístico en una interpretación delirante, que realzaba las aristas del discurso. La segunda Nachtmusik, tan abierta a interpretaciones, desde lo plenamente romántico a un cierto escepticismo o decadencia, fue sorprendentemente en Metzmacher directa, sin minimizar el romanticismo ni recurrir a segundas lecturas. Una vez más la orquesta sublime especialmente en el Andante amoroso final.
Y ya el final se abrió con un solo de timbal y una fanfarria orquestal espectacular. Los sucesivos ritornellos siempre explosivos e intensos; sin ningún tipo de reticencia, y el tiempo ligeramente contenido. Fue una progresión triunfal, desbordante hasta alcanzar una culminación triunfal que fue recibida con numerosos bravos.
Éxito absoluto que la orquesta y el director agradecieron realmente felices.
Incluso, como en las grandes ocasiones el director salió a saludar en solitario cuando la orquesta ya se había retirado.
A la salida nos acercamos a los camerinos donde Metzmacher atendía a varias personas radiante, pletórico; escuchando a todo el mundo muy cercano y con gran sencillez. No tuvo inconveniente en hacerse en una foto, nos preguntó de donde habíamos venido, y la verdad es que nuestra emoción era casi tan grande como la suya. Sólo pudimos congratularle por el concierto. Nos despedimos de él y al momento se echó en brazos de su novia o mujer que no dejaba de seguir divertida y emocionada tantos parabienes. Sorprende en un director con un prestigio y trayectoria tan extraordinaria esa cercanía y sencillez, pero también la forma en que disfrutó y agradeció tanto éxito y reconocimiento. Como si fuese una primera vez. En fin nada quye ver con Barenboim.
Y hasta aquí las crónicas. A pesar del frío volvimos andando hasta el apartamento saboreando y rememorando lo vivido. Una vez más cedo la palabra a Robertino.
Con estas postales del regreso me despido
Psanquin- administrador
- Cantidad de envíos : 8413
Fecha de inscripción : 16/03/2008
Re: Semana en Berlín
Bueno, ¡qué maravilla de crónicas!, estáis reformulando la literatura de viajes en el medio virtual
...y qué envidia, puñeteros!!!
Veo que las carátulas 'made in Outeiro de Rei' siguen funcionando Yo también espero mucho de Metzmacher de aquí a los próximos, sobre todo por su rigor y capacidad para abrir sus conciertos a variados repertorios. Este tipo de directores son los que deberían tomar las riendas de las grandes orquestas y no los dinosaurios carcamales que andan por ahí, repitiendo programa tras programa... en fin, allá cada uno...
Gracias por compartir vuestra crónica y mantened el ánimo y el nivel para 2011, que nos veremos (eso espero), en Viena...
Por cierto, ¿sigue respirando Berlín esa vida tan especial de la que todos hablan?
...y qué envidia, puñeteros!!!
Veo que las carátulas 'made in Outeiro de Rei' siguen funcionando Yo también espero mucho de Metzmacher de aquí a los próximos, sobre todo por su rigor y capacidad para abrir sus conciertos a variados repertorios. Este tipo de directores son los que deberían tomar las riendas de las grandes orquestas y no los dinosaurios carcamales que andan por ahí, repitiendo programa tras programa... en fin, allá cada uno...
Gracias por compartir vuestra crónica y mantened el ánimo y el nivel para 2011, que nos veremos (eso espero), en Viena...
Por cierto, ¿sigue respirando Berlín esa vida tan especial de la que todos hablan?
Re: Semana en Berlín
La verdad es que poco puedo añadir a lo comentado por Psanquin respecto a esa Séptima de Metzmacher; para mi sin duda el mejor concierto de los escuchados en Berlín; también quedará para el recuerdo. Esos conciertos que te dejan destrozados después de que terminan. Estos días como estoy de Pepe Gotera por casa, me he puesto la Séptima que tiene con Bamberg, de 2008, y que también se colgó en intercambios, muy diferente.
Para mi el primer movimiento con la DSO, fue tremendamente "bipolar", Metzmacher obvió todo tipo de concesiones, las transiciones líricas, a las puramente "desquiciadas" no existieron, fue una continua montaña rusa de sensaciones, muy poco ortodoxa ciertamente. El segundo movimiento tremendamente tímbrico, fue todo un deleite de sonoridades, como bien dice Psanquin hasta se escucharon cosas que otras veces no se escuchan, ni en cd. El Scherzo sin concesiones, grotesco y decidido, con una orquesta entregadísima. Lo sorprendente sin duda fue la segunda Nacthmusik ¿qué pretendía Metzmacher? estoy deseando escucharla cuando la retransmitan por radio (el 5 de abril por la RBB a las 20:00) ya que la grabación "piratilla"
no permite apreciarlo muy bien, fue tal la cantidad de hedonismo, sutileza, incluso sofisticación que chocaba con lo anteriormente escuchado, no se, demasiado ¿erótica? a mi me pareció un acercamiento muy peculiar, incluso interesante. El finale sin efectismo, fue arrollador, muy bien construidos, sin prisas, pero con la garra y contundencia requerida. El famoso "silencio alemán" después de cada concierto, esperando a que la música se propague por la sala, en este concierto fue desmitificado, los bravos inundaron la sala casi a la vez que terminaba la obra; la entrega del público berlines envidiable; sí había gente que se iba, pero otro gran número de gente aplaudió incluso después de que los músicos saliesen del escenario-como en la época de Karajan-esperando de nuevo a Metzmacher, que salió ciertamente emocionado; ¿cuándo veremos esto en España?
El Concierto Funebre de Hartmann, desolador, Kavakos es una máquina de hacer música, tremendamente expresivo y poderoso; escuchar la Séptima después era un reto.
Respecto a si estos directores, lease Nott, Gielen, Metzmacher... deberían tomar las riendas de las orquestas grandes; yo no lo tengo tan claro, seguramente y como apuntaba Psanquin, esta Séptima, con Berlín, hubiese sido otra cosa. Las grandes orquestas no son tan fáciles de "manejar" y "moldear" a gusto, ellas siempre imprimirían su sello personal....
Berlín desmitiendo lo que ocurría en los años 80 es una ciudad tremendamente silenciosa y apacible, da gusto pasear por ella, nada molesta, nada que ver con Madrid o Londres, invita a salir a la calle; a mi me sorprendió.
Para mi el primer movimiento con la DSO, fue tremendamente "bipolar", Metzmacher obvió todo tipo de concesiones, las transiciones líricas, a las puramente "desquiciadas" no existieron, fue una continua montaña rusa de sensaciones, muy poco ortodoxa ciertamente. El segundo movimiento tremendamente tímbrico, fue todo un deleite de sonoridades, como bien dice Psanquin hasta se escucharon cosas que otras veces no se escuchan, ni en cd. El Scherzo sin concesiones, grotesco y decidido, con una orquesta entregadísima. Lo sorprendente sin duda fue la segunda Nacthmusik ¿qué pretendía Metzmacher? estoy deseando escucharla cuando la retransmitan por radio (el 5 de abril por la RBB a las 20:00) ya que la grabación "piratilla"
no permite apreciarlo muy bien, fue tal la cantidad de hedonismo, sutileza, incluso sofisticación que chocaba con lo anteriormente escuchado, no se, demasiado ¿erótica? a mi me pareció un acercamiento muy peculiar, incluso interesante. El finale sin efectismo, fue arrollador, muy bien construidos, sin prisas, pero con la garra y contundencia requerida. El famoso "silencio alemán" después de cada concierto, esperando a que la música se propague por la sala, en este concierto fue desmitificado, los bravos inundaron la sala casi a la vez que terminaba la obra; la entrega del público berlines envidiable; sí había gente que se iba, pero otro gran número de gente aplaudió incluso después de que los músicos saliesen del escenario-como en la época de Karajan-esperando de nuevo a Metzmacher, que salió ciertamente emocionado; ¿cuándo veremos esto en España?
El Concierto Funebre de Hartmann, desolador, Kavakos es una máquina de hacer música, tremendamente expresivo y poderoso; escuchar la Séptima después era un reto.
Respecto a si estos directores, lease Nott, Gielen, Metzmacher... deberían tomar las riendas de las orquestas grandes; yo no lo tengo tan claro, seguramente y como apuntaba Psanquin, esta Séptima, con Berlín, hubiese sido otra cosa. Las grandes orquestas no son tan fáciles de "manejar" y "moldear" a gusto, ellas siempre imprimirían su sello personal....
Berlín desmitiendo lo que ocurría en los años 80 es una ciudad tremendamente silenciosa y apacible, da gusto pasear por ella, nada molesta, nada que ver con Madrid o Londres, invita a salir a la calle; a mi me sorprendió.
Robertino Bergamasco- Cantidad de envíos : 4479
Fecha de inscripción : 14/07/2009
Re: Semana en Berlín
Bien, imagino que la suma de egos en la Berliner Philharmoniker, en la Wiener Philharmoniker o en Chicago puede ser un problema en algunos momentos (que se lo digan si no, a ciertos entrenadores de fútbol; yéndonos a otra realidad tan dispar, pero que quizás en esto presente ciertas analogías...). El tema es que, creo (y esto se podría estudiar, pues es sólo cuestión 'objetiva' de medias estadísticas), cada vez se retrasa más la edad de acceso a la dirección titular de estas grandes orquestas; cada vez sus directores son más talluditos... cosa que antes no ocurría en tal grado, o eso me parece...
Comiendo en casa de José María Sánchez-Verdú, en mayo del año pasado, me decía, ante el bullicio que se respiraba en Madrid, que un día de trabajo en Berlín (donde vive buena parte del año) equivalía a toda una semana en Madrid, donde es tal el ruido, el caos y el movimiento perpetuo que la concentración es difícil... veo que no es el único en pensarlo... Ciudades hechas a medida del mercadeo, las prisas, el ruido y el mal gusto, tantas veces... pero tan abigarradas y llenas de posibilidades, por otro lado...
Un saludo de nuevo y gracias a ambos por vuestras fotos y palabras...
Comiendo en casa de José María Sánchez-Verdú, en mayo del año pasado, me decía, ante el bullicio que se respiraba en Madrid, que un día de trabajo en Berlín (donde vive buena parte del año) equivalía a toda una semana en Madrid, donde es tal el ruido, el caos y el movimiento perpetuo que la concentración es difícil... veo que no es el único en pensarlo... Ciudades hechas a medida del mercadeo, las prisas, el ruido y el mal gusto, tantas veces... pero tan abigarradas y llenas de posibilidades, por otro lado...
Un saludo de nuevo y gracias a ambos por vuestras fotos y palabras...
Re: Semana en Berlín
Sensacional crítica!!! Tal y como lo habéis presentado, la envidia aumenta a toneladas! Sí, la Séptima no es una sinfonía "fácil": buscas la perfección instrumental pura y dura? te dejas llevar por las emociones? quieres hacer una obra muy vanguardista? Parece que Metzmacher dio en el clavo, no? En cualquier caso, enhorabuena con vuestro reportaje y esperamos esa retransmisión.
gustavo- Cantidad de envíos : 3368
Fecha de inscripción : 10/11/2009
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